Jonathan Anderson: ¡°La artesan¨ªa es un acto de responsabilidad, demuestra que muchas cosas que la gente olvida son importantes¡±
La comitiva del Loewe Craft Prize viaj¨® a Se¨²l, capitaneada por el director creativo de la marca para entregar su premio anual. Esta es la cr¨®nica de un viaje entre rascacielos y artesanos que luchan por mantener vivas tradiciones centenarias
La ganadora del ¨²ltimo Craft Prize, el prestigioso galard¨®n dotado con 50.000 euros que Loewe entrega una vez al a?o, se llama Dahye Jeong y es una joven surcoreana, escultora de formaci¨®n, que trabaja en casa. Su obra, una vasija de gran tama?o pero tan et¨¦rea que tiembla con un soplo de aire, est¨¢ hecha de fin¨ªsima celos¨ªa de pelo de caballo: una t¨¦cnica con 500 a?os de antig¨¹edad que se utilizaba para crear los imponentes sombreros trasl¨²cidos que llevaban los hombres de buena posici¨®n hasta el siglo XX y que, como tantos otros accesorios y utensilios, hoy ya no se usan.
¡°Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil practicar este arte. A la gente le parece importante preservarlo, pero pocos lo quieren aprender. Un premio como este puede ayudar a popularizarlo¡±, afirma Jeong en el comedor del SeMoCA, el primer museo de artesan¨ªa coreana, reci¨¦n abierto en Se¨²l. Es una calurosa noche de finales de junio y el premio se acaba de fallar ente v¨ªtores en una carpa instalada en el jard¨ªn. Afuera diluvia.
Por ahora, Jeong mantiene viva la t¨¦cnica del trenzado de pelo de caballo haciendo collares y adornos para un par de tiendas. Son piezas m¨¢s asequibles, en todos los sentidos, que la vasija que present¨® al concurso, que tard¨® dos meses en terminar. Ahora, le dar¨¢ parte del dinero del premio a sus padres y el resto, dice, lo dedicar¨¢ a comprar materiales. Para Abraham Thomas, comisario de dise?o, arquitectura moderna y artes decorativas del Metropolitan Museum neoyorquino, y ¨²ltima incorporaci¨®n a un jurado presidido por la periodista espa?ola Anatxu Zabalbeascoa, la pieza de Jeong contiene algo fundamental.
¡°Se trata de una tradici¨®n centenaria utilizada de manera contempor¨¢nea. Otros artistas o dise?adores podr¨ªan usarla a partir de ahora¡±, afirma. Adaptarse al contexto es clave para que la artesan¨ªa no solo sea un ejercicio de memoria sino tambi¨¦n de presente y, por qu¨¦ no, futuro.
La de este a?o fue la quinta edici¨®n del Craft Prize, un proyecto iniciado por el actual director creativo de Loewe, el norirland¨¦s de 38 a?os Jonathan Anderson. El dise?ador no solo ha catapultado a la firma de lujo de ra¨ªz espa?ola a un ¨¦xito internacional sin precedentes en su historia. Aunque Loewe ya era una marca comprometida con la cultura ¡ªen 1988 Enrique Loewe Lynch creo la Fundaci¨®n Loewe, organismo a trav¨¦s del que la firma entrega tanto su Premio de Poes¨ªa como el que nos ocupa, hoy presidida por su hija Sheila¡ª, Anderson ha revolucionado la casa consolidando su compromiso con la artesan¨ªa y la vanguardia.
¡°Para m¨ª, la moda siempre hace referencia a la artesan¨ªa, a la idea de hacer y a sus conexiones humanas y culturales. La artesan¨ªa es un acto de responsabilidad, demuestra que muchas de las cosas que la gente est¨¢ olvidando son importantes y creo que, bajo su influencia, la moda puede ser m¨¢s nueva y m¨¢s profunda¡±, escribe en un correo electr¨®nico semanas despu¨¦s de la cita en Se¨²l.
