Robo de cuadros y suplantaci¨®n de personalidad: as¨ª fueron las grandes estafas a la alta sociedad

Fingir que era una rica heredera alemana ante la jet set neoyorquina convirti¨® a Anna Delvey en parte del club. Se hospedaba en alojamientos de 500 euros la noche, repart¨ªa propinas mareantes a diestro y siniestro y lleg¨® a deber 60.000 euros al hotel m¨¢s exclusivo de Marrakech. La historia de esta ladrona de guante blanco, nacida en realidad como Anna Sorokin, inspira ahora la serie de Shonda Rhimes (Anatom¨ªa de Grey) que acaba de estrenarse en Netflix. Una ficci¨®n que, como anticipa su t¨ªtulo, ?Qui¨¦n es Anna?, intenta responder al enigma detr¨¢s de la mujer que consigui¨® enga?ar a la flor y nata de la ¨¦lite neoyorquina: de Macaulay Culkin al magnate Aby Rosen pasando por el arquitecto Gabriel Calatrava, hijo del c¨¦lebre Santiago Calatrava.

Sorokin, que hab¨ªa nacido en una familia de origen humilde y que en la actualidad cumple cuatro a?os de condena en una prisi¨®n estadounidense acusada de hurtar millones de d¨®lares, llev¨® hasta las ¨²ltimas consecuencias el mantra ¡°Fake it until you make it¡± (¡°F¨ªngelo hasta que lo consigas¡±). A base de transferencias que nunca llegaban, cheques falsos, ropa lujos¨ªsima y un innegable don de gentes logr¨® crear un personaje de ni?a rica que acab¨® desplumando a quienes verdaderamente lo eran. Pero no es la ¨²nica estafadora que lo ha logrado con artima?as similares.

Otro de los m¨¢s medi¨¢ticos de los ¨²ltimos tiempos, Billy McFarland, tambi¨¦n cuenta con un cameo en la serie, recreando el encuentro que tuvieron sendos delincuentes all¨¢ por 2013. Solo cinco a?os m¨¢s tarde, el empresario ser¨ªa condenado por m¨²ltiples cargos de fraude como m¨¢ximo responsable del desastroso Fyre Festival. El que deb¨ªa ser el evento musical m¨¢s exclusivo jam¨¢s organizado ¡ªlos paquetes m¨¢s lujosos alcanzaban los 200.000 euros de coste¡ª, con conciertos de artistas de primer nivel, alojamiento cinco estrellas en una paradisiaca isla de Bahamas y modelos internacionales de la talla Bella Hadid y Kendall Jenner como embajadoras, acab¨® demostr¨¢ndose como un fraude ante la total ausencia de conciertos, artistas, influencers, hospedaje digno o m¨¢s comida que un par de rebanadas de pan de molde y una loncha de queso.

McFarland, que apenas ten¨ªa 25 a?os cuando sucedieron los hechos, consigui¨® el sobrenombre de ¡°Madoff de los millennials¡±, en referencia al mayor estafador, y quiz¨¢ el m¨¢s c¨¦lebre, de la historia de Manhattan. Desde los a?os 90 y hasta 2008, el financiero defraud¨® m¨¢s de 54.000 millones de euros prometiendo copiosas ganancias a unos inversores a los que despu¨¦s ignoraba o a quienes abonaba las aportaciones de los nuevos clientes. Entre sus decenas de miles de v¨ªctimas se cuentan desde compa?¨ªas y entidades financieras hasta rostros tan conocidos como Pedro Almod¨®var, Steven Spielberg, Alicia Koplowitz o el Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. ¡°Fue un mal d¨ªa¡±, admiti¨® en The Guardian otro de los afectados, el actor Kevin Bacon. ¡°Pero r¨¢pidamente fui capaz de valorar todas las cosas que ten¨ªa en comparaci¨®n a lo que perdimos, los clich¨¦s m¨¢s grandes: ni?os, salud, amor y una bonita casa¡±.

