Bultos, pol¨¦micas y abdominales a los 45: ?estamos en la nueva era dorada de los anuncios de calzoncillos?
Tras encumbrar a deportistas, cantantes y DJs, de los que se analiza cent¨ªmetro a cent¨ªmetro, faltaba Usher, un hombre mediana edad en las filas de los famosos que posan en ¡®boxers¡¯ ante una c¨¢mara
¡°La publicidad de ropa interior masculina abraza a los hombres de verdad¡±, anunci¨® The New York Times en 2019. De haber ocurrido, dur¨® poco. Del mismo modo que se argumenta que si las modelos de pasarela est¨¢n delgadas es porque los vestidos deben de tener una ca¨ªda, un vuelo y un fluir que solo se da si se cuelga de un cuerpo sin curvas ni relieve, parece que los calzoncillos solo pueden apreciarse en su completa gloria si se tensan bajo un vientre plano y con cuadraditos y sobre unas piernas fuertes. Adem¨¢s, este tipo de publicidad lleva cuatro d¨¦cadas en racha. ?Por qu¨¦ cambiarla? El cantante y actor Usher acaba de escribir un nuevo episodio al convertirse en imagen de la l¨ªnea de ropa interior masculina de Skims, propiedad de Kim Kardashian, a sus 45 a?os. No es que aparente 45, no es que pretenda aparentarlos, a juzgar por sus abdominales, pero el n¨²mero est¨¢ ah¨ª: un hombre m¨¢s cerca de los 50 que de los 30 ha sido el ¨²ltimo en insinuarse semidesnudo en ropa interior.
Los anuncios de calzoncillos son fuente de pol¨¦mica y a la vez perpetuaci¨®n de f¨ªsicos normativos; bar¨®metro de la celebridad e indicativo del estado de la cuesti¨®n de la belleza masculina: es la foto que se muestra a un entrenador mientras se le dice ¡°yo quiero ponerme as¨ª¡±. Los anuncios de calzoncillos han abrazado muchas realidades. Hombres blancos, negros u orientales. De rostros can¨®nicamente bellos a bellezas marcianas. ?Los cuerpos? A veces m¨¢s musculados, otras veces m¨¢s l¨¢nguidos, pero ¡ªagencia de modelos mediante¡ª nunca parecidos a los que tiene la gente de a pie. Aunque a veces, en fechas especiales, se salgan de la norma. La l¨ªnea Fenty, de Rihanna, ha sido aplaudida por mostrar a modelos con cuerpos reales con su l¨ªnea de calzoncillos (que adem¨¢s, incluyen boxers con encajes y transparencias). El pasado a?o, Calvin Klein mostraba a un hombre transexual que no se hab¨ªa sometido a una mastectom¨ªa anunciando sujetadores de la marca (para horror de la prensa conservadora). Pero era un espejismo en el habitual oasis del mes previo al Orgullo, en el que todas las marcas experimentan con la inclusi¨®n. La masculinidad, el resto del a?o, por lo general, sigue teniendo el mismo aspecto.
Hace solo un mes el actor Jeremy Allen White (tipolog¨ªa de belleza marciana con cuerpo de Crossfit) demostraba que hay cl¨¢sicos que siempre se repiten, como que un famoso correteando en calzoncillos siga siendo capaz de hacerse con la conversaci¨®n, provocar atascos frente a las marquesinas y ocupar las noticias. En su caso, con controversia de rebote: al censurarse en el Reino Unido un anuncio, tambi¨¦n de Calvin Klein, protagonizado por FKA Twigs, surgi¨® la acusaci¨®n de doble rasero: podemos ver a un hombre corretear desnudo en ropa interior, pero a una mujer, menos. O un giro: la cosificaci¨®n del cuerpo masculino es celebrada, mientras que, tras demasiadas d¨¦cadas, empezamos a cuestionar la de la mujer. En todo caso, la pregunta est¨¢ sobre la mesa: ?vive la publicidad de ropa interior masculina una nueva edad dorada?
