?Payaso o genio? C¨®mo M. Night Shyamalan se ha convertido en el cineasta m¨¢s discutido del siglo XXI
El director, que un d¨ªa fue un¨¢nimemente aclamado gracias a ¡®El sexto sentido¡¯, sigue sembrando controversia dentro de la cr¨ªtica y los aficionados al cine de terror
Varias familias alojadas en un resort visitan, por recomendaci¨®n del gerente, una playa apartada y secreta. El descubrimiento de un cad¨¢ver en el agua inaugura, sin embargo, una serie de fen¨®menos que parecen guardar relaci¨®n con el funcionamiento del tiempo: el lugar en el que se encuentran les est¨¢ haciendo envejecer. Sobre esta premisa se construye Tiempo, ¨²ltimo trabajo del cineasta M. Night Shyamalan que, pese a no partir de una idea original ¨Cse trata de una adaptaci¨®n del tebeo Castillo de arena (2010), de Frederik Peeters y Pierre Oscar L¨¦vy, editado en Espa?a por Astiberri¨C, se ajusta al canon de una carrera dominada por el high concept, t¨¦rmino con el que se denomina a pel¨ªculas con una idea f¨¢cil de vender en pocas palabras. O de convertirse en memes: hasta el director ha compartido en Twitter alguna de las publicaciones humor¨ªsticas en torno a ¡°la playa que te hace viejo¡± surgidas a ra¨ªz del estreno de Tiempo en Estados Unidos.
Recibida con la divisi¨®n de opiniones tradicional en su carrera, a excepci¨®n del aplauso cerrado obtenido con El sexto sentido (1999) y el vilipendio casi un¨¢nime a Airbender, el ¨²ltimo guerrero (2010), Tiempo ha ayudado a Shyamalan a alcanzar una marca que nadie le discutir¨¢: ha liderado la taquilla estadounidense en cuatro d¨¦cadas diferentes. En Espa?a, la pel¨ªcula tambi¨¦n ha sido n¨²mero uno pese a estrenarse en la misma semana que la ¨²ltima superproducci¨®n de Disney, Jungle Cruise. Y, como igualmente es habitual en ¨¦l, ya ha sido rentable: lleva 65 millones de d¨®lares (m¨¢s de 55 millones de euros) recaudados mundialmente, con un presupuesto de tan solo 18 millones (apenas 15 millones de euros). Desde El sexto sentido, no hay t¨ªtulo del director y guionista que se haya quedado por debajo del presupuesto en taquilla, incluso cuando se ha movido en grandes cifras. Shyamalan cumple comercialmente.
En el plano art¨ªstico, sin embargo, la cosa cambia... en funci¨®n de a qui¨¦n se pregunte. David Ehrlich, periodista de Indiewire y uno de los cr¨ªticos internacionales m¨¢s le¨ªdos, ha sido especialmente cruel despachando Tiempo como una pel¨ªcula ¡°muy est¨²pida¡± y, a la vez, el mejor trabajo del cineasta desde 2004. Ehrlich se detiene en uno de los aspectos generalmente m¨¢s discutidos de su cine: los di¨¢logos, cuya calidad compara, en este caso, a la de las cintas de asesinos psic¨®patas donde las parejas de adolescentes anuncian que se dirigen al cobertizo a tener un encuentro sexual, solo para morir instantes despu¨¦s. ¡°Tienes una voz preciosa, qu¨¦ ganas de escucharla cuando seas mayor¡±, dice a su hija, al principio de la pel¨ªcula, el padre interpretado por Gael Garc¨ªa Bernal.
