Colman Domingo, el actor de vida normal que se convirti¨® en extraordinaria en la madurez
Hubo una ¨¦poca en la que se presentaba a ocho ¡®castings¡¯ al d¨ªa mientras trabajaba de camarero, y a punto estuvo de abandonar la interpretaci¨®n. Hoy acaricia por segunda vez el Oscar mientras en su vida hay una constante que no ha cambiado en 20 a?os, su marido Ra¨²l
![Colman Domingo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RHJYTZUD7NA2LNE3F2IYNCNIUE.jpg?auth=f01c6f54552e234285c2eaacfa87910c4722eaf5ebebab57eb3f398fc94a1623&width=414)
![Mar¨ªa Porcel](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fea6f9d8e-2e65-46a4-9a5e-6e8a789c9408.png?auth=a1089cd2806aa32ae3b7d407181e8488249494a5cc5ebd959305b0ca2e153ab9&width=100&height=100&smart=true)
Colman Domingo es un hombre normal. Tan normal que a ¨¦l no le cambia la vida en galas de premios o bebiendo champ¨¢n, sino en supermercados y gimnasios, sirviendo c¨®cteles en bares y comprando mascarillas. La vida de Domingo, nacido en Filadelfia (Pensilvania, EE UU) hace 55 a?os, ha dado much¨ªsimas vueltas, como la de cualquiera, antes de ser quien es hoy: uno de los actores m¨¢s brillantes y vers¨¢tiles de su generaci¨®n, que acumula dos nominaciones seguidas al Oscar como mejor actor. Si el a?o pasado, nominado por Rustin, perdi¨® contra Cillian Murphy y Oppenheimer, este a?o tendr¨¢ que v¨¦rselas contra Adrien Brody, Ralph Fiennes, Timoth¨¦e Chalamet y Sebastian Stan; es decir, competir¨¢ contra un arquitecto, un cardenal, Bob Dylan y Donald Trump, interpretando ¨¦l a un preso que da clases de teatro. No lo tiene f¨¢cil. Imposible, tampoco.
Domingo paladea su ¨¦xito, se siente afortunado. Es un nombre cada vez m¨¢s frecuente en los grandes eventos del cine de Hollywood, y va haci¨¦ndose un hueco en el resto del mundo. No es para menos, siendo actor de teatro (interpretando y dirigiendo), series (como Fear the Walking Dead y Euphoria), cine (tiene medio centenar de t¨ªtulos y nada menos que siete por estrenar) y este a?o, adem¨¢s, anfitri¨®n de la gala del Met, el gran evento de moda global, que versar¨¢ sobre el dandismo de los hombres negros. Pero no siempre ha sido as¨ª, y por eso saborea a¨²n m¨¢s el regusto que le est¨¢ dejando el reconocimiento y, sobre todo, el trabajo. Sabe del lujo que supone tenerlo, porque ha pasado muchos a?os de noes. Hasta que un d¨ªa, en el gimnasio, todo cambi¨®.
Corr¨ªa 2012 y Domingo viv¨ªa en Nueva York con su marido, Ra¨²l Domingo, donde se mudaron desde California tratando de salir del encasillamiento de a?os de peque?as obras de teatro. Le gustaba, pero necesitaba hacer algo m¨¢s. Domingo era el tercero de cuatro hermanos, un ni?o flaquito y t¨ªmido, criado con pocos recursos por su madre, trabajadora de banca, y su padrastro, lijador de suelos; su padre, originario de Belice, les abandon¨® cuando ¨¦l ten¨ªa nueve a?os. Ceceaba, amaba el viol¨ªn, no era el m¨¢s popular en clase: lo era mucho m¨¢s Will Smith, con quien iba al instituto, aunque no eran amigos; pertenec¨ªan a clases sociales diferentes, ha explicado. Despu¨¦s, estudi¨® y dirigi¨® su pasi¨®n por las artes haci¨¦ndose peque?os huecos en la escena. Pero necesitaba m¨¢s, y no paraba de hacer castings, serv¨ªa copas ¡ª¨¦l siempre asegura en entrevistas que era un camarero estupendo¡ª y hac¨ªa hasta ocho audiciones diarias. Hubo una en la que son¨® la flauta. Fue en 2014, para la serie Boardwalk Empire, donde deb¨ªa bailar y cantar; ¨¦l era bueno en eso, hab¨ªa estado incluso nominado al Tony. Hizo varias pruebas. Lleg¨® hasta el final. Ten¨ªa esperanzas. Pero su agente le llam¨®: el consultor hist¨®rico se hab¨ªa dado cuenta de que en los a?os veinte y treinta, cuando se ambientaba, ese papel no pod¨ªa ser para un hombre negro. Y ah¨ª explot¨®. Se vino abajo entre las m¨¢quinas de pesas y grit¨®: ¡°Hasta aqu¨ª¡±.
![Ra¨²l Domingo y Colman Domingo en una gala en Nueva York en abril de 2024.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I63DISWHD5E5XCBUOEIOJZNYKM.jpg?auth=7a2a68951dd8ba93aeb91bc1bba6da902834c79eda23b4e0f1c90a4670b9f985&width=414)
¡°No puedo. Esto me est¨¢ matando¡±, recuerda que se dijo, como contaba en una reciente entrevista en The New Yorker. Colman y Ra¨²l hablaron. Se plantearon cambios, acabar con esa pasi¨®n de m¨¢s de 20 a?os. Pero un amigo le llam¨®, record¨¢ndole que su agente le quer¨ªa conocer desde hac¨ªa tiempo. ?l se present¨® a la reuni¨®n con los brazos cruzados: su cuerpo ya mostraba lo que su mente, que se plantaba. Sin embargo, se escucharon, empezaron a colaborar y cambiaron de estrategia. Dio resultado: en poco tiempo consigui¨® una prueba para Fear the Walking Dead, donde tras una primera temporada modesta se convirti¨® en protag¨®nico del exitoso spin off de The Walking Dead. Fue entonces cuando decidi¨® dejar de hacer castings: si le quer¨ªan, que le llamaran. Y le llamaron.
