La Iglesia contra el pop: siete esc¨¢ndalos que precedieron al de C. Tangana
El v¨ªdeo de ¡®Ateo¡¯ ha terminado con una dimisi¨®n en la catedral de Toledo. Es solo el ¨²ltimo ejemplo en una serie de encontronazos entre lo profano y lo sagrado que comienza en los a?os cuarenta y ha salpicado a los Beatles, a Madonna y a Camilo Sesto
De nada han servido defender que la canci¨®n era ¡°la historia de una conversi¨®n mediante el amor humano¡± o que contrapon¨ªa ¡°la comprensi¨®n y acogida de la Iglesia¡± frente a ciertas actitudes de intolerancia. Juan Miguel Ferrer, de¨¢n de la catedral de Toledo y autor de esas palabras, dimiti¨® el martes (la dimisi¨®n se hace efectiva hoy) por la pol¨¦mica por el videoclip de Ateo, rodado en el seo y protagonizado por C. Tangana y Nathy Peluso. Esa dr¨¢stica resoluci¨®n convierte a Ateo en un caso m¨¢s de los muchos que jalonan la compleja relaci¨®n que la Iglesia Cat¨®lica ha mantenido con el pop. Estos son algunos de los m¨¢s llamativos.
El Raskay¨² de Bonet de San Pedro (1943)
La canci¨®n: En 1943 el m¨²sico mallorqu¨ªn Bonet de San Pedro y su grupo, Los 7 de Palma grabaron para el sello Regal Raskay¨², un fox-r¨¢pido que suscit¨® controversia desde el momento en que se public¨®. El t¨ªtulo y parte de la melod¨ªa estaba inspirada en el cl¨¢sico de Louis Armstrong You Rascal You. Por su parte, la letra se asemejaba demasiado al poema Boda negra ¨Ctambi¨¦n conocido como Boda macabra¨C del escritor venezolano Carlos Borges, publicado hacia 1893 y musicado a principios del siglo XX por el m¨²sico cubano Alberto Villal¨®n. En todo caso, las discusiones sobre si esas semejanzas eran coincidencia, plagio u homenaje no fueron nada comparadas con el revuelo que provoc¨® la canci¨®n dentro de la jerarqu¨ªa cat¨®lica de la Espa?a franquista.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? Aunque siempre se habl¨® que los problemas de Raskay¨² se debieron a que hac¨ªa referencia velada a Francisco Franco y a su deseable fallecimiento, en realidad no fue el dictador el que puso el grito en el cielo por la canci¨®n, sino la Iglesia cat¨®lica. Como explicaba el profesor Galactus de la Musical Geographic Society en el discof¨®rum Las fantaciencias ocultas en la m¨²sica popular del siglo XX, celebrado en el festival Actual de Logro?o de 2007, el inquisidor eclesi¨¢stico padre M.R. Llanos consider¨® que la canci¨®n ¨Cespecialmente el famoso estribillo que dec¨ªa aquello de ¡°Raskay¨² ?cuando mueras que har¨¢s t¨²? / T¨² ser¨¢s un cad¨¢ver nada m¨¢s¡±¨C pon¨ªa en duda ¡°el destino final del hombre, sometido a la muerte, el juicio, el infierno o la gloria¡±. En consecuencia, la canci¨®n fue censurada para la radiodifusi¨®n, especialmente en los programas de peticiones del oyente y discos dedicados.
¡°Somos m¨¢s populares que Jes¨²s¡± (1966)
El comentario: Fue, en realidad, un comentario, pero la frase es casi tan famosa como el Let it be. El 4 de marzo de 1966 se public¨® en el diario London Evening Standard una entrevista con John Lennon. En ella, el beatle reflexionaba sobre qu¨¦ era ser un ¨ªdolo pop y su influencia sobre la juventud brit¨¢nica y, al hilo de esos temas, Lennon coment¨®: ¡°ahora mismo somos m¨¢s populares que Jes¨²s¡±. Como recordaba recientemente Guillermo Alonso en ICON, ¡°nadie en Inglaterra levant¨® una ceja por esa declaraci¨®n. Ni el propio London Evening Standard la consider¨® lo suficientemente interesante como para usarla en un destacado en su maqueta ni la ensalzaron otros medios brit¨¢nicos cuando reprodujeron la entrevista¡±. Sin embargo, unos meses despu¨¦s, la revista estadounidense Datebook recuper¨® la entrevista y public¨® en portada otra de las frases de Lennon: ¡°No s¨¦ qu¨¦ desaparecer¨¢ antes: si el rock and roll o el cristianismo¡±. A partir de ah¨ª, todo se fue de las manos.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? Aunque la pol¨¦mica se inici¨® en Estados Unidos, no tard¨® en extenderse por todo el mundo. En Espa?a, las canciones de The Beatles fueron prohibidas en varias emisoras, aunque, tal y como denunciaba un lector de ABC en la secci¨®n de Cartas al director de dicho peri¨®dico, esa prohibici¨®n era demasiado laxa: ¡°Veo con gran disgusto que pasan los d¨ªas y las emisoras locales siguen, al menos exteriormente, inactivas ante esta injuria. ?Es que no se va a hacer nada? Debemos darle un escarmiento y retirar todas la audiciones de este conjunto mientras no se retracten de lo dicho. Y como bien me han ense?ado, predico con eI ejemplo, y para ello he quemado las canciones en discos que de ¨¦stos pose¨ªa¡±. La indignaci¨®n del lector espa?ol no fue nada comparada con la de una iglesia de Estados Unidos que amenaz¨® con excomulgar a los fieles que acudieran a un concierto de la banda. Finalmente, Lennon tuvo que pedir disculpas en una rueda de prensa en agosto de 1966.
