Tracey Follows, futur¨®loga: ¡°?Qui¨¦n tendr¨¢ el control de la inteligencia artificial aplicada al sexo? Porque no ser¨¢ el usuario¡±
En un futuro muy pr¨®ximo, existir¨¢ la posibilidad de acceder a un extenso men¨² de pr¨¢cticas sexuales, en las que el cuerpo ya no ser¨¢ un l¨ªmite. La profesora y autora de ¡®The Future of You¡¯ cree que tener una novia virtual llegar¨¢ a ser visto como aceptable dentro de la narrativa de la diversidad
En alg¨²n momento, ya bastante atr¨¢s, se nos dibuj¨® un futuro pl¨¢cido, donde los robots realizar¨ªan las tareas m¨¢s duras y los seres humanos tendr¨ªamos tiempo para el desarrollo personal y el placer en una sociedad hedonista. Sin embargo, la pel¨ªcula Blade Runner (1982) ya nos alert¨® de la posibilidad de que la tecnolog¨ªa se hiciera con los mandos y empa?ara este feliz devenir. A d¨ªa de hoy, la inteligencia artificial (IA) se mira con bastante recelo; en parte, porque viene determinada a acabar con muchos de los ya escasos puestos de trabajo; en parte, porque nos dibuja un mundo para el que todav¨ªa no estamos preparados. Una vez m¨¢s, los avances tecnol¨®gicos van a un ritmo demasiado acelerado para nuestras mentes, leyes y moral.
En el a?o 2018, el f¨ªsico, matem¨¢tico y futur¨®logo Ian Pearson fue entrevistado en SModa sobre el sextech, t¨¦rmino que define la alta tecnolog¨ªa aplicada al sexo. En un informe sobre el futuro del sexo que elabor¨® para Bondara, una marca inglesa de tiendas er¨®ticas online, Pearson pronostic¨®: ¡°A partir de 2025, muchos de los hogares m¨¢s ricos del mundo contar¨¢n con un robot sexual. En 2035, la mayor¨ªa tendr¨¢ un juguete sexual con el que interactuar¨¢ en realidad virtual y, en 2050, el sexo entre personas y robots superar¨¢ a las relaciones entre humanos¡±.
Pero el uso de los humanoides es solo la punta del iceberg de todo lo que la tecnolog¨ªa tiene preparado para nuestra vida privada. Y, desde luego, no es, ni de lejos, lo m¨¢s inquietante. En un futuro muy pr¨®ximo, existir¨¢ la posibilidad de acceder a un extenso men¨² de pr¨¢cticas sexuales, en las que el cuerpo ya no ser¨¢ un l¨ªmite. ¡°La gente podr¨¢ hacerse un replicante, exactamente igual, y tener (literalmente) sexo consigo mismo. La realidad virtual nos permitir¨¢ tener relaciones a distancia y sentir besos, caricias y contactos, gracias a sensores conectados a pantallas t¨¢ctiles que enviar¨¢n mensajes al cerebro. Ser¨¢ f¨¢cil materializar la fantas¨ªa que cualquiera imagine, o fabricar la r¨¦plica de alguien que haya muerto. Es ya factible suspender, temporalmente, la consciencia para percibir sensaciones de otros cuerpos. Por ejemplo, si se quiere experimentar el cambio de sexo o tener otra edad. O podemos intercambiar cuerpos, tener relaciones ¨ªntimas y que cada uno sienta lo que siente el otro¡±, apuntaba Pearson.
Para el cient¨ªfico e investigador Brian Roemmele, la inteligencia artificial es la electricidad del futuro y, desde la perpectiva del sexo, ya hay personas que se identifican como digisexuales, aquellos cuya identidad sexual primaria est¨¢ ligada al uso de la tecnolog¨ªa y no necesitan de otros humanos para tener relaciones ¨ªntimas.
