La vida tranquila de Elton John, el cantante que se resiste a pasar a la categor¨ªa de legendario
El artista, recientemente convertido en una de las 19 personas con el t¨ªtulo de EGOT, ha dicho adi¨®s a los escenarios tantas veces que suena m¨¢s a un hasta pronto. Lo suyo no sugiere un retiro dom¨¦stico, sino un repliegue t¨¢ctico: anuncia libro, y prepara nuevo disco y musical
La vida exagerada de Sir Elton John dif¨ªcilmente puede ser dom¨¦stica, aunque ese sea el prop¨®sito anunciado por el artista universal m¨¢s brit¨¢nico que existe, junto a Paul McCartney o Rod Stewart, para los a?os que le quedan por delante. Se acumulan estos d¨ªas los premios para Reginald Kenneth Dwight, su verdadero nombre, cuando est¨¢ a punto de cumplir los 77 a?os.
La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos acaba de anunciar la concesi¨®n en 2024 de su prestigioso Premio Gershwin en la categor¨ªa de Canci¨®n Popular (Pop) al artista del Reino Unido, y al letrista de la inmensa mayor¨ªa de sus ¨¦xitos, Bernie Taupin. Poco antes de conocerse este ¨²ltimo reconocimiento, Elton John se hab¨ªa convertido en un EGOT, esa raza especial de gente del espect¨¢culo capaz de acumular premios Emmy (televisi¨®n), Grammy (m¨²sica), Oscar (cine) y Tony (teatro). Solo hay 19 de ellos. La retransmisi¨®n en directo de su concierto en el Dodger Stadium de Los ?ngeles, la ¨²ltima parada estadounidense de su gira mundial de despedida Farewell Yellow Brick Road Tour, logr¨® para el artista el que le faltaba, el codiciado Emmy. Al final de un recorrido con 330 actuaciones, se calcula que la gira recaud¨® cerca de 920 millones de euros. Hace justo una semana anunci¨® un libro en el que contar¨¢ todos los detalles de su gira de despedida: ¡°Ha sido un hermoso viaje crear este libro y recordar a las personas y lugares que dieron forma a un cap¨ªtulo incre¨ªble de mi vida. Adem¨¢s de las historias y recuerdos, no solo de esta gira sino de toda mi carrera, he incluido fotograf¨ªas y recuerdos in¨¦ditos que espero os den una imagen nunca vista sobre mi vida en la carretera, explicaba en su Instagram sobre Farewell Yellow Brick Road: Memories of My Life On Tour, un t¨ªtulo que no ver¨¢ la luz hasta el pr¨®ximo 24 de septiembre.
No ser¨ªa el ¨²ltimo adi¨®s. Hubo m¨¢s, y ninguno sonaba del todo a definitivo. Un a?o despu¨¦s actuaba en el legendario festival de Glastonbury, en la campi?a del suroeste de Inglaterra. ¡°Ha sido un viaje incre¨ªble. He pasado un gran momento, y nunca os olvidar¨¦. Est¨¢is en mi mente, en mi coraz¨®n y en mi alma. Hab¨¦is sido un p¨²blico incre¨ªble esta noche, y os deseo amor, salud y felicidad¡±, dijo Elton John a los casi 200.000 espectadores que disfrutaron esa noche en directo de su m¨²sica. Entre siete y ocho millones m¨¢s lo vieron a trav¨¦s de la BBC, un share de audiencia (48,9%) dif¨ªcilmente superable.
I?m a bitch, I?m a bitch, the bitch is back (Soy una perra, soy una perra, la perra ha regresado). Fue uno de los ¨¦xitos escogidos por el cantante para un concierto que ten¨ªa mucho de repaso nost¨¢lgico a medio siglo en primera l¨ªnea, pero tambi¨¦n para dejar claro que no estaba en sus planes abandonar la escena por completo. Llevaba un traje de color oro y unas gafas de pasta negra con lentes rosadas. Algo m¨¢s bien discreto para el artista que hizo de sus atuendos una parte fundamental de su personalidad. En la era de las guitarras del rock, fue el truco escogido entonces por un Elton John que apenas arrancaba, pegado a su piano, para atraer constantemente la atenci¨®n del p¨²blico. Crocodile Rock, Goodbye Yellow Brick Road, Your Song, Candle in the Wind¡ No dej¨® fuera del repertorio ninguna de sus grandes canciones. E hizo gala de la generosidad demostrada durante a?os. No recurri¨® a grandes nombres sorpresa para que le acompa?aran en el escenario, sino que utiliz¨® su arrolladora influencia para impulsar j¨®venes promesas como Stephen Sanchez o Rina Sawayama.
