De Mal¨² a Alejandro Sanz, de Sabina a Bert¨ªn Osborne: las peores portadas de la historia de la m¨²sica espa?ola
En esta lista hay artistas m¨¢s o menos vendedores, m¨¢s o menos queridos, casi todos populares, algunos ¡®indies¡¯, otros ¡®heavys¡¯, otros mel¨®dicos, otros puro pop. Pero todos tienen algo en com¨²n: en alg¨²n momento de su carrera, les hicieron una portada muy fea
?Qu¨¦ hace que una portada, o sea, eso que generalmente deber¨ªa llevar el nombre de un artista, el t¨ªtulo de la obra y, esto ya es discutible, su imagen, fracase en grado sumo? Seg¨²n Diego Areso, director de arte de EL PA?S, ¡°el fracaso es casi seguro cuando se recurre a im¨¢genes gen¨¦ricas y trilladas que responden solo de refil¨®n al contenido o a la m¨²sica. Tambi¨¦n se falla casi siempre cuando no se trabaja a fondo la disposici¨®n de los textos: hay much¨ªsimos ejemplos de estupendas im¨¢genes arruinadas con unos t¨ªtulos dise?ados con tipograf¨ªas cutres y baratas. Incluso cuando se dise?a mal a prop¨®sito, buscando un dise?o aparentemente m¨¢s espont¨¢neo, lo importante es tener un concepto claro, y que todo el dise?o transmita la idea interior del disco o el libro¡±.
Todo esto hace todav¨ªa m¨¢s incomprensible que el ¨¢lbum de un artista respaldado por una gran discogr¨¢fica y un presupuesto holgado y cierto asesoramiento art¨ªstico acabe siendo un fracaso. Hemos elegido, en su mayor¨ªa, artistas comerciales, respaldados por grandes discogr¨¢ficas, aunque tambi¨¦n se cuelan algunos insignes representantes del indie. Hemos dejado fuera, por motivos de justicia, artistas m¨¢s amateur cuyas portadas obedecen a la falta de medios. Esperen mucha representaci¨®n del fen¨®meno Operaci¨®n Triunfo, artistas que repiten en la lista, alg¨²n intocable del cancionero espa?ol, raperos, directores de orquesta y se?ores que hacen doblete como presentadores a tiempo parcial. Para la selecci¨®n hemos pedido opiniones al equipo de ICON, a compa?eros de EL PA?S y a una serie de colaboradores de esta revista. El resultado es, por lo tanto, tan subjetivo y tan leg¨ªtimo como el que podr¨ªa haber salido si esta lista la hiciesen personas diferentes. Una cosa es innegable: entre las portadas escogidas hay obras que resultan, simple y llanamente, feas.
Rosa, de Rosa
Operaci¨®n Triunfo supuso un antes y un despu¨¦s en la industria musical espa?ola. Por un lado, el pop latino reemplaz¨® al pop rock como g¨¦nero dominante. Por otro, se normalizaron los discos hechos a toda velocidad para aprovechar el tir¨®n popular con canciones de cat¨¢logo, versiones y una mezcla de g¨¦neros impersonal (un poco de balada, un poco de folclore, un poco de latino) para conquistar a todos los perfiles de oyentes, siempre producidas y grabadas a toda prisa. Rosa L¨®pez lanz¨® su disco el 29 de abril: dos meses y medio despu¨¦s de proclamarse ganadora y cuando ya llevaba a sus espaldas 14 conciertos de la gira nacional. Esos eran los tiempos. La portada resume estas prisas: Rosa aparece sentada, en una postura no particularmente favorecedora, con varios peinados en uno (mo?o palmera, mechones a capas, flequillo ladeado) y una expresi¨®n de: ¡°pues nada, aqu¨ª andamos¡±. Es lo m¨¢s cerca que ha estado un disco de usar una foto de carnet como portada. Ni siquiera se molestaron en borrar el trozo del respaldo de la silla en la que Rosa se sent¨®, que era negra como el traje y por tanto daba la sensaci¨®n de que formaba parte del cuerpo de la cantante. El fondo rojo y las letras gigantes sugieren que el dise?ador dedic¨® aproximadamente diez minutos al encargo, probablemente porque ten¨ªa que editar otras 12 portadas ese mismo d¨ªa. Vendi¨® medio mill¨®n de copias. ¨DJuan Sanguino