El Je t¡¯aime... moi non plus de Serge Gainsbourg & Jane Birkin (1969)
La canci¨®n: En oto?o de 1967, Serge Gainsbourg compuso Je t¡¯aime¡ moi non plus para la actriz y cantante Brigitte Bardot que, por esas fechas, se encontraba preparando un espect¨¢culo musical. Finalmente, la canci¨®n ¨Cun ostinato trufado de gemidos, ronroneos y suspiros de una pareja que aparentemente hac¨ªa el amor¨C no vio la luz por prohibici¨®n expresa de Gunter Sachs, por entonces, esposo de la actriz francesa. Unos meses m¨¢s tarde, el compositor comenz¨® una relaci¨®n sentimental con la actriz brit¨¢nica Jane Birkin, a la que propuso regrabar el tema que, esa vez s¨ª, fue lanzado en 1969.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? El disco fue un ¨¦xito y un esc¨¢ndalo. En Francia se prohibi¨® su venta a menores de edad, en Espa?a se impidi¨® su radiodifusi¨®n y en Italia incluso se prohibi¨® mencionar el t¨ªtulo del tema. Seg¨²n explicaba Felipe Cabrerizo, bi¨®grafo de Gainsbourg, los programas musicales de la RAI que repasaban las listas de ¨¦xitos, se deten¨ªan en el n¨²mero dos, sin llegar a informar cu¨¢l era el n¨²mero uno, que no era otro que Je t¡¯aime¡ moi non plus. En esa curiosa decisi¨®n tuvo mucho que ver la campa?a orquestada por L¡¯Osservatore Romano, peri¨®dico de la Santa Sede que afirm¨® que el tema del compositor franc¨¦s era la ¡°confirmaci¨®n del nivel de estupidez al que nos ha conducido este modelo de cultura de masas¡±.
Y lleg¨® Jesucristo Superstar (1970)
El musical: Aunque ahora resulte com¨²n ver musicales de la Madre Teresa de Calcuta o de Juan Pablo II a principios de los setenta, ponerle m¨²sica rock a los Evangelios fue todo un esc¨¢ndalo. En esa ¨¦poca algunos sectores de la Iglesia todav¨ªa no hab¨ªan digerido del todo el Concilio Vaticano II y se les atragant¨® el musical de Andrew Lloyd Webber y de Tim Rice, posteriormente llevado a la gran pantalla por Norman Jewison, donde Jes¨²s era un hippy que iba contra el establishment y Judas, alguien desencantado con la deriva m¨ªstica de su l¨ªder. Un cr¨ªtico de La Vanguardia lleg¨® a reivindicar las maravillas del cine mudo porque solo ese sistema imped¨ªa escuchar la ¡°indigencia humillante¡± de la popular ¨®pera rock.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? En 1970, los periodistas le preguntaron al cardenal estadounidense Terence Cooke qu¨¦ le hab¨ªa parecido Jesucristo Superstar, a lo que el religioso respondi¨®: ¡°El libro era mejor¡±. Su contestaci¨®n, no exenta de humor, contrastaba con la del cardenal franc¨¦s Danielou, que dijo encontrar el musical aceptable en su intento por adaptar la vida de Jes¨²s. Definitivamente, no hubo unanimidad en la Iglesia sobre el musical, ni tampoco una declaraci¨®n oficial al respecto, lo que provoc¨® que en Espa?a, a¨²n bajo la dictadura de Franco, grupos de beatos y sacerdotes se apostasen a las puertas de los cines para rezar por el alma de los que acud¨ªan a ver la pel¨ªcula. Tambi¨¦n acudieron a los cines grupos de ultraderecha como los Guerrilleros de Cristo Rey, cuyos miembros provocaron altercados en el interior de las salas de proyecci¨®n y llegaron a amenazar a Camilo Sesto cuando decidi¨® comprar los derechos de la obra y montarla en el Alcal¨¢ Palace de Madrid.
