El momento ?scar Puente
El exalcalde de Valladolid es un hombre que va a hacer mucho ruido defendiendo el silencio de su superior y no quiere distraer con su pisada deportiva. Y ha ofrecido otro punto a analizar: la zapatilla ha puesto en jaque al zapato en los ¨²ltimos a?os
Por inesperado, el momento que protagoniz¨® ?scar Puente este martes en el Congreso me pareci¨® uno de esos giros de guion que, como espectador, aplaudir¨ªa. En el WhatsApp de mi programa, M¨¢s vale s¨¢bado, subieron una foto suya bajando las escaleras en la que se aprecia que lleva zapatillas oscuras, conjuntadas con traje y corbata, que sobresalen pisando la colorista moqueta del Congreso. Puede ser un detalle bastante esclarecedor sobre la persona, su pisada y un poquito de su psique. Es un hombre que va a hacer mucho ruido defendiendo el silencio de su superior y no quiere distraer con su pisada deportiva. Aparte de la magn¨ªfica redundancia de pisar una mullida moqueta con zapatillas, el se?or Puente ha ofrecido otro punto a analizar. La zapatilla ha puesto en jaque al zapato en los ¨²ltimos a?os.
De hecho, acudes a un gran almac¨¦n y los zapatos tradicionales se exhiben solitarios, casi como dinosaurios modernos. Desde hace a?os, presento programas en televisi¨®n con esa moderna combinaci¨®n de traje y zapatilla. Incluso sustituyendo la camisa por el polo, quiz¨¢s derivando a la camisa a la misma suerte del zapato. Pero ante el momento Puente no puedo evitar preguntarme por su atuendo para pisotear la investidura de Feij¨®o: ?Qu¨¦ habr¨¢ pensado Borja S¨¦mper, tan proclive a este tipo de congresista cool? De la misma manera que sorprendi¨® Puente, Junts y Esquerra Republicana aplastaron con sus zapatones cualquier respuesta positiva. Y el Partido Socialista tuvo que volver a ponerse camisa y corbata para asegurar que no aceptar¨¢n ninguna propuesta de refer¨¦ndum. Un zapatazo en la mesa de negociaci¨®n. El momento ?scar Puente no tendi¨® puentes.
Fabiola Mart¨ªnez reconoce haber pasado por una situaci¨®n similar al decir ¡°Bert¨ªn [Osborne] ensuci¨® lo nuestro¡±, refiri¨¦ndose a las infidelidades y paternidades de su exmarido. S¨ª, Esquerra tambi¨¦n lo ha hecho. En momentos como este, el nivel de dramaturgia y espect¨¢culo del Congreso se viene arriba. El Hemiciclo tiene mucho esp¨ªritu de programa de televisi¨®n vespertino, pero cuando empiezan a invocar fantasmas y a mezclar el rollo influencer con debate pol¨ªtico entiendes mejor por qu¨¦ a la televisi¨®n le seduce tanto escoger presidentes y apoyar o desbaratar campa?as electorales.
Feij¨®o no se llev¨® el premio de ser investido. Pero yo s¨ª en la semana de mi cumplea?os. Recib¨ª el premio a la Cultura, en la novena edici¨®n de los Premios Chicote, coincidiendo con los 92 a?os del afamado local que es hoy museo y bar. Al recogerlo, record¨¦ que hab¨ªa ido a ese lugar acompa?ado de Luc¨ªa Bos¨¦. Luc¨ªa me advirti¨® que no era de buen gusto buscarse a uno mismo entre las fotograf¨ªas de las luminarias que hab¨ªan pasado por el bar. ¡°?Por qu¨¦?¡±, pregunt¨¦. ¡°Hay que disimular el ego. No mostrarlo in¨²tilmente¡±, me contest¨®.
Susanna Griso recogi¨® su premio como Comunicadora de la Televisi¨®n, bromeando con que ella no est¨¢ entre las fotograf¨ªas. Alejandro Amen¨¢bar sigui¨® la onda. Carmen Machi y Pep¨®n Nieto, que le entreg¨® el premio a mejor actriz, fueron m¨¢s lejos hablando sobre sus noches en Chicote. El m¨ªo me lo entreg¨® Mar¨ªa Esteve, presentadora del acto, con un beso. Al verla entre el p¨²blico, decid¨ª dedic¨¢rselo a Bel¨¦n Esteban. Mi momento ?scar Puente. Ambos formamos parte de la cultura pop espa?ola. Record¨¦ que Miguel Bos¨¦ tambi¨¦n me cont¨® que entre el Chicote y el Bar Cock hay un t¨²nel secreto que los conecta. Jurar¨ªa que una noche, a una hora destemplada, lo vi mientras visitaba el s¨®tano de Chicote. Ese t¨²nel es una reliquia de la Espa?a moderna. Lo p¨²blico, lo que se pod¨ªa hacer de cara a la gente, suced¨ªa en Chicote. ¡°Y luego, lo privado, lo ¨ªntimo, lo que no mostrabas, se hac¨ªa en el Cock¡±, me dijo Miguel, describiendo las noches madrile?as en las que sus padres eran los reyes y Franco el jefe del Estado. Todo sin puentes ni zapatillas.
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