?Galletas sin az¨²car perfectas o pedruscos de cacahuete?
Y unas increibles alb¨®ndigas menguantes, una minestrone incompleta y un rebozado de libre interpretaci¨®n son algunas de las cuitas a las que se enfrenta nuestra Defensora del Cocinero este mes de febrero.
S. estaba ilusionada con la receta de galletas sin az¨²car que est¨¢n buenas de verdad: ¡°Me pongo a hacer las galletas, todo al dedillo y sin un gramo de desv¨ªo de los pesos/medidas indicados. Salen del horno maravillosas y con una pinta hipersuperhealthy. Hasta que les di el primer mordisco: las galletas son en realidad un pedrolo que solo sabe a cacahuete. Lo siento, ser¨¢ cuesti¨®n de gusto, pero me sent¨ª defraudada.¡± Nuestra lectora no nos guarda rencor y termina con una declaraci¨®n de amor y una petici¨®n: ¡°En todo caso, os sigo queriendo, aunque tal vez mi amor original se restaurar¨ªa si publicaseis una receta de Galletas que est¨¢n buenas de verdad, aunque lleven az¨²car y todos sus av¨ªos.¡±
S., voy a contarte un secreto pero no se lo digas a nadie: las galletas nunca pueden ser healthy ¨Cni siquiera aunque no lleven az¨²car¨C y as¨ª lo comenta Raquel Bernacer en la introducci¨®n a la receta. Es como si decimos que una bebida no es venenosa porque no lleva cianuro, pero resulta que s¨ª lleva ars¨¦nico, adem¨¢s de unos toppings de cicuta caramelizada para hacer bonito. El desamor nos va a durar poco, porque hace ya eones que Ana Vega public¨®, no solo una receta requeteprobada, sino toda una ciencia para hacer galletas de chocolate.
Mis investigaciones sobre el terreno me llevan a pensar que cocinaste de m¨¢s las galletas. Horne¨¦ la masa sacando una galleta cada cinco minutos y dejando las ¨²ltimas churrascarse a tope, y puedo decir que la masa no es dura, sino que se convierte en piedra si se alarga la cocci¨®n en exceso. Esto suele pasar cuando no hay demasiada experiencia con el horneado de galletas: os puede la incertidumbre y no las sac¨¢is del horno hasta que comprob¨¢is que est¨¢n bien duritas. Las galletas se terminan de endurecer al enfriarse; por eso, si ya salen del horno m¨¢s duras que Chuck Norris, es normal que se conviertan en chuscos, ?ascos o pedrolos al perder temperatura. Para pr¨®ximos horneados estelares, saca las galletas cuando est¨¦n cocinadas, la cocina huela a galleta y la masa no est¨¦ a¨²n completamente dura.
Una minestrone incompleta
Cristina se qued¨® de pasta de boniato cuando quiso hacer la sopa minestrone: ¡°Crisis total. He comprado los ingredientes y, aparte de que no la termino de entender, me falta saber d¨®nde y c¨®mo se ponen el apio y las acelgas que pon¨¦is en la lista y no los veo en la receta. ?Las jud¨ªas verdes se echan en crudo y solo se hierven cuatro minutos? Tengo esa misma sensaci¨®n con varias de vuestras recetas, pero en esta me aventur¨¦ a comprar los ingredientes sin leerla antes. Gran fallo.¡±
Esta defensora se pone m¨¢s triste que un torero al otro lado del tel¨®n de acero cuando los compa?eros comidistas olvidan indicar qu¨¦ hacer con algunos ingredientes en la elaboraci¨®n. A esta minestrone le pas¨® lo mismo, que miraba al apio y a las acelgas con sus ojitos de sopa mientras murmuraba: as¨ª estoy yo sin ti.
Llamado Carlos Rom¨¢n a cap¨ªtulo, este confes¨® sin necesidad de ejercer presi¨®n: ¡°Tienes toda la raz¨®n, hay cosas que faltan. El apio hay que a?adirlo al incorporar el ajo y el laurel para que vaya desarrollando el aroma. Las acelgas, m¨¢s al final, junto con las jud¨ªas verdes. Si no te gusta que las jud¨ªas verdes queden crujientes, puedes cocerlas unos cuatro o cinco minutos m¨¢s, al igual que los guisantes.¡±
Unas alb¨®ndigas jibarizadas
Concha cocin¨® las alb¨®ndigas de oto?o y al terminar se puso a jugar con ellas a la escoba: ¡°Aunque es cierto que de sabor estaban muy buenas, menguaron de tama?o en el horno y se quedaron como peque?as milanesas, a pesar de que hice bolitas mas o menos redondas. Me pregunto qu¨¦ hice mal.¡± Hace un a?o ya vimos otra consulta sobre estas alb¨®ndigas. En ese caso, quedaban demasiado blandas al amasarlas; hoy nos encontramos con que tienen la propiedad de cambiar de forma durante la cocci¨®n, pasando de bola a folio en un qu¨ªtame all¨¢ este horneado.