El Tuca tuca de Rafaella (1971)
La canci¨®n: El 13 de noviembre de 1971 Raffaella Carr¨¢ present¨® en el programa Canzonissima su tema Tuca tuca. La pegadiza canci¨®n, cuya letra dec¨ªa ¡°mi piace, ?ah, ah!¡±, llevaba asociado un baile que consist¨ªa en que la artista, en unas mallas ultrace?idas que dejaban a la vista su ombligo, recorr¨ªa el cuerpo de su pareja de baile de los pies a la cabeza para, a continuaci¨®n, dejar que ¨¦l hiciera lo propio a lo largo de anatom¨ªa de ella.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? Tuca tuca debut¨® en el n¨²mero cuatro de las listas de ¨¦xito italianas y se convirti¨® en un fen¨®meno social. La gente lo bailaba en las discotecas y los ni?os en los patios de los colegios. Esta situaci¨®n no gust¨® al papa Pablo VI, que consider¨® la canci¨®n una procacidad. A partir de ese momento L¡¯Osservatore Romano calific¨® a la artista de provocadora e inici¨® una campa?a de desprestigio contra ella que solo ces¨® cuando unas semanas despu¨¦, el actor Alberto Sordi ¨Cque era conocido por su devoci¨®n cat¨®lica, de misa diaria¨C acudi¨® como invitado a Canzonissima y pidi¨® bailar el Tuca tuca con Carr¨¤. Ese d¨ªa ¡°el Vaticano se qued¨® mudo¡±, record¨® la artista en 2014 ante los micr¨®fonos de Hoy por Hoy.
Like a Prayer, de Madonna (1989)
La canci¨®n: Un a?o antes de que naciera C. Tangana, Madonna ya hab¨ªa recurrido a un templo cat¨®lico y a la imaginer¨ªa religiosa para uno de sus v¨ªdeos musicales. Se trataba de Like a Prayer y los sectores cat¨®licos m¨¢s reaccionarios ni siquiera tuvieron en cuenta que la historia era una cr¨ªtica al racismo, como tampoco sirvi¨® de nada que el final del v¨ªdeo mostrase que todo lo que suced¨ªa en ¨¦l no era m¨¢s que una representaci¨®n teatral.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? Juan Pablo II, uno de los papas m¨¢s conservadores desde Trento, anim¨® a boicotear a Madonna, a su m¨²sica y a su entorno. En consecuencia, grupos religiosos de todo el mundo siguieron la sugerencia del pont¨ªfice y protagonizaron campa?as contra las marcas del grupo Pepsi, que hab¨ªa pagado m¨¢s de cuatro millones de euros por contar con Madonna en uno de su campa?a. La presi¨®n fue tan fuerte, que Pepsi decidi¨® retirar el anuncio con la esperanza de desvincularse de la pol¨¦mica.
Sin¨¦ad O¡¯Connor vs. Juan Pablo II (1992)
El momento: Ya que se hablaba de Juan Pablo II en el ep¨ªgrafe anterior, es inevitable mencionar el hecho que protagoniz¨® en 1992 la irlandesa Sin¨¦ad O¡¯Connor en el programa Saturday Night Live. Tras finalizar una interpretaci¨®n a capella del tema War de Bob Marley, la artista sac¨® una foto del papa, comenz¨® a romperla en pedazos y, dirigi¨¦ndose a la c¨¢mara grit¨®: ¡°?Lucha contra el verdadero enemigo!¡±.
?Qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s? Aunque no hubo una declaraci¨®n expresa del Vaticano o del Papa, como en el caso de Madonna, a partir del suceso de la fotograf¨ªa la carrera de la artista se desmoron¨®. Sus discos fueron destruidos en diferentes puntos de Estados Unidos y, debido a los abucheos, tampoco pudo actuar en un homenaje a Dylan que se celebr¨® en el Madison Square Garden de Nueva York. A ese desprestigio tambi¨¦n contribuyeron los medios de comunicaci¨®n, que apenas dieron cobertura a sus siguientes trabajos y que comenzaron a frivolizar ¨Ccuando no a mofarse directamente¨C de la delicada situaci¨®n emocional que atravesaba la artista. En sus memorias, ella explic¨®: ¡°Mucha gente considera que romper la foto del papa fue lo que hizo descarrilar mi carrera. No soy de la misma opini¨®n. Creo que lo que hizo descarrilar mi carrera fue tener un disco en el n¨²mero uno y que romper la foto me devolvi¨® al camino correcto¡±.
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