Yo, minor¨ªa absoluta, de Extremoduro
Extremoduro siempre hab¨ªa apostado por la visceralidad y la contundencia en sus portadas. Con su octavo ¨¢lbum de estudio, Yo, minor¨ªa absoluta, se les fue la mano. El t¨ªtulo era una referencia expl¨ªcita a un discurso de Blas Pi?ar en que el nost¨¢lgico del franquismo, ¨²nico representante de Fuerza Nueva en el parlamento espa?ol de la legislatura de 1979, asegur¨® que no se sent¨ªa solo en sus posiciones, porque Dios y ¨¦l sumaban mayor¨ªa absoluta. Robe Iniesta, l¨ªder de la vibrante (e insurgente) banda de Plasencia, aplic¨® un giro copernicano a la frase para sugerir que ¨¦l tampoco necesitaba a nadie para defender puntos de vista exquisitamente minoritarios. Ni siquiera a Dios, porque, en cierto sentido, Dios era ¨¦l. Para enfatizar la idea, decidi¨® retratarse como un Jesucristo al pie de la cruz, con corona de espinas, sangre en las manos y un par de rev¨®lveres en el cinto, sobre un escu¨¢lido taparrabos. El resultado, una broma cazallera, una provocaci¨®n un tanto pueril y un hilarante naufragio est¨¦tico. ¨DMiquel Echarri
Aprendiz, de Mal¨²
Para muchos de los que crecimos con Windows 95, el software de dibujo que inclu¨ªa, Microsoft Paint, fue una fuente de goce y frustraci¨®n a partes iguales. Era muy sencillo de usar (simplemente consist¨ªa en dibujar con el rat¨®n), pero era dif¨ªcil que el resultado quedase bien. Lo normal era acabar haciendo trazos gruesos de distintos colores, corazones o inscripciones con tu nombre. Y eso es lo primero que viene a la mente al ver el nombre de Mal¨² escrito con caracteres manuales y colorines en la portada de su primer disco, que seg¨²n los archivos se llama Aprendiz, aunque el t¨ªtulo del ¨¢lbum no aparezca en ning¨²n sitio. El efecto es desconcertante, especialmente porque la foto no es mala en absoluto, sino un retrato bastante aceptable de la cantante que sigue varias filias de la ¨¦poca, como el formato foto-de-sof¨¢-desgastado (que result¨® mucho mejor en el disco de debut de Ella Baila Sola), el corte de pelo a lo Rachel de Friends (omnipresente en la ¨¦poca) y la combinaci¨®n de flash y terciopelo, otro hito de aquellos a?os. El desconcierto surge de todos esos elementos juntos, como si alguien se hubiese entretenido en pintarrajear con el Paint una foto promocional. ¨DCarlos Primo
Sabor a M¨¦xico, de Bert¨ªn Osborne
Para los aficionados a la serie Yellowstone, hagan apuestas: ?cu¨¢nto durar¨ªa este chuleta vaquero que vemos en la portada en la cuadra donde duermen, beben, se pelean y juegan a las cartas los capataces a las ¨®rdenes de John Dutton, el rudo y atormentado due?o del rancho, interpretado por Kevin Costner? ?Un minuto? ?Quiz¨¢ dos? Bert¨ªn no tiene ni una posibilidad ante tipos duros de verdad. Mirando a no se sabe d¨®nde, pensativo, sacando cadera, ?con esa hebilla! Todo es esperp¨¦ntico en esta portada. Y el contenido del disco camina en paralelo al p¨¦simo gusto de la imagen. ¨DCarlos Marcos