Entre los especialistas europeos, que suelen tener en mayor estima a Shyamalan, Tiempo s¨ª ha sido acogida con inter¨¦s. Incluso entusiasmo, como es el caso de Desir¨¦e de Fez, miembro del comit¨¦ de selecci¨®n del Festival de Sitges y una de las grandes autoridades en materia de cine fant¨¢stico y terror en Espa?a. Consultada por ICON, De Fez no duda en considerar Tiempo una pel¨ªcula ¡°important¨ªsima, original, ¨²nica y llena de ideas¡±. La periodista public¨® el pasado a?o el libro Reina del grito. Un viaje por los miedos femeninos (Ed. Blackie Books), donde analiza su relaci¨®n con el cine de terror a partir de los miedos personales a los que se ha enfrentado en diferentes etapas, como el ¡°miedo a no ser aceptada¡± en la adolescencia o el ¡°miedo a explotar¡± en su primer embarazo. En este sentido, afirma que Tiempo le ha ¡°tocado much¨ªsimo¡±. ¡°Los miedos que atraviesas a lo largo de tu vida aparecen sintetizados en un per¨ªodo muy corto. Te hace pensar en el miedo a la p¨¦rdida, a que todo vaya demasiado r¨¢pido, a no tomar las decisiones adecuadas o a la muerte¡±, desarrolla De Fez.
Para la analista, pese a la idea de los a?os transcurriendo implacablemente en cuesti¨®n de minutos que plantea Shyamalan, Tiempo es una pel¨ªcula ¡°luminosa y optimista, que recuerda que hay que vivir siempre en el presente¡±. Desir¨¦e de Fez conduce el podcast sobre cine de g¨¦nero Marea nocturna y, recientemente, tambi¨¦n Reinas del grito, donde conversa sobre terror con otras mujeres. En el primero, con motivo del programa especial dedicado al director, defini¨® a Shyamalan como ¡°uno de los m¨¢s importantes cineastas contempor¨¢neos¡±. ¡°Es un autor que cuenta sus historias con total libertad, que no cede a las modas del momento y toma riesgos de todo tipo. En Tiempo no teme meterse en jardines, y lo hace sabiendo de antemano que no todo el mundo va a conectar¡±, explica la periodista.
?xito precoz y pecados de juventud
El sexto sentido marc¨® en 1999 la carrera de M. Night Shyamalan por su enorme e inesperado impacto cuando nadie lo conoc¨ªa. El director no hab¨ªa alcanzado la treintena, aunque ya hab¨ªa sacado adelante dos largometrajes ¡ªPraying with Anger (1994) y Los primeros amigos (1998)¡ª y coescrito el guion de Stuart Little (1999). David Vogel, que encabezaba en Disney la divisi¨®n de producciones en imagen real Buena Vista, fue el primer peso pesado en creer en Shyamalan: nada m¨¢s leer el guion de El sexto sentido, acept¨® comprarlo por tres millones de d¨®lares con la cl¨¢usula de que su autor, adem¨¢s, lo dirigir¨ªa. Disney, trat¨¢ndole de loco, ces¨® a Vogel, vendi¨® los derechos de producci¨®n y se qued¨® solo con la distribuci¨®n. El resto es historia: el despedido hab¨ªa acertado y la pel¨ªcula fue un acontecimiento, que arras¨® en taquilla y obtuvo seis nominaciones a los Oscar.
Pero el ¨¦xito ten¨ªa una contrapartida: todo lo que Shyamalan hiciera en adelante se enfrentar¨ªa a ese list¨®n. Y todos sus finales tambi¨¦n iban a estar supeditados a la expectativa de una sorpresa, a causa del giro de El sexto sentido, uno de los m¨¢s ic¨®nicos en la historia del cine. As¨ª, progresivamente, la recepci¨®n de cr¨ªtica y p¨²blico se fue volviendo m¨¢s y m¨¢s tibia. El director mantuvo las buenas sensaciones con El protegido (2000), ahora revalorizada por el modo en que se adelant¨® a la fiebre de los superh¨¦roes y por c¨®mo deconstru¨ªa la narrativa del subg¨¦nero. Con la mucho m¨¢s extravagante Se?ales (2002), donde apostaba abiertamente por el humor y por una arriesgada tem¨¢tica religiosa, sigui¨® obteniendo un favor mayoritario, roto de forma clara en su tr¨ªada posterior: El bosque (2004), La joven del agua (2006) y El incidente (2008).
