La nueva vida de I?aki Urdangarin y familia
El actual r¨¦gimen penitenciario del marido de Cristina de Borb¨®n fuerza a reajustar la convivencia de la pareja y sus cuatro hijos
Dos a?os y medio despu¨¦s de ingresar en prisi¨®n, la vida de I?aki Urdangarin va a sufrir un cambio significativo. La Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias acord¨® el pasado 30 de diciembre permitir al marido de Cristina de Borb¨®n disfrutar de un r¨¦gimen penitenciario similar al tercer grado o semilibertad. Para ello, el cu?ado de Felipe VI deber¨¢ seguir durante lo que le resta de la pena un plan que, junto con salidas diarias para ir a trabajar, incluir¨¢ su participaci¨®n en el nuevo programa de reinserci¨®n de delincuentes econ¨®micos (conocido por las siglas PIDECO) que Interior pone en marcha en enero. La medida supondr¨¢ que Urdangarin abandonar¨¢ el centro penitenciario de Brieva (?vila), donde ha estado recluido para cumplir la condena de cinco a?os y 10 meses por el caso N¨®os, y pasar¨¢ a una celda del centro de inserci¨®n social (CIS, para presos en semilibertad) de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), del que saldr¨¢ a diario para ir a trabajar a la instituci¨®n en la que colabora desde hace m¨¢s de un a?o en la atenci¨®n a personas con discapacidad. El cu?ado del Rey regresar¨¢ al centro para dormir, donde adem¨¢s deber¨¢ permanecer los fines de semana, salvo uno al mes que saldr¨¢ de permiso. Todo ello fuerza a la familia Urdangarin-Borb¨®n a reajustar su convivencia, hasta ahora sujeta a la estancia del exduque de Palma en ?vila.
Urdangarin fue visto el lunes entrando en Don Orione, en Pozuelo de Alarc¨®n, el centro en el que colabora. Este a?o no se han captado las tradicionales fotos de la familia paseando por las calles de Vitoria con sus hijos. Desde hace meses todos ellos intentan pasar los m¨¢s inadvertidos posible. Evitan la atenci¨®n medi¨¢tica no solo para no interferir en la situaci¨®n penitenciaria de Urdangarin, tambi¨¦n para esquivar las preguntas de los reporteros que a pie de calle les interrogan sobre el rey em¨¦rito que, instalado en Abu Dabi desde hace cinco meses, este martes cumple 83 a?os.
Cuando Urdangarin comience a disfrutar de esos fines de semana libres podr¨¢ contar con el respaldo de su hijo Juan. El primog¨¦nito de la familia se ha mudado a Madrid una vez concluy¨® su periodo de voluntariado. De fuertes convicciones religiosas, Juan ha dedicado una gran parte de su adolescencia a trabajar en proyectos impulsados por los jesuitas. Tras terminar sus estudios en Ginebra decidi¨® tomarse un a?o sab¨¢tico para marcharse a Camboya y pasar una temporada en Battambang, la poblaci¨®n en la que monse?or Enrique Figaredo, Kike, desarrolla su labor humanitaria desde 1985. Este jesuita nacido en Gij¨®n promueve varios proyectos a trav¨¦s de la ONG Sauce. El joven planeaba proseguir con sus estudios de Relaciones Internacionales que inici¨® hace dos a?os en la Universidad de Essex (el Reino Unido), pero finalmente se instal¨® discretamente en Madrid. A diferencia de sus primos Marichalar no hace vida nocturna y huye del foco de los medios de comunicaci¨®n. ?l podr¨ªa ser el arraigo para su padre en sus d¨ªas de libertad. La otra opci¨®n sigue siendo Vitoria, donde vive la matriarca de los Urdangarin, ya que lo que no se contempla, al menos de momento, es que Cristina de Borb¨®n deje su residencia de Ginebra.
La hermana menor del rey Felipe VI vive en la ciudad suiza solo con la compa?¨ªa de su hija Irene, sus otros tres hijos ya han dejado el hogar familiar. Adem¨¢s de Juan, instalado en Madrid, Pablo vive en Barcelona, donde estudia y juega al balonmano en las categor¨ªas inferiores del Barcelona. Miguel este a?o se ha mudado al Reino Unido para formarse en Ciencias Ambientales. Madrid es el centro de reuni¨®n de todos ellos. En los ¨²ltimos meses es habitual que frecuenten el palacio de La Zarzuela, con el apoyo de la reina Sof¨ªa, que ejerce de abuela y anfitriona. Sus idas y venidas son discretas, como lo son las de la infanta Cristina, que siempre que la pandemia se lo ha permitido ha tomado un avi¨®n para visitar a su esposo en la c¨¢rcel de Brieva. Estas visitas continuar¨¢n puntualmente all¨¢ donde se halle Urdangarin.
La Infanta no quiere perder el anonimato que se ha ganado en Ginebra. Regresar a Espa?a la someter¨ªa de nuevo a la atenci¨®n de los medios en un momento en que la Corona vive tiempos convulsos. Adem¨¢s, en Suiza tiene su trabajo en la Fundaci¨®n Ag¨¢ Khan y desde all¨ª sigue vinculada a LaCaixa, una colaboraci¨®n que a corto plazo acabar¨¢ por decisi¨®n de ambas partes. Cristina de Borb¨®n tambi¨¦n est¨¢ pendiente de los estudios de su hija Irene, que no concluyen hasta junio. Ser¨¢ entonces cuando el futuro de Urdangarin estar¨¢ a¨²n m¨¢s claro y el momento en que la familia decida d¨®nde establecer su cuartel general.
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