Tracey Follows est¨¢ entre las 50 mujeres futuristas m¨¢s destacadas del mundo. Es autora del libro The Future of You, presentadora del podcast del mismo nombre y profesora invitada, experta en Futuros Digitales e Identidad, en la Staffordshire University, en el Reino Unido. Con ella hablamos de c¨®mo la inteligencia artificial afectar¨¢ al sexo y las relaciones.
PREGUNTA. El ¨¢mbito de la sexualidad parece un buen lugar para poner en pr¨¢ctica la inteligencia artificial porque est¨¢ pensada para el placer, no para el trabajo, y porque es como una varita m¨¢gica con el poder de hacer realidad todas las fantas¨ªas. Un espacio amigable para promover esta herramienta tan controvertida. ¡±?Ves, la IA ha venido al mundo para hacernos m¨¢s felices y no para quitarnos el trabajo!¡±.
RESPUESTA. Creo que todo depende de c¨®mo la utilicemos. La IA podr¨¢ hacer muchas cosas y, en colaboraci¨®n con los humanos, se utilizar¨¢ para realizar muchas de las tareas que hoy damos por sentadas. Una cosa acerca de la IA generativa es que convierte todo lo que imaginas en una imagen. Puede tomar una imagen mental y convertirla en una imagen concreta mediante el proceso de ¡°texto a imagen¡± o ¡°texto a v¨ªdeo¡±. Y debido a que gran parte de la sexualidad tiene que ver con nuestros deseos (algunos secretos, otros p¨²blicos), las personas podr¨¢n comunicar mejor esos deseos de maneras nuevas y, aparentemente, m¨¢s obvias.
P. Si hay algo que debemos aprender en la era de la IA es que, si antes una imagen era prueba de que algo era real, ahora ya no. La industria del porno es el mejor ejemplo. Mediante la realidad virtual se pueden crear o recrear personajes con los que tener relaciones sexuales (desde un vecino a Scarlett Johansson). Es el ejemplo de webs como MrDeepFakes. El triste caso de las chicas del instituto de Almendralejo, en Espa?a, constata que las leyes y las medidas de seguridad van m¨¢s lentas que la tecnolog¨ªa.
R. Creo que pronto llegar¨¢ una normativa para regular o reducir algo de esto. Los c¨®digos morales y legales que existen en el mundo real intentar¨¢n ser transportados al mundo digital. Por ejemplo, no abraces ni beses a un avatar que no conoces sin su consentimiento. Pero creo que probablemente fracasar¨¢n, ya que la din¨¢mica personal de un mundo digital o un entorno virtual es diferente a la del mundo real. Habr¨¢ que hacer leyes que se ajusten a este nuevo universo.
P. Cuando hablamos de IA aplicada al sexo, la gente piensa autom¨¢ticamente en robots sexuales. ?Cree, como su colega Ian Pearson, que para el 2050 las relaciones sexuales entre personas y robots superar¨¢n a las de los humanos?
R. Podr¨ªa ser. Mire lo popular que se volvi¨® el sexo telef¨®nico en las ¨²ltimas d¨¦cadas y luego el cibersexo. Cualquiera que sea la tecnolog¨ªa que invente el hombre, siempre encontrar¨¢ una manera de utilizarla para satisfacer sus deseos. Si pensamos en OnlyFans y otros sitios, la gente ya est¨¢ empezando a fabricar sus personajes, hasta el punto de que bien podr¨ªan presentarse como avatares. En Jap¨®n, un gran n¨²mero de hombres j¨®venes prefieren ya tener relaciones con sus asistentes de d¨ªgitos, avatares o novias hologr¨¢ficas, en vez de lidiar con la complejidad de las relaciones en la vida real. Y esta tendencia va en aumento. Me basar¨¦ en la predicci¨®n del Dr. Pearson diciendo que creo que esto llegar¨¢ a ser visto como aceptable dentro de la narrativa de la diversidad. Es decir, una novia virtual ser¨¢ simplemente otra opci¨®n, y esa ser¨¢ la forma en que este comportamiento de relaci¨®n entre humanos e IA ser¨¢ aceptado, bajo el lema de ¡°inclusividad¡±.
