La eterna persecuci¨®n de la felicidad: ese estado que se busca fuera, pero se encuentra dentro
El 20 de marzo es el D¨ªa Internacional de la Felicidad, ese tesoro inalcanzable que, casi siempre, buscamos en el lugar inadecuado. Varios expertos dan sus consejos para aprender a llevar una vida m¨¢s plena y, por tanto, m¨¢s feliz
Es dif¨ªcil definir la felicidad pero puede que Borges diera en el clavo cuando dijo: ¡°He sospechado alguna vez que la ¨²nica cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por s¨ª sola¡±. Sin embargo, dedicamos poco tiempo a tratar de ser felices. La mayor¨ªa cree que ese estado placentero es una leyenda urbana en la que no hay que invertir ni media hora, y se dedican a ir de compras, frecuentar restaurantes y subir fotos a Instagram. En el extremo opuesto, los so?adores que todav¨ªa creen...
Es dif¨ªcil definir la felicidad pero puede que Borges diera en el clavo cuando dijo: ¡°He sospechado alguna vez que la ¨²nica cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por s¨ª sola¡±. Sin embargo, dedicamos poco tiempo a tratar de ser felices. La mayor¨ªa cree que ese estado placentero es una leyenda urbana en la que no hay que invertir ni media hora, y se dedican a ir de compras, frecuentar restaurantes y subir fotos a Instagram. En el extremo opuesto, los so?adores que todav¨ªa creen en ella la relacionan con cualidades, estados o posesiones que vendr¨¢n en un futuro cada vez m¨¢s lejano.
Afortunadamente, los antiguos se tomaron m¨¢s en serio esto de la felicidad y dejaron variadas teor¨ªas filos¨®ficas que explicaban su conexi¨®n con el ser humano. Una de las m¨¢s interesantes es la que nos proporciona el ved¨¡nta, una escuela de conocimiento dentro del hinduismo, cuyas ense?anzas est¨¢n recogidas en varios libros, entre ellos los Upanishads (escrituras compuestas, aproximadamente, desde el siglo VI a.c.) y de las que nos habla Munindra, profesor de yoga, creador del canal Crazy Yogi en Youtube y experto en cultura india. ¡°El ved¨¡nta se imaginaba al ser humano como una mu?eca rusa, una matrioska, con varias capas. En concreto, cinco envolturas. Si vamos de las m¨¢s externa a la m¨¢s interna, la primera es el ¡®cuerpo de alimento¡¯ o cuerpo f¨ªsico. Le sigue el ¡®cuerpo de aliento¡¯ o el cuerpo energ¨¦tico. La tercera es el ¡®cuerpo mental inferior¡¯, que se nutre de las sensaciones y percepciones que nos llegan a trav¨¦s de los sentidos y la memoria. En la siguiente, el ¡®cuerpo mental superior¡¯ reside la inteligencia, la intuici¨®n y el discernimiento. Es lo que observas del mundo, pero sacando tus propias conclusiones. Aqu¨ª vive el ¡®yo¡¯ bien entendido, que nos hace diferenciarnos de los dem¨¢s como individuos. Finalmente estar¨ªa lo que el ved¨¡nta llama el ¡®cuerpo de felicidad¡¯, el que est¨¢ en contacto con la esencia del ser, que es pura dicha; ya que sus cualidades son la verdad, la conciencia y la felicidad. Este modelo filos¨®fico nos habla de que la felicidad est¨¢ dentro de nosotros y de que son las diferentes capas (los sentidos, las ideas), las que nos alejan de ella¡±, se?ala Munindra.
Es probable que a estas alturas muchos lectores empiecen a desarrollar ya un cierto sarpullido ante teor¨ªas tan esot¨¦ricas, poco consistentes y nada cient¨ªficas; pero no desesperen, porque los conferenciantes m¨¢s reputados y el propio Instituto de la Felicidad, en Copenhague, no est¨¢n tan lejos de esta visi¨®n milenaria de nuestra capacidad o incapacidad para ser felices. Los que han volado en avi¨®n sabr¨¢n que a determinadas alturas siempre hace sol. Son las nubes las que enturbian nuestros cielos y nos impiden ver la luz solar, aunque est¨¦ siempre ah¨ª.
