¡°Somos as¨ª de fetichistas y anticuados¡±: The Kills no se hab¨ªan disuelto, estaban de parranda
Tras un hiato de seis a?os que muchos entendieron como disoluci¨®n, The Kills regresan con ¡®God Games¡¯, disco con portada taurina donde hablan de dioses y de fe, esa que a¨²n conservan por la m¨²sica
Hace ya 20 a?os, contribuyeron a la resurrecci¨®n del rock insuflando al viejo estilo una dosis extra de violencia y visceralidad elegante. Jamie Hotel Hince hab¨ªa formado parte de bandas con nombres tan pintorescos como Scarfo o los vibrantes y an¨¢rquicos Blyth Power. Alison VV Mosshart tuvo su bautismo de ruido y furia en el combo punk de Florida Discount. Se conocieron en Londres, ciudad a la que una Mosshart de 21 a?os acudi¨® de gira con su grupo en 2000. Concibieron The Kills en 2001 y dejaron para el recuerdo un par de ¨¢lbumes de una ferocidad y una intransigencia encomiables, Keep On Your Mean Side (2003) y No Wow (2005).
El quinto disco, Ash & Ice, editado en 2016, parec¨ªa el testamento musical de una alianza transatl¨¢ntica que muchos daban ya por disuelta. Mosshart, tras un f¨¦rtil paso por The Dead Weather, la banda de garaje psicod¨¦lico de Jack White, hab¨ªa optado por centrarse en la moda, la fotograf¨ªa y la pintura. Hince se estaba divorciando de la modelo Kate Moss, recuperando la sensibilidad en el dedo que se destroz¨® en un absurdo accidente y colaborando con artistas tan ajenas, en apariencia, a su universo est¨¦tico como la rapera Azealia Banks. En 2022, The Kills volvieron a reunirse. Dieron un concierto en California y se pusieron a trabajar en nuevos temas, empezando por los anfetam¨ªnicos singles 103, New York y LA Hex. Pronto vendr¨ªa God Games, el ¨¢lbum editado en octubre de este a?o, una rauda y radiante vuelta al ruedo con portada taurina que va a llevarlos de gira por Estados Unidos a partir de febrero, con m¨¢s de 30 fechas confirmadas entre California y Nashville, el lugar en que reside Mosshart.
The Kills acaban de aterrizar en Europa para promocionar su nuevo disco, God Games. Nos citamos con ellos en la terraza de una galer¨ªa de arte del Bairro Alto lisboeta, en una ma?ana en que se alternan un sol cruel y lloviznas espor¨¢dicas. Acuden puntuales, pero exhaustos y de un humor no precisamente ¨®ptimo. Acaban de sufrir un vuelo calamitoso y un intempestivo paseo por las calles empedradas del centro de Lisboa. Insisten en sentarse al sol para poder fumar, tres cigarrillos cada uno en una conversaci¨®n de apenas media hora que arranca a trompicones, pero va cogiendo tracci¨®n a medida que se suceden las preguntas.
Pocas horas antes se nos ha informado de que Mosshart (Florida, 44 a?os) y Hince (Andover, 54) est¨¢n dispuestos a hablar de cualquier cosa, ¡°menos de la pandemia y de sus vidas privadas¡±. En cuanto la grabadora se pone en marcha, Jamie no tiene el menor inconveniente en compartir sus recuerdos juventud, yendo de gira, en 1988, ¡°por una Europa muy distinta a la actual, meses antes de la ca¨ªda del muro, cuando Berl¨ªn Este era a¨²n una ciudad s¨®rdida y oscura, una especie de p¨¢ramo subterr¨¢neo en que la gente viv¨ªa como si un meteorito estuviese a punto de fulminarlos¡±. Sus primeros recuerdos musicales tienen que ver con ¡°una infancia n¨®mada¡± de la que las canciones pop siempre formaron parte: ¡°Ahora mismo, me recuerdo a los tres o cuatro a?os, cantando con mi hermana mientras recorr¨ªamos las carreteras de Sud¨¢frica en la furgoneta de mi padre, que era jefe de obra y cambiaba de destino muy a menudo¡±. Form¨® su primera banda a los 12 a?os, ¡°con un compa?ero de clase que tocaba el piano¡±. Por entonces, en Woolton Hill, la ciudad inglesa en que creci¨®, ¡°hab¨ªa poco m¨¢s que hacer cuando te asomabas a la adolescencia: si no jugabas a f¨²tbol y no te met¨ªas en peleas, montabas un grupo. Deporte, violencia o m¨²sica. No conoc¨ªamos muchas otras maneras de sentir que formabas parte de algo¡±.
Mosshart prefiere no remontarse tan atr¨¢s. Sentencia que la m¨²sica ha formado parte de su vida ¡°desde siempre¡±, aunque nunca ¡°con tanta intensidad¡± como cuando empez¨® a integrarse en la precaria pero muy entusiasta escena punk de su ciudad natal, Vero Beach, en Florida: ¡°Con Discount, grabamos un primer ¨¢lbum cuando est¨¢bamos a¨²n en el instituto y ese mismo verano nos fuimos ya de gira. No tuve tiempo de plantearme a qu¨¦ quer¨ªa dedicar mi vida. Sencillamente, me tir¨¦ a la piscina y me dej¨¦ llevar por la energ¨ªa, por la sensaci¨®n de libertad un poco an¨¢rquica que me daba hacer m¨²sica con mis amigos¡±.