P. Muchos lo ver¨¢n como una bendici¨®n, pero ?no cree que las relaciones entre avatares, creados por IA, y humanos pueden ser igualmente complejas; especialmente cuando los primeros empiecen a ser cada vez m¨¢s sofisticados e imiten o desarrollen emociones similares a las humanas?
R. Escrib¨ª un libro sobre esto llamado The Future of You en el que sugiero que estos compa?eros y aplicaciones de IA llegar¨¢n a perfilarte a ti y a tu vida hasta tal punto, se adaptar¨¢n a ese conocimiento tan fielmente, que se convertir¨¢n en un espejo tuyo. Es decir, una novia de IA se programar¨¢ a tal perfecci¨®n para complacer a su due?o que, al final, los dos se convertir¨¢n en uno solo. En ese momento deja de ser interesante y, adem¨¢s, deja de ser una relaci¨®n para parecerse m¨¢s a una masturbaci¨®n. Este es uno de los peligros. Y, por otro lado, creo que habr¨ªa que distinguir entre la tecnolog¨ªa que se emplea para satisfacer nuestros deseos sexuales y la destinada a mejorar la conexi¨®n humana. Ya es posible enviar o sentir un abrazo a distancia; y no ser¨ªa nada raro que los anillos de boda del futuro lleven incorporado este tipo de tecnolog¨ªa. Pero eso es distinto a esa otra rama de la tecnolog¨ªa que busca satisfacer fantas¨ªas, provocar deseo, escape y, en cierto sentido, desconexi¨®n. Me imagino que el porno deepfake seguir¨¢ creciendo y ser¨¢ muy dif¨ªcil regularlo, as¨ª que si quieres tener sexo con tu Kardashian favorita, puedes hacerlo. Todo lo que se necesita son algunas im¨¢genes fotogr¨¢ficas o v¨ªdeos y una plataforma de inteligencia artificial para tener relaciones sexuales con el vecino de al lado. Los efectos psicol¨®gicos de esto, tanto en el usuario como en el que est¨¢ siendo utilizado, pueden ser realmente oscuros.
P. Todos estos avances pueden hacer que nuestra vida sexual sea m¨¢s f¨¢cil y, para las personas solitarias, incluso posible; pero apretar un bot¨®n y tener un orgasmo en 10 segundos podr¨ªa ser contraproducente. ?No cree que el hecho de que ya no tengamos que esforzarnos por seducir a alguien, o por desarrollar ciertas t¨¦cnicas amatorias, nos har¨¢ menos inteligentes y emp¨¢ticos y m¨¢s inconscientes y ego¨ªstas?
R. Me pregunto si estamos asumiendo que una cosa sustituir¨¢ a la otra. Es muy posible que la mayor parte de esta tecnolog¨ªa sexual complemente lo que ya hacemos en el mundo real y, en cierto sentido, acent¨²e la necesidad de hacer m¨¢s esfuerzos en la realidad. ?Los servicios de entrega de comida han anulado nuestra necesidad de salir a restaurantes? No, simplemente han aumentado a¨²n m¨¢s nuestra pasi¨®n por la comida, en general. Creo que lo que veremos es que crecer¨¢ nuestro inter¨¦s por el sexo en todos sus aspectos. Es muy probable que aparezcan programas de televisi¨®n destinados a emparejar a personas con compa?eros sexuales de IA. Tambi¨¦n se volver¨¢n populares los espacios que muestren c¨®mo utilizar la tecnolog¨ªa sexual en realidad virtual o en l¨ªnea, y se emitir¨¢n bajo el adjetivo de ¡°educativos¡±.
