El viaje del modernismo a la vanguardia: Louis Vuitton reimagina la idiosincrasia barcelonesa
El director creativo de la firma, Nicolas Ghesqui¨¨re, ha presentado sus nuevas propuestas en el Park G¨¹ell de Barcelona
1.800 empleados en cuatro f¨¢bricas en Catalu?a dedicados a la marroquiner¨ªa, ¡°y algunos art¨ªculos llevamos muchos a?os haci¨¦ndolos en Ubrique¡±, explica a este peri¨®dico Pietro Beccari, consejero delegado de Louis Vuitton desde hace algo m¨¢s de un a?o. Fue ¨¦l quien, en 2022, entonces al mando de Dior, organiz¨® el desfile crucero de Dior en Sevilla. No fue el primer desfile de una gran marca de lujo en Espa?a, pero s¨ª el primero en m¨¢s de medio siglo.
El negocio de la moda ha cambiado mucho desde entonces, hasta convertirse en una industria que ya no habla a minor¨ªas, sino a cientos de miles de personas a trav¨¦s de las celebridades y las redes sociales (Bernard Arnault, due?o de LVMH, el holding due?o de Louis Vuitton y Dior, entre otras, no es el hombre m¨¢s rico del mundo solo gracias a las minor¨ªas). El desfile de Dior fue un homenaje a los artesanos andaluces; suele ser as¨ª: desde que en 2006 Chanel organizara una pasarela fuera de los calendarios oficiales, con la excusa de que se trataba de una colecci¨®n para el p¨²blico que viaja a lugares c¨¢lidos en invierno, las grandes marcas (Gucci, Dior, Max Mara, Chanel o la propia Vuitton) lo han convertido en un show anual en itinerancia, que resalta la labor manufacturera de las ciudades en la que recala, desde la misma Acr¨®polis (Dior) hasta las pir¨¢mides de Egipto (tambi¨¦n Dior, pero su l¨ªnea masculina). La idea de hacer un desfile fuera de calendario no solo es atraer a la prensa a un viaje/inmersi¨®n en la ciudad de destino, una experiencia muy alejada de las muy estresantes semanas de la moda. Se trata tambi¨¦n de una colecci¨®n de esp¨ªritu comercial, que permanece de noviembre a mayo en las tiendas y que mezcla tendencias, prendas de invierno, verano y grandes ¨¦xitos de la marca en cuesti¨®n reinventados con la idiosincrasia de cada lugar en el que aterrizan.
Louis Vuitton no suele apelar a la artesan¨ªa de cada sitio que visita, sino a la idea del viaje: marca de ba¨²les y maletas desde mediados del siglo XIX y marca de moda desde hace poco m¨¢s de 25 a?os, el desfile crucero es, como cuenta el director creativo de la firma, Nicolas Ghesqui¨¨re, ¡°una especie de diario de viaje en el que intento aportar mi visi¨®n de cada ciudad a la que vamos. S¨¦ que es una visi¨®n desde fuera, de turista, pero es una forma de avanzar creativamente hablando¡±.
El hecho de que Louis Vuitton haya recalado este jueves 23 de mayo en Barcelona no necesita excusas ni homenajes a artesanos, ellos ya llevan a?os trabajando con curtidores y artesanos catalanes. Pero tambi¨¦n la tiene: la marca vuelve a ser uno de los patrocinadores de la Copa Am¨¦rica de vela, que este a?o se celebrar¨¢ en la capital catalana. ¡°Al final, este es un diamante con muchas aristas. Ya no es solo el lujo, tambi¨¦n la cultura, el arte o el deporte, y todo tiene que ir de la mano¡±, dice Beccari, consejero delegado de la firma, que, como era de esperar, patrocina los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs y acaba de lanzar una campa?a protagonizada por los tenistas Rafa Nadal y Roger Federer.
Puede que para el director creativo de la l¨ªnea femenina todo esto sea muy ajeno: Ghesqui¨¨re se dedica a crear a partir de directrices, del d¨®nde y cu¨¢ndo, pero, admirador confeso de la arquitectura contempor¨¢nea, despu¨¦s de desfilar en algunos de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos del mundo (muchos obra de Niemeyer, su arquitecto favorito) pens¨® inmediatamente en el Park G¨¹ell cuando se le plante¨® la posibilidad de desfilar en Barcelona. ¡°Ha sido un proceso largo. No ha sido f¨¢cil¡±, comenta Beccari sobre la elecci¨®n. Desde hace un par de semanas, algunos vecinos se han manifestado contra el hecho de que un lugar p¨²blico, patrimonio hist¨®rico, quedara cerrado al p¨²blico para un evento privado. Una discusi¨®n pol¨ªtica que ejemplifica las tensiones de un modelo de ciudad basado en el turismo extremo, un asunto que lleva muchos a?os en la agenda pol¨ªtica de la capital catalana, ajeno por completo a la firma, aunque por supuesto no es la primera vez que marcas de todo tipo, tambi¨¦n de gran consumo o tecnol¨®gicas, y equipos de f¨²tbol se han apropiado del espacio p¨²blico. Se esperaban protestas en la puerta del desfile. En una de las puertas, solo hubo fans enfervorecidos tanto de Vuitton como de las celebridades invitadas. En otra, unos 100 vecinos protestaron con lemas como ¡°la ciudad no es un parque tem¨¢tico¡± o ¡°los barrios no son una pasarela¡±.
¡°Yo s¨¦ que a alguien espa?ol esto le puede parecer un clich¨¦, y pido disculpas de antemano. He venido mucho a Espa?a, concretamente a Barcelona, y no he podido evitarlo¡±, comenta Ghesqui¨¨re de un desfile que, explica, ¡°tiene de todo y todo junto: formas arquitect¨®nicas de Bofill, que me obsesiona, trencad¨ªs de Gaud¨ª... pero tambi¨¦n encaje negro, siluetas de Zurbar¨¢n y gui?os a Vel¨¢zquez¡±, a?ade. Lo que no explica es que todos estos gui?os est¨¢n pasados por su propio lenguaje, curtido durante 15 a?os en los archivos de Balenciaga, que supo llevar con maestr¨ªa al presente. El lenguaje de Ghesqui¨¨re son los drapeados que parecen fluir con el movimiento, las siluetas (lo m¨¢s dif¨ªcil de conseguir en el dise?o) tan ajenas al resto como reconocibles para cualquiera, es que el encaje sea tridimensional, que un sombrero cordob¨¦s parezca vanguardista o que los colores tierra sean casi atemporales. Ghesqui¨¨re, que se confiesa admirador de Sybilla (¡°incre¨ªble como ha llevado esa idea de rigor tan espa?ola a lo contempor¨¢neo¡±, dice) y que ha buceado media vida en los archivos de Crist¨®bal Balenciaga, el gran icono de la moda espa?ola, no cae en t¨®picos ni en ideas manidas, reinventa el folclore con los ojos de alguien que mira de forma ¨²nica. Por algo es de los pocos dise?adores que se establecen durante m¨¢s de una d¨¦cada en casas de prestigio, algo que equivaldr¨ªa casi a medio siglo fuera de este sector hambriento de cambios.
¡°Hay gente que incluso visita los lugares que ha protagonizado desfiles crucero¡±, explica Beccari. Al margen de que m¨¢s colecciones de las dos tradicionales (primavera-verano y oto?o-invierno) sean o no necesarias, lo cierto es que los desfiles crucero tienen sentido m¨¢s all¨¢ de la propia colecci¨®n; en lo cultural, en lo econ¨®mico y hasta en lo institucional. Como es, o deber¨ªa ser, la propia moda.
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