Almejas al horno con setas

"?Eureka!", tuvo que o¨ªr nuestro vecino la primera vez que hicimos esta receta en casa. Ten¨ªamos nuestras dudas, porque no es muy com¨²n ver las almejas cocinadas en el horno. Pero aqu¨ª estamos nosotros para alumbrar el camino: es un aperitivo que se prepara muy f¨¢cilmente y tiene muy pocas posibilidades de acabar en fallo (aunque cosas peores habremos visto, y la Defensora mejor ni os cuento.

Empecemos por los imprescincibles: las almejas y las setas. En ambos casos, han de ser extremadamente frescos, y para eso inventaron los mercados. En el caso de las setas, escogimos unas trompetas amarillas, porque tienen un sabor muy delicado; las negras son un poco m¨¢s fuertes, pero tambi¨¦n ser¨ªan una opci¨®n. Estas setas y las almejas tienen algo en com¨²n: no debemos cocinarlas demasiado si no queremos un chicle en la boca, as¨ª que tendremos que controlar muy de cerca el tiempo de cocci¨®n.

Si no te gusta la tierra en las almejas -?a alguien le gusta eso?- con ponerlas en agua con sal durante, al menos, media hora conseguiremos que se purguen ellas solitas. Una vez cocinadas, si detectamos almejas sin abrir, las desecharemos. Para esta receta tambi¨¦n usaremos un chile, en nuestro caso tailand¨¦s. Podemos sustituirlo por la tradicional guindilla. Los m¨¢s aventureros pueden cortarla para que desprenda m¨¢s picante, pero nosotros optamos por la v¨ªa m¨¢s precavida: dejarla entera y que vaya soltando el picante poco a poco. Por cierto, esta receta se prepara y se come; nada de guardarlo para el d¨ªa siguiente.

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