El cambio clim¨¢tico y la deficiente gesti¨®n de las aguas: la combinaci¨®n que agudiza la sequ¨ªa en Espa?a
La insuficiente reutilizaci¨®n de los recursos h¨ªdricos, una gesti¨®n p¨²blica desordenada e ineficiente y la falta de inversi¨®n agudizan la escasez cr¨®nica
Llueve menos, es obvio. Tambi¨¦n influye el cambio clim¨¢tico. Pero a la disminuci¨®n de las precipitaciones o sequ¨ªa meteorol¨®gica ¡ªcomo se le conoce¡ª, se suman las problem¨¢ticas de gesti¨®n y gobernanza que hacen que en Espa?a se exacerbe el riesgo de sed extrema, sobre todo en el Mediterr¨¢neo y sur del pa¨ªs. Si bien la falta de agua no es algo nuevo, ha ocurrido peri¨®dicamente (cada 10 o 12 a?os), ahora se dispara la alerta por un d¨¦ficit h¨ªdrico estructural, en vez de coyuntural, debido a los episodios de escasez cada vez m¨¢s frecuentes, intensos y duraderos.
¡°En los ¨²ltimos tres a?os persiste una dorsal de aire c¨¢lido subtropical sobre nuestro territorio que se mantiene durante mucho tiempo pr¨¢cticamente inm¨®vil, y que afecta tambi¨¦n a Canarias e islas Baleares. Cuando se ve debilitada, se producen descolgamientos, es decir, vaguadas y danas que dejan lluvias en el noroeste, la vertiente atl¨¢ntica, y no en todo el pa¨ªs¡±, explica Jos¨¦ Miguel Vi?as, f¨ªsico y meteor¨®logo de Meteored. A este patr¨®n cada vez m¨¢s recurrente se le a?aden las altas temperaturas, que est¨¢n por encima de lo normal en pleno invierno, en una media de 1,52 grados respecto de los niveles preindustriales, y que provocan una mayor evaporaci¨®n del recurso almacenado en embalses y pantanos, agrega.
As¨ª, desde el inicio del a?o hidrol¨®gico ¡ªel pasado 1 de octubre¡ª hasta el 20 de febrero (cuando se recopilaron los datos), el promedio de precipitaciones para toda Espa?a fue de 319 mil¨ªmetros, un 2% menos que en el mismo periodo del a?o anterior, se?ala Vi?as. Pero si se analizan los datos por regiones, en Murcia, Comunidad Valenciana y Catalu?a est¨¢n un 25% por debajo de lo normal, advierte. Canarias est¨¢ tambi¨¦n en el punto de mira.
En 2023 esa cifra se situ¨® en 301 mil¨ªmetros, lo que supone una ca¨ªda del 9%. Aunque la mayor disminuci¨®n se produjo en 2022 tras alcanzar apenas los 200, una reducci¨®n del 41%. ¡°Ah¨ª es cuando se empez¨® a gestar el episodio de sequ¨ªa actual¡±, recalca Vi?as, quien alerta adem¨¢s de que los modelos clim¨¢ticos pronostican un recorte anual de las lluvias de entre un 10% y un 30%.
Leandro del Moral, catedr¨¢tico de la Universidad de Sevilla, apunta que ese fen¨®meno de elevadas temperaturas y cambios en la distribuci¨®n, duraci¨®n e intensidad de los aguaceros est¨¢ reduciendo la escorrent¨ªa: la fracci¨®n de la precipitaci¨®n que se transforma en flujos de agua superficial o recarga de acu¨ªferos. ¡°El caso m¨¢s significativo es el de la cuenca del Guadalete-Barbate (C¨¢diz), donde la disminuci¨®n del 5% o del 10% de lluvias est¨¢ dando lugar a un recorte del 50% en las aportaciones a los embalses de la cuenca¡±.
Desertificaci¨®n real
Carlos Garriga, director de We Are Water Foundation, recuerda que el 74% del territorio espa?ol se encuentra en riesgo de desertificaci¨®n y que algunas regiones del sureste tienen una amenaza muy alta de padecerlo. ¡°La mayor parte pertenece a la categor¨ªa de tierras secas (aquellas que tienen un ¨ªndice de aridez menor de 0,65) y la vertiente mediterr¨¢nea entra en la de semi¨¢rida (con un valor de entre 0,5 y 0,2)¡±, detalla, con datos de Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Para Andr¨¦s Molina Gim¨¦nez, director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, Espa?a sufr¨ªa ya escasez ¡ªy de manera estructural en algunas demarcaciones hidrogr¨¢ficas¡ª incluso sin los efectos del calentamiento global. ¡°Esto solo agudiza la situaci¨®n; los problemas de gesti¨®n y gobernanza vienen de antes y van a seguir¡±, lamenta.