P. Si la revoluci¨®n sexual de los a?os setenta signific¨® separar el sexo de la reproducci¨®n (gracias a la p¨ªldora anticonceptiva) y del amor (sexo casual); la alta tecnolog¨ªa promete brindarnos el mejor sexo posible, fisiol¨®gicamente hablando. Los robots y los variados mecanismos tendr¨¢n acceso directo a las ¨¢reas er¨®genas del cerebro, algo imposible incluso para el amante m¨¢s experto. ?Significa esto que la IA podr¨¢ ayudar con muchas disfunciones sexuales como la anorgasmia, los problemas de erecci¨®n o la falta de deseo?
R. Si la IA puede analizar el comportamiento humano y encontrar patrones en ¨¦l, es posible que tambi¨¦n pueda diagnosticar y hasta reprogramar a las personas hacia ciertos comportamientos y deseos, o alejarlos de otros. Algunos productos y servicios de sextech se centran en abordar problemas como la disfunci¨®n er¨¦ctil, la libido baja o la recuperaci¨®n de un trauma sexual a trav¨¦s de programas guiados y apoyo. Hay tambi¨¦n aplicaciones y dispositivos que promueven la relajaci¨®n y que pueden mejorar la vida sexual al crear un entorno m¨¢s propicio para la intimidad. La realidad virtual y la realidad aumentada pueden proporcionar formas nuevas y emocionantes para que las personas y las parejas exploren sus fantas¨ªas y participen en escenarios de juegos de roles, agregando variedad y emoci¨®n a sus vidas sexuales.
P. Imagino que la IA aplicada a la sexualidad nos llevar¨¢ a reformular muchos conceptos como infidelidad, parejas abiertas, intimidad, celos¡
R. Sin duda. La IA nos har¨¢ abarcar conceptos psicosexuales totalmente nuevos y emergentes, de los que a¨²n no hemos o¨ªdo hablar, o con los que a¨²n no hemos llegado a un acuerdo. Estamos en un vasto terreno a explorar y la gran pregunta es: ?qui¨¦n tiene el control de esta IA? Porque no ser¨¢ el usuario. Ser¨¢ una gran empresa de tecnolog¨ªa a la que el usuario se haya suscrito. Eso significa que el consumidor ser¨¢, en cierto modo, un reh¨¦n de esa empresa y de lo que le permita o no le permita hacer; y que estar¨¢ bajo las obligaciones morales de esa compa?¨ªa. De la misma manera que Twitter o Facebook censuran a ciertos usuarios por sus opiniones, tendremos compa?¨ªas de tecnolog¨ªa que har¨¢n lo mismo con sus clientes, en base a sus comportamientos. ?Qu¨¦ puede pasar entonces? Imagina que socialmente programan usos hacia la homosexualidad, en lugar de la heterosexualidad, o hacia tr¨ªos en lugar de parejas. Entonces podr¨ªas terminar con un conjunto de deseos que nunca pensaste que fueran parte de ti, pero que te han programado a trav¨¦s de manipulaci¨®n mental. Otro de los grandes peligros ser¨¢ ese enorme conjunto de datos, muy ¨ªntimos, que las empresas tendr¨¢n de sus usuarios. ?Qu¨¦ cosas podr¨ªan hacer con ellos? ?O qu¨¦ pasar¨ªa si caen en manos de piratas inform¨¢ticos?
P. ?No cree que los trastornos mentales o de personalidad tambi¨¦n pueden incrementarse, en un campo, el sexual, donde los sentimientos y afectos est¨¢n muy presentes? Me refiero a perder la noci¨®n de la realidad, o a tener problemas para identificar qu¨¦ es real y qu¨¦ no.
R. Me pregunto si parte de la regulaci¨®n podr¨ªan ser mensajes, despu¨¦s de un encuentro, que te orienten o te pidan que registres tu estado emocional, para que la IA pueda analizarlos y buscar patrones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.