Lo aspiracional de una cinturilla
La publicidad de ropa interior masculina suele tirar de belleza pura y dura y de esa idea, ya tan familiar, llamada lo aspiracional: una cinturilla de goma con una marca reconocible vislumbr¨¢ndose por encima del pantal¨®n es, para algunos, algo que te hace sexy, una forma de ser un poco menos imperfecto. ¡°Desv¨ªstete con seguridad en cualquier ocasi¨®n¡±, dicen desde la propia web de Calvin Klein si uno quiere comprar sus calzoncillos. Es el dos m¨¢s dos de la publicidad, el silogismo m¨¢s simple: si me pongo la ropa interior que lleva ese tipo musculoso de la marquesina me parecer¨¦ un poco m¨¢s a ¨¦l y un poco menos a m¨ª mismo.
Calvin Klein ya hab¨ªa contratado a modelos y deportistas reconocibles en los ochenta, como el saltador ol¨ªmpico Tom Hintnaus, y los hab¨ªa puesto frente a fot¨®grafos legendarios (Bruce Weber o Richard Avedon), pero fue Mark Wahlberg, entonces m¨¢s conocido como Marky Mark, el que lo cambiar¨ªa todo. El rapero hab¨ªa aparecido en octubre 1992 en la portada de Rolling Stone luciendo calzoncillos de Calvin Klein y dio la idea a la marca (seg¨²n la leyenda, al millonario David Geffen, que era inversor) de contratarlo como imagen. Una fotograf¨ªa de Herb Ritts en la que el modelo se agarra los genitales hizo el resto.
Ya antes hab¨ªamos visto osad¨ªas en los anuncios de calzoncillos: una campa?a de Calvin Klein de 1985 fotografiada por Bruce Weber mostraba a dos hombres y una mujer, todos en ropa interior, durmiendo juntos en un sof¨¢. Los elementos de la famosa foto de Wahlberg ni siquiera eran nuevos: hab¨ªamos visto modelos en calzoncillos y hab¨ªamos visto a celebridades agarr¨¢ndose los genitales (era parte habitual de las coreograf¨ªas de Michael Jackson, aunque era dif¨ªcil encontrar algo sexual en ello), pero nunca todo junto y con tanta est¨¦tica y a la vez tanta carnalidad. En los antiguos anuncios de calzoncillos los hombres eran musculados maniqu¨ªes, pero Marky Mark era un joven impertinente toc¨¢ndose sus partes privadas en marquesinas gigantescas mientras miraba desafiante a la c¨¢mara. Y adem¨¢s, un joven famoso: acababa de tener un n¨²mero uno con Good Vibrations, con su grupo Marky Mark and the Funky Bunch, donde tambi¨¦n cantaba sin camiseta. En realidad, Wahlberg casi siempre estaba en calzoncillos en el escenario. Lo complicado hubiese sido fotografiarlo vestido.
La f¨®rmula ha seguido funcionando durante a?os, con variaciones y por ¨¦pocas, intentando que los calzoncillos se viesen cada vez menos y la carne cada vez m¨¢s. En 1997 el modelo Renaud Tison ense?¨® el trasero en un anuncio de Gucci Underwear fotografiado por Mario Testino. En 2001 Calvin Klein dio un paso adelante y mostr¨® lo que todo el mundo quer¨ªa ver: un bulto enorme. El modelo y actor Travis Fimmel pos¨® para la firma estadounidense con unos calzoncillos muy peque?itos que rellenaba de modo envidiable. La imagen hizo que en ciudades como Londres se originasen problemas de tr¨¢fico en los puntos en los que el cartel gigante dominaba la ciudad. En 2002 la asociaci¨®n Advertising Standards Authority (ASA, los mismos que han puesto el grito en el cielo por el anuncio de FKA Twigs) retir¨® las acusaciones particulares contra la marca por haber hecho un cartel ¡°indecente, sexualmente sugerente y degradante para los hombres¡±.
