Crucigramas, sudokus y autodefinidos: ?por qu¨¦ los pasatiempos tradicionales resisten a TikTok?
Las revistas impresas centradas en retos mentales han incrementado sus ventas respecto a los ¨²ltimos 20 a?os. La desconexi¨®n digital, entrenar la mente e incluso el sentimiento de nostalgia explican por qu¨¦ estas formas de entretenimiento anal¨®gico son inmunes al paso del tiempo
Cualquiera que use el transporte p¨²blico para desplazarse a diario comparte espacio con miles de personas que tienen inclinadas las cabezas hacia delante para mirar absortos las pantallas de sus m¨®viles. Algunos escriben ¨Dpor el movimiento de sus dedos¨D y otros navegan por cualquier red social atrapados en un infinito scroll que les muestra contenido a capricho del algoritmo. Es una forma de pasar el tiempo, de rellenar el rato que ocupa el trayecto y mantenerse entretenido. Seg¨²n los datos recogidos por DataReportal, en 2024, el tiempo diario dedicado al uso de las redes sociales en Espa?a es, de media, una hora con 54 minutos. Casi dos horas al d¨ªa empleadas en deambular entre v¨ªdeos de recetas de cocina saludable, gatos afables que abrazan a beb¨¦s o reels que muestran c¨®mo componer un buen look con cuatro prendas b¨¢sicas.
Sin embargo, mientras que esta forma de pasar el tiempo est¨¢ m¨¢s que normalizada, cada vez son m¨¢s los negocios que aterrizan en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona cuyo mayor reclamo es precisamente lo contrario: ofrecer actividades anal¨®gicas para pasar el tiempo. As¨ª, proliferan los talleres de alfarer¨ªa, las clases de bordado o los locales donde, al mismo tiempo que te tomas un caf¨¦ con leche, puedes pintar una taza. El pasatiempo tradicional como forma de ocio encuentra su espacio cuando se relaciona con eso que llaman desconexi¨®n digital. El af¨¢n de buscar el utilitarismo a todo, fruto de una sociedad ultracapitalista, convierte a las cosas que por definici¨®n no tienen por qu¨¦ ser ¨²tiles en imprescindibles para hacernos mejores en algo. En este contexto, parece que tienen m¨¢s cabida que nunca las formas m¨¢s cl¨¢sicas de retos mentales: los crucigramas, sudokus y autodefinidos. Juegos que, adem¨¢s de constituir una forma entretenida de pasar el rato, contribuyen a mejorar la agudeza mental.
As¨ª se explica que, en la actualidad, las revistas impresas de pasatiempos hayan incrementado sus ventas respecto a hace 20 a?os cuando, seg¨²n los propios editores, hab¨ªan quedado relegadas a las ¨²ltimas filas del quiosco. ¡°En 2012, nuestro producto estaba al lado de las revistas porno del quiosco, detr¨¢s de todo y casi metido en una caja de zapatos. Sin embargo, ahora, en cualquier local de venta de prensa los pasatiempos est¨¢n en un lugar m¨¢s que visible. M¨¢s all¨¢ de una estrategia comercial, est¨¢ claro que el punto de venta le da visibilidad al producto que vende¡±, comenta en conversaci¨®n con EL PA?S David Wakefield, director general del grupo Keesing Spain, editorial dedicada, en exclusiva, a revistas de pasatiempos como Quiz o Megastar.
Cabe preguntarse entonces qu¨¦ ha cambiado para que en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas el inter¨¦s por el pasatiempo en papel haya aumentado. Seg¨²n Wakefield, aunque su target principalmente es gente jubilada, con m¨¢s tiempo libre, est¨¢n notando un acercamiento cada vez mayor de un p¨²blico joven a partir de 30 a?os. ¡°Sobre todo en sudokus y autodefinidos¡±, apunta. Parece que al ir cumpliendo a?os son muchas las personas que toman conciencia de la necesidad de desconectar de sus m¨®viles y centrar la atenci¨®n en otra actividad que mantenga sus ratos libres cubiertos y, adem¨¢s, les aporte algo, ya sea ganar agilidad mental, enriquecer su vocabulario o una mezcla de ambas.
