?Una obra maestra o ¡°una casta?a de derechas¡±? Lo que el ¨¦xito de ¡®Tenet¡¯ dice sobre el momento actual
Christopher Nolan se propone volver a llenar las salas con una pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n apoyada en teor¨ªas cu¨¢nticas, una est¨¦tica g¨¦lida y personajes antip¨¢ticos. Y parece estar consigui¨¦ndolo
Desde el rotundo ¨¦xito comercial y de cr¨ªtica de El caballero oscuro en 2008, cada nueva pel¨ªcula del brit¨¢nico Christopher Nolan tiene tintes de acontecimiento planetario. Con la necesaria contribuci¨®n de sus clanes de fan¨¢ticos y detractores, no ir a ver de manera inmediata un nuevo trabajo suyo supone, b¨¢sicamente, quedarse fuera de la conversaci¨®n. Las discusiones pueden versar sobre su condici¨®n de artista genial o pretencioso, sobre la frontera entre alta y baja cultura que parece haber erigido en el coraz¨®n del cine de superh¨¦roes o, en particular, sobre la complejidad de sus constructos narrativos, que, seg¨²n sostienen algunos de sus seguidores, obliga incluso a ir a ver sus pel¨ªculas dos veces para entenderlas.
El contexto en el que llega Tenet, ¨²ltimo t¨ªtulo de Nolan, lleva el mesianismo configurado en torno a su figura a un nuevo nivel. No es solo la gran producci¨®n de un verano con la ¨²nica comparecencia de un rival tan d¨¦bil como Los nuevos mutantes: es la pel¨ªcula llamada a devolver masivamente al p¨²blico a los cines tras la pandemia del coronavirus, que ha devastado desde marzo las cifras de taquilla y abocado al cierre a muchas salas en todo el mundo. Incluso, antes de su estreno, los espectadores han podido asistir a trav¨¦s de los titulares de la prensa especializada a un supuesto pulso privado entre Nolan y la compa?¨ªa que financia su trabajo, Warner, donde el primero habr¨ªa estado tratando de convencer sin ¨¦xito a los inversores de embarcarse en un rom¨¢ntico suicidio econ¨®mico y no retrasar el lanzamiento mundial de la pel¨ªcula, previsto originalmente para el 17 de julio. Todo por el cine. Para ofrecer un dato orientativo, tal d¨ªa Estados Unidos notific¨® su cifra r¨¦cord de positivos en covid-19 hasta ese momento: 67.165 nuevos casos.
Jordi Costa atribuye parte del ¨¦xito de Nolan a la proliferaci¨®n de ¡°un tipo de consumidor cultural que necesita que la obra que est¨¢ consumiendo le diga lo inteligente que es¡±. ¡°Es curioso, porque es el mismo tipo de p¨²blico que se rebela contra una peli o una serie de David Lynch diciendo que es imposible de entender¡±
Sin poder contar de momento con un estreno masivo en la rep¨²blica federal por la limitaci¨®n de aforos ¨Cel pasado 3 de septiembre lleg¨® a salas a media capacidad, con un tercio de los cines cerrados¨C, Warner decidi¨® arriesgarse y programar la llegada del filme a finales de agosto en 70 pa¨ªses, entre ellos Espa?a. El relato que se hab¨ªa ido alimentando de Tenet como ¡°la pel¨ªcula del regreso a las salas¡± se puso en marcha a pleno rendimiento: la corporaci¨®n no escatim¨® en conseguir el mejor rostro y rod¨® un v¨ªdeo con el mism¨ªsimo Tom Cruise (que prev¨¦ estrenar la s¨¦ptima entrega de Misi¨®n imposible en noviembre del pr¨®ximo a?o) asistiendo al pase en un cine de Londres, con mascarilla. El esfuerzo ha tenido recompensa: en su primer fin de semana internacional, Tenet ha recaudado 53 millones de d¨®lares, casi a la par de lo conseguido por el anterior trabajo de Nolan, Dunkerque, en la vieja normalidad de 2017.