La profec¨ªa, de Amistades Peligrosas
La discograf¨ªa de Amistades peligrosas es una admirable secuencia de saltos al vac¨ªo. Sobre todo me fascina la portada de Nueva era, donde Cristina del Valle y Alberto Comesa?a se marcaban un Reina Margot de saldo cuya visi¨®n bastar¨ªa para desbaratar el legendario hieratismo de Isabelle Adjani. Pero quiz¨¢ sea La profec¨ªa el disco que re¨²ne en su portada m¨¢s elementos desasosegantes. Su apuesta referencial, que parece fusionar los murales pompeyanos, el manierismo tizianesco, el rococ¨® franc¨¦s y el posmodernismo de Ouka Leele, aunque la extra?a morfolog¨ªa de los cuerpos remita m¨¢s bien a Ingres o a las Majas de Goya. La ensalada tipogr¨¢fica, que propicia un choque de titanes entre el art nouveau y el gothic punk draculino. El error ortogr¨¢fico en el propio t¨ªtulo (la i de ¡°profec¨ªa¡± no lleva tilde). Y, por encima de todo ello, la doble aplicaci¨®n del filtro Ictericia. El resultado bien podr¨ªa inspirar a Mark Fisher nuevos cap¨ªtulos de su ensayo Lo raro y lo espeluznante. ¨DIanko L¨®pez
Nuevo peque?o cat¨¢logo de seres y estares, de El ?ltimo de la Fila
Vale, objetivamente hay miles de portadas m¨¢s horrorosas en el pop espa?ol, pero siempre me contrast¨® mucho la belleza excelsa de canciones como Cuando el mar te tenga o Canta por m¨ª con esa cubierta tan cutre, tanto por la tipograf¨ªa, como por la composici¨®n, como esa imagen borrosa del d¨²o, trajeado dentro de una ducha y portando un patito, como si estuviesen bolingas al final de una boda. Es cierto que Manolo Garc¨ªa y Quimi Portet siempre tuvieron una especial querencia por re¨ªrse de s¨ª mismos, incluso de aberrar, y est¨¢ clara que esa es la intenci¨®n de esa portada, pero tal vez pudieron haber controlado aqu¨ª un poco m¨¢s el sentido del rid¨ªculo. Tal vez ellos lo pensaran tambi¨¦n, ya que no volvieron a salir en la imagen de cubierta de sus dos siguientes (y ¨²ltimos) ¨¢lbumes. ¨DDavid Saavedra
Un d¨ªa en el mundo, de Vetusta Morla
Los a?os del Fotolog fueron duros. Es verdad que se pod¨ªa subir alguna foto de uno mismo, de un lugar que acababas de visitar o de un perro bonito que te hab¨ªas encontrado por la calle. Pero tambi¨¦n hab¨ªa que demostrar una vida interior rica y, mucho antes de que eso tambi¨¦n se lograse mediante selfies, para aquello se usaban im¨¢genes m¨¢s o menos sugerentes, po¨¦ticas, on¨ªricas. La fotograf¨ªa en la portada de Un d¨ªa en el mundo lo tuvo todo para triunfar entonces: una ni?a concentrada, el mar, el cielo¡ la intensidad. Por lo dem¨¢s, toda la portada parece obra de un aficionado al dise?o: alguien que sabe manejar alg¨²n programa de retoque o maquetaci¨®n, pero no sabe componer visualmente. La tipograf¨ªa podr¨ªa ser la de una empresa de tubos de PVC o de transporte de frutas, est¨¢ mal ajustada y tiene problemas en el interletraje (no est¨¢n bien medidos los espacios entre caracteres). Otro detalle fatal: la foto contin¨²a como relleno del cuerpo del texto, generando un degradado. Herencias del WordArt. ¨DEnrique Rey
