Un ¡®pesto¡¯ para aprovechar las hojas de zanahoria
Adaptando libremente la t¨¦cnica de un pesto tradicional, puedes emplear la parte de esta hortaliza que suele tirarse para a?adir a tus platos un extra de sabor y evitar el desperdicio alimentario
Durante a?os me pregunt¨¦ por qu¨¦ a veces venden los manojos de zanahorias con hoja, si al llegar a casa la mayor parte de nosotros descartamos la parte verde y nos centramos en las ra¨ªces. Se hace para demostrar su frescura, ahora lo s¨¦, y para diferenciarlas, al menos en aspecto, de las de producci¨®n intensiva que vienen limpias de hoja y habitualmente embolsadas. Me parec¨ªa un desperdicio alimentario, aunque en alguna ocasi¨®n hab¨ªa escuchado ideas m¨¢s o menos vagas sobre su supuesta toxicidad; hasta que me puse a leer sobre el tema y descubr¨ª que no solamente eran comestibles sino que, adem¨¢s, est¨¢n muy buenas.
Hoy las usamos para elaborar un sabroso majado. El t¨ªtulo habla de un pesto, lo s¨¦, pero no te lo tomes al pie de la letra: puedes entender esta receta como tal porque comparte con ¨¦l algunos ingredientes y una forma general de elaboraci¨®n, aunque tambi¨¦n hay importantes diferencias. Piensa en ella, m¨¢s bien, como en un componente m¨¢s de esa gran familia de pastas caracter¨ªsticas de las cocinas del sur de Europa en las que un elemento vegetal arom¨¢tico se combina con frutos secos, aceite, a los que en algunos casos se les a?ade ajo y a veces algo de queso para dar lugar a docenas de variantes. Hablamos de pestos, s¨ª, pero tambi¨¦n del pistou provenzal, del piso de hierbas del sur de Portugal o, si me apuras, incluso de un romesco.
?Por qu¨¦ las hojas de zanahoria tienen fama de t¨®xicas si no lo son? Tal vez porque tienen una cantidad relativamente elevada de alcaloides, compuestos que pueden ser t¨®xicos pero est¨¢n presentes presentes en muchos de nuestros alimentos cotidianos y no por eso dejamos de consumirlos. Es el caso de la cafe¨ªna, la teobromina del cacao o la solanina que se encuentra en patatas o tomates. Incluso la nicotina, otro alcaloide, aparece en cantidades significativas cuando se analizan verduras como la coliflor o, sobre todo, la berenjena.
Hay otro motivo que ha hecho que la sabidur¨ªa popular haya optado, ante la duda, por descartar este ingrediente: las hojas de la zanahoria, sobre todo las silvestres, tiene un parecido importante con las hojas de especies como la cicuta (Conium maculatum) o el llamado Apio del Diablo (Oenanthe crocata), muy t¨®xicas. As¨ª que, ante la duda, simplemente no se consum¨ªan, para evitar sustos. Como norma general, esa sigue siendo una buena pol¨ªtica: si durante un paseo por el campo ves unas hojas que se parecen a las de una zanahoria, incluso aunque huelan parecido a la zanahoria, y tienes la tentaci¨®n de recolectarlas para consumirlas, no lo hagas salvo que tengas la absoluta certeza de no est¨¢s recogiendo la especie equivocada (como har¨ªas con una seta).
Volviendo a nuestro inofensivo manojo de hojas de zanahoria de cultivo adquirido en el supermercado, en la fruter¨ªa o en el mercado de tu pueblo, la pregunta sigue ah¨ª. ?Qu¨¦ puedes hacer con ellas? Muchas cosas: un par de ramas bien picadas pueden ser un complemento muy agradable para una ensalada o, justo al sacarlo del fuego, mientras reposa, para un arroz. Tambi¨¦n son una incorporaci¨®n interesante en la elaboraci¨®n de caldos, salsas, cremas de verduras, sopas o tortillas, a los que aportan un frescor muy apetecible, para darle un chute de sabor a unas patatas o unos boniatos asados, a una ensalada de garbanzos o para untar sobre una rebanada de pan reci¨¦n tostado, ya que con el calor sus grasas se funden ligeramente y su aroma se multiplica.
Tiempo: 15 minutos
Dificultad: Si eres capaz de no batirte los dedos con la minipimer, puedes prepararla sin sufrir da?os en el proceso
Ingredientes
Para unos 175 gramos
- Las hojas de un manojo de zanahorias frescas
- 75 gramos de pistachos pelados (o almendras)
- 50 gramos de queso Grana Padano
- 25 gramos de pasta de curry verde (o un jalape?o o unas piparras)
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 diente de ajo
- Sal (opcional)
Instrucciones
Separar las ramas de las zanahorias, descartar las que estén secas o oscuras y limpiarlas bien, desechando los tallos, más duros y amargos. Si prefieres calcular por volumen mejor que por peso, un tazón o un par de vasos llenos de hojas limpias serán suficientes.
En el vaso de una batidora añade a estas hojas los pistachos, el queso troceado, dos cucharadas de aceite, el ajo y la pasta de curry. Batir el conjunto hasta conseguir una pasta homogénea, probar y, si fuera necesario, rectificar de sal.
En función de lo tiernas y frescas que fueran las hojas, puede quedar muy denso. Si es así, tienes dos opciones: estirarlo con más aceite de oliva o añadir agua a hilo mientras sigues batiendo hasta conseguir la textura cremosa que buscas (el agua, al emulsionar con el aceite, le va a dar un color mucho más claro, pero no rebajará su sabor).
Tapar con film o en un táper y reservar hasta el momento de uso. Servir a temperatura ambiente, ya que en frío la grasa tiende a apelmazarse.
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