Fingir un orgasmo: por qu¨¦ seguimos mintiendo en el sexo
Mujeres y tambi¨¦n hombres simulan el cl¨ªmax en una relaci¨®n con determinados fines, ya sea por uno mismo, por el otro o por la relaci¨®n. La falta de conocimiento y de educaci¨®n sexual en el placer siguen siendo el problema
Resulta curioso c¨®mo el orgasmo m¨¢s famoso de la historia del cine es falso y ocurre en una cafeter¨ªa de Nueva York (Katz¡¯s Delicatessen), ante una concurrida audiencia, en el momento en el que la protagonista de Cuando Harry encontr¨® a Sally (1989) trata de convencer a su interlocutor de que las mujeres fingen y, la mayor parte de las veces, los hombres ni se enteran. La capacidad interpretativa de Sally, interpretada por Meg Ryan, simulando el cl¨ªmax es tan convincente que una se?ora le pide al camarero que le sirva lo mismo que ha tomado la mujer que jadea incesantemente al otro lado del local.
Que tire la primera piedra quien nunca haya hecho algo de teatro en la cama, quien no haya exagerado sus sensaciones o quien no haya emulado a Sally, por diversos y variados motivos. Al fin y al cabo, el sexo entre dos o m¨¢s personas es ya un acto social, un trabajo para nuestro alter ego, que debe estar a la altura y quedar como un amante experimentado, creativo, arriesgado y aventurero. Incluso a los que su humilde personalidad no les exija pasar por un Indiana Jones del sexo, pueden haberse visto involucrados en este tipo de representaciones para agradar a su pareja; para que el otro, al menos, s¨ª lo sea.
Preguntarse por qu¨¦ se fingen los orgasmos equivale a preguntar por qu¨¦ se inflan los curr¨ªculums; por qu¨¦ existen las cl¨ªnicas de cirug¨ªa est¨¦tica o por qu¨¦ se utiliza Photoshop para hacer que las fotos pasen a ser piezas de arte abstracto o conceptual. La respuesta es siempre la misma: la realidad no gusta y se maquilla, se disfraza, se le a?aden atributos que en realidad no posee. As¨ª pues, si fingimos en todas y cada una de las ¨¢reas de nuestras vidas, ?por qu¨¦ se exige una total sinceridad al apartado sexual?
La pregunta adecuada no ser¨ªa por qu¨¦ se simula el orgasmo, sino para qu¨¦; porque est¨¢ claro que el enga?o persigue siempre una recompensa, pero en el caso del sexo no est¨¢ tan claro, ?qu¨¦ se gana haciendo creer al otro que hemos tocado el cielo, sino enviarle falsos feedbacks sobre sus t¨¦cnicas amatorias y sobre la mec¨¢nica del propio placer?
Seg¨²n investigadores de la Universidad E?tv?s Lor¨¢nd, de Hungr¨ªa, las mujeres fingen el cl¨ªmax sexual porque se sienten inseguras y no quieren ser consideradas como ¡°anormales o disfuncionales¡±, al no poder llegar al orgasmo. Esta es la conclusi¨®n de uno de los estudios m¨¢s recientes sobre la materia, publicado en el 2022 en la revista Sexual Medicine y realizado a 360 mujeres heterosexuales. Las que ten¨ªan dificultades para alcanzar la llamada petite mort eran las m¨¢s propensas a fingir. ¡°Aunque la dificultad org¨¢smica en las mujeres est¨¢ relacionada tanto con niveles m¨¢s altos de inseguridad, como con la preocupaci¨®n por la autoestima de su pareja, fue el primer motivo el que se asoci¨® m¨¢s fuertemente a la probabilidad de fingir el orgasmo¡±, escribieron los investigadores.
Claro que ellos tambi¨¦n hacen trampa. Aparentemente, es m¨¢s dif¨ªcil interpretar ese papel porque se asocia eyaculaci¨®n a orgasmo, pero no siempre van juntos. ¡°Es el caso de la eyaculaci¨®n retr¨®grada, que va a la vejiga sin pasar por la uretra, y que ocurre despu¨¦s de una prostatectom¨ªa (operaci¨®n de pr¨®stata) radical¡±, explica Francisca Molero, ginec¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa. ¡°En estos casos, aunque se produzca el orgasmo, puede que no se identifique como tal porque es una sensaci¨®n distinta, al no notar el semen pasando por la uretra. A veces, con determinados f¨¢rmacos, especialmente antipsic¨®ticos o antidepresivos, la sensaci¨®n org¨¢smica que suele acompa?ar a la eyaculaci¨®n se pierde o resulta casi imperceptible¡±, comenta esta sex¨®loga.
Para Molero, ambos sexos enga?an. ¡°Aunque mucho menos que antes. Lo m¨¢s normal es que se finja al principio de la relaci¨®n, para quedar bien o no herir los sentimientos del otro; porque el tema sexual es cada vez m¨¢s importante para que la pareja funcione; la insatisfacci¨®n sexual, mantenida en el tiempo, es uno de los principales motivos de ruptura¡±. Fingimos por nosotros, por el otro y por la relaci¨®n, pero no siempre es f¨¢cil alargar la representaci¨®n. ¡°Generalmente, las mujeres que fingen asiduamente terminan contando la verdad, haciendo visible el problema. Al hombre le cuesta m¨¢s ser sincero, teme perder su estatus de macho alfa, tanto con las mujeres como con su grupo de amigos¡±, se?ala Ra¨²l Gonz¨¢lez, sex¨®logo, psicopedagogo y terapeuta de pareja del gabinete de apoyo terap¨¦utico A la Par, en Madrid.
