Un gran ¨¦xito, una desaparici¨®n: qu¨¦ fue de los White Stripes 15 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo concierto
Jack White se apresta a lanzar dos nuevos ¨¢lbumes que presentar¨¢ el pr¨®ximo verano en el festival Mad Cool, pero su compa?era de grupo, Meg, no ha vuelto a pisar un escenario desde hace tres lustros.
The White Stripes fue el grupo perfecto en el momento adecuado. Jack y Meg White eran exc¨¦ntricos, imaginativos, aut¨¦nticos y muy influyentes. Volvieron a poner de moda el rock como algo cre¨ªble y cool (m¨¢s incluso que The Strokes) poco antes de que se volviese a decretar la defunci¨®n del rock. Todo en ellos parec¨ªa obedecer a un plan maestro que les funcion¨® de manera incre¨ªble durante 10 a?os: del 14 de julio de 1997 (fecha de su primer concierto en un peque?o bar de Detroit llamado The Gold Dollar) al 30 de julio de 2007, en Southaven, Misisipi (EE UU), cuando Meg, aquejada de ansiedad aguda, decidi¨® que esa iba a ser su ¨²ltima actuaci¨®n, aunque el d¨²o lo mantuvo en secreto.
Tal vez se podr¨ªa haber presentido en la secuencia final del documental Under Great White Northern Lights, registrado durante su extra?a gira canadiense de aquel a?o. Tras celebrar su d¨¦cimo aniversario como banda con un concierto majestuoso, Jack se sienta en el piano con Meg, en una sala vac¨ªa. Le toca la canci¨®n White Moon y ella arranca a llorar en silencio, en sus brazos. ¡°No hab¨ªa nada triste en aquel momento, pero s¨ª era muy intenso. Ellos dos hab¨ªan pasado por un mont¨®n de cosas que hab¨ªan afectado a esa profunda relaci¨®n, da igual que fuesen hermanos o un matrimonio¡±, declar¨® en su momento el director de la pel¨ªcula, Emmet Malloy. Jack se resisti¨® a que aquello terminase o, al menos, dej¨® encendida la llama de la esperanza. Durante cuatro a?os, apenas hubo noticias del d¨²o hasta que, en febrero de 2011, emiti¨® el comunicado oficial de disoluci¨®n.
El mutismo de Meg agrand¨® el mito. Jack White ha continuado desde entonces con una intensa actividad: se enrol¨® en los s¨²pergrupos The Raconteurs y The Dead Weather, produjo a otros artistas, llev¨® las riendas de su sello discogr¨¢fico (Third Man Records) y grab¨® tres ¨¢lbumes, a los que seguir¨¢n otros dos nuevos trabajos en 2022. Para el 8 de abril est¨¢ prevista la publicaci¨®n de Fear of the Dawn y, para el 22 de julio, Entering Heaven Alive. Y 12 d¨ªas antes de esta ¨²ltima fecha, estar¨¢ actuando en el festival Mad Cool de Madrid.
Meg, sin embargo, ha desaparecido del mapa pr¨¢cticamente por completo. Se sabe que, en 2009, contrajo matrimonio con el guitarrista Jackson Smith (hijo de Patti Smith y Fred Sonic Smith, de MC5) y que se divorci¨® en 2013. Se supone que vive en Detroit, pero no ha vuelto a hacer m¨²sica ni conceder entrevistas. En las que s¨ª ha dado su excompa?ero de grupo, las pocas pistas que ha arrojado aluden a un mutismo provocado por la extrema timidez que siempre ha tenido, a una preocupante falta de entusiasmo en los ¨²ltimos momentos de la banda e incluso a la teor¨ªa de que las cr¨ªticas constantes que se vert¨ªan sobre su forma de tocar la bater¨ªa la han desmoralizado y alejado de la m¨²sica para siempre. En ning¨²n caso ha dejado entrever que exista trato entre ambos y, aunque torres m¨¢s altas han ca¨ªdo, una reuni¨®n no se antoja probable.
Todo esto puede ser verdad o mentira
La historia oficial de The White Stripes ha sido un ejercicio de fantas¨ªa o, si nos ponemos ariscos, una gran mentira no demasiado bien elaborada. En esto ¨²ltimo estribaba gran parte de su encanto. A su manera, The White Stripes inventaron la posverdad en el discurso promocional del rock: que lo que ellos dijeran fuese cierto o no ten¨ªa poca importancia. Lo que buscaban que fuese cre¨ªble era el mito que ellos mismos hab¨ªan generado, como las biograf¨ªas de los viejos bluesmen del delta del Misisipi o esa idea fordiana de que, entre la verdad y la leyenda, debes imprimir siempre la leyenda.