Mario Alonso Puig, cirujano, conferenciante y escritor decidi¨®, en un momento de su vida, dejar de curar cuerpos para sanar mentes y el bienestar, el sosiego, el amor o la alegr¨ªa son ahora sus objetos de estudio. ¡°Nuestro concepto de felicidad es err¨®neo porque asociamos este t¨¦rmino con tener (salud, una econom¨ªa saneada, una casa), cuando la felicidad est¨¢ asociada al ser. Es un estado del ser que tiene que ver con estar a gusto en la propia piel, es algo que viene de dentro. Hay cosas que nos ponen contentos y que provocan el goce de los sentidos, pero luego est¨¢ el goce del coraz¨®n, que es algo m¨¢s profundo¡±.
Esta idea de que la felicidad es algo m¨¢s interno y de que una vida feliz no equivale, necesariamente, a muchos momentos de alegr¨ªa, es algo que suscribe Alejandro Cencerrado, f¨ªsico, natural de Albacete y analista de datos jefe en el Instituto de la Felicidad en Copenhague, aunque ahora trabaja para este organismo desde Espa?a. ¡°Desde que soy padre (tengo un hijo de dos a?os) mi vida ha empeorado. La paternidad te aleja de los amigos, te hace dormir poco, tener menos tiempo libre, te distrae de tus proyectos profesionales. Sin embargo, hay una satisfacci¨®n personal, un poso de sentirse bien con lo que haces que tiene mucho que ver con ese concepto de felicidad¡±, se?ala este f¨ªsico.
Aunque parezca incre¨ªble, la felicidad puede medirse. But¨¢n, ese peque?o pa¨ªs en la cordillera del Himalaya con menos de 800.000 habitantes, lo hace con su ?ndice de Felicidad Nacional Bruta. ¡°Hay muchas variables para saber si un pa¨ªs es m¨¢s feliz que otro¡±, afirma Cencerrado, ¡°algunas de ellas son la redistribuci¨®n de la riqueza, la tasa de paro (el desempleo genera sufrimiento), la confianza, la justicia, las perspectivas de futuro, el tiempo libre. Sin embargo, el patr¨®n que m¨¢s se repite en la gente feliz es el cari?o de los dem¨¢s. Por el contrario, los que se sienten solos muere antes, paran de cuidarse, se dejan ir¡±.
¡°Una generaci¨®n triste con fotos alegres¡±
La oxitocina, conocida tambi¨¦n como la hormona de la felicidad, se aburre sola y necesita compa?¨ªa. ¡°Es una sustancia muy estrechamente relacionada con el v¨ªnculo afectivo, con el encuentro, y se segrega cuando te sientes conectado; ya sea con otro, con la vida o con la naturaleza¡±, sentencia Mario Alonso. Sentirse parte de algo, de la comunidad, de una familia, de un grupo, nos hace m¨¢s felices; por eso, seg¨²n comenta este experto, ¡°estudios de la Universidad de Pensilvania, que gusta mucho de tratar estos temas, reconocen que hemos ganado en bienestar pero no tanto en felicidad. Me temo que no somos m¨¢s felices que nuestros padres o abuelos, a pesar de que tenemos muchas m¨¢s cosas¡±.
¡°Somos una generaci¨®n triste con fotos alegres¡±, es una frase que aparece de tanto en tanto en redes sociales, y tenemos una menor resistencia al sufrimiento y a los sinsabores de la vida. De hecho, y como reconoce Cencerrado en su libro En defensa de la infelicidad (Destino), ¡°la infelicidad existe para no conformarnos, para animarnos a ser felices, a cambiar. Es un mecanismo evolutivo para progresar¡±.
Pero adem¨¢s, la ausencia de felicidad bien dirigida es una fuente inagotable de creatividad. Ya lo dijo el escritor noruego Karl Ove Knausg?rd en una entrevista del 2014 a la revista Esquire: ¡°Uno solo escribe si se le ha roto algo, si carece de armon¨ªa. Si eres feliz no necesitas escribir¡±. ¡°Es curioso¡±, comenta Cencerrado, que acostumbra a puntuar sus d¨ªas en base al nivel de felicidad, de 0 a 10, ¡°c¨®mo mis escritos son mucho mejores los d¨ªas en que mi puntuaci¨®n de felicidad es m¨¢s baja. Tenemos m¨¢s vocabulario para describir lo malo que lo bueno; en parte, porque cuando nos sentimos mal somos m¨¢s introspectivos, necesitamos contarlo, ser precisos. Mientras que en los momentos alegres nos limitamos a disfrutar, sin m¨¢s¡±.