Una de las muchas paradojas, no solo temporales, en las que se ve involucrada Tenet radica, sin embargo, en el fondo aparentemente anticomercial de la propuesta. El gran bombazo taquillero del momento, la pel¨ªcula que todo el mundo est¨¢ yendo a ver, resulta que es un perro verde lleno de teor¨ªas de f¨ªsica cu¨¢ntica, al que cuesta entrar y al que cuesta seguir. Lo contrario de lo que cabr¨ªa esperar de un fen¨®meno popular. Christopher Nolan, a quien se hab¨ªa aplaudido por tensar los l¨ªmites de la ciencia-ficci¨®n convencional con Origen (2010) y con Interstellar (2014), ha dado un salto al vac¨ªo con un trabajo que est¨¢ siendo tildado de ininteligible, y a un fiel p¨²blico mayoritario le est¨¢ encantando. Tambi¨¦n a gran parte de la cr¨ªtica: Peter Bradshaw de The Guardian, por ejemplo, la ha comparado con obras de Antonioni o Boorman y ha dicho de ella, en una cr¨ªtica de cinco estrellas, que "es gloriosamente ambiciosa y sal¨ª del cine tambale¨¢ndome, quit¨¢ndome la mascarilla, mareado por el v¨¦rtigo de Nolan". El embrujo del brit¨¢nico sobre los espectadores ya va por su segunda d¨¦cada y, como buen encantamiento, las razones parecen escapar a la l¨®gica.
El cr¨ªtico de cine y jefe de exposiciones del Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB), Jordi Costa, consultado por Icon, impugna con rotundidad ¡°la leyenda de que Tenet no se entiende¡±: ¡°Es una pel¨ªcula que en realidad disfraza un esquema narrativo muy simple. Creo que el problema no es ya que se entienda demasiado, es que se sobreexplica¡±. Costa, a quien la pel¨ªcula le pareci¨® ¡°una casta?a considerable¡±, atribuye parte del ¨¦xito de Nolan a la proliferaci¨®n de ¡°un tipo de consumidor cultural que necesita que la obra que est¨¢ consumiendo le diga, de alguna manera, lo inteligente que es¡±. ¡°Es curioso, porque es el mismo tipo de p¨²blico que de repente se rebela contra una peli o una serie de David Lynch diciendo que es imposible de entender, o de Apichatpong Weerasethakul. Yo estoy seguro de que muchos de los espectadores que est¨¢n aplaudiendo Tenet odiar¨ªan La Jet¨¦e, de Chris Marker¡±, a?ade.
¡°Ahora mismo existe la idea de que una pel¨ªcula de acci¨®n, donde el placer est¨¢ en la acci¨®n pura, al mismo tiempo te tiene que decir ¡®Esto no es fr¨ªvolo, esto es importante, aqu¨ª hay conceptos de f¨ªsica que tendr¨ªas que conocer para comprenderlo todo¡¯, y eso pulsa una tecla colectiva que creo que ocurre en muchos ¨¢mbitos, como el de los lectores que necesitan hacer una distinci¨®n entre tebeo y novela gr¨¢fica, o esa especie de neurosis con la serie imprescindible que la semana que viene no tiene ninguna importancia. Esa necesidad de sentir que no has estado perdiendo el tiempo consumiendo ocio, de que no has estado viendo cultura de segunda¡±, opina el cr¨ªtico. Para Jordi Costa, el fen¨®meno Nolan responde a ese cambio de sensibilidad del espectador en el acercamiento al "cine espect¨¢culo¡±: ¡°Los modelos van cambiando. Si piensas en James Bond, entre una pel¨ªcula como Agente 007 contra el Dr. No y Skyfall puedes ver una distancia, un paso muy radical de la ligereza de la primera a una cierta gravedad. Bond ya no puede ser percibido como ese vector de violencia, sexo, placer y exceso, sino que tiene que ser un personaje atormentado, con una carga traum¨¢tica y concebido como algo oscuro. Pasa igual si comparas los tres Batman de Nolan con los de Tim Burton y los de Joel Schumacher¡±.
Nolan, ¡°un se?or muy de derechas¡±
Una clave para entender la conexi¨®n entre Nolan y el p¨²blico son los temas del cineasta, quien, aun situando sus tramas en mundos de ficci¨®n, siempre desliza aspectos de la realidad social. Su aproximaci¨®n a Batman, impensable en un contexto previo al 11-S, tuvo la forma de un ins¨®lito tr¨ªptico con el debate entre libertad y seguridad de fondo (algo que, si bien en un tono diferente, fue tambi¨¦n tratado por otra pel¨ªcula de superh¨¦roes, Capit¨¢n Am¨¦rica: Civil War). No era la ¨²nica cuesti¨®n pol¨ªtica: orbitando alrededor del personaje de Harvey Dent, fatalmente devenido en el villano Dos Caras, circulaba todo un discurso sobre la necesidad de que una ¨¦lite pol¨ªtica ofrezca esperanza a la poblaci¨®n, incluso si es a base de contar(se) mentiras supuestamente piadosas, otro tema clave en la filmograf¨ªa del autor desde Memento. En Origen, con un desenlace muy relacionado a esto ¨²ltimo a modo de resoluci¨®n de un trauma, la guerra corporativa en la que se enmarca la acci¨®n hac¨ªa pensar f¨¢cilmente en la borrachera econ¨®mica del 1% que trajo la crisis de 2008. La historia de Interstellar, por su parte, se desencadenaba por el agotamiento de los recursos del planeta.