Esta comienza hace 25 a?os en la ciudad estadounidense de Detroit. Un joven llamado John Gillis, el menor de 10 hermanos de una familia cat¨®lica, que hab¨ªa sido monaguillo en su infancia, se foguea con poca suerte entre grupos de rock de garage de la escena local. Paralelamente, abre una tienda de tapicer¨ªa llamada Third Man donde dice que se obsesiona con los colores negro y amarillo (que ser¨¢n, posteriormente, los omnipresentes en su sello-oficina-tienda-f¨¢brica-estudio de grabaci¨®n bautizada con el mismo nombre). Jack solo tiene 21 a?os entonces, pero contrae matrimonio con su novia de siempre, Megan White, y, llevando la contraria a la tradici¨®n, es ¨¦l quien se cambia el apellido. Un a?o despu¨¦s, cuando ofrecen su primer concierto como The White Stripes, se presentan como hermano y hermana y, a pesar de tratarse de un garito de mala muerte, maquean el escenario con unas telas y ya aparecen ataviados con los colores que usar¨¢n siempre: blanco, rojo y negro, inspirados por el arte minimalista de Piet Mondrian y la escuela De Stijl. Cuentan que Meg nunca antes hab¨ªa tocado la bater¨ªa, pero que, en su casa, Jack cogi¨® un d¨ªa la guitarra, la invit¨® a tocar unas percusiones primitivas y la magia surgi¨®.
Todos los elementos identificativos del grupo ya estaban presentes en su primer disco, The White Stripes, publicado en 1999. Un a?o despu¨¦s, poco antes de publicar De Stijl, Jack y Meg se divorciaban. Al parecer, ¨¦l quiso poner fin tambi¨¦n al grupo, pero ella lo anim¨® a seguir. Y, con el matrimonio roto, fue cuando el d¨²o musical comenz¨® a tomar el planeta. White Blood Cells los comenzaba a poner de moda en 2001. Y, cuando publicaron Elephant, en 2003, ya era el grupo del que todo el mundo hablaba.
Mercadotecnia rock
A su presentaci¨®n como hermanos, su uso de los colores primarios y su fascinaci¨®n con cierta m¨ªstica del n¨²mero 3, The White Stripes a?adieron bastantes hitos en la mercadotecnia musical. Al principio quer¨ªan hacer un proyecto de arte, con puesta en escena punk-rock, la simplicidad del blues y un punto como de dibujo animado. Jack suele afirmar que ¨¦l no cantaba, sino que vocalizaba a personajes, y tambi¨¦n se inspiraba mucho en el mundo infantil. ¡°El punto de vista de los ni?os es m¨¢s puro, m¨¢s claro que el de los adultos. Recibimos muchas ideas de ah¨ª. De hecho, cuando una canci¨®n m¨ªa le gusta a un ni?o es cuando s¨¦ que es buena¡±, declar¨® a este mismo periodista en 2003.
Por otro lado, ahora es f¨¢cil, casi recurrente, ver formaciones de guitarra y bater¨ªa (algunas de tanto ¨¦xito como The Black Keys) o incluso de bajo y bater¨ªa (Royal Blood), pero, a finales de los a?os noventa, aquello era una aut¨¦ntica frikada. Nunca se les pas¨® por la cabeza incorporar a un tercer componente, como tampoco usar equipos que no fueran anal¨®gicos. Tanto, que hasta en la elaboraci¨®n de Elephant, presumieron de no utilizar ning¨²n aparato fabricado posteriormente a 1963. Adem¨¢s, los discos de promoci¨®n que repartieron entre la prensa eran solo de vinilo, antes de que este se volviera a poner de moda. A su manera, inventaron tambi¨¦n una nueva forma de retrofuturismo: supieron reivindicar lo m¨¢s a?ejo del rock y del blues siendo insultantemente modernos, grabando videoclips revolucionarios con Michel Gondry, interpret¨¢ndose a s¨ª mismos en Los Simpson y en la pel¨ªcula Coffee And Cigarettes, de Jim Jarmusch. Incluso, sin pretenderlo, pasaron a la cultura popular como autores del ¡°lololololo¡± m¨¢s coreado en las competiciones deportivas y despedidas de soltero.
Seg¨²n Mark Kitcatt, director de su distribuidora en Espa?a, Everlasting, Jack White es ¡°un hombre inteligente y perspicaz¡± con el que, sobre todo, hablaba de negocios. ¡°Es inusual que un artista preste tanta atenci¨®n a c¨®mo funciona cada territorio y entienda tanto del proceso de preparar su arte para el mercado, hacerlo funcionar. A Jack le interesaba todo, incluso cosas que el 99% de los artistas suelen dejar a sus managers¡±.
