En contra del esnobismo gourmet

Leo, con absoluta perplejidad, que est¨¢ por abrir en la primera cocteler¨ªa especializada en agua de Londres. Para mayor asombro, descubro que la not¨ªcia no es nueva. En el a?o 2012 abri¨® en Nueva York The Molecule Project, un bar que vend¨ªa agua del grifo filtrada a dos d¨®lares y medio la botella. Sospecho que la filtraban muy, muy bien, con muchos filtros, con filtros de oro.

Mi boca, al cerrarse, hace un sonoro ?clonc! que llama la atenci¨®n de M¨°nica Escudero. Ella me pone tras la pista de la figura del pannier.

Francesc Altarriba, uno de los gur¨²s de esta nuevieja profesi¨®n, explic¨® hace poco en la televisi¨®n auton¨®mica de Catalu?a que los panniers son ¡°un concepto¡±, profesionales que saben como ¡°manipular, tratar y comer pan¡±. Aj¨¢, saben comer pan.

De inmediato, la profesi¨®n de pannier pasa a formar parte de mis trabajos de ensue?o, que hasta la fecha se reduc¨ªan a Probador de Colchones ¨C?Colchonnier?¨C y Testador de Hoteles de Lujo: lo que supongo que vendr¨ªa a ser un Hotelier.

Paralizado, me trago entera la aparici¨®n del pannier. Entre sus genialidades destacan servir un pan redondo cortado a octavos en un plato redondo ¨Ccomo gui?o al ¡°dise?o¡± del pan¨C o cortar una barra r¨²stica en rebanadas y servirla sobre un plato de pizarra, desde?ando la cesta del pan de toda la vida, que ¨¦l considera una antigualla y que, adem¨¢s, no protege el pan. El horror, vamos.

Aqu¨ª es cuando me da el colapso. Me desmayo. ?Estamos majaras?

Tras una inyecci¨®n de epinefrina directa en toda la moral, pienso que la cosa viene de lejos. El bar de aguas, el pannier, las ginebras premium y las patatas fritas Gourmet de Lay¡¯s son todo la misma cosa: esnobismo que se ingiere.

Cada uno puede hacer con su tiempo y dinero lo que quiera, por supuesto. Si alguien tiene tiempo para pensar c¨®mo dar un valor a?adido al servicio del pan, oye, pues c¨®mo le envidio. Si a otro le parece bien soltar una pasta por una botella de agua del grifo, genial. Que tal departamento de marketing nos la quiere meter doblada con una etiqueta premium o gourmet, fen¨®meno y peor para los incautos. Lo malo de toda esta gourmetizaci¨®n no es eso.

Lo malo es que todas estas chorradas nos distancian todav¨ªa m¨¢s de productos indispensables de los que la industria, nuestra pereza y el mal hacer alimentario general ya nos ha distanciado bastante. Y lo que es peor, tanta tonter¨ªa podr¨ªa disparar los precios y fomentar el desconocimiento del pan, el agua o ¨C?terrible!¨C la ginebra y las patatas fritas. Mikel, en este post de hace cuatro a?os, ya advert¨ªa de los peligros de las boutiques de pan.

?En serio? ?Lo que viene ahora es la gourmetizaci¨®n del pan o del agua? ?Y despu¨¦s? ?Gourmetizaremos el aire que se respira en los restaurantes con estrella Michelin?

Visto lo visto, podr¨ªa ser. Y a eso s¨®lo sobreviviremos empinando el codo y vaci¨¢ndonos en el gaznate un par de gintonics nada premium, con una t¨®nica poco gourmet y unas patatas fritas en casa que serviremos ¨Cser¨¢ lo moderno¨C en una cesta del pan que antes habremos desempolvado.