Del rom¨¢ntico al l¨ªquido, y ahora ?qu¨¦ hay de nuevo en nuestro concepto del amor?
Acompa?ado de numerosos adjetivos a lo largo de la historia, este sentimiento universal es tambi¨¦n una construcci¨®n cultural que cambia con los tiempos y que adopta nuevas formas, porque Cupido tambi¨¦n quiere estar al d¨ªa. La lecci¨®n pendiente estar¨ªa en desligar al amor de la felicidad
Entre las miles de canciones que hablan del sentimiento universal del amor se podr¨ªa escoger una en concreto, The Glory of Love, con la versi¨®n interpretada por Clyde McPhatter, porque habla de los claroscuros de ese estado que identificamos con el s¨¦ptimo cielo. ¡°Tienes que dar un poco, tomar un poco y dejar que tu pobre coraz¨®n se rompa un poco. As¨ª es la historia. As¨ª es la gloria del amor. Tienes que ganar un poco, perder un poco y llevar siempre dentro un poco de tristeza. As¨ª es la historia. As¨ª es la gloria del amor¡±, reza el tema musical.
Pero el amor, tan antiguo y por el que nunca pasa el tiempo, debe reinventarse continuamente para seguir siendo el mismo. Por eso ha tenido tantos adjetivos a lo largo de la historia: cort¨¦s, rom¨¢ntico, libre, consciente. El soci¨®logo Zygmunt Bauman cre¨® el t¨¦rmino ¡°amor l¨ªquido¡± para definir las relaciones interpersonales de la postmodernidad, caracterizadas por la falta de solidez y con tendencia a ser superficiales, fugaces, et¨¦reas y sin compromiso. ?Seguimos en el paradigma del amor l¨ªquido o este ha pasado ya a ser gaseoso?
¡°Ahora mismo estamos en el amor narcisista¡±, cuenta Joan Garriga, psic¨®logo, cocreador del Institut Gestalt de Barcelona y autor de numerosos libros, entre ellos El buen amor en la pareja y Bailando juntos. La cara oculta del amor en la pareja y en la familia (ambos de la editorial Destino, 2013 y 2020). ¡°Lo que hoy preside nuestras vidas es el yo personal, aunque, al mismo tiempo, nuestro cerebro l¨ªmbico, de mam¨ªferos, sigue buscando el v¨ªnculo. Por lo tanto, se llega a un h¨ªbrido de amor narcisista. Buscamos a otro que confirme la idea que tenemos de nosotros mismos. Hay una frase en una canci¨®n de Joan Manuel Serrat que ilustra muy bien esto y que dice: ¡®Pod¨ªas tener el detalle de ser tal y como te imagin¨¦¡±, afirma Garriga.
Marisol Delgado, psic¨®loga y especialista en psicoterapia por la European Federation of Psychologists Associations (EFPA), con consulta en Avil¨¦s, no se atreve a buscar un solo adjetivo para el amor de ahora mismo, porque cree que conviven muchos modelos al mismo tiempo. ¡°Estamos en un momento de cambio. Una sociedad se desmorona y nace otra nueva; as¨ª que convergen muchas tendencias a la vez. Hay nuevos tipos de relaci¨®n: poliamor, parejas abiertas, LAT (Living Apart Together ¡ªalgo as¨ª como vivir juntos estando separados¡ª), estar juntos pero vivir separados y, a la vez, perviven patrones de antes, como el del amor rom¨¢ntico, que vuelve con fuerza entre algunos sectores de la juventud (celos, pruebas de amor, etc¨¦tera). A esto se une el hecho de que los nuevos modelos requieren de m¨¢s comunicaci¨®n y acuerdos. En una palabra, trabajo, pero todav¨ªa tenemos instaurada la idea de que el amor se encarga de todo. En el amor todo fluye y lo ¨²nico que tenemos que hacer es dejarnos llevar. Por si fuera poco, a toda esta ensalada se une el hecho de que ponemos muchas expectativas en el amor, somos muy exigentes, y toleramos muy poco la frustraci¨®n. As¨ª que la gente est¨¢ muy perdida¡±.
A?os de amor l¨ªquido, Tinder y promiscuidad as¨¦ptica han hecho que muchos se replanteen sus relaciones. Francisca Molero, ginec¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa, afirma: ¡°Seguimos en el modelo de Bauman, pero ya hay mucha gente que busca el amor sensual y de v¨ªnculo. Se huye de conocer a mucha gente y tener muchas relaciones sexuales para buscar m¨¢s intimidad emocional, que no tiene nada que ver con el amor rom¨¢ntico, sino que se quieren relaciones m¨¢s sentidas. Se anhela la conexi¨®n y la intimidad¡±.
La pulsi¨®n entre la aspiraci¨®n a ser independientes y la necesidad biol¨®gica de amar y ser amados perfila las relaciones sentimentales porque, adem¨¢s, el amor es la parcela de la vida donde casi todo el mundo espera encontrar la felicidad. Podemos permanecer en un trabajo mediocre y aburrido, con un jefe miserable, y nadie nos instar¨¢ a abandonarlo; pero en cuanto contamos que nuestra relaci¨®n de pareja tiene goteras, la mayor¨ªa aconsejar¨¢ zanjarla y acabar cuanto antes. El reciclaje, el arreglar algo para seguir utiliz¨¢ndolo, conceptos tan de moda en tiempos ecosostenibles, no parecen poder aplicarse al amor, que exige un reemplazo a la primera de cambio.
