Anorgasmia, la imposibilidad de llegar al ¨¦xtasis
El 8 de agosto es el D¨ªa Internacional del Orgasmo Femenino, sin embargo, muchas no logran alcanzarlo, y no por causas f¨ªsicas. Es la brecha org¨¢smica de g¨¦nero, que hunde sus ra¨ªces en motivos psicol¨®gicos, de desconocimiento del cuerpo y hasta culturales
Hombres y mujeres vienen al mundo con el kit de herramientas esencial para la vida; que no para la sociedad, que es la interpretaci¨®n humana de la existencia, llena de aditivos, edulcorantes, sustancias artificiales y conservantes. Cuando los depresivos sienten que la vida no tiene sentido, sin duda se refieren a la sociedad. En materia sexual ocurre lo mismo. Todos estamos perfectamente equipados para el placer, pero en el camino ocurren acontecimientos que nos impiden acceder a ¨¦l. Es como un archivo o un programa que han metido en nuestro ordenador. Sabemos que est¨¢ ah¨ª, pero no tenemos acceso directo y no podemos encontrarlo; ya sea por desconocimiento o porque nos lo han cambiado de sitio.
La anorgasmia femenina es algo parecido. Mujeres sanas, con sus genitales y cl¨ªtoris en perfectas condiciones, y sin un historial de traumas sexuales, no alcanzan el ¨¦xtasis. Un reciente estudio de The Journal of Sexual Medicine dice que un 42% de las mujeres en Estados Unidos no alcanzan el cl¨ªmax. ?Qu¨¦ es lo que no funciona? ?Sus cuerpos, sus mentes, o ser¨¢n sus h¨¢bitats, poco propicios para abrazar lo que los franceses llaman la petite mort?
Pero descartemos primero las causas org¨¢nicas, que las hay, aunque no son las m¨¢s frecuentes. ¡°Hay ciertas patolog¨ªas y f¨¢rmacos que pueden dificultar la descarga org¨¢smica¡±, se?ala Francisca Molero, ginec¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa. ¡°Aqu¨ª entrar¨ªan las que afectan a la salud mental, enfermedades neurol¨®gicas, vasculares, neuroendocrinas, metab¨®licas e incluso las que afectan a nivel m¨²sculo esquel¨¦tico. Las m¨¢s frecuentes son la ansiedad, la depresi¨®n y sus tratamientos; las patolog¨ªas que comprometen la excitaci¨®n, como la hipertensi¨®n, diabetes o las relacionadas con el dolor p¨¦lvico o genital; y, por supuesto, las patolog¨ªas del suelo p¨¦lvico, una estructura muy importante para sentir las sensaciones genitales¡±.
El cuerpo es el veh¨ªculo en el que nos montamos para acceder al placer gracias a los aprendizajes motores y psicomotores que se desarrollan desde el nacimiento; que permiten vivir las intensidades corporales a partir de las cuales vendr¨¢n las emociones y el placer. Este desarrollo es fisiol¨®gico, anterior a las capacidades cognitivas que nos permiten muchas cosas, entre otras hablar. Por lo tanto, desconocer el funcionamiento corporal es otra de las causas m¨¢s comunes y b¨¢sicas de la anorgasmia.
¡°Antiguamente, la moral imperante penaba la autoexploraci¨®n y la sensualidad¡±, explica Molero. ¡°Las nuevas generaciones, afortunadamente, no han sufrido esta lacra, pero sigue existiendo mucho desconocimiento y la gente es muy impaciente. Hay mujeres que solo llegan al orgasmo a trav¨¦s de la masturbaci¨®n y de una manera muy concreta; por lo que en pareja la cosa se complica. Otras echan mano del vibrador como un atajo y evitan explorarse m¨¢s a fondo, reconocer sensaciones y disfrutar del trayecto. O lo hacen sin deseo. Y las hay que tienen unas expectativas tan altas respecto a lo que debe ser un orgasmo que, cuando lo experimentan, no lo identifican como tal. Generalmente, se dec¨ªa que cuando alguien no ten¨ªa claro si hab¨ªa tenido orgasmos o no es que no los hab¨ªa tenido. Pero vemos en consulta que esta posibilidad existe¡±, se?ala esta ginec¨®loga.
Somos cabezas que, la mayor parte del tiempo, arrastran una anatom¨ªa, sin preocuparnos mucho de lo que ocurre m¨¢s abajo del cuello. Sin embargo, aspiramos a llegar al s¨¦ptimo cielo en tiempo r¨¦cord. Elena Capelo es psic¨®loga y trata, entre otras cosas, problemas de anorgasmia en el Centro Psicol¨®gico CEPSIM, en Madrid. ¡°Una buena relaci¨®n con el cuerpo es fundamental para el buen sexo. Por un lado, est¨¢ la gente que est¨¢ descontenta con su f¨ªsico por razones est¨¦ticas, porque no cumple con el canon de belleza exigido en cada momento¡±, se?ala, ¡°pero, independientemente de esta condici¨®n, la mayor¨ªa de la gente est¨¢ muy desconectada con el cuerpo. No nos han ense?ado a dialogar con ¨¦l, a escucharlo, a reconocer los est¨ªmulos que nos manda, a saber cu¨¢ndo estamos excitados o cu¨¢ndo sentimos deseo. Solo nos ocupamos del cuerpo cuando se presenta una enfermedad y la educaci¨®n f¨ªsica se limita a practicar una serie de deportes destinados a competir¡±.