En Windsor, con los ni?os
Elton John se cas¨® con David Furnish (Toronto, Canad¨¢, 61 a?os) hace ya casi 10 a?os, cuando el Reino Unido reconoci¨® por fin legalmente los matrimonios entre personas del mismo sexo. Tienen dos hijos, Zachary (12 a?os) y Elijah (10), a trav¨¦s del vientre de alquiler de la misma madre, cuya identidad se desconoce, pero con la que la pareja asegura mantener una comunicaci¨®n cordial y constante.
A la vida familiar y dom¨¦stica, en su mansi¨®n de Windsor, asegura el cantante que quiere dedicar el m¨¢ximo de su tiempo en los a?os que le quedan por delante. No es complicado verle con los dos chavales en el Pizza Hut o en la librer¨ªa Waterstones de la pintoresca localidad brit¨¢nica. ¡°Siempre es duro decir adi¨®s. Pero lo cierto es que yo le echo de menos, los ni?os le echan de menos, y ¨¦l nos echa de menos a nosotros¡±, aseguraba Furnish en las ¨²ltimas semanas de la gira de despedida. ¡°Ya ha tenido bastante. Ha llegado el momento de pasar m¨¢s tiempo juntos como familia¡±, anticipaba.
El adi¨®s de Elton John, sin embargo, sugiere que ser¨¢ algo m¨¢s que su famosa ¡°vela en el viento¡± (Candle in the Wind), cuya llama, dec¨ªa la letra, se extingui¨® mucho antes que la leyenda. El cantante se resiste a pasar a la categor¨ªa de legendario. Trabaja en un nuevo ¨¢lbum y en un musical, y no ha descartado apariciones espor¨¢dicas y puntuales en el escenario.
Lo que el viento se llev¨®
Elton John tambi¨¦n ha dicho adi¨®s, 30 a?os despu¨¦s, a su mansi¨®n en el elegante barrio de Buckhead de la sure?a Atlanta. En la ciudad estadounidense de la se?orita Escarlata de la pel¨ªcula Lo que el viento se llev¨® decidi¨® establecer residencia el cantante, frente a opciones m¨¢s populares entonces como Los ?ngeles o Nueva York. Se han dado mil razones para explicar que ese chico del suburbio londinense de Pinner aparcara parte de su coraz¨®n en la misma ciudad que acoge a la Coca-Cola o a la CNN. La calidez y hospitalidad del hist¨®rico sur ¡ªinnegable¡ª; la vitalidad cultural y musical de la urbe ¡ªimbatible¡ª; o la prosperidad y convivencia entre razas de una capital que acoge a la clase media afroamericana m¨¢s relevante y al Centro Martin Luther King para el Cambio Social.
Hay otra raz¨®n, sin embargo, m¨¢s vinculada a la historia personal y al esfuerzo filantr¨®pico del cantante. En Atlanta, que acoge la comunidad gay m¨¢s grande del sur estadounidense, reside el CDC, el Centro para el Control y Prevenci¨®n de Enfermedades. Junto al Instituto Pasteur, fue la instituci¨®n que abander¨® la investigaci¨®n y la lucha contra el sida, cuando el VIH aterraba, estigmatizaba y mataba a la comunidad homosexual.
Elton John ha soltado amarras con Atlanta, y subastar¨¢ este mes de febrero en la casa Christie¡¯s de Nueva York las m¨¢s de mil piezas de arte y objetos personales que guardaba en su mansi¨®n. Pero sigue firmemente al frente de la Fundaci¨®n Elton John contra el sida, una de las instituciones sin ¨¢nimo de lucro que m¨¢s dinero recauda en la todav¨ªa necesaria investigaci¨®n para erradicar la enfermedad.
I?m still standing, sigo de pie, gritaba Elton John en una de sus canciones m¨¢s pegadizas e inspiradoras. Lo suyo no sugiere un retiro dom¨¦stico, sino un mero repliegue t¨¢ctico antes de salir de nuevo a escena.
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