Zarzuela, de Luis Cobos
Es una portada tan, tan terrible que da toda la vuelta a la ruleta del gusto y se convierte en obra de arte. La combinaci¨®n de esa tipograf¨ªa de palo seco con acabados afilados que hace pensar en el filo de las navajas y en lo met¨¢lico, tan asociado al heavy, sobre un abanico hecho con aer¨®grafo y unas l¨ªneas de ne¨®n, todo para un disco en el que Cobos mete bases electr¨®nicas a la zarzuela cl¨¢sica, es simplemente sublimemente horrorosa (y a la vez maravillosa). ¨DRaquel Pel¨¢ez
Parte de m¨ª, de Gisela
Todo este art¨ªculo podr¨ªa hacerse, simplemente, amontonando las portadas de los 13 ¨¢lbumes salidos de los concursantes de la primera edici¨®n de Operaci¨®n Triunfo, ese programa que dej¨® una controvertida herencia musical y una infame impronta est¨¦tica (por ah¨ª arriba est¨¢ Rosa para demostrarlo). Todo aquel horror vive en las portadas de los discos: recargadas, retorcidas, incomprensibles, feas. En Parte de m¨ª est¨¢ todo junto. Gisela, vestida en la playa con un estilo entre hippie y bereber, est¨¢ a punto de acariciar la arena mojada de la playa pero no lo hace, nadie sabe por qu¨¦, y al fondo, caminando sobre el agua, como Jes¨²s, est¨¢ su fantasma, pero no va solo: est¨¢ montado a caballo y vestido de manera diferente, con vaqueros, tal vez porque a esa versi¨®n de Gisela la muerte la pill¨® de atuendo informal. Gisela est¨¢ escrito con las mismas letras que alguien emplear¨ªa para el logo de una gestor¨ªa y tanto gustaron que ellas tambi¨¦n tienen su propio fantasma, las letras g-i-s-e-l-a del rev¨¦s que se ven reflejadas en el agua. Cosa que no le pasa a la Gisela a caballo, que est¨¢ transparentosa y no se refleja en ning¨²n sitio, lo cual nos confirma que es un fantasma o, probablemente, una vampira. El disco es pop, pero el envoltorio es psicodelia. ¨DGuillermo Alonso
Tren de largo recorrido, de La Uni¨®n
Tren de largo recorrido es un ¨¢lbum grabado en directo, en A Coru?a, en 1991. En ¨¦l est¨¢n todos los temazos del grupo de Rafa S¨¢nchez, Luis Bol¨ªn y Mario Mart¨ªnez, de Maracaibo a Sildavia o Lobo-hombre en Par¨ªs. Lo tuve en ced¨¦ y lo escuch¨¦ much¨ªsimo; me gustaban tanto las canciones como me espantaba la portada, que parec¨ªa salida de una buena/mala noche en la Ruta del Bakalao. ?Combinar una tipograf¨ªa amarilla achatada por los polos con un fondo morado-fucsia en degad¨¦ era buena idea? Parece que s¨ª, porque al final le cog¨ªas cari?o a la car¨¢tula y no dejabas de mirarla pregunt¨¢ndote por qu¨¦ las caras a medio iluminar del grupo emerg¨ªan de un fondo que pod¨ªa haber salido de observar una gota de sangre en un microscopio o de un corte de lombarda. ¨DAna Fern¨¢ndez Abad
Estopa, de Estopa
Me encantan Estopa y su primer disco ech¨® ra¨ªces en la memoria sentimental de varias generaciones, pero pocas cosas tan horrendas como la portada. Encontramos una foto de los Estopa cruzando un paso de cebra de un barrio de bloques de edificios an¨®nimo, podr¨ªamos suponer que de Cornell¨¢. Los colores est¨¢n saturados hasta lo lis¨¦rgico, la imagen es borrosa y en una esquina, el t¨ªtulo del disco (y del grupo) a modo de grafiti. Todo desped¨ªa el mensaje de sencillez, de manejar poco presupuesto y