Un ballet delirante y un tri¨¢ngulo amoroso de postal: la obra m¨¢s peque?a y la m¨¢s grande de Dal¨ª aterrizan en Madrid
La sexta edici¨®n del Sal¨®n de Arte Moderno, abierto hasta el 26 de febrero, re¨²ne dos piezas in¨¦ditas en Espa?a del autor catal¨¢n, pertenecientes al periodo inmediatamente anterior a su etapa en Estados Unidos
¡°De la noche a la ma?ana, Dal¨ª nunca volvi¨® a ser el mismo¡±. As¨ª describe Luis Bu?uel en sus memorias la transformaci¨®n fulminante que supuso en la vida del pintor catal¨¢n la aparici¨®n de Gala. Se enamoraron en 1929. Ella hab¨ªa llegado a su casa familiar de Cadaqu¨¦s en compa?¨ªa del poeta Paul ?luard, que entonces era su esposo. El flechazo entre ambos fue inmediato. Gala abandon¨® al escritor franc¨¦s y a la hija que ten¨ªan en com¨²n, y empez¨® una nueva vida junto al pintor surrealista. Ese mismo a?o Dal¨ª pint¨® Los Placeres Iluminados, una obra llena de s¨ªmbolos y detalles on¨ªricos en la que convergen distintas historias y obsesiones del artista.
Ocho a?os m¨¢s tarde, en 1937, regres¨® a este cuadro aplicando pintura sobre una postal en blanco y negro que reproduc¨ªa un fragmento situado en la parte superior derecha del lienzo, en el que hab¨ªa dibujado la cara de un le¨®n y dos rostros humanos con la forma de una jarra. Sobre este soporte fotogr¨¢fico escribi¨® unas palabras que dieron t¨ªtulo a la creaci¨®n: Mauvaise Ann¨¨e (Mal a?o). El motivo de la mujer-jarra hab¨ªa aparecido por primera vez en Portrait de Paul ?luard (Retrato de Paul ?luard), una obra que Dal¨ª tambi¨¦n hab¨ªa pintado en 1929 para ¡°perpetuar la fisonom¨ªa del poeta al cual hab¨ªa arrebatado una de las musas de su Olimpo¡±. Las tres obras forman parte de un di¨¢logo afectivo y un juego relacional que evoca directamente a la relaci¨®n triangular que vivi¨® con Gala y el exmarido de esta.
Ahora esta obra, la m¨¢s peque?a de esta etapa crucial en la carrera art¨ªstica de Salvador Dal¨ª, se expone hasta el pr¨®ximo 26 de febrero en la sexta edici¨®n del Sal¨®n de Arte Moderno (SAM), ubicado en la Fundaci¨®n Carlos de Amberes de Madrid. Es una feria comercial especializada en obras y artistas del siglo veinte en la que han participado quince galer¨ªas, y que este a?o incorpora por primera vez a cuidada selecci¨®n de autores contempor¨¢neos.
¡°SAM Naci¨® para ocupar un hueco que hasta entonces estaba vac¨ªo en la semana m¨¢s importante para el arte en Madrid¡±, comenta Jorge Alcolea, director de la exposici¨®n. El visitante encontrar¨¢ obras de artistas consagrados como Joan Mir¨®, Miquel Barcel¨®, Antoni T¨¤pies o Andy Warhol; junto a obras m¨¢s recientes entre las que destacan siete piezas de Jaume Plensa, dos obras in¨¦ditas del pintor de la movida madrile?a Carlos S¨¢nchez P¨¦rez (Ceesepe), o un gui?o al street art con la obra emergente del artista espa?ol Marco Maseda. En total se re¨²nen hasta 100 artistas y alrededor de 500 obras.