En El hombre en busca de sentido, el psiquiatra Viktor Frankl revel¨® lo aprendido tras estudiar a los supervivientes de los campos de exterminio nazis. Uno de ellos contaba que sobrevivi¨® porque ¨¦l no estaba all¨ª. Cada ma?ana (mentalmente) se arreglaba, sal¨ªa, se sentaba en una terraza parisina y ped¨ªa un pastis. Puede que la felicidad salga de dentro, pero necesita tambi¨¦n de un cierto ecosistema para crecer; por eso el lema del Foro Econ¨®mico Mundial, ¡°No tendr¨¢s nada y ser¨¢s feliz¡±, no tuvo mucho gancho y se elimin¨® r¨¢pidamente.
¡°Existen tres dimensiones humanas¡±, apunta Alonso Puig, ¡°la material, la mental y la espiritual, muy entrelazadas. El esp¨ªritu se colma en la conexi¨®n con los dem¨¢s, con uno mismo y con la vida; pero la dimensi¨®n material es tambi¨¦n esencial. Es l¨®gico que la persona no pueda experimentar esa sensaci¨®n de felicidad si carece de lo b¨¢sico para vivir¡±. De hecho, como se?ala Cencerrado, ¡°en el ranking de las naciones m¨¢s felices, las primeras son las escandinavas y los ¨²ltimos puestos est¨¢n acaparados por los pa¨ªses m¨¢s pobres, la mayor¨ªa africanos. Espa?a ocupa la posici¨®n 28 de 150 pa¨ªses. No est¨¢ mal, pero hemos bajado puestos desde la crisis del 2008 y no nos hemos recuperado¡±.
?Influyen las pol¨ªticas de los pa¨ªses en la felicidad de sus ciudadanos? Sin duda alguna, ya que la organizaci¨®n social puede facilitarles o complicarles sus vidas hasta l¨ªmites insospechados. Es entonces cuando la b¨²squeda de la felicidad es el acto m¨¢s revolucionario que imaginarse pueda. ¡°Cuando viv¨ªa en Dinamarca, la mitad de lo que ganaba lo pagaba en impuestos¡±, comenta Cencerrado, ¡°pero ve¨ªa que mi dinero estaba bien empleado. Desde que estoy en Espa?a tengo la impresi¨®n de ser enga?ado. Esa sensaci¨®n de injusticia, de falta de confianza en las instituciones es algo que tambi¨¦n tenemos en cuenta a la hora de valorar los ¨ªndices de felicidad de los pa¨ªses¡±.
Para Mario Alonso, existen cualidades que nos predisponen a ser m¨¢s felices, como la generosidad. ¡°Sin embargo¡±, afirma, ¡°se nos ha dicho que es mejor recibir que dar, y es totalmente falso. La gratitud es otra, pero somos m¨¢s conscientes de lo que nos falta que de lo que tenemos. Y est¨¢n tambi¨¦n la compasi¨®n y el perd¨®n. El resentimiento hace m¨¢s da?o al que lo proyecta que al que lo recibe, mientras que el perd¨®n es la mejor de las medicinas, con un impacto extraordinario en la salud f¨ªsica y mental y, luego, est¨¢ la quietud. No podemos funcionar adecuadamente con la lengua afuera¡±.
Patricia Ram¨ªrez Loeffler es psic¨®loga, escritora y una estrella en Instagram, donde es conocida como patri_psicologa. En su ¨²ltimo libro, Vivir con serenidad. 365 consejos (Grijalbo), aboga m¨¢s por el bienestar emocional que por la felicidad. ¡°Ponernos la meta de ser felices puede suponer una tiran¨ªa, pero s¨ª podemos aspirar a tener una vida serena, porque la serenidad puede entrenarse¡±, puntualiza. ¡°Yo no educar¨ªa a los hijos en la felicidad, los educar¨ªa en la quietud y en los valores, en el saber apreciar el aqu¨ª y el ahora¡±.
El fil¨®sofo y escritor Juan Arnau, experto en budismo, manda su opini¨®n desde la India, donde se encuentra investigando en las cuevas de Ajanta y Ellora. ¡°La b¨²squeda de la felicidad, tan desesperada y actual, no hace m¨¢s que traer desgracias al mundo. La felicidad, como saben los sabios, es algo que ocurre, espor¨¢dicamente, mientras uno hace otra cosa. Es un efecto indirecto de otras actividades. Buscarla directamente resulta infructuoso, un error de visi¨®n o estrategia¡±.