¡°Mi plan no era unirme a Hollywood sino destruirlo¡±: cuando Jim Carrey triunf¨® desde la anarqu¨ªa
En febrero de 1994 lleg¨® a los cines estadounidenses ¡®Ace Ventura, un detective diferente¡¯, pel¨ªcula que catapult¨® a su protagonista a la fama mundial. Tras amagar con retirarse, volver¨¢ este a?o a actuar en ¡®Sonic 3¡ä?
Sean Connery decidi¨® que su pel¨ªcula final fuese La liga de los hombres extraordinarios (2003). Gene Hackman se despidi¨® tras la poco lustrosa Bienvenidos a Mooseport (2004). Y, durante dos a?os, en el club de leyendas que cierran su carrera de forma anticlim¨¢tica ha militado Jim Carrey (Ontario, Canad¨¢, 62 a?os), quien, un d¨ªa antes del estreno de Sonic 2: La pel¨ªcula en abril de 2022, sorprendi¨® anunciando que se retiraba. ¡°Tengo suficiente. He hecho suficiente. Soy suficiente¡±, declar¨® en una entrevista a Access Hollywood. ¡°Hablo en serio. Me gusta mucho mi vida tranquila, me encanta pintar y mi vida espiritual¡±. El c¨®mico, sin embargo, dej¨® la puerta abierta a un regreso: ¡°Si los ¨¢ngeles me hicieran llegar un guion escrito en tinta dorada, que yo sintiese que es realmente importante para la gente, podr¨ªa volver¡±. Hace escasas semanas, el proyecto capaz de sacar a Carrey de su exilio lleg¨®: se ha anunciado que estar¨¢ en Sonic 3.
Adem¨¢s de sembrar incumplibles expectativas en torno al guion de la tercera entrega de la saga basada en el videojuego de Sega, con estreno en diciembre, la confirmaci¨®n del fin de la jubilaci¨®n de Jim Carrey ha coincidido con el 30? aniversario de Ace Ventura, un detective diferente, la pel¨ªcula que, tras su estreno en febrero de 1994, le catapult¨® a la fama. Aquella comedia (y personaje) fue el pistoletazo a un a?o de gloria para el actor, que encaden¨® en pocos meses otros dos fen¨®menos del calibre de La m¨¢scara y Dos tontos muy tontos. Al a?o siguiente encarn¨® al villano Enigma en Batman Forever, rod¨® la secuela Ace Ventura: Operaci¨®n ?frica y, para 1996, ya era la estrella cinematogr¨¢fica mejor pagada del mundo gracias a los 20 millones de d¨®lares que recibi¨® por Un loco a domicilio.
El resto de la historia es conocida. Encarnaci¨®n de manual del clich¨¦ del payaso triste, Carrey se sinti¨® necesitado de reconocimiento como actor dram¨¢tico y encabez¨® proyectos de prestigio (El show de Truman en 1998, Man on the Moon en 1999) por los que sus cr¨ªticos le perdonaron; no la Academia, que nunca le nomin¨® al Oscar. Su biograf¨ªa abarca problemas de depresi¨®n, de la que dijo haberse liberado en 2017, relaciones de corto recorrido y el suicidio de una exnovia 23 a?os menor, mediante f¨¢rmacos prescritos a su nombre. Tuvo una etapa antivacunas y otra dedicada a la s¨¢tira pol¨ªtica ¨Cque encontr¨® su punto ¨¢lgido en sus enfrentamientos con Trump y la nieta de Mussolini¨C, si bien donde ha gozado de especial predicamento es en la autoayuda, gracias a su gusto por los discursos motivacionales y las historias inspiradoras, como la que tanto ha repetido de que en 1985 se extendi¨® un cheque de diez millones para convencerse de que los ganar¨ªa y lo llev¨® encima hasta que los cobr¨®, una d¨¦cada despu¨¦s, por Dos tontos muy tontos.
Su trayectoria, al mismo tiempo, ha sido m¨¢s extra?a y err¨¢tica que la de una estrella al uso. Con una filmograf¨ªa menos consistente pasada su primera d¨¦cada de ¨¦xito, Jim Carrey ha jugado con su imagen p¨²blica en entrevistas desconcertantes, cuando no incomod¨ªsimas, sin quedar claro cu¨¢nto hab¨ªa de performance y cu¨¢nto de hartazgo. Su mito se vio impulsado en 2017 con el estreno del documental Jim y Andy, integrado por material que, seg¨²n el astro, Universal hab¨ªa retenido desde finales de los noventa para ¡°que la gente no pensara que era imb¨¦cil¡±: las im¨¢genes del rodaje de Man on the Moon, donde durante semanas sembr¨® el caos al comportarse como su personaje, el c¨®mico alternativo Andy Kaufman. Adem¨¢s de suscitar debates sobre las actuaciones de m¨¦todo (en el documental hab¨ªa violencia, con Carrey quedando inconsciente en una pelea, y muchos compa?eros se mostraban claramente molestos), aquella pel¨ªcula renov¨® el inter¨¦s por el trasfondo desestabilizante del humor de Jim Carrey y abri¨® otras v¨ªas desde las que entender su legado.