El arte de fingir se complica para las parejas homosexuales, ya que dos personas del mismo sexo comparten la misma biolog¨ªa. ¡°Todav¨ªa quedan hombres inexpertos para los que la respuesta sexual femenina sigue siendo un misterio. Pero esto no pasa en una pareja de lesbianas, que saben cu¨¢ndo su chica est¨¢ suficientemente lubricada. Y lo mismo ocurre entre dos amantes varones, que son muy conscientes de los signos de la p¨¦rdida de erecci¨®n o la sensaci¨®n de eyaculaci¨®n¡±, comenta Gonz¨¢lez.
Desgraciadamente, la temida confesi¨®n de que se ha estado fingiendo se hace, la mayor parte de las veces, en un momento de furia en el que, al modo de Roc¨ªo Jurado, se reconoce que ¡°hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo¡±. ¡°Lo ideal ser¨ªa que se tratara este tema en una conversaci¨®n sincera, fluida, teniendo en cuenta los sentimientos del otro; pero la mayor parte de las veces se cae en el sincericidio, cuando la relaci¨®n est¨¢ ya muy deteriorada, y se suelta: ¡®Pues que sepas que llevo meses que ni me entero¡±, apunta Gonz¨¢lez. ¡°Alguien dijo que la uni¨®n de dos personas era la uni¨®n de dos deseos y dos ego¨ªsmos. Yo lo ampl¨ªo a cuatro; ya que cada persona tienen dos deseos (el de desear y ser deseado) y dos ego¨ªsmos (quiero pas¨¢rmelo bien y quiero que el otro disfrute conmigo). Y compaginar todos estos elementos no siempre es f¨¢cil¡±.
Si encajar todas estas piezas en el puzle puede ser complicado, algunos optan por separar orgasmo y placer, y relaci¨®n sexual con uno mismo y con otros. Era el caso de Elvis Presley, quien sosten¨ªa que el mejor sexo se consegu¨ªa con la masturbaci¨®n. Tambi¨¦n es el caso de Alicia (44 a?os, Madrid), quien reconoce: ¡°Yo he aprendido a disociar placer puro de relaci¨®n porque es muy dif¨ªcil que se junten estos dos factores, a no ser que uno est¨¦ muy, muy enamorado. La mayor parte de la gente obtiene m¨¢s placer masturb¨¢ndose que en un encuentro, donde deben encajar cuerpos, preferencias, respuestas sexuales y hasta traumas¡±.
?D¨®nde queda entonces la interacci¨®n con el otro, el encuentro, la comunicaci¨®n? ?Es mejor bailar solo que en pareja? Para Gloria Arancibia Clavel, sex¨®loga y psic¨®loga con consulta en Madrid, el problema es siempre el mismo: ¡°La falta de conocimiento, de informaci¨®n, de una educaci¨®n sexual en el placer y en el disfrute, ya que, aunque se ha avanzado mucho, queda todav¨ªa un largo camino por recorrer¡±. Seg¨²n afirma esta experta, para muchos el fin de un encuentro sexual sigue siendo el orgasmo y, si no se consigue, se finge; porque la sexualidad en pareja se plantea desde la exigencia, el control, los objetivos y los protocolos: ¡°Tendr¨ªamos que aprender lo que es el placer sin reglas. La relaci¨®n sexual empieza con la seducci¨®n, el tocarse, el mirarse, el calentarse. Sin objetivos, sin coreograf¨ªas, sin mapas que seguir porque la vivencia del cuerpo cambia. No hay dos relaciones sexuales iguales¡±.
Nada m¨¢s liberador que acabar con las metas para no tener que fingir haber llegado a ellas. La relaci¨®n sexual deber¨ªa concebirse como una expedici¨®n con un desconocido, por un territorio virgen, al modo de aquellas pel¨ªculas de exploradores que se internaban en la selva. Entonces hab¨ªa que estar enfocado, tranquilamente, en el presente, en los sonidos, en el olor, en los animales que pudieran aparecer en escena; ya que si tu mente fantaseaba con el futuro o el pasado, te distra¨ªas y te perd¨ªas el galope de una gacela de Thomson saliendo de la espesura.
Fingir orgasmos no es de las peores cosas que pueden pasar en la cama. A veces, los sex¨®logos ponen como tarea a las mujeres anorgasmias que simulen el cl¨ªmax a la manera de Sally; por esa idea de que pretendiendo algo uno se acerca a conseguirlo. Lo que es bastante patente en la risoterapia. Haga que sonr¨ªe y acabar¨¢ sonriendo de verdad. Pero al margen de este ejercicio terap¨¦utico, fingir es de esas mentiras que acaban perjudicando m¨¢s al que las dice que al que las escucha.
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