¡°La pareja es la relaci¨®n donde llevamos, con m¨¢s fuerza, quienes somos y donde m¨¢s arriesgamos nuestro coraz¨®n, por eso hay tantos conflictos, fricciones y se sufre tanto¡±, cuenta Joan Garriga. ¡°Pero, adem¨¢s, a la pareja llevamos el escenario infantil, la manera en c¨®mo aprendimos a vincularnos de peque?os. Por eso, todos los problemas no resueltos se ver¨¢n reflejados en la relaci¨®n. Si tuvimos un apego seguro eso facilitar¨¢ las relaciones amorosas, y viceversa. Finalmente, la pareja est¨¢ muy exigida actualmente, porque antes la gente repart¨ªa sus relaciones entre la familia, los compa?eros de trabajo, los amigos, los vecinos; pero ahora muchas de esas conexiones fallan. Falta red y sentimiento de comunidad, as¨ª que la pareja es la tabla de salvaci¨®n, el ¨²nico proveedor de amor, cari?o, protecci¨®n y amistad¡±, se?ala el psic¨®logo y escritor.
Se huye de conocer a mucha gente y tener muchas relaciones sexuales, para buscar m¨¢s intimidad emocional, que no tiene nada que ver con el amor rom¨¢ntico. Se anhela la conexi¨®n y la intimidadFrancisca Molero, gin¨¦cologa, sex¨®loga y directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa
A lo largo de la historia, hemos aprendido a separar amor de sexo. Algunos, no todos, han logrado diferenciar entre amor y enamoramiento, ese estado tan fascinante y divertido donde no hay que tomar drogas porque el cuerpo las segrega ya por s¨ª mismo. La lecci¨®n pendiente estar¨ªa en desligar al amor de la felicidad. Pueden tener muchas cosas en com¨²n, ser parientes cercanos, pero no son la misma cosa. El papel del amor no es ser un repelente del dolor o los problemas. Mientras permanezcamos vivos, estos seguir¨¢n llegando, de golpe o en c¨®modos plazos mensuales. De hecho, seg¨²n sostiene Marisol Delgado, ¡°lo que m¨¢s refuerza una relaci¨®n sentimental es el hecho de sentir que, aunque haya dificultades, el v¨ªnculo no se va a perder a la primera de cambio. Tener la certeza de que la otra persona va a estar a nuestro lado, apoy¨¢ndonos¡±.
Los que no han hecho la disociaci¨®n amor-felicidad vivir¨¢n oteando relaciones t¨®xicas y huyendo de ellas como del mismo diablo. ?Cu¨¢ntos art¨ªculos se escriben al respecto! Y, ciertamente, hay personajes que llevan escrito en la frente enemigo p¨²blico n¨²mero 1. Pero, ?y si los t¨®xicos somos nosotros? En palabras de Delgado: ¡°Excepto en casos de maltratadores o psic¨®patas, siempre digo que la toxicidad est¨¢ en la interacci¨®n; y, adem¨¢s, echar siempre la culpa al otro/a, diciendo que es t¨®xico, es una actitud muy victimista¡±.
Si olvidamos la idea de que el amor nos bendecir¨¢ con una vida alegre y despreocupada, es probable que perdamos el horror al fracaso, porque, seg¨²n Francisca Molero, al amor hay que aproximarse sin miedo. ¡°Todo el mundo tiene sus heridas y nadie quiere que le hagan da?o, pero no se puede estar a la defensiva, eso no ayuda nada a la hora de disfrutar; porque una relaci¨®n de pareja no es uno m¨¢s uno, sino que es un ecosistema nuevo, a menudo, impredecible. Puede durar mucho o poco, pero es dif¨ªcil que tenga una larga vida si no hay satisfacci¨®n sexual e intimidad emocional, porque el amor necesita encarnarse¡±.
El psic¨®logo John Gottman y su mujer Julie Gottman han estudiado el amor y las relaciones amorosas durante a?os y han escrito libros al respecto. Seg¨²n estos expertos, entre las variantes del fracaso est¨¢n el desprecio, la actitud defensiva, la cr¨ªtica frecuente a la personalidad del otro, la falta de comunicaci¨®n y negociaci¨®n. Mientras, entre las del ¨¦xito contar¨ªamos: la confianza y el compromiso, el respeto a las diferencias, mostrar y expresar cari?o, tolerancia, trabajo en equipo e inter¨¦s por las cosas de otro.
¡°Haz el amor y no la guerra¡± era la consigna de los a?os setenta. Aunque se ve poco antibelicista ¨²ltimamente, seg¨²n Joan Garriga: ¡°Aunque vivimos en una cultura guerrera, que promueve el enfrentamiento, la naturaleza del ser humano es amorosa. Las personas donde predominan la bondad y lo amoroso son mayor¨ªa, lo que pasa es que no salen tanto en los medios¡±.
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