En su primer fin de semana internacional, 'Tenet' ha recaudado 53 millones de d¨®lares, casi a la par de lo conseguido por el anterior trabajo de Nolan, 'Dunkerque', en la vieja normalidad de 2017
En ese sentido, parece una macabra casualidad que, en el p¨®ster de Tenet, una de las versiones fragmentadas del actor John David Washington luzca, como obligadamente tienen que hacer los espectadores en la sala, una mascarilla. Y no es la ¨²nica resonancia argumental de la pel¨ªcula con su presente. En el planteamiento de una guerra entre el futuro y el pasado, en un punto de la trama, aparece la crisis clim¨¢tica: se nos dice que el terrible algoritmo que est¨¢ permitiendo invertir el tiempo se intentar¨¢ usar para paliar sus efectos. El malo de opereta (interpretado por Kenneth Branagh) aspira a erigirse en una especie de h¨¦roe para la posteridad y as¨ª lo menciona. Esa din¨¢mica, que puede ser extrapolada a la de una guerra intergeneracional ¨Clos j¨®venes concienciados pidiendo cambios a unos mayores que no vivir¨¢n para ver los efectos de su modo de vida insostenible¨C, funciona incluso en el marco en el que llega Tenet, pero a la inversa: ahora es a los j¨®venes (el futuro), entre quienes la covid-19 tiene una tasa de letalidad mucho m¨¢s baja, a quienes se pide que sean responsables para proteger a sus mayores.
A Jordi Costa le llama la atenci¨®n que la pel¨ªcula vaya, precisamente, de evitar que se altere el pasado: ¡°Los personajes positivos de Tenet luchan por su libertad para seguir destruyendo el planeta sin que un futuro de ecologistas irrepresentables, porque nunca los vemos, les castigue con balas retroactivas. Me parece que el mensaje de la pel¨ªcula es ese: dejadnos destruir el planeta cipotudamente como lo hemos hecho siempre y no nos toqu¨¦is las narices¡±. Para el jefe de exposiciones del CCCB, se trata de ¡°una prueba m¨¢s¡± de que Christopher Nolan es ¡°un se?or, ideol¨®gicamente, muy de derechas¡±. ¡°Todas las pel¨ªculas contienen lo que su autor suele querer contar, pero frecuentemente se filtra su inconsciente y aparecen cosas que delantan algo que igual, de manera racional, no quer¨ªa que estuviera ah¨ª¡±, apunta.
Seg¨²n Costa, el ejemplo paradigm¨¢tico de esta tendencia est¨¢ en la tercera entrega del Batman de Nolan, El caballero oscuro: La leyenda renace. ¡°En la imaginaci¨®n de Nolan, un movimiento como Occupy Wall Street llega a declinarse en una especie de imperio del terror¡±, observa. La pel¨ªcula relata el ascenso de uno de los villanos cl¨¢sicos del tebeo, Bane, a la manera de un l¨ªder populista entre la ciudadan¨ªa de Gotham, descre¨ªda pol¨ªticamente tras la muerte de Harvey Dent y la desaparici¨®n de su presunto asesino, Batman. Con planos tomados en movilizaciones reales de las protestas en Estados Unidos contra el poder omn¨ªmodo de la empresas y las evasiones fiscales, en la pel¨ªcula se escenifican juicios populares a la manera de la Revoluci¨®n Francesa e incluso, en su cl¨ªmax, se introduce una sorprendente toma a¨¦rea que confronta a un ej¨¦rcito de polic¨ªas (¨²ltimos bastiones del orden en la ciudad) con la enfervorecida masa de poblaci¨®n a la que Bane ha logrado seducir.