ser, por tanto, aut¨¦ntico, de calle, rumbero, festivo, orgullo de clase obrera. Tambi¨¦n supon¨ªa un sutil rechazo a la mesura, la elegancia y el buen gusto marcados por una ¨¦lite cultural siempre vinculada a las clases altas. La portada de Estopa era chonarra, barata y estridente en un momento en el que lo cani y los gustos masivos de la poblaci¨®n criada en barriadas de extrarradio estaban muy lejos de ser reivindicadas por alguien con un criterio respetado. El grupo ha mantenido esa l¨ªnea ¨¦tica y est¨¦tica a trav¨¦s de los a?os, dotando a sus portadas de una coherencia y un sentido que raras veces en la industria musical de este pa¨ªs aparecen plasmados de forma tan clara. ¨DRaquel Pi?eiro
S¨ª, de Chico y Chica
En 2001 Chico y chica publicaron su primer disco S¨ª, y para la portada decidieron elegir una entre las fotos de viajes que se hab¨ªan hecho sus dos componentes, Alicia San Juan y Jos¨¦ Luis Rebollo. De entre todas prefirieron una de Alicia en Bruselas, posando con una amiga delante del Atomium. La t¨ªpica foto de viaje que todo el mundo tiene y que no ha salido bien. Claramente fuera de foco, los cuerpos de las chicas cortados por encima de la cintura y demasiado cielo azul en la parte superior. Adem¨¢s est¨¢ un poco torcida. Por si esto no fuera suficiente la tipograf¨ªa del nombre del grupo es Univers porque quer¨ªan copiar a Oasis pero para el S¨ª del titulo prefirieron la letra g¨®tica en una decisi¨®n tan incoherente como fascinante. El resultado es algo que no ha ido bien pero que sientes familiar porque lo podr¨ªa haber hecho cualquiera con un m¨ªnimo de pretensiones. Sin embargo esta imagen tan fe¨²cha y tan atractiva a la vez result¨® ser perfecta para el disco que contiene algunos de los himnos fundamentales de los 2000 en Espa?a: Cansada de la vida, T¨² lo que tienes que hacer y Supervaga, que parece describirla perfectamente. ¨DJoaqu¨ªn Garc¨ªa
Lo que te cont¨¦ mientras te hac¨ªas la dormida, de La oreja de Van Gogh
Las mejores portadas no son solo est¨¦ticamente bonitas sino que dan informaci¨®n sutil sobre el artista y el disco. En el caso de Lo que te cont¨¦¡ no se cumplen ninguna de las dos premisas, ni la est¨¦tica ni la sutilidad. Sin ser horrenda, la imagen tiene un aire a cat¨¢logo de muebles, pero los verdaderos problemas est¨¢n en los detalles. Vale que Amaia duerma maquillada y peinada, pero ?era necesario poner una foto en su mesilla (con perspectiva forzada) para que aparezcan los dem¨¢s integrantes del grupo? ?Tan poco se soportaban para no estar juntos ni en una foto? El vaso con la flor parece puesto para rellenar un hueco. Pero lo peor es la literalidad: ?no hab¨ªa nada m¨¢s sutil que una imagen de alguien durmiendo para un disco con ese titulo? El detalle definitivo es el logo pop a lo planetas de la esquina izquierda: un icono acostado, por si no queda claro el leitmotiv del disco. La contra, por cierto, es una foto similar pero de espaldas. Ingenio desbordante pero poni¨¦ndolo f¨¢cil. ¨DGuillermo Arenas
Jes¨²s de Chamber¨ª, de M?go de Oz