En su episodio sobre Shyamalan, Mikey Neumann, el youtuber detr¨¢s de Movies with Mikey, programa alojado en el canal de an¨¢lisis cinematogr¨¢fico FilmJoy, ofrec¨ªa una teor¨ªa: hab¨ªa un paralelismo entre la evoluci¨®n de su filmograf¨ªa y la importancia creciente de sus habituales cameos. En Se?ales, el director interpretaba al responsable de que la mujer del protagonista estuviese muerta: era, por tanto, quien activaba el conflicto central. En El bosque, reservaba su aparici¨®n al giro final sorpresa, a modo de firma. Y en La joven del agua, directamente, asum¨ªa un rol mesi¨¢nico, puesto que el destino del mundo pasaba por un libro que hab¨ªa escrito su personaje. En dicha pel¨ªcula, adem¨¢s, caricaturizaba a los cr¨ªticos mediante la representaci¨®n de un periodista de cine que no acierta nunca en sus an¨¢lisis y muere de forma humillante.
Los dejes de enfant terrible no acababan ah¨ª. En la preproducci¨®n de La joven del agua tuvo lugar su sonado divorcio de Disney: Shyamalan se march¨® a Warner al considerar que el estudio no estaba mostrando la debida emoci¨®n por la pel¨ªcula. Por ejemplo, cuando su asistente llev¨® el guion a casa de la ejecutiva Nina Jacobson, ella se retras¨® porque hab¨ªa ido a llevar a su hijo a un cumplea?os, algo que el director consider¨® un ultraje. Hechos como este se recogen en el libro The Man Who Heard Voices (¡¯El hombre que o¨ªa voces¡¯, de 2006 e in¨¦dito en Espa?a), del periodista deportivo Michael Bamberger, amigo del cineasta. Escrito a la manera de las historias de santos, el libro compara a Shyamalan con Bob Dylan, Picasso, Michael Jordan o Tiger Woods, y muestra, involuntariamente, a un creador devorado por su ego que, de forma parad¨®jica respecto al t¨ªtulo, no atiende al criterio de otros.
Durante la producci¨®n de El bosque tambi¨¦n particip¨® en el falso documental El secreto de M. Night Shyamalan (Nathaniel Kahn, 2004), que le atribu¨ªa dones sobrenaturales, a los que Bamberger da cierto cr¨¦dito en su libro (¡°Sent¨ªa una poderosa fuerza emanando de ¨¦l¡±, llega a escribir).
¡°Tiene que a?adirle giros, doctor Crowe¡±
Una constante en el cine de Shyamalan es el car¨¢cter autoconsciente con el que se despliegan sus historias. Llama la atenci¨®n que la pel¨ªcula con la que el director volvi¨® a ocupar un lugar de relevancia en el cine de terror, tras su par¨¦ntesis con las superproducciones fant¨¢sticas Airbender, el ¨²ltimo guerrero y After Earth (2013), fuera una vuelta a las esencias tan transparente como La visita (2015), reinvenci¨®n del subg¨¦nero de metraje encontrado (found footage), que el director convert¨ªa en metraje intervenido al tratarse, en la ficci¨®n, de un montaje elaborado por la ni?a coprotagonista, aspirante a estudiante de cine.
De esta manera, los mecanismos narrativos m¨¢s elementales, como los cortes, la planificaci¨®n o la m¨²sica, se convert¨ªan en detalles integrados en la acci¨®n: a ratos, la pel¨ªcula funcionaba como una clase de escritura cinematogr¨¢fica, por ejemplo, con la ni?a haciendo expl¨ªcita una estrategia de edici¨®n que toma en su cl¨ªmax para conseguir emocionar.