Si se pone atenci¨®n, es f¨¢cil comprobar c¨®mo en cualquier tienda de prensa, quiosco o incluso supermercado las revistas de pasatiempos han ganado visibilidad respecto a a?os anteriores. Su est¨¦tica, adem¨¢s, es altamente reconocible: un tama?o m¨¢s peque?o que el de las revistas cl¨¢sicas, tipo de papel mate y maleable, portada ligeramente brillante y un t¨ªtulo muy grande que no deja lugar a la imaginaci¨®n.
Otra raz¨®n para que los adultos de treinta y tantos se est¨¦n acercando a este producto es que, al verlo, tambi¨¦n entre en juego cierto sentimiento de nostalgia, como ocurri¨® con la recuperaci¨®n del vinilo en su momento. La vinculaci¨®n de los pasatiempos en papel a un recuerdo del pasado, el del abuelo que se los llevaba a la playa o la madre que los ten¨ªa siempre sobre la mesa, funciona como buena puerta de entrada para aquellos a los que les parece buena idea hacer una actividad anal¨®gica en sus ratos libres en lugar de entrar en TikTok.
M¨¢s all¨¢ de las razones que captan la atenci¨®n de los nuevos perfiles, los consumidores m¨¢s fieles ¨Dlos jubilados, seg¨²n Wakefield¨D, ven en estos juegos mentales una posible prevenci¨®n a su deterioro cognitivo, una de las consecuencias producidas por la p¨¦rdida de masa cerebral que se va produciendo, en mayor o menor medida, conforme pasan los a?os. No importa tanto el formato, pues este tipo de p¨²blico tambi¨¦n frecuenta las secciones de pasatiempos que los medios digitales ofrecen, sino el reto mental que supone enfrentarse a ellos.
En 2022, un estudio dirigido por Davangere P. Devanand, profesor de Psiquiatr¨ªa y Neurolog¨ªa de la Universidad de Columbia (EE UU), someti¨® a an¨¢lisis el comportamiento de dos grupos de personas que padec¨ªan un empeoramiento cognitivo leve ¨Destratificados por edad y nivel de deterioro¨D. Durante 78 semanas, el primer grupo se someti¨® a la pr¨¢ctica diaria de una serie de ejercicios mentales dise?ados ex profeso para mejorar su agudeza mental, mientras que el segundo dedic¨® el mismo tiempo a realizar crucigramas con un grado de dificultad moderado. Los resultados obtenidos concluyeron que fue el grupo dedicado a la pr¨¢ctica de crucigramas el que present¨® mejores avances tanto en el desarrollo de sus tareas cotidianas como en el retraso de la p¨¦rdida de masa cerebral, que se redujo alrededor de un punto respecto a la cifra de las personas que realizaron los juegos de brain training. No obstante, seg¨²n matiza el propio Devanand en unas declaraciones realizadas para EL PA?S, ¡°este estudio sugiere que los crucigramas pueden ayudar, pero no es un estudio definitivo¡±. En este sentido, ning¨²n paciente curar¨¢ su deterioro cognitivo por hacer pasatiempos, pero su agudeza mental podr¨ªa mejorar.
Aunque el cerebro tiene un funcionamiento completamente diferente al del sistema muscular, pues el retraso en su deterioro no tiene una relaci¨®n tan directa como s¨ª la tiene la del m¨²sculo con su entrenamiento, los expertos en estudiar ambas estructuras coinciden en una m¨¢xima clara: lo que no se usa, se pierde. Ya sea por prevenci¨®n, por mejorar las habilidades mentales, por motivaciones que tienen que ver con la desconexi¨®n digital o incluso por moda, est¨¢ claro que las f¨®rmulas de los pasatiempos convencionales son inmunes al paso del tiempo. A diferencia de otros modos de entretenimiento, como tambi¨¦n lo son las redes sociales, tienen una raz¨®n de existir m¨¢s all¨¢ del puro disfrute.
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