El futbolista sueco Freddie Ljungberg puso de moda en 2004 tirar de estrellas del campo para vender calzoncillos. Unos calzoncillos, como en el caso de Fimmel, que tambi¨¦n llenaba de modo portentoso. La gracia ya no era ver solo a una celebridad en calzoncillos, sino ver a una celebridad en calzoncillos con una dotaci¨®n digna de ser comentada. Que esa dotaci¨®n fuese real o no, a¨²n no estaba en el tablero (esa conversaci¨®n llega en el siguiente p¨¢rrafo). Dolce & Gabbana subi¨® la apuesta en 2006 al retratar a la selecci¨®n italiana en el vestuario con su ropa interior. Armani llam¨® a David Beckham en 2008. Ese bulto tambi¨¦n se coment¨®, sobre todo porque ya empezaban a ser bultos extra?os: voluminosos pero sin evidenciar ninguna silueta reconocible.
Cent¨ªmetro a cent¨ªmetro
En 2015, en Calvin Klein apostaron por la persona que m¨¢s conversaci¨®n suscitaba en el mundo. Justin Bieber, entonces de 21 a?os, hizo que esos anuncios que antes se admiraban en enormes carteles que simplemente provocaban alg¨²n atasco se convirtiesen, ya con las redes sociales reinando en el debate, en elementos escrutados cent¨ªmetro a cent¨ªmetro. Y no es un juego de palabras. ¡°?Cu¨¢nto Photoshop hay en el paquete de Justin Bieber?¡±, se pregunt¨® el mundo entero. Y lo peor es que alguien respondi¨®: la web BreatheHeavy consigui¨® las im¨¢genes sin retocar (se dijo que enviadas por alguien que hab¨ªa participado en la sesi¨®n y edici¨®n y que, obviamente, se salt¨® todas las cl¨¢usulas de confidencialidad) y las public¨® (las tuvo que borrar m¨¢s tarde, tras una demanda). La diferencia entre el antes y el despu¨¦s (en el volumen de los pectorales, de los brazos, del trasero y, s¨ª, de los genitales) evidenci¨® lo que el mundo ya sospechaba. Sin embargo, el antes y el despu¨¦s de aquellas fotos en concreto no es tan importante como el antes y el despu¨¦s que marc¨® para el modo en que se reciben las campa?as protagonizadas por celebridades en calzoncillos. Shawn Mendes tambi¨¦n pos¨® para la marca en 2019 y ¨¦l tambi¨¦n recibi¨® el an¨¢lisis exhaustivo: las redes dictaminaron que su bulto era muy peque?o.
No le ocurri¨® al DJ y productor Calvin Harris en 2015, cuando mostr¨® las horas de gimnasio en una campa?a para Armani. Las redes dictaminaron que su bulto estaba muy bien y nadie lo puso en duda. La rechifla y la burla, al parecer, solo era apta para cantantes posadolescentes sobre los que planease la sombra del rumor sobre su sexualidad. Harris, hombre hecho y derecho con una larga lista de amantes, no fue cuestionado.
La campa?a de Usher, a sus 45, marca un nuevo rumbo con un modelo de m¨¢s de 40 (Beckham pos¨® en calzoncillos por ¨²ltima vez con 37 para H&M), aparente esa edad o no. Adem¨¢s, con esa frase del spot ¡°lo que m¨¢s me gusta de actuar es ese elemento de intimidad entre mi audiencia y yo¡± recuerda inevitablemente a una pol¨¦mica frase de Brooke Shields (¡°?Sabes qu¨¦ hay entre yo y mis calvins? Nada¡±), en aquel anuncio de vaqueros (tambi¨¦n de Calvin Klein) que rod¨® con solo 14 a?os y marc¨® para siempre el rumbo de la publicidad de moda: un rostro conocido y atractivo, sensual candidez, un elemento inc¨®modo y millones de personas opinando en sus casas. Tambi¨¦n lo han hecho con el bulto de Usher, claro. ¡°Usher sorprende a sus fans con un gran bulto en una sesi¨®n de fotos para Skims¡±, ha titulado el Daily Star. El bulto en cuesti¨®n sigue siendo inhumano, irreal, imposible. ?Qu¨¦ hay entre esos calzoncillos y la realidad? Nada, es solo publicidad.
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