Las alb¨®ndigas est¨¢n probadas por esta defensora y salen redondas si se escurren bien los ingredientes y se deja que eliminen gran parte de su humedad. El problema cuando hacemos alb¨®ndigas o bolas con elementos vegetales, es que las elaboramos con el mismo chip que cuando hacemos alb¨®ndigas de carne. En ese caso, la masa no resulta h¨²meda, y la carne amalgama que da gusto el resto de ingredientes. Si hacemos una masa que tiene ingredientes cocidos ¨Carroz pasado y quinoa¨C, asados ¨Cmanzana, calabaza y boniato¨C y pochados ¨Csetas y cebolla¨C, estamos sumando mucho l¨ªquido entre agua, jugos naturales y aceite, que pueden hacer imposible el amasado y dar a las alb¨®ndigas propiedades sobrenaturales y transformistas.
Mandar¨¦ a?adir a la receta algunas instrucciones en este sentido, para que los ingredientes vayan al amasado m¨¢s secos que el desierto de Atacama, pero todas ellas se resumen en una: escurre, escurre, escurre hasta eliminar la mayor humedad posible.
Un armageddon de aguacates
Elena nos env¨ªa sus obras completas ¨Cinspiradas por la receta de aguacate con chutney de tomate¨C que esta defensora resume en pos de la brevedad editorial: ¡°El procedimiento para extraer el aguacate de su piel result¨® enga?osamente sencillo. Las mitades sin hueso se me espachurraban en la mano un poco cuando intentaba introducir la cuchara. Cuando fui a sacar el hueso de la otra mitad, a la dificultad de mantener entera la carne del aguacate se uni¨® la de proteger la cocina de los proyectiles. Al terminar, la cocina entera parec¨ªa una escena entre Shrek y El Resplandor.¡±
Tras esta confesi¨®n de torpeza m¨¢xima, Elena nos cuenta que le fue tan mal con el rebozado como con la lectura de la receta: ¡°Calent¨¦ el aceite y puse en un plato harina y en otro los copos de avena. De avena, s¨ª. Cuando le¨ª la receta asum¨ª que eran de avena y no de ma¨ªz, y descubr¨ª mi error justo cuando el aceite herv¨ªa. Al introducir el aguacate se volvi¨® completamente impermeable y la masa se negaba a pegarse a ¨¦l. Como la avena desaparec¨ªa del plato de rebozar convirti¨¦ndose en grumos de rebozado, tuve que poner m¨¢s. Los primeros aguacates salieron bastante bien, aunque parec¨ªan despojos de un aserradero.¡±
Querida Elena, por una vez, esta defensora va a hacer las veces de terapeuta dejando que hables y hables en este gabinete como si fuera la consulta de tu frenop¨¢tico de cabecera. No me explico el desastre al sacar la carne de aguacate, algo muy sencillo y limpio de hacer con una cuchara si no tienes los dedos como morcillas y conservas un m¨ªnimo de pulso. Pero claro, me cuentas que le¨ªste la receta a la remanguill¨¦, confundiendo copos de avena con copos de ma¨ªz ¨Cque se parecen tanto entre s¨ª como los hermanos Calatrava¨C y ya me lo explico todo. No reproches al aguacate que se impermeabilizara al ver el engrudo que hab¨ªas montado con la avena, cualquiera se meter¨ªa en su concha antes de zambullirse en una piscina de lodo comestible.
Adem¨¢s de una dosis alta de Soseg¨®n, te dejo prescrita la visualizaci¨®n de este v¨ªdeo del Dios de la persea americana tres veces al d¨ªa durante una semana: ya ver¨¢s como despu¨¦s del tratamiento eres capaz de extraer la pulpa del aguacate sin que te confundan con el mism¨ªsimo Alf.
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