Enfocarse, m¨¢s de lo necesario, en el cuerpo siempre ha estado penado. Si antes explorarse era pecado, luego pas¨® a ser vergonzoso. ¡°Algunas mujeres a las que les cuesta llegar al orgasmo cuentan que, de peque?as, fueron pilladas por alg¨²n familiar mientras estaban toc¨¢ndose o mir¨¢ndose al espejo y eso les hizo sentir mucha verg¨¹enza. Es como un peque?o trauma que ha quedado ah¨ª y que supone un obst¨¢culo para el placer que hay que trabajar¡±, se?ala Francisca Molero.
El cuerpo es objeto de estudio del Sexocorporel, un enfoque sexol¨®gico creado por Jean-Yves Desjardins (1931-2011) y que parte de la premisa de que todo lo que ocurre en nuestra fisiolog¨ªa tiene su correlaci¨®n en las emociones de las cogniciones. Claude Roux-Deslandes es m¨¦dica, sex¨®loga y disc¨ªpula de Desjardins y vive en Francia, donde pone en pr¨¢ctica y ense?a los principios de esta disciplina. Para entender la cuesti¨®n que nos ocupa, seg¨²n Deslandes, hay que diferenciar entre orgasmo y orgasto. ¡°En el orgasto se llega al umbral de excitaci¨®n y tensi¨®n sexual requerida para el orgasmo de manera mec¨¢nica, pero falta la emoci¨®n y la cognici¨®n¡±, apunta Roux-Deslandes. ¡°Por lo tanto, se alcanza la curva de excitaci¨®n adecuada, pero no se experimenta un orgasmo; porque para que este ¨²ltimo se produzca hacen falta m¨¢s elementos. Es lo que les ocurre, por ejemplo, a las v¨ªctimas de violaci¨®n. Sus cuerpos responden a unos est¨ªmulos y pueden tener un orgasto, pero, debido al trauma que est¨¢n viviendo no llegan al orgasmo¡±.
Roux-Deslandes habla de los verbos del erotismo que hay que utilizar y conjugar para poder experimentar la variedad de sensaciones org¨¢smicas: ¡°Para llegar al orgasmo hay que saber utilizar el cuerpo con sus leyes, como en todas las artes corporales, de una determinada manera, porque todo es fisiol¨®gico y cuerpo y mente est¨¢n en estrecha conexi¨®n. Hay mujeres que saben hacer esto de manera natural, pero otras deben aprenderlo o aprenderlo de nuevo, si lo han bloqueado por alg¨²n trauma. Hay que saber respirar y, sobre todo, exhalar (sin¨®nimo de soltar). Hay que saber mover la pelvis de una determinada manera; sobre todo poder jugar con la b¨¢scula p¨¦lvica, y que el movimiento llegue hasta los hombros y la cabeza. Hay que compaginar ritmos lentos y r¨¢pidos y hay que utilizar los cinco sentidos para erotizar el cuerpo. La risa tambi¨¦n ayuda mucho porque cuando re¨ªmos, o lloramos, estamos soltando emociones y, sobre todo, hay que acostumbrarse a jugar con el cuerpo¡±, afirma la sex¨®loga francesa. Sabiendo utilizar el cuerpo, curamos la mente y viceversa; ya que los problemas se reflejan en los dos ¨¢mbitos, ¨ªntimamente ligados. Por eso el abordaje de la anorgasmia suele ser casi siempre multidisciplinar.
Otra faceta a tener en cuenta en este trastorno es revisar los apegos. ¡°Simplificando mucho, llamamos apego a lo seguro o inseguro que uno se siente en cualquier tipo de relaci¨®n con otra persona¡±, puntualiza Elena Capelo, ¡°y eso se aprende en la familia. Est¨¢n el apego seguro y los inseguros, que son tres: el evitativo, propio de las personas a las que les cuesta socializar, que evitan mostrase y conectar con otros para evitar el peligro. El segundo es el ansioso o ambivalente, es el de quienes necesitan de los otros, pero no acaban de fiarse de ellos y, por lo tanto, buscan todo el tiempo muestras de su lealtad. El apego desorganizado es el que muestran los que han sufrido violencia en su infancia. Ellos han aprendido que las relaciones sociales implican maltrato y las viven con miedo, al mismo tiempo que las necesitan. A una mujer que haya construido un apego inseguro en su infancia, debido al entorno en el que ha crecido, le costar¨¢ m¨¢s confiar en la pareja, dejarse llevar, abrirse al otro, perder el control. Requisitos muy en consonancia con la conquista del ansiado orgasmo¡±, se?ala Capelo.
De hecho, si hay una palabra que se opone, por naturaleza, al placer y al ¨¦xtasis, es el vocablo control. Y si hay un perfil de personalidad anorg¨¢smica es el de la mujer controladora, autoexigente, racional y poco conectada con su cuerpo. En este sentido, los modelos sociales a seguir pueden ser muy castrantes; desde la mujer que ten¨ªa que llegar virgen y pura al matrimonio de nuestros padres y abuelos hasta la superwoman que debe sacar sobresaliente en todas las materias: laboral, econ¨®mica, familiar, social y sexual.
¡°Trabajo en un centro desde hace m¨¢s de cuarenta a?os¡±, cuenta Roux-Deslandes, ¡°y ¨²ltimamente veo que las j¨®venes est¨¢n en peligro de no soltarse. Se les pone cada vez responsabilidad en la relaci¨®n sexual. En el tema del consentimiento, por ejemplo, que est¨¢ muy bien y que es esencial en un encuentro, ellas sienten que son las que deben manejar ese tema, vigilar que no haya conductas machistas o violentas. Puede que haya mujeres que compaginen esa tarea con la de dejarse llevar, pero para muchas supone estar alerta y no perder el control en ning¨²n momento; porque yo creo que este aspecto, tan necesario, se ha explicado mal a las nuevas generaciones¡±.
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