Racismo, mafia, su amor por Ava Gardner y una m¨²sica maravillosa: la biograf¨ªa que el amigo de Frank Sinatra no quiso publicar mientras viv¨ªa
Libros del Kultrum edita por primera vez en Espa?a ¡®Por qu¨¦ importa Sinatra¡¯, del periodista Pete Hamill, que recopila conversaciones y recuerdos ¨ªntimos con el cantante
Frank Sinatra muri¨® el 14 de mayo de 1998 en el Hospital Cedars-Sinai de Los ?ngeles. Ten¨ªa 82 a?os y su fallecimiento, a pesar de que sus d¨ªas de gloria hab¨ªan pasado hac¨ªa mucho, conmocion¨® al mundo entero. La Voz se apagaba y aquella met¨¢fora (y todas sus variantes) result¨® irresistible para cientos de periodistas de todo el mundo. ¡°Muere Frank Sinatra, la voz del sue?o americano¡±, titul¨® Javier Valenzuela la cr¨®nica que firm¨® al d¨ªa siguiente para EL PA?S desde Washington.
Aquel acontecimiento pill¨® al periodista y escritor Pete Hamill, amigo de Sinatra, en el aeropuerto de Miami, donde se sorprendi¨® al ver c¨®mo los pasajeros se arremolinaban en la sala de espera frente a los televisores en los que la CNN emit¨ªa un especial sobre el artista. Hamill record¨® entonces c¨®mo, durante a?os, Sinatra hab¨ªa intentado convencerlo, durante largas noches en bares de Las Vegas, Nueva York o Montecarlo (esas veladas llenas de cigarrillos y Jack Daniel¡¯s con las que todos asociamos al artista italoamericano), de que lo ayudara a escribir su autobiograf¨ªa. ¡°Nunca se dio, por razones que ahora ya no importan¡±, confes¨® Hamill tiempo despu¨¦s.
Tras la muerte de Sinatra se sucedieron los art¨ªculos, especiales, reportajes y cr¨®nicas sobre su figura. Hamill los sigui¨® atentamente, pero toda aquella cobertura le resultaba algo rancia y vac¨ªa. Para ¨¦l, en todos aquellos textos faltaba un elemento fundamental. El cantante hab¨ªa pasado sus ¨²ltimos a?os desaparecido, entrando y saliendo de hospitales, y sus ¨²ltimas actuaciones tampoco hab¨ªan sido dignas de recordar. Entonces, ?por qu¨¦ Sinatra segu¨ªa importando a tanta gente?
Fue en aquel momento cuando decidi¨® que, aunque ya sin su ayuda, finalmente s¨ª que escribir¨ªa la historia del cantante de Hoboken. Su particular y totalmente subjetiva versi¨®n de la misma. Ten¨ªa mucho material, hab¨ªan coincidido en muchas ocasiones, a veces sin testigos. Y Sinatra le hab¨ªa contado muchas cosas. Hamill, sin embargo, nunca pretendi¨® publicar la cl¨¢sica ¡°biograf¨ªa definitiva¡± de Sinatra, con cientos de p¨¢ginas con fotos o decenas de entrevistas. Ya hab¨ªa varias de esas y habr¨ªa muchas m¨¢s en el futuro. Quer¨ªa, m¨¢s bien, y dando por hecho que el lector ten¨ªa una idea m¨¢s o menos clara de qui¨¦n era Sinatra, condensar en unos pocos trazos todas las caras, las m¨¢s brillantes y las m¨¢s oscuras, del artista. Un retrato psicol¨®gico realista, pero m¨¢s al estilo de Goya que de Vel¨¢zquez.
As¨ª fue como naci¨® Por qu¨¦ importa Sinatra, que acaba de publicarse por primera vez en nuestro pa¨ªs de la mano de la editorial Libros del Kultrum, y que repasa la influencia que tuvo en la carrera del artista el descender de una familia de inmigrantes italianos, haber vivido el racismo de primera mano, la ley seca, la II Guerra Mundial y, claro est¨¢, su faceta m¨¢s p¨²blica: su carrera musical, cinematogr¨¢fica, las amantes y los esc¨¢ndalos. Una historia que para Hamill se condensa en tres temas fundamentales que marcaron su vida: la m¨²sica, la pol¨ªtica y el amor.
La m¨²sica
?Por qu¨¦ importa Sinatra? La respuesta a esta pregunta no es precisamente sencilla ni ¨²nica, pero a Hamill siempre le result¨® evidente que lo m¨¢s importante de ¨¦l era su m¨²sica. En una entrevista en el programa The Charlie Rose Show en 1998, cuando el libro se public¨® originalmente en su pa¨ªs, explic¨®: ¡°Hay toda una serie de razones para afirmar que Frank Sinatra importa, pero creo que la m¨¢s importante de todas es la m¨²sica. Su m¨²sica es ¨²nica y original y hasta que ¨¦l apareci¨® no hab¨ªa existido una m¨²sica como esa. Muchos de