Madoff, que muri¨® en prisi¨®n el pasado mes de abril a los 82 a?os, tambi¨¦n vio c¨®mo su historia era dramatizada por Hollywood. Robert De Niro se encarg¨® de darle vida en The Wizard of Lies, una pel¨ªcula estrenada directamente en televisi¨®n por HBO y que evidencia el manantial creativo y fil¨®n de audiencia que han encontrado las plataformas de streaming y de podcasts en el g¨¦nero denominado como true crime (crimen real). Pero hasta el mism¨ªsimo De Niro cay¨® en las redes de otro de los timadores m¨¢s reconocidos entre la alta sociedad de la Gran Manzana. El galerista Lawrence Salander, uno de los marchantes de arte m¨¢s afamados, fue detenido en 2009 por m¨¢s de un centenar de delitos entre los que se cuentan los de latrocinio, falsificaci¨®n, fraude contable y perjurio.

Salander se pas¨® m¨¢s de una d¨¦cada mintiendo a sus inversores y vendiendo el mismo cuadro a varios coleccionistas, entre los que se encontraba el tenista John McEnroe o el propio ganador del Oscar. Uno de los artistas con los que sol¨ªa mercadear el galerista era el padre del actor, Robert De Niro Sr., un pintor que no encontr¨® la fama en vida, pero cuyas obras se revalorizaron tras su muerte en 1993. Salander vendi¨® durante a?os una docena de cuadros de De Niro Sr. sin informar ni remunerar a su heredero.

El apellido Rockefeller, dinast¨ªa clave de la ¨¦lite global, tambi¨¦n ha sido suplantado en un par de ocasiones. Uno de los m¨¢s c¨¦lebres fue Christophe Rocancourt, arrestado en 2001 tras descubrirse las estafas que hab¨ªa cometido haci¨¦ndose pasar por un Rockefeller franc¨¦s. Unos a?os despu¨¦s, en 2008, otro falso Rockefeller tambi¨¦n fue encarcelado despu¨¦s de que saltaran las alarmas al ser acusado de secuestrar a su hija. Christian Karl Gerhartsreiter, que as¨ª se llamaba en realidad, hab¨ªa vivido dos d¨¦cadas como Clark Rockefeller y acumulaba un largo historial de suplantaci¨®n de personalidades aristocr¨¢ticas. Tras su detenci¨®n tambi¨¦n fue acusado del crimen de una pareja en los a?os ochenta.

¡°Creo que uno de los elementos m¨¢s satisfactorios para el espectador en estas historias es que cuando alguien juega con el sistema, ves que s¨ª que hay un sistema¡±, reflexiona la periodista Jessica Pressler en una entrevista reciente. Su pluma ha servido como br¨²jula para adaptar estos relatos de truhanes que exponen las grietas de la sociedad, desde ?Qui¨¦n es Anna? a Estafadoras de Wall Street. El pr¨®ximo 20 de abril, la tendencia continuar¨¢ con The Dropout, una serie de Disney+ sobre otra de las estafadoras por antonomasia de la generaci¨®n millennial, Elizabeth Holmes. Amanda Seyfried dar¨¢ vida a la joven que enga?¨® a todo Silicon Valley con una tecnolog¨ªa que promet¨ªa revolucionar el campo de los an¨¢lisis de sangre, apareciendo con solo 32 a?os en la lista de los m¨¢s ricos de la revista Forbes. Un castillo de naipes que tambi¨¦n ser¨¢ llevado pr¨®ximamente a la gran pantalla por la dupla creativa detr¨¢s de la exitosa No mires arriba, el director Adam McKay y la actriz Jennifer Lawrence.

Nuestra industria cinematogr¨¢fica parece ir todav¨ªa un paso por detr¨¢s de la hollywoodiense a la hora de decidirse a dramatizar este tipo de episodios. Y no ser¨¢ por falta de musos. Aunque en 2019 se anunci¨® a bombo y platillo el desarrollo de una docuserie sobre la vida de El Peque?o Nicol¨¢s, el joven detenido por haberse hecho pasar por emisario de la Casa Real y asesor de la exvicepresidenta Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa ¡ªentre otros muchos delitos¡ª, el proyecto liderado por Zebra Producciones (El Cid) ha sido cancelado ante la negativa de operadoras y plataformas a adquirir los derechos del documental.