Adorados en los c¨ªrculos del heavy primigenio, nada en M?go de Oz es sutil. Como ejemplo la portada de su segundo disco; Jes¨²s de Chamber¨ª, una ¨®pera rock de 1996 sobre la segunda llegada de Cristo, esta vez en el distrito madrile?o de Chamber¨ª. Para la portada decidieron crucificar a Mohamed, su violinista, en una azotea de Tirso de Molina, que no es Chamber¨ª, pero qu¨¦ m¨¢s da¡ ya se ha dicho que lo suyo no es la sutileza. ¨DI?igo L¨®pez Palacios
?D¨®nde est¨¢s amor?, de Roc¨ªo Jurado
Con ?D¨®nde est¨¢s amor?, Roc¨ªo Jurado apuntaba a la canci¨®n mel¨®dica, orientada al gran p¨²blico, lejos del mundo flamenco y hasta de la copla, que daban algo menos de libertad est¨¦tica por tener c¨®digos muy asentados: volantes, lunares o un mech¨®n acaracolado y pegadito a la mejilla. Si la portada es fea o bonita es una cuesti¨®n de gustos, pero sin duda no parece pensada para la Jurado: tapada con un tul negro gigante, no se le ve la melena leonina tan caracter¨ªstica en ella y se muestra solamente el ¨®valo de su cara, que adem¨¢s ni siquiera est¨¢ en el culmen de su expresividad, que era mucha. Si digo que era una apuesta extra?a es porque a esas alturas, la Jurado ya hab¨ªa conocido a Manuel Alejandro, hab¨ªa grabado Se?ora y Paloma Brava y con ambos discos se hab¨ªa arrancado del todo la peineta para ser cantaora o tonadillera solo a tiempo parcial y cuando a ella le apeteciera. Y en sus canciones, apostaba m¨¢s por el ¡°aqu¨ª estoy yo¡± que por representar a la madre sufridora o la hembra siempre a la espera de las coplas. Porque el disco se titulaba ?D¨®nde est¨¢s amor? pero a la Jurado parec¨ªa darle igual donde anduviera ¨¦l. Se nota nada m¨¢s empezar: ¡°Ya est¨¢ bien de que los hombres/lleven siempre la ventaja/primero, con las promesas/y luego, con amenazas/Se terminaron las cartas/y este juego se acab¨®/o rompemos la baraja.../o rompemos la baraja/o aqu¨ª, jugamos los dos.¡± Por todo eso, y porque la norma fotogr¨¢fica de la Jurado en sus portadas anteriores ya era la del escote palabra de honor y rostro en escorzo con un toque feroz, resultan incongruentes (y feos) esos tules tapando todo el poder¨ªo que hab¨ªa construido la m¨¢s grande, no solo con su voz inigualable, tambi¨¦n con su imagen. ¨DSilvia Cruz Lape?a
La ¨²ltima tentaci¨®n, de Amistades peligrosas
Iba a decir que en mi impresionable infancia no entend¨ªa las portadas de Medina Azahara, y desde luego la que me traumatiz¨® fue una cinta de Luis Eduardo Aute con una foto suya con barba y fumando y una canci¨®n que dec¨ªa No s¨¦ qu¨¦ co?o me pasa hoy, pero en el top 10 del desconcierto posiblemente est¨¦ el disco barroco de Amistades Peligrosas, La ¨²ltima tentaci¨®n. Tiene color pergamino, la silueta de un CD decorada como un libro medieval y tipograf¨ªa de asador¡ Dentro hay fuego, duetos y clavicordios. No s¨¦, no tengo adjetivos. ¨DDaniel Garc¨ªa
D¨ªmelo en la calle, de Joaqu¨ªn Sabina
?Por d¨®nde empezar? Esta portada alcalz¨® el cl¨ªmax del canallismo en la carrera del cantautor espa?ol: pelo sucio, careto amoratonado junto a restos de sangre (?ketchup?), barba de tres d¨ªas, el ojo de llevar 19 d¨ªas y 500 noches sin dormir o ese cutre coraz¨®n al estilo old school tatuado en el hombro. Una paconada pop sin gracia ni gusto solo superable por la canci¨®n Ya Eyacul¨¦, que contiene el ¨¢lbum. ¨DVictoria Z¨¢rate
Sirope, de Alejandro Sanz