Un directo diferente
The White Stripes tambi¨¦n escapaban a las convenciones del directo. Dicen que nunca llevaban un repertorio prefijado. Normalmente, Jack comenzaba a esbozar un tema, Meg lo segu¨ªa y entre ambos lo iban retorciendo, alterando en vivo. La interacci¨®n ¨Cinstrumental y visual¨C entre ambos era vibrante. Y su presentaci¨®n, fiel a los postulados del grupo: incluso los ¡°pipas¡± iban trajeados con los colores de marca y un bomb¨ªn negro.
Otro distintivo fueron las palabras que el vocalista siempre soltaba al p¨²blico: ¡°Mi hermana os da las gracias y yo os doy las gracias¡±. Rizaron el rizo en la que termin¨® siendo su ¨²ltima gira. Debido a una aparente vinculaci¨®n familiar con Nueva Escocia, a Jack se le ocurri¨® emprender un tour por todas las provincias de Canad¨¢. Incluyeron conciertos en lugares tan poco usuales como una residencia de ancianos y ejecutaron el show m¨¢s breve de la historia: un segundo en el que tocaron una nota.
Jack White, adem¨¢s de icono indiscutible del rock moderno, como gur¨², hombre de negocios, productor y m¨²sico, suele aparecer recurrentemente en las listas de mejores guitarristas de todos los tiempos. Pero no se puede decir lo mismo de Meg, quien fue frecuentemente criticada por su falta de pericia t¨¦cnica. ¡°Con un bater¨ªa de rock m¨¢s t¨ªpico, m¨¢s toc¨®n, habr¨ªan tenido un sonido mucho m¨¢s est¨¢ndar, m¨¢s parecido al de tantas otras bandas, pero esos ritmos rudimentarios son una parte fundamental del car¨¢cter del grupo y de su sonido minimalista¡±, afirma Elisa P¨¦rez, quien actualmente graba pop electr¨®nico como Caliza pero, anteriormente, fue percusionista en los grupos indies Cosmen Adelaida y Rusos Blancos.
¡°Tambi¨¦n me gusta su actitud. Su cara de indiferencia al tocar transmit¨ªa mucha seguridad, y hay que a?adir que el hecho de que no hubiera bajista hac¨ªa recaer en ella una responsabilidad a¨²n mayor¡±, a?ade esta madrile?a de 32 a?os, quien tambi¨¦n cita a Moe Tucker (The Velvet Underground), Georgia Hubley (Yo La Tengo) y Mimi Parker (Low) como influencias, aunque fue a la White Stripe a quien vio primero, ¡°en la tele, en unos premios de la MTV o algo por el estilo, en 2003 o 2004. Ver tocar a Meg White me impresion¨® bastante. Creo que nunca antes hab¨ªa visto a una mujer tocando la bater¨ªa¡±. Eso la anim¨® a hacer ella lo mismo. ¡°Empec¨¦ a dar clases y consegu¨ª que mis padres me compraran una bater¨ªa electr¨®nica. Poco despu¨¦s form¨¦ un grupo con un par de amigos y lo primero que hicimos fue Seven Nation Army¡±, recuerda.
La malague?a Isabel Guerrero, periodista musical y bater¨ªa en el d¨²o Esplendor tambi¨¦n considera la visibilizaci¨®n de instrumentistas femeninas como un factor muy importante para que otras chicas quisieran secundarlas, y a?ade que The White Stripes ¡°crearon m¨¢s escuela de lo que mucha banda minimalista de rock and roll cl¨¢sica reconoce, y solo porque tuvieron ¨¦xito¡±. Sobre el sambenito de que su bater¨ªa tocaba mal, dice no entenderlo. ¡°?No hab¨ªamos quedado, desde el punk, en que el virtuosismo apestaba? Creo que, en 2021, mucho menos prejuicioso, este tema ni se plantear¨ªa y la lupa sobre Meg ser¨ªa distinta, quiz¨¢ hasta inexistente¡±. ¡°Requiere mucha valent¨ªa exponerse as¨ª cuando recibes tantos comentarios negativos, y creo que, como mujer fue sometida a un escrutinio mayor¡±, concluye Elisa P¨¦rez. ¡°Ahora tal vez hubiera sido mejor recibida, pero tambi¨¦n es posible que no hubiera destacado tanto, tanto para bien como para mal¡±.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.