Una lucha por orden contra terroristas, anarquistas o fen¨®menos gal¨¢cticos
En su art¨ªculo Tory Porn: The Hobbesian anti-art of Christopher Nolan [Porno tory: El antiarte hobbesiano de Christopher Nolan], el periodista Jonathan Sturgion detectaba en la misma puesta en escena de las pel¨ªculas del director brit¨¢nico (que equipara a la de ¡°un tecn¨®crata¡±), y en su obsesi¨®n por el control, una mentalidad puramente conservadora. ¡°Cada pel¨ªcula de Nolan revierte la antitradici¨®n de Roberto Rosselini, a quien Jean-Luc Godard, en su libro Jean-Luc Godard por Jean-Luc Godard, elogiaba como un gran artista porque confiaba en la oportunidad. 'Confiar en la oportunidad es escuchar las voces', escribi¨® Godard, refiri¨¦ndose a las voces de otra gente. Si Christopher Nolan oye alguna voz, es la de Margaret Thatcher desde 1987¡±, sostiene duramente el autor, que afirma que el cineasta ¡°detesta transparentemente a sus actores¡±, ¡°piensa que noir es una paleta de colores¡± y que ¡°sus narrativas no cronol¨®gicas no sirven a ning¨²n prop¨®sito art¨ªstico, m¨¢s all¨¢ del de recordarnos que nunca ha visto una pel¨ªcula de Alain Resnais¡±.
Sturgion parte de un reportaje sobre Nolan en The New York Times donde este afirmaba ¡°tener fe¡± en que ¡°cualquier p¨²blico notar¨¢ la diferencia entre algo consistente a unas reglas y algo totalmente inventado y an¨¢rquico¡± para hablar de la escasa confianza del cineasta en las personas y en la platea del cine, a la que ¡°asfixia¡± y ¡°controla¡±. Dunkerque, pel¨ªcula que el cineasta estrenaba en el momento en el que se public¨® el art¨ªculo, es catalogada por el periodista como ¡°su octava pel¨ªcula b¨¦lica¡±, al consistir su cine, seg¨²n ¨¦l, en una individualista "guerra de todos contra todos¡±. El editor jefe de The Baffler no duda en tildar Dunkerque de pel¨ªcula pro?Brexit y se siente atra¨ªdo por un detalle narrativo concreto: ¡°Los cr¨ªticos aplauden a Nolan por ocultar la identidad nazi [de los enemigos] en todo momento (no aparece ni un soldado ni una insignia alemanes) como si ello transformara el relato en una historia universal de supervivencia. Pero tener un enemigo sin rostro significa que se le puede insertar la cara de cualquiera, una t¨¢ctica ¨²til en la preparaci¨®n para la guerra¡±.
Jordi Costa, como Sturgion, tambi¨¦n se declara art¨ªsticamente poco interesado en el director, cuya imagen le resulta "muy aburrida y muy poco atractiva, sin ning¨²n sentido po¨¦tico ni de belleza¡±. Y coincide en la lectura de Dunkerque en clave Brexit: ¡°No s¨¦ si Nolan vot¨® s¨ª o vot¨® no al Brexit, ?igual vot¨® que no! Pero Dunkerque estaba al servicio de una cierta exaltaci¨®n del mito nacional, de toma de decisi¨®n propia dentro de una crisis mundial¡±.
Las pel¨ªculas de Christopher Nolan, incluida Tenet, suelen ser tambi¨¦n las historias de hombres (con alg¨²n personaje femenino, no muy desarrollado, por ah¨ª detr¨¢s) que luchan por el orden ciegamente. Ese orden puede verse alterado por terroristas, por anarquistas o por los fen¨®menos gal¨¢cticos que alejan al personaje de Matthew McConaughey de su hija en Interstellar, entre otros. Costa cree que est¨¢ obsesi¨®n por el control es compartida por algunos de los aficionados a Nolan, que al fin y al cabo adquiri¨® su credibilidad y prestigio comercial -los que han llevado a Warner a invertir m¨¢s de 200 millones de d¨®lares en una pel¨ªcula como Tenet- con su adaptaci¨®n de Batman, considerada la m¨¢s fiel a la visi¨®n oscura del autor Frank Miller: ¡°El fandom m¨¢s apasionado y dogm¨¢tico necesita que el adaptador no improvise ni se desv¨ªe de un camino que ha de ser tomado como una escritura sagrada. En ese ¨¢mbito fan, y no te digo que en todos los casos, hay un potencial de futuros posibles simpatizantes de extrema derecha, porque detr¨¢s de todo dogm¨¢tico hay un potencial siervo de un Estado totalitario¡±.
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