No fue por ego, sino por necesidad. El cambio de manager y de actitud, as¨ª como, seg¨²n ¨¦l ha reflexionado en alguna ocasi¨®n, de forma de interpretar, volvi¨¦ndose m¨¢s abierto y natural de manera gradual, le cambiaron la vida. No es que no hubiera hecho antes nada: hab¨ªa trabajado en cap¨ªtulos de Ley y Orden o The Knick, y en pel¨ªculas como Lincoln, El mayordomo o Selma, pero la serie de zombis, y despu¨¦s la de adolescentes Euphoria (donde interpret¨® a Ali, personaje de un adicto en recuperaci¨®n que le vali¨® el Emmy), le catapultaron, si no a la fama, a tener la cantidad perfecta de trabajo y reconocimiento que buscaba. A partir de ah¨ª, floreci¨® en las pantallas y las alfombras rojas, donde se ha convertido en uno de los m¨¢s observados por sus coloridas, originales y elegantes elecciones gracias a faldas, levitas, fajines, brocados, trajes coloridos y lazadas al cuello, muchas de ellas de Valentino, con quien mantiene una estrecha relaci¨®n.
![De izquierda a derecha, el actor Colman Domingo en los Annual Directors Guild of America Awards, el 7 de febrero de 2025; en la gala del Met, en mayo de 2024; y en la fiesta de Vanity Fair tras los Oscar del a?o pasado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BVJ2WM5SLBCEJDIFPH2L6DE55U.jpg?auth=30bb67ec1e09255481ca8d826efe9dff0c409b11d5eec640bb65e140ced3f236&width=414)
Esta d¨¦cada, en la que ha entrado en la cincuentena y cuando lleva m¨¢s de tres actuando, est¨¢ siendo la suya. Ya ha dejado de ejercer de camarero, de bailar en bar mitzv¨¢s, de ser ayudante de panader¨ªa, de ejercer de oficiante en bodas (bueno, lo hace, pero por gusto), de tener todo trabajos a jornada partida. En 2020 arranc¨® con el road trip Zola, donde trabaj¨® con Riley Keough, y tambi¨¦n La madre del blues, con Viola Davis. Entre el rodaje de El color p¨²rpura ¡ªdonde retom¨® el papel de Danny Glover en la original¡ª y el de Rustin ¡ªsobre el activista de los derechos civiles Bayard Rustin y producida por los Obama¡ª, apenas tuvo libres 18 d¨ªas. Los emple¨® en grabar Las vidas de Sing Sing, que acept¨® leyendo apenas un art¨ªculo de prensa (no hab¨ªa guion por entonces) y le ha colocado por segunda vez ante el Oscar, adem¨¢s de otorgarle reconocimientos en festivales como Palm Springs, Santa B¨¢rbara, Seattle, Austin, Washington, San Francisco y algunos m¨¢s.
Si su vida laboral ha sido ajetreada, al menos la personal lleva siendo, en los ¨²ltimos 20 a?os, un cierto camino de rosas. Pero igual de normal, de casual, de afortunada en sus encuentros. Cuando viv¨ªa en San Francisco, acudi¨® a una gran farmacia-supermercado en Berkeley, al norte de California. Iba a comprar una mascarilla cuando se cruz¨® en el parking con un chico muy interesante, moreno, con el pelo largo y ¡°ojazos¡±, seg¨²n cont¨® ¨¦l mismo a GQ. Se miraron, pero nada m¨¢s; el actor trat¨® de buscarle en los pasillos y tiendas cercanas, pero ya no le vio; iba con una amiga que se lo hab¨ªa llevado, arrastr¨¢ndolo, porque (eso Colman no lo sab¨ªa) llegaban tarde a una fiesta y solo hab¨ªan parado a comprar un regalo de disculpa. Un par de d¨ªas despu¨¦s, el de Filadelfia entr¨® en Craiglist, una web muy com¨²n de compraventa, segunda mano, contactos y anuncios de todo tipo, en busca de un iPod Touch, pero ech¨® un ojo en la secci¨®n Missed Connections (Conexiones perdidas) y entonces vio un mensaje: ¡°Te vi en un Walgreens de Berkeley...¡±. Reconoce que salt¨® de la silla de la emoci¨®n. Escribi¨® inmediatamente a ese hombre, llamado Ra¨²l, y concertaron una cita. Fue en un bar de San Francisco. Han pasado 20 a?os y apenas se han separado desde aquella primera noche, que ya pasaron juntos y en la que vislumbraron que en el futuro, pasara lo que pasara, incluidos berrinches en los gimnasios, ir¨ªan de la mano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Mar¨ªa Porcel](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fea6f9d8e-2e65-46a4-9a5e-6e8a789c9408.png?auth=a1089cd2806aa32ae3b7d407181e8488249494a5cc5ebd959305b0ca2e153ab9&width=100&height=100&smart=true)