Para Zabalbeascoa, las m¨¢s de 3.000 piezas que se presentaron originalmente a esta convocatoria, demuestran que ¡°hay puentes entre ¨¦pocas y pa¨ªses¡±. Una riqueza que se hac¨ªa evidente en la variedad de alardes t¨¦cnicos y so?adores t¨ªtulos que abundaban entre los 50 finalistas, cuyas obras fueron expuestas en el SeMoCA. En la sala principal, sobre una peana, los cuencos superpuestos que formaban Instinctive parec¨ªan reliquias descubiertas bajo un volc¨¢n: su autor, Minwook Kim, deja que los insectos provoquen grietas en la madera y luego las sella con grapas de cobre.
M¨¢s all¨¢, The Landscape of Memory, un jarr¨®n de sequoya de superficie bulbosa y color ceniciento, directamente parec¨ªa un asteroide ca¨ªdo a la Tierra. Pero no todo eran promesas de eternidad. El ingl¨¦s David Clarke compra en eBay cubiertos, azucareros y dem¨¢s cacharrer¨ªa de plata y crea composiciones como de Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas para guardar¡ porros. ¡°Es que en principio eran para un concurso de marihuana¡±, r¨ªe. Los recipientes sirven para meter los cogollos, la obra se llama Stash (alijo) y Clarke se esfuerza por sacudirse cualquier pretensi¨®n de elegancia: ¡°La plata es un material pijo, as¨ª que la cepillo para que vuelva mate y puedas tocarla. Le quito la pomposidad¡±.
El bum econ¨®mico y cultural surcoreano nos ha dado, entre otras muchas cosas, impagables grupos de K-Pop, estupendos televisores y una nueva generaci¨®n de firmas cosm¨¦ticas que se han convertido en uno de los activos m¨¢s exportables del pa¨ªs asi¨¢tico. Ahora, el objetivo es que su riqu¨ªsima herencia artesana tambi¨¦n forme parte de esta modernidad. Los oficios, como en Jap¨®n, est¨¢n organizados en torno a maestros: figuras profundamente respetadas, consideradas tesoros nacionales y con un sueldo del Estado. El problema est¨¢ en la ausencia de herederos, subraya Youngsoon Lee, una artesana que utiliza el papel de libros antiguos ¡ª¡±el de ahora es muy d¨¦bil¡±¡ª para hacer cestas, jarrones y todo tipo de objetos de reconocible superficie jaspeada.
En su estudio, al cabo de una cuestecita en un an¨®nimo barrio residencial, Lee hace tiras de papel que va guardando en bolsas con cierre zip. Las enrolla en cordoncitos con dos dedos y los va tejiendo. ¡°Antes no hab¨ªa muchos materiales con los que trabajar, as¨ª que se utilizaba esta t¨¦cnica. Pero no hay j¨®venes que quieran aprenderla¡±, se queja. Como no tiene aprendices, est¨¢ escribiendo un libro con las instrucciones y que quien quiera pueda heredar esta pr¨¢ctica con 500 a?os de historia que ella aprendi¨® hace medio siglo del ¨²ltimo maestro, entonces un anciano de 92 a?os que trabajaba con el papel de las cajas de medicamentos.
Hay dos vasijas de Lee en la colecci¨®n permanente del museo Victoria & Albert de Londres. Ah¨ª la descubri¨® Anderson, quien se puso en contacto para encargarle un par de piezas y, el a?o pasado, repiti¨® con unos bolsos para un proyecto que se present¨® en el Salone del Mobile de Mil¨¢n, la mayor cita mundial del dise?o y la decoraci¨®n. Youngsoon Lee nos muestra ¨¢lbumes de papel llenos de bolsillitos, que se hac¨ªan para practicar, y cajas del mismo material que descubren compartimentos secretos a la manera del origami.
Es dif¨ªcil hacerse con una muestra de su trabajo: solo vende a museos o coleccionistas privados y cada vasija le exige de tres a seis meses de trabajo. ¡°?A veces es tan aburrido!¡±, exclama ante la atenta mirada de su marido, reconocido pintor y profesor universitario, pero ahora dedicado tambi¨¦n a acompa?ar y asistir a su esposa en sus viajes. Es m¨¢s divertido desde que se cruzaron con Loewe: hay m¨¢s gente interesada, reciben m¨¢s visitas. Esa misma tarde Lee tiene una cita con Anderson y est¨¢ impaciente. ¡°?A ver qu¨¦ surge!¡±, exclama con una risita.
