El parag¨¹itas, pariente del papiro y planta perfecta para quienes suelen matar a las suyas por exceso de riego
El tambi¨¦n llamado falso papiro es una planta todoterreno, adaptable tanto a interiores como exteriores, y que suele generar una un¨¢nime aprobaci¨®n por su belleza y peculiaridad
El dinamismo de ciertas plantas para ser cultivadas tanto en el interior de las casas como en el exterior, ya sea en jardines o terrazas, depende mucho de cada clima. Si vivimos en zonas con temperaturas m¨¢s suaves, los ficus (Ficus spp.) o las costillas de Ad¨¢n (Monstera deliciosa) vivir¨¢n tan a gusto fuera del hogar. Tambi¨¦n si contamos con sitios resguardados para ellas, como un porche o un patio interior. Es m¨¢s, en esas situaciones al aire libre recibir¨¢n mayor cantidad de luz que en un interior y podr¨¢n crecer mucho m¨¢s r¨¢pido y vigorosas que si estuvieran metidas en una habitaci¨®n. Pero eso no siempre es posible en las zonas m¨¢s fr¨ªas y, si bien en estos sitios se pueden dejar las plantas fuera en los meses m¨¢s c¨¢lidos de la primavera o en el verano, cuando llegue la bajada de las temperaturas nocturnas ser¨¢ el momento de ejercer una sabia retirada y retornar esas plantas al sal¨®n para que vean de nuevo las pel¨ªculas de medianoche con sus cuidadores.
En esta categor¨ªa de plantas muy adaptables a interiores y exteriores hay una que suele generar una un¨¢nime aprobaci¨®n por su belleza y peculiaridad: es el falso papiro, parag¨¹itas o planta paraguas (Cyperus alternifolius). S¨ª, tiene belleza porque es una especie muy gr¨¢cil y delicada de hasta un metro y medio de altura, de un verde esmeralda, que sustenta sus hojas en unos tallos alargados y finos que se mecen con el aire. La peculiaridad viene de unas formas que no son tan usuales en el mundo de las plantas cultivadas en jardiner¨ªa: lo que parecen hojas son, en realidad, unas br¨¢cteas, que vienen a ser como unas hojuelas que acompa?an a las inflorescencias.
En sus lugares de origen ¡ªla zona tropical africana, as¨ª como Madagascar, isla de Reuni¨®n y la pen¨ªnsula ar¨¢biga¡ª, el parag¨¹itas vegeta en pantanos y en pastizales encharcados, donde la presencia del agua es constante. De ah¨ª que sea muy f¨¢cil de mantener si se tiene la precauci¨®n de conservar una humedad permanente en el sustrato. As¨ª que, con esta especie nunca habr¨¢ un exceso de agua, lo que la hace muy adecuada para aquellas personas que suelen matar a sus plantas por riegos desaforados.
Otro de los puntos fuertes del parag¨¹itas es su facilidad para reproducirlo. Con tan solo coger una de sus varas florales, cortar sus hojas a la mitad y sumergirla boca abajo en un vaso con agua, ella se encargar¨¢ de sacar ra¨ªces y de formar una nueva planta, si colocamos este esqueje en un lugar con buena iluminaci¨®n. Tambi¨¦n podemos esquejarlo directamente en una maceta con sustrato. Esta sencillez en su reproducci¨®n la certifica Fernando P¨¦rez, historiador del arte, quien en su oficina madrile?a disfruta de un vergel con varios ejemplares de esta especie desde hace 23 a?os, a los que se les ve la mar de felices: ¡°Todo aquel que viene a mi despacho se queda impresionado con ellos, y muchas personas manifiestan su inter¨¦s por tener un esqueje, que a veces les corto en ese momento o que a veces doy con las ra¨ªces porque tengo reto?os listos para regalar¡±, relata, quien asegura que le produce ¡°una profunda satisfacci¨®n¡± cuando pasa por otros despachos y ve esas nuevas plantas o cuando le paran por los pasillos y le dicen que se las han llevado a la casa del pueblo y est¨¢n creciendo perfectamente en el jard¨ªn.
Esta especie, que ofrece un cierto aire tropical por su porte palmeriforme, no es demasiado exigente en cuanto a la luz, pudiendo desde resistir las iluminaciones medias y bajas hasta disfrutar de algunas horas de sol directo sin problema. Eso s¨ª, si los tallos se doblan y no son capaces de mantenerse erguidos, un s¨ªntoma que suele ir unido a colores verde claro, ser¨¢ una se?al inequ¨ªvoca de que necesitan mayor cantidad de luz. Adem¨¢s, si se nota que la planta amarillea puede ser debido a un exceso de radiaci¨®n solar. En el caso de que el parag¨¹itas muestre un aspecto deslucido, se puede recurrir a una poda dr¨¢stica a ras del suelo. A continuaci¨®n, sus rizomas formar¨¢n una nueva planta con follaje fresco. En invierno, muchos de esos tallos tambi¨¦n pueden amarillear y morir por efecto del fr¨ªo, pero la planta rebrotar¨¢ en primavera. Entonces, para proteger la parte subterr¨¢nea de la planta, se puede cubrir su base con hojarasca o cualquier otro tipo de cubierta vegetal que haga de edred¨®n, de acolchado natural.
En cuanto a su nutrici¨®n, el abonado regular se hace imprescindible con esta especie, m¨¢xime cuando est¨¢ sometida a un continuo riego para mantener la humedad en su sustrato. Esto quiere decir que las sales nutritivas presentes en ese sustrato se ver¨¢n constantemente lavadas, por lo que habr¨¢ que reponerlas mediante el abonado, si se quiere un crecimiento robusto. Como se ve, es una planta muy agradecida a poco cuidado que se le ponga. Y tambi¨¦n es una manera de ligarnos un poquito a la insigne historia de un pariente muy cercano, el papiro (Cyperus papyrus), una planta imprescindible en el antiguo Egipto. Pero esto es otro relato bot¨¢nico digno de ser contado aparte.
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