Contener multitudes
El ascenso de Carrey en 1994, tras a?os llamando la atenci¨®n en actuaciones, sketches y papeles secundarios, coincidi¨® con el apogeo del grunge (fue el a?o del suicidio de Kurt Cobain) y la emergencia comercial del nuevo punk, factores generacionales dif¨ªciles de disociar. Ace Ventura, un detective diferente, que contaba con un guion coescrito por Jim Carrey, presentaba a un personaje grit¨®n, en¨¦rgico, iracundo, en constante estallido, que ridiculizaba a todos los adultos serios a su alrededor y hablaba por el culo. Parodia de los thrillers ¨Csu desenlace tr¨¢nsfobo, lo que peor ha envejecido, no deja de ser una herencia de Vestida para matar (1980) y El silencio de los corderos (1991)¨C, la pel¨ªcula versaba sobre un detective especializado en animales que ten¨ªa que localizar a la mascota secuestrada de un equipo de f¨²tbol americano, un delf¨ªn, antes de la final de la Superbowl.
El don de Carrey para transformar su rostro, cuerpo y voz a gran velocidad llev¨® a que su trabajo f¨ªsico fuese equiparado a la obra de Tex Avery, cuyas animaciones violentas e histri¨®nicas sirvieron de base para La m¨¢scara. Las tres pel¨ªculas que el actor protagoniz¨® en 1994 tuvieron, consecuentemente, adaptaciones en series de dibujos. La acad¨¦mica finlandesa Tarja Laine public¨® en 2001 en la revista CineAction el art¨ªculo El rey de la verg¨¹enza, donde investigaba la fuente de la comicidad del actor.
¡°Carrey es sociol¨®gicamente provocador porque su arte se basa en la verg¨¹enza y el bochorno creados por una tensi¨®n construida en la interacci¨®n social¡±, escrib¨ªa. ¡°Del mismo modo que Jerry Lewis, al hacer masoquistamente de la verg¨¹enza y la autohumillaci¨®n la base de su comedia, Jim Carrey da la vuelta a todo el proceso de formaci¨®n del sujeto burgu¨¦s. El placer vergonzoso seduce al espectador para que participe en este abandono de la estabilidad del ego en un espect¨¢culo de abyecci¨®n¡±.
La analista admit¨ªa su decepci¨®n por el giro dram¨¢tico en las elecciones de papeles de Carrey, cuyo dilema ve¨ªa plasmado en Yo, yo mismo e Irene (2000). En aquella comedia de los hermanos Farrelly, un polic¨ªa reprimido sufr¨ªa un desdoblamiento en su personalidad, de la que surg¨ªa un alter ego ca¨®tico y agresivo que ten¨ªa que luchar por contener. ¡°Sus pel¨ªculas rompen cada vez menos tab¨²es culturales. La carrera de Carrey se encuentra en la misma encrucijada y queda por ver qu¨¦ personalidad vencer¨¢ finalmente, ?la convencional o la an¨¢rquica?¡±. Contactada por ICON 23 a?os despu¨¦s, Laine, actualmente profesora de Estudios de Cine en la Universidad de ?msterdam, lamenta que no sucediese una cosa ni otra: ¡°El hecho de que no recibiera una nominaci¨®n al Oscar por sus papeles en ?Olv¨ªdate de m¨ª! [2004] o Man on the Moon puede verse como un s¨ªntoma de la rigidez de Hollywood. Es una l¨¢stima que despu¨¦s no hiciera m¨¢s papeles serios, que la mayor¨ªa de sus comedias fueran formulaicas y que ahora est¨¦ actuando en una franquicia inspirada en un videojuego. Puede deberse a un mal trabajo de su agente o a motivos personales¡±.
¡°Lo que hizo a Carrey ¨²nico fue su habilidad para extraer humor de situaciones no necesariamente divertidas, sobre todo emociones negativas e inc¨®modas¡±, explica a ICON. ¡°Hizo algo parecido a lo que los Farrelly pretend¨ªan conseguir en sus pel¨ªculas: una liberaci¨®n carnavalesca de las normas de conducta, en el esp¨ªritu de Mija¨ªl Bajt¨ªn [pensador ruso para quien las expresiones populares bufas representaban la oposici¨®n a la visi¨®n r¨ªgida de la aristocracia]¡±.