Se trata de una cuesti¨®n frecuente en el cine del director. En una escena de El sexto sentido, no sin cierta malicia, el ni?o protagonista afea al psic¨®logo interpretado por Bruce Willis que no sepa narrar historias e insiste en que debe a?adir giros. El ni?o sabe algo acerca de la naturaleza de ese psic¨®logo de lo que ¨¦l a¨²n no es consciente: la propia pel¨ªcula presenta un conflicto doble donde el que parece ser ayudado es, de hecho, el que est¨¢ ayudando al otro. O, dicho de otra forma, el que le est¨¢ contando la historia. En Se?ales, aspectos dispersos en la trama deben ser detectados por el patriarca de la familia, un reverendo que ha perdido la fe, como herramientas colocadas por Dios (o el narrador, que para el caso es lo mismo) a fin de salvarles a ¨¦l y a los suyos de los extraterrestres.
En opini¨®n de Desir¨¦e de Fez, este elemento autoconsciente tambi¨¦n se encuentra en Tiempo. ¡°Hay una cosa metanarrativa interesant¨ªsima. No creo que sea un a?adido, porque parte del arranque de la pel¨ªcula y probablemente estuviera en su g¨¦nesis¡±, opina la experta. El cameo con el que se hace visible Shyamalan, en esta ocasi¨®n, llega al principio: es el conductor del autocar que lleva a los personajes a la playa, una tal vez poco sutil manera de afirmarse como responsable de los acontecimientos. Tanto el principio como el final de Tiempo no est¨¢n en el tebeo original, sino que son cosecha propia de su director y guionista.
La autora de Reina del grito explica que, en la ¨¦poca de El bosque, posiblemente la pel¨ªcula con el giro m¨¢s controvertido en la carrera de Shyamalan, el director tal vez se ve¨ªa ¡°presionado¡± a ¡°no defraudar y ofrecer finales sorpresa¡±, pero, a partir de La visita, le ha notado ¡°m¨¢s juguet¨®n de lo normal, m¨¢s perverso, desacomplejado y festivo, aunque igual de brillante e inteligente¡±. Sin embargo, s¨ª siente que en el final de Tiempo ha tendido a la sobreexplicaci¨®n. ¡°Shyamalan es consciente de que estamos en un momento en el que al cine se le exige mucha claridad. Parece que los finales abiertos o ambiguos generan un poco de rechazo¡±, considera De Fez.
En M¨²ltiple (2017), el cineasta plante¨® uno de los giros m¨¢s estramb¨®ticos de su filmograf¨ªa: era una secuela encubierta de El protegido. No obstante, la pel¨ªcula, que segu¨ªa a un hombre con 32 personalidades, inclu¨ªa m¨¢s referencias a su obra, como el hecho de que una de esas personalidades estuviese en Se?ales o que parte de la secuencia del desenlace recreara el final de El bosque. Como si el cineasta quisiera hablar tambi¨¦n de sus m¨²ltiples personalidades autorales. Por si ello abr¨ªa la puerta, tambi¨¦n, a una secuela de El sexto sentido, Haley Joel Osment (actualmente, de 33 a?os) no tard¨® en declarar p¨²blicamente su inter¨¦s en retomar el papel que le dio la fama, el ni?o Cole. No parece que vaya a ocurrir, puesto que Shyamalan recientemente confes¨® a GQ que El sexto sentido no era de sus pel¨ªculas favoritas y que prefer¨ªa La joven del agua. Otra autorreivindicaci¨®n que, seg¨²n expresa Desir¨¦e de Fez a ICON, se volver¨¢ menos necesaria con los a?os: ¡°Pel¨ªculas que fueron recibidas de manera tibia o incluso hostil se han acabado recolocando. Algunas est¨¢n ahora consideradas de las mejores de Shyamalan¡±. Cuesti¨®n de tiempo.
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