?Pueden las desalinizadoras ser la soluci¨®n al problema del agua?
La modernizaci¨®n y el abaratamiento de los costes del proceso son clave para invertir en aumentar el n¨²mero y la capacidad de estas instalaciones
Espa?a cuenta con 765 plantas desalinizadoras, que producen alrededor de 1.800 hm? de agua al a?o, seg¨²n las cifras proporcionadas por la Asociaci¨®n Espa?ola de Desalaci¨®n y Reutilizaci¨®n (AEDyR), lo que sit¨²a al pa¨ªs ya en el cuarto del mundo en cuanto a capacidad total instalada. Este volumen de producci¨®n representa cerca del 6% de la demanda total estimada, que supone del orden de los 32.000 hm?, de acuerdo con los datos del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica y Reto Demogr¨¢fico. No obstante, como se?ala Bel¨¦n Guti¨¦rrez, miembro del consejo de direcci¨®n de dicha asociaci¨®n, desde este mismo ministerio tambi¨¦n se ¡°calcula que el cambio clim¨¢tico ha causado una p¨¦rdida en la disponibilidad de agua de 1.300 hect¨®metros c¨²bicos anuales desde 1980¡å.
Este dato es un reflejo de la situaci¨®n en la que se encuentran los recursos h¨ªdricos, que resultar¨¢n ¡°insuficientes en el medio plazo para los usos que requiere nuestro desarrollo socioecon¨®mico¡±, afirma Jos¨¦ Claramonte, director general de Facsa. Tanto es as¨ª que el reciente Estudio sobre el modelo de gesti¨®n del agua en Espa?a, publicado por esta compa?¨ªa, sit¨²a al territorio como ¡°el tercero de la UE con mayor estr¨¦s h¨ªdrico¡± en t¨¦rminos de agua dulce extra¨ªda respecto de los recursos renovables. Y el panorama no resulta halag¨¹e?o: otro informe, elaborado por la Comisi¨®n Europea y publicado en 2020, corrobora que casi la mitad de la poblaci¨®n espa?ola (22 millones de habitantes) reside en regiones con estr¨¦s h¨ªdrico, calculando que siete millones m¨¢s se sumar¨¢n a esta cifra en 2100 de cumplirse el peor escenario de calentamiento clim¨¢tico; esto es, un aumento de 3 ¡ãC en la temperatura media.
Para compensar esta situaci¨®n, apunta Guti¨¦rrez, ¡°la desalaci¨®n del agua de mar se postula como la soluci¨®n para incrementar la disponibilidad del recurso y cubrir las demandas existentes y futuras¡±. En su opini¨®n, el uso de la desalinizaci¨®n no solo aborda la escasez actual, sino que tambi¨¦n fortalece la seguridad h¨ªdrica a largo plazo, toda vez que las plantas proporcionan una fuente de agua m¨¢s all¨¢ de los recursos naturales. A esto se suma que no se ve afectada por la variabilidad clim¨¢tica, como confirma Francisco J. Baratech, presidente de Acuamed, quien destaca que ¡°el principal beneficio de la desalaci¨®n es la garant¨ªa de suministro de un agua de calidad, lo que resulta imprescindible en periodos de sequ¨ªa¡±.
Dos circunstancias que intervienen en el futuro de estos sistemas son, por un lado, la configuraci¨®n geogr¨¢fica de Espa?a y la distribuci¨®n de la poblaci¨®n con respecto al mar. Por otro, la ¡°fuerte inversi¨®n ya realizada¡± en plantas desaladoras en nuestro pa¨ªs ¡ªque tuvieron un boom en los a?os ochenta y noventa¡ª y que, ¡°en muchos casos, cuentan con un amplio margen de mejora en sus rendimientos¡±, explica Claramonte. Una realidad que ¡°podr¨ªa representar una respuesta inmediata en casos de emergencia¡±, como se vive en ciertas regiones espa?olas. Aun as¨ª, todos los expertos coinciden en que, siendo parte de la soluci¨®n, la desalinizaci¨®n no es la respuesta principal al problema del agua en Espa?a. Que pasa, en primer lugar, por optimizar el uso que hacemos de ella; y es que, se?ala Ricardo S¨¢ez, director general de Sitra, solo las redes de distribuci¨®n originan p¨¦rdidas ¡°del 20% del agua que discurre por ellas y, en el caso de ciertos tama?os de poblaci¨®n, hasta el 60%¡±.
Generaci¨®n a la carta
Adem¨¢s de la seguridad en el suministro, otro aspecto clave que a?ade Guti¨¦rrez es que ¡°la tecnolog¨ªa actual permite producir un agua a la carta, adaptada a la calidad para consumo humano, regad¨ªo o uso industrial¡±. Un elemento que influye en el consumo energ¨¦tico de estas plantas y cuya importancia se deriva de que aproximadamente el 80% de la demanda de agua en Espa?a corresponde al entorno agrario, seguido por el abastecimiento urbano, que representa un 15%. En este sentido, declara Antol¨ªn Aldonza, portavoz de la Junta Directiva de la Asociaci¨®n Espa?ola de Empresas de Tecnolog¨ªas del Agua (Asagua), ¡°somos una rareza a escala mundial¡±, en tanto que m¨¢s del 20% del agua desalada que se produce en nuestro pa¨ªs se destina a la agricultura, ¡°y si tenemos en cuenta solo los datos del Mediterr¨¢neo, el porcentaje sube casi hasta el 60%¡±.
Justamente en relaci¨®n con el mar, Aldonza apunta a uno de los grandes desaf¨ªos, como es la gesti¨®n de los residuos, m¨¢s concretamente, de la salmuera. El agua rechazada de una desaladora ¡°alcanza concentraciones superiores a 70 gramos de sal por litro (el doble del agua de mar) y suele acabar de vuelta en la costa¡±, detalla, por lo que es necesario tratarse para evitar que afecte al entorno marino. El uso de nuevas t¨¦cnicas, como los modelos computacionales de fluidos, ayudan a gestionar dicha salmuera para minimizar su impacto ambiental, aunque se est¨¢n desarrollando soluciones para convertir este residuo en un recurso.
El reto del consumo sostenible
La desalinización ha experimentado una gran mejora de su eficiencia desde su introducción en España, en los sesenta. Si entonces el coste por cada 1.000 litros de agua “oscilaba entre 3 y 4 euros, en la actualidad se sitúa entre 0,50 y 0,8”, indica Silvia Gallego, de AEDyR. Esta cifra incluye la amortización de las infraestructuras, así como los costes de operación, mantenimiento y energía; y se aproxima cada más al precio del agua potable, en parte, porque este ha aumentado, “ya que las fuentes de agua potable están más contaminadas”.
Ante el alto consumo eléctrico de dichas instalaciones, el sector está tomando medidas para utilizar energía renovable de manera directa. Es el caso de Acuamed que -mediante los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia- “está implementando proyectos para dotar a las plantas de paneles fotovoltaicos”, cuenta su presidente, Francisco J. Baratech, siendo el ejemplo más reciente las de Torrevieja y Águilas, de las que se encargará de su ampliación.
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