A media hora en coche (Se¨²l tiene m¨¢s de nueve millones de habitantes), Byoungsoo Cho regenta su estudio de arquitectura y una cafeter¨ªa de especialidad en un proyecto que ha unido varias casas tradicionales alrededor de un patio. El arquitecto, disc¨ªpulo de Rafael Moneo, explica las ra¨ªces est¨¦ticas de la artesan¨ªa coreana. ¡°En una palabra, nuestra cultura es espont¨¢nea¡±, afirma. Entre libros amontonados en su estudio, con grandes ventanales a los ¨¢rboles y al cielo nublado, muestra la fotograf¨ªa de un cuenco amarillento de aspecto modesto y superficie irregular, hecho en el siglo XVI con la arcilla que no serv¨ªa para hacer la valiosa porcelana blanca. ¡°Es maksabal, cer¨¢mica hecha sin cuidado¡±, explica. Mahk, en coreano, significa imperfecci¨®n, que, con la idea de vac¨ªo, son dos nociones fundamentales en el acervo cultural de esta parte de Asia.
¡°La cer¨¢mica japonesa estaba mejor terminada¡±, indica el arquitecto. ¡°El wabi sabi japon¨¦s estaba hecho a prop¨®sito, consist¨ªa en algo levemente imperfecto, pero precioso. Sutil. Mahk es el wabi sabi coreano. Aqu¨ª, paras antes de que algo sea perfecto y no pasa nada, la belleza est¨¢ en lo natural¡±. La clave, explica, radica en la influencia de Confucio y el budismo. ¡°La importancia de ser pobre. Los edificios peque?os, los muebles modestos. No hay que aspirar ni al poder ni al dinero. El vac¨ªo es la ra¨ªz de todo¡±, enumera. ¡°El budismo zen naci¨® en China, pero se practic¨® en Corea: la pintura se hizo abstracta. En el Renacimiento, en Europa, se establecieron la t¨¦cnica y la perspectiva. En China, Jap¨®n y Corea, la pintura se basaba en la percepci¨®n¡±.
Hoy, la imperfecci¨®n puede significar autor¨ªa, un rasgo humano en un mundo lleno de perfecci¨®n mecanizada. ¡°Es una idea interesante: la imperfecci¨®n implica asumir la t¨¦cnica, la historia y la tradici¨®n y, al mismo tiempo, rechazarlas para hacer algo propio¡±, asiente Abraham Thomas. Pero ?existe la manera de que la artesan¨ªa no solo sea patrimonio de los muy ricos? ¡°No tiene por qu¨¦ ser tan exclusiva. La artesan¨ªa tambi¨¦n consiste en una materialidad, en una est¨¦tica. Es una actitud hacia el objeto, no solo habilidad t¨¦cnica. Tambi¨¦n es expresi¨®n¡±. Y advierte: ¡°El trabajo manual es importante, pero no definitorio. Entre los finalistas al Craft Prize hab¨ªa tres que usaban tecnolog¨ªa digital¡±.
Para Anderson, ¡°artesano equivale a moderno. Visto con perspectiva, es un instrumento para conocer los valores de una sociedad. Ahora que impera lo virtual y es cada vez m¨¢s dif¨ªcil conectar emocionalmente, quiero promover lo t¨¢ctil, lo humano. La artesan¨ªa puede formar parte de nuestra sanaci¨®n colectiva a trav¨¦s de la desconexi¨®n digital¡±. Por no hablar del placer de, sencillamente, abandonar lo funcional. ¡°?Pero cu¨¢l es la definici¨®n de ¨²til?¡±, pregunta el comisario del Met. ¡°Una pieza puede tener cualidades escult¨®ricas o pict¨®ricas, a?adir algo a tu entorno. Esa es una forma de utilidad. Los l¨ªmites son dif¨ªciles de definir. Tal vez por eso este es un tema tan excitante¡±.
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