La broma infinita
En un extenso perfil publicado en Rolling Stone en 1995, el periodista Fred Schruers tuvo la oportunidad de retratar a ese Jim Carrey que se asentaba en Hollywood, durante una sesi¨®n de entrevistas en medio del rodaje de Ace Ventura: Operaci¨®n ?frica. En el art¨ªculo tambi¨¦n hablaba la esposa de la que Carrey se estaba divorciando tras ocho a?os de matrimonio, con la que compart¨ªa una hija nacida en 1987. La mujer, Melissa Womer, afirmaba que su todav¨ªa marido sufr¨ªa una depresi¨®n profunda y que las noches con ¨¦l llorando hasta altas horas de la madrugada eran algo habitual: ¡°Realmente no quiere hacer lo que su adrenalina le empuja a hacer. Le sigo queriendo, tiene aquello de lo que est¨¢n hechas las leyendas y simplemente ha perdido su camino. Estoy preocupada por ¨¦l. He aprendido que la sonrisa que luce es la mayor m¨¢scara de todas¡±.
¡°No creo que haya una sola persona creativa en el mundo que no tenga subidas y bajadas [de ¨¢nimo] extremas¡±, respond¨ªa Carrey. ¡°De otra manera, eres aburrido. Parte del mejor trabajo que he hecho ha venido de esas bajadas¡±. El texto ahondaba en la batalla legal por su patrimonio, con la abogada de la esposa afirmando que Carrey no quer¨ªa conceder una cantidad que ¨¦l ganaba en pocas jornadas debido a un trauma familiar: su padre qued¨® en el paro y arruinado cuando era adolescente. El propio Jim Carrey localizaba en esa etapa sus primeros ataques violentos, cuando ¨¦l y su hermano iban a vandalizar la f¨¢brica donde su progenitor era explotado. El actor contaba en la pieza que mantuvo econ¨®micamente a su familia durante a?os y que, por eso, ten¨ªa sue?os recurrentes en los que estrangulaba a su madre.
En otro perfil para The Hollywood Reporter en 2018, firmado por Lacey Rose, parec¨ªa bastante m¨¢s en paz. Promocionaba entonces la serie Kidding, su primer trabajo de ficci¨®n tras el suicidio de su expareja. Con el papel de un presentador infantil de televisi¨®n en crisis existencial, el director Michel Gondry se serv¨ªa de un momento personal de Carrey parecido al que motiv¨® que le reclutase para ?Olv¨ªdate de m¨ª!, cuando fue a conocerle al rodaje de Como Dios (2003) y le encontr¨® hundido por su ruptura con Ren¨¦e Zellweger. ¡°Mi plan no era unirme a Hollywood, era destruirlo¡±, recordaba sobre sus primeros d¨ªas. ¡°Golpear un mazo gigante contra quien fuera que estuviese al mando y contra toda la seriedad¡±. Tambi¨¦n en la entrevista insist¨ªa en que no deseaba volver a primera l¨ªnea.
No obstante, las pel¨ªculas de Sonic (de 2020 y 2022) le han reportado dos de sus mayores ¨¦xitos comerciales. Tambi¨¦n su personaje, el Dr. Robotnik, le ha permitido volver cuando nadie lo esperaba a un estilo de interpretaci¨®n en la l¨ªnea de La m¨¢scara, excesivo y caricaturesco. En el libro Recuerdos y desinformaci¨®n (Temas de Hoy, 2020), coescrito con Dana Vachon, Carrey establec¨ªa su punto profesional de no retorno en Phillip Morris, ?te quiero! (2009), que tuvo problemas para distribuirse por, entre otros motivos, una escena donde se le ve¨ªa manteniendo sexo anal con Ewan McGregor. A ra¨ªz de ello, el actor dice que Disney y Paramount congelaron proyectos con ¨¦l y sugiere que sus agentes le forzaron a hacer Los ping¨¹inos del Sr. Poper (2011) porque, seg¨²n ellos, Ace Ventura demostr¨® que ¡°a la gente le encanta verle con animales¡±.
Como en tantos aspectos relacionados con Carrey, es dif¨ªcil saber cu¨¢nto hay de verdad: el libro tiene la forma de una novela de ficci¨®n con alien¨ªgenas, salpimentada de datos biogr¨¢ficos (vuelve a contar lo de so?ar con estrangular a su madre) y reconociendo como grandes amores a Linda Ronstadt ¨Ccon quien tuvo una relaci¨®n de joven, ella 15 a?os mayor¨C y Ren¨¦e Zellweger ¨Cde quien inventa que le dej¨® por el torero Morante de la Puebla¨C. Al final, un cataclismo le lleva a vivir una epifan¨ªa donde se deshace de su identidad individual. Algo que parece en sinton¨ªa con la introspectiva entrevista que dio a Jimmy Kimmel en 2017: ¡°Jim Carrey es un gran personaje y tuve la suerte de obtener el papel. Pero yo ya no pienso que sea Jim Carrey¡±. ¡°A m¨ª nunca me ha importado ser divertido¡±, ahondaba en The Hollywood Reporter. ¡°Para m¨ª, lo que importa es el experimento del d¨ªa. Si lo disfrutas, bien, si no, tambi¨¦n. Habr¨¢ otro ma?ana¡±.
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