Sus caminos se cruzaron en el momento oportuno. Hince necesitaba ¡°nuevos est¨ªmulos¡± en un momento en que sent¨ªa que su carrera musical empezaba a estancarse. A Mosshart le fascinaba la escena musical del Reino Unido y encontr¨® en Hince, diez a?os mayor, ¡°a un c¨®mplice perfecto¡±, introducido en ella, pero, a la vez, lo bastante perif¨¦rico como para proponer alternativas radicales y f¨¦rtiles.
Juntos pusieron en ¨®rbita una banda que fue su dedicaci¨®n principal durante ¡°12 o 13 a?os¡±. Luego pas¨® a segundo t¨¦rmino y ahora ¡°vuelve, esperamos, con m¨¢s fuerza que nunca¡±. Echando la vista atr¨¢s, creen haber dejado una estela de ¡°buenas canciones, discos s¨®lidos y alg¨²n que otro concierto magn¨ªfico¡±. Hince a?ade que nunca pensaron en The Kills como parte del pasado: ¡°Visto desde fuera, un par¨¦ntesis de m¨¢s de seis a?os entre un ¨¢lbum y el siguiente puede hacer pensar que Alison y yo disolvimos el grupo sin anunciarlo y ahora lo hemos recuperado, pero esa no fue nunca la sensaci¨®n que tuvimos nosotros¡±.
¡°Sencillamente¡±, a?ade Mosshart, ¡°nos dedicamos a otras cosas. Pero nunca hemos perdido el contacto y hemos seguido compartiendo ideas y proyectos musicales, aunque algunos de ellos hayan tardado tanto en cristalizar como God Games¡±. ?Tiene sentido editar un ¨¢lbum, trabajar en un concepto, dar una orientaci¨®n precisa, una coherencia y un sonido concreto a un pu?ado de canciones, en la era Spotify, la del consumo instant¨¢neo y la atenci¨®n dispersa? Jamie est¨¢ seguro de que s¨ª: ¡°Los que tanto insisten en que los ¨¢lbumes son una reliquia del pasado no tienen en cuenta, en mi opini¨®n, que la industria sigue ci?¨¦ndose a la misma l¨®gica de producci¨®n y consumo que hace veinte, treinta o cuarenta a?os. Los singles, las giras, sirven para alimentar la hoguera. Pero los ¨¢lbumes son la hoguera. Sin ellos no hay singles, ni conciertos ni entrevistas promocionales. De hecho, t¨² no me habr¨ªas preguntado si The Kills llegaron en alg¨²n momento a estar disueltos si no hubiera habido un par¨¦ntesis de seis a?os entre nuestro quinto ¨¢lbum y el sexto. Son los ¨¢lbumes los que te ponen en el mapa. Sin ellos no existes. Puede que la tecnolog¨ªa haya transformado la manera en que se consume la m¨²sica, pero la manera en que se concibe, produce y comercializa sigue siendo la misma¡±.
Mosshart, bastante m¨¢s animada que cuando empez¨® la entrevista, a?ade que God Games es ¡°la foto fija de un nuevo momento vital que Jamie y yo hemos compartido y convertido en canciones¡±. Es un ¨¢lbum ¡°muy en¨¦rgico, muy urbano¡±, tan ¡°minimalista¡± como de costumbre. Es The Kills en su versi¨®n 2023, distinta y, a la vez, ¡°esencialmente id¨¦ntica¡± a The Kills 2003 y The Kills 2016. ¡°The Kills somos nosotros, Jamie y yo, quemando etapas juntos y registrando paso a paso esa evoluci¨®n de nuestras vidas y nuestras carreras¡±. Para Hince, ¡°editar un disco es el equivalente a pasarte dos o tres a?os encerrado en tu estudio pintando cuadros y, cuando llega el momento, montar una exposici¨®n y ense?¨¢rselos al mundo: seguro que hay artistas, muy j¨®venes, sobre todo, que venden su obra directamente por Instagram sin necesidad de exponerla nunca, pero nosotros seguimos necesitando nuestra exposici¨®n, somos as¨ª de fetichistas o as¨ª de anticuados¡±.
Y, s¨ª, el ¨¢lbum tiene un concepto. Habla de dioses, de ¨ªdolos, de ¡°creencias que intentan dar un sentido trascendente a una vida que muy posiblemente no lo tiene¡±. Tambi¨¦n de esa idolatr¨ªa laica que es el rock. De ¡°rituales cotidianos¡±. De supersticiones. De c¨®mo el azar nos convierte en sus resignados juguetes. Hince y Mosshart se definen como ¡°un par de ateos llenos de fe y que se resisten a perderla¡±. Creen en The Kills, el artefacto que crearon juntos (y que se asoma ¡°en plena forma¡± a su tercera d¨¦cada de existencia), en ¡°el poder de la m¨²sica y las comunidades que se gestan en torno en ella¡±. La m¨²sica, en definitiva, ¡°es cuesti¨®n de fe¡±, concluyen Mosshart y Hince mientras apuran su ¨²ltimo par de cigarrillos y nos recomiendan, no sin cierta sorna, que escuchemos ¡°con cari?o¡± la docena de canciones que forman parte de God Games: ¡°Si tu teor¨ªa es cierta y los ¨¢lbumes ya apenas importan, puede que acabe siendo el ¨²ltimo de nuestra carrera. Y ser¨ªa una pena, porque estamos en un buen momento y a¨²n tenemos mucha m¨²sica que ofrecer¡±.
Puedes seguir ICON en Facebook, X, Instagram ,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.