Cosas que deber¨ªan estar claras antes de dise?ar la portada de un disco: si se llama Sirope, no escribas ¡°sirope¡± con lo que parece sirope. A eso se a?ade la presencia de cuatro manos femeninas que una no sabe muy bien qu¨¦ pintan ah¨ª ni qu¨¦ relaci¨®n tienen con el sirope y esa cara de canalla de ¨¦l. El cantante explic¨® que el t¨ªtulo era una referencia a lo azucarado que puede llegar a ser el amor. Y si es a cuatro manos, como el de la portada, m¨¢s az¨²car todav¨ªa. ?Y por qu¨¦ est¨¢ en medio de lo que parece una avenida? ¨DSara Navas
Sin Frenos, de La quinta estaci¨®n
Con una bicicleta tuneada y, efectivamente, sin frenos, La Quinta Estaci¨®n sentaba las bases su cuarto ¨¢lbum. Una portada no apta para epil¨¦pticos con la que la banda afrontaba su incierto futuro tras el abandono del guitarrista. La mezcla de colores chirriantes y la est¨¦tica festivalera nost¨¢lgica de la ¨¦poca hippie pretend¨ªa romper con todo lo que hab¨ªa hecho hasta entonces el grupo. Del pop, al rock, pasando por la m¨²sica mariachi, el ¨¢lbum agrupaba, como la portada, elementos aparentemente irreconciliables. A pesar de cosechar algunos ¨¦xitos como Que te quer¨ªa, este bienintencionado pastiche demostr¨® ser finalmente insostenible y, siguiendo el augurio del t¨ªtulo, el grupo se precipit¨® sin frenos hacia su ruptura definitiva al a?o siguiente. ¨DLucas Barquero
Qu¨ªtate las gafas, de Melendi
Meterse con las portadas de Melendi es un poco como meterse con el d¨¦bil: es f¨¢cil, previsible y casi todas son muy feas. El fe¨ªsmo de las primeras pueden considerarse una elecci¨®n personal, una cuesti¨®n de estilo: ¨¦l era un cantante con rastas y una hoja de cannabis en sus portadas. La portada de Volvamos a empezar lo mostraba con otra hoja, esta de parra, tapando su sexo, porque ¨¦l aparec¨ªa desnudo, tal vez simplemente quer¨ªa ense?ar que el gimnasio hab¨ªa funcionado. Lo m¨¢s inexplicable es lo de Qu¨ªtate las gafas, un disco donde aparece Melendi, ahora bueno y repeinado, con unas gafas que explotan en mil pedazos y su nombre escrito, nadie sabe por qu¨¦, con una letras m¨¢s propia de un show de burlesque. Tal vez la portada no es tan mala al fin y al cabo: muestra a un artista que, a base de ganar fama en programas de talentos televisivos y tener que acomodarse a los gustos de diez tipos de p¨²blico diferente, a¨²n no sabe muy bien en qu¨¦ se ha convertido. ¨D?scar T¨¦vez
Los chulos son pa¡¯ cuidarlos, de Alejandro Magno
La web oficial de Alejandro Sanz indica que su primer trabajo discogr¨¢fico fue Viviendo deprisa, de 1991, por lo que parece poco probable que en la docuserie que prepara para Netflix haga referencia al ¨¢lbum que lanz¨® como Alejandro Magno en 1989. Solo se editaron 500 copias de Los chulos son pa ¡®cuidarlos, una mezcla de flamenco y techno que el artista promocion¨® con la chaqueta de torero que luce en la contraportada. La portada del disco lo presenta con camisa con chorreras, chaleco rojo y una inenarrable composici¨®n en la cual destacan su nombre art¨ªstico, escrito a mano y con el interior de las letras coloreado, y una sonriente flor que podr¨ªa haber inspirado posteriormente su canci¨®n La margarita dijo no. ¨DDiego Feij¨®o
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