Los platos fuertes de esta edici¨®n son dos obras de Salvador Dal¨ª: Mauvaise Ann¨¨e, que tiene las dimensiones de una postal, y Bacanal (1939), un conjunto monumental de once telas que prepar¨® para la representaci¨®n del ¡°primer ballet paranoico¡± de la historia, y que es una de las obras m¨¢s grandes de toda la producci¨®n del pintor surrealista. Es la primera vez que ambas obras se exhiben en Espa?a. ¡°El contraste de tama?os y la afinidad de ¨¦pocas [1937 y 1939], ejemplifican muy bien lo que es el crecimiento de Dal¨ª justo antes de que se vaya a a vivir a Nueva York en el a?o 40¡å, explica Jaime Vallaure, comisario de la muestra. ¡°El Dal¨ª grande¡± se?ala el momento exacto en el que el pintor catal¨¢n se da cuenta del potencial que tiene su obra. ¡°Empieza a entender que el acto surrealista subversivo se puede convertir en un acto brutalmente amplificado de lo que es su manera de entender el mundo¡±, detalla Vallaure. Todo el simbolismo de Dal¨ª que arranca en 1928 converge en estas piezas que hacen de bisagra entre el cierre de una etapa y el arranque de la siguiente.
En 1934 le expulsaron del movimiento surrealista, debido a la desconfianza que suscitaba en otros miembros del grupo. El propio Andr¨¦ Breton critic¨® la supuesta obsesi¨®n de Dal¨ª con el dinero, especialmente vinculada con inter¨¦s por la escena estadounidense. De este juicio nacer¨¢ el famoso anagrama que creo a partir del nombre de Salvador Dal¨ª: Avida Dollars. En la d¨¦cada de los treinta el nombre del pintor catal¨¢n ya era de sobra conocido en el ¨¢mbito art¨ªstico de los Estados Unidos. La revista Time le dedic¨® una portada en 1936, aunque sus bigotes todav¨ªa no hab¨ªan tomado el protagonismo que luego tendr¨ªan.
A finales de esta d¨¦cada el artista catal¨¢n empieza el proyecto de Bacanal, encarg¨¢ndose de la escenograf¨ªa y tambi¨¦n del follet¨ªn de la obra. ¡°Transforma la m¨²sica de Wagner de Trist¨¢n e Isolda en una suerte de ballet delirante¡±, explica Vallaure. La obra se representa por primera vez en el a?o 1939, en la Metropolitan Opera House de Nueva York. Dal¨ª no puede acudir porque el estreno coincide con el inicio de la guerra, pero la representaci¨®n cosecha un ¨¦xito rotundo. Un a?o despu¨¦s se muda a Nueva York en compa?¨ªa de su esposa, donde permanecer¨¢ hasta 1948. ¡°Aqu¨ª se convierte en un personaje rocambolesco y escandaloso. Se quita de encima la sombra del grupo surrealista y con Gala de la mano empieza a crecer hasta convertirse en el personaje que ha quedado para la historia¡±, comenta Vallaure.
Las dimensiones monumentales de la escenograf¨ªa de Bacanal impiden exponer el conjunto en su totalidad. ¡°Para mostrarla en toda su extensi¨®n necesitar¨ªamos un espacio con la amplitud del Teatro Real¡±, asegura Alcolea. En la pieza se puede advertir cierto desgaste fruto del paso de los bailarines y actores. ¡°Una de las grandes ventajas de verla en esta exposici¨®n es que el espectador se podr¨¢ detener a observar los innumerables detalles que Dal¨ª dej¨® sobre las telas, que son imposibles de ver desde la butaca de un teatro¡±.
Las telas se exhiben junto a la caja en la que la obra lleg¨® hasta Espa?a. ¡°La presencia de esta obra responde al esfuerzo de un galerista privado que ha apostado por traer esta pieza a suelo espa?ol por primera vez¡±, comenta Alcolea. Es una suerte de aperitivo que tiene un objetivo claro. ¡°Nuestra intenci¨®n es llevarlo mucho m¨¢s lejos. El gran sue?o ser¨ªa que se pudieran volver a utilizar estos decorados para representar la obra original¡±. Una fantas¨ªa que un futuro no tan lejano podr¨ªa hacerse realidad: ¡°Tenemos inter¨¦s de diferentes entidades de Estados Unidos para adquirir la pieza con la intenci¨®n de representarla¡±.
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