Dejadas a un lado la cuesti¨®n clim¨¢tica y la geomorfol¨®gica, entra en juego c¨®mo equilibrar oferta y demanda. ¡°En Catalu?a llevamos 40 meses pr¨¢cticamente sin lluvias o con muy pocas. Mientras que las necesidades de agua aumentaron en los ¨²ltimos a?os por el crecimiento de la poblaci¨®n y del consumo tur¨ªstico¡±, indica Xavier S¨¢nchez Vila, director del Departamento de Ingenier¨ªa Civil y Ambiental de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. Pero no solo el turismo est¨¢ ahora en el foco, especialmente en las zonas costeras, tambi¨¦n ¡°la expansi¨®n del regad¨ªo en agricultura, en buena parte al margen de la legalidad, que ha aumentado mucho el consumo de agua en 25 a?os, variando de cultivos herb¨¢ceos (remolacha, ma¨ªz, algod¨®n) a le?osos (c¨ªtricos, frutales, olivar). En Andaluc¨ªa, la falta de control ha disparado la demanda, que es m¨¢s del 80% del agua usada en la regi¨®n, y bastante m¨¢s del 90% si tenemos en cuenta la que no retorna al sistema tras ser usada¡±, denuncia Del Moral, tambi¨¦n miembro del patronato de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua.
La demanda se incrementa y la disponibilidad del recurso disminuye. Hasta ah¨ª todos ¡ªAdministraci¨®n, comunidades aut¨®nomas, ayuntamientos, empresas, consumidores¡ª son conscientes de la realidad. Sin embargo, las discrepancias surgen en el qu¨¦ y el c¨®mo, indica el catedr¨¢tico de Econom¨ªa aplicada Francesc Hern¨¢ndez. ¡°La gesti¨®n en Espa?a es compleja en lo administrativo, en lo competencial y lo regulatorio. Cualquier organismo, entidad o Gobierno (central, auton¨®mico, local) tiene competencia en esta materia; a ver c¨®mo nos coordinamos¡±, analiza. La mara?a no termina ah¨ª. ¡°Si a esto le sumamos que el uso urbano recae sobre los municipios, pero que directamente no lo ejerce, sino que lo comparten y ceden a empresas, es un a?adido m¨¢s; la infraestructura es p¨²blica pero su gesti¨®n es privada¡±.
Dispersi¨®n normativa
Esa gran dispersi¨®n normativa y administrativa genera dos problemas, a juicio de Garriga, ¡°la dificultad de dise?ar un mecanismo regulador estatal y que los municipios accedan a econom¨ªas de escala para financiar las instalaciones y tecnolog¨ªas necesarias para el suministro y el tratamiento de aguas residuales¡±. Otra cuesti¨®n que resalta Hern¨¢ndez, tambi¨¦n director del Grupo de Econom¨ªa del Agua de la Universidad de Valencia, es la exclusi¨®n de los aspectos socioambientales de la tarifa: ¡°Estamos cometiendo un error al asumir que el recurso es gratis, cuando deber¨ªa identificarse y cuantificarse para promover su recuperaci¨®n¡±. Hoy solo se incluyen los costes de extracci¨®n, energ¨ªa, potabilizaci¨®n, canalizaci¨®n, suministro, servicios, plantilla y el beneficio industrial, enumera.
En noviembre pasado, en el marco de la COP28, la agencia de calificaci¨®n Standard & Poors calcul¨® que el 70% del PIB espa?ol est¨¢ expuesto al riesgo de sequ¨ªa extrema e incendios. Si bien la contabilidad nacional no recoge a¨²n los efectos de esta anomal¨ªa, cada vez m¨¢s economistas consideran vital realizar dicha estimaci¨®n para conocer el coste econ¨®mico de no actuar. Aunque las aseguradoras dan una idea. ¡°Con datos de 2023, la sequ¨ªa acarre¨® unas p¨¦rdidas de 5.550 millones de euros debido a los fen¨®menos extremos que afectaron al sector agrario¡±, se?ala Francisco Lombardo, presidente del Foro de la Econom¨ªa del Agua, quien lamenta que ¡°solo nos acordamos de la sequ¨ªa cuando no llueve¡±.
En Andaluc¨ªa se estiman cuatro d¨¦cimas menos del crecimiento previsto (1,9%), recoge un estudio de la Universidad de Loyola y de la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa que refiere Lombardo. Aunque los informes de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Hacienda de la Junta de Andaluc¨ªa lo cifran en 2,1 puntos por el peso del sector primario, la industria y servicios, anota Del Moral. Y en Catalu?a se prev¨¦ un recorte de hasta dos d¨¦cimas del 1,4% pronosticado, seg¨²n las previsiones de los Empresarios de Catalu?a. ¡°Su importancia en la econom¨ªa mundial es enorme. Un reciente estudio de la Unesco calcul¨® que m¨¢s de 1.400 millones de puestos de trabajo dependen en gran medida del agua, es decir, el 42% de la poblaci¨®n activa global. Y otros 1.200 millones, el 36%, moderadamente¡±, apostilla Lombardo.
Molina aporta otro dato: ¡°Solo la actividad generada gracias al trasvase Tajo-Segura crea 100.000 empleos a tiempo completo, directos e indirectos, y 3.000 millones. Si la escasez contin¨²a, son miles de millones de PIB y cientos de miles de trabajos los que se destruir¨ªan¡±. Todos los sectores, directa o indirectamente, se ven perjudicados, pero la mayor amenaza, dice, recae sobre la agricultura y el turismo. ¡°Puede incluso llegar a perder mercados, como sucedi¨® en Benidorm en los ochenta¡±, alerta. Los expertos coinciden en el d¨¦ficit de planificaci¨®n e inversi¨®n y en su abordaje programado, no de forma imprevista y en contextos de emergencia como el actual. Adem¨¢s, ponen el acento en la educaci¨®n para reducir el consumo.
El clamor general es que se extienda la reutilizaci¨®n de agua regenerada, del 10% actual al 100% (unos 4.000 hm3 m¨¢s). ¡°Se est¨¢ aplicando el principio de usar y tirar; nada de econom¨ªa circular. La usamos, la ensuciamos, la depuramos, pero no la devolvemos al sistema con la calidad con la que se nos ha facilitado¡±, esgrime Hern¨¢ndez. Para ello, sugiere un cambio normativo (la regulaci¨®n en Espa?a impide su uso para consumo humano) y que se cambie la estructura de la tarifa, no un alza lineal, aclara, para incorporar el coste de este proceso en el recibo. ¡°Es nuestra salvaci¨®n, simplemente devolver el agua ensuciada a su calidad inicial para poder reusarla, cerrando el ciclo¡±, defiende.
En Catalu?a, en los ¨²ltimos dos a?os, en vez de tirar el agua depurada al mar, como se hac¨ªa antes, se est¨¢ esparciendo en los r¨ªos para su reutilizaci¨®n en el riego agr¨ªcola, cuenta S¨¢nchez Vila, tambi¨¦n profesor de la Escuela Superior de la Ingenier¨ªa de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona . ¡°Se hacen cuatro tratamientos: los dos t¨ªpicos de la depuradora y un tercero antes de verterla al r¨ªo. Durante su bajada se eliminan los nutrientes y mejora su calidad en un proceso natural conocido como renaturalizaci¨®n. Luego se capta y se vuelve a hacer otro tratamiento antes de ponerla en servicio con todos los controles de calidad¡±, expone. No obstante, de momento, solo se hace con el 30% de la tratada por el l¨ªmite de capacidad de las estaciones.
El exiguo gasto en infraestructuras es precisamente otro mal que aqueja al sector. ¡°Nuestro pa¨ªs necesita m¨¢s que duplicar la inversi¨®n, que se sit¨²a en torno a los 2.400 millones anuales, hasta los 4.900 millones en abastecimiento, saneamiento y depuraci¨®n¡±, calcula Pascual Fern¨¢ndez, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS). As¨ª como una tarifa muy baja frente a otros pa¨ªses europeos: dos euros por habitante de media a la semana, incide.
Medidas m¨¢s que parches
Es cierto que los planes hidrol¨®gicos de tercer ciclo (2022-2027), aprobados con retraso en enero del a?o pasado, incluyen 6.500 medidas que suponen un gasto de 22.844 millones, con la mayor partida para saneamiento y depuraci¨®n (6.644 millones), y que el real decreto ley de medidas urgentes promulgado posteriormente en mayo prev¨¦ otros 2.190 millones para afrontar la sequ¨ªa, de los que 1.400 de destinar¨¢n a nuevas infraestructuras. Sin embargo, m¨¢s que medidas a corto plazo para paliar la urgencia, se demandan actuaciones a largo y que se ejecuten. Incluso, la Comisi¨®n Europea llev¨® en febrero a Espa?a ante el tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea ¡°por no haber notificado por completo¡± sus terceros planes hidrol¨®gicos de cuenca, de conformidad con la directiva marco sobre el agua 2000/60/CE, ni sus segundos planes de gesti¨®n del riesgo de inundaci¨®n, seg¨²n la directiva sobre inundaciones 2007/60/CE. Seg¨²n fuentes del sector, est¨¢n pendientes los intracomunitarios insulares (los planes de La Palma, Lanzarote y Fuerteventura).
¡°Hay que hacer una planificaci¨®n global, un plan hidrol¨®gico nacional, sin perjuicio de que existan los de cuenca, bajo el imperio de la ciencia y la t¨¦cnica, en ausencia de presiones pol¨ªticas, y que se cumplan las inversiones programadas¡±, creen desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Empresas de Tecnolog¨ªas del Agua (Asagua). En el ciclo anterior, el porcentaje de gasto no alcanz¨® el 50% de lo estipulado, critican. Adem¨¢s, piden que no se descarte ninguna soluci¨®n: trasvases, embalses, desaladoras, regeneraci¨®n¡ Para esta patronal, solo el ciclo urbano del agua requiere unos 35.000 millones.
Otro ejemplo de esa falta de planificaci¨®n: en la anterior sequ¨ªa catalana, la de 2008, con la vuelta de las lluvias y la llegada de la recesi¨®n se paralizaron las inversiones previstas y se han vuelto a retomar ahora, como la construcci¨®n de nuevas desaladoras, por la vuelta de la escasez h¨ªdrica. ?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando llueva otra vez?, se preguntan los expertos. ?Se abandonar¨¢n y postergar¨¢n las soluciones?
Carlos Mario G¨®mez, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ e investigador de Imdea Agua, aboga por una estrategia de Estado de transici¨®n h¨ªdrica, as¨ª como se trabaja en la energ¨¦tica. ¡°Es fundamental abrir un debate sobre las limitaciones en el uso, el nivel de estr¨¦s que podemos soportar, la seguridad h¨ªdrica y su v¨ªnculo con el PIB y acordar unos criterios que permitan avanzar hacia un mix sostenible de fuentes para hacer frente a las futuras sequ¨ªas mediante la cooperaci¨®n¡±. Del Moral incorpora la palabra justa. ¡°El reparto del recurso con criterios sociales y ambientales y su reasignaci¨®n a trav¨¦s de bancos p¨²blicos participativos, ya previstos en la ley¡±.
Alberto Garrido, catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y director del Observatorio del Agua de la Fundaci¨®n Bot¨ªn, resume las tareas clave: ¡°M¨¢s usos de aguas recicladas y regeneradas; m¨¢s capacidad de desalaci¨®n; m¨¢s anticipaci¨®n de las sequ¨ªas, adelantando la reducci¨®n de usos agrarios; mayor eficiencia en las redes urbanas y el sector tur¨ªstico; congelar y estabilizar la superficie regable; combatir y erradicar los usos ilegales; controlar m¨¢s a los usuarios agr¨ªcolas; mejorar el estado ecol¨®gico de los cuerpos de agua y el qu¨ªmico de las subterr¨¢neas, y gestionar los acu¨ªferos¡±.
Derrama cr¨ªtica
Reducir las pérdidas o el agua no facturada en las redes es uno de los puntos críticos, sobre todo en medianas y pequeñas poblaciones, con mayores barreras para acceder a la financiación. Se calcula una media de una fuga al año por cada dos kilómetros de tubería instalada, según datos del grupo Amper. El tiempo de reparación es de unos 13 días, detallan a partir de estudios realizados por el sector. En Barcelona, oscilan entre el 10% y el 50%. Según el INE, las pérdidas en el suministro urbano superan el 20% de la cantidad aportada.
Por ejemplo, en una ciudad de 700.000 habitantes, con 1.100 kilómetros de tuberías, se producen 500 fugas al año, para una pérdida de 361.000 litros al día. En términos económicos, esto supone unos 4,5 millones de euros menos si el precio de la tarifa es de 0,0018 euros por litro, de acuerdo con los cálculos.
La solución tecnológica de Amper, TFS Hércules, reduce los días de fuga a cuatro y el coste de un escape a 1.814,40 euros, aseguran. Además, ahorra 2,7 millones por la eficacia en la detección de fraudes (que se cifra en unos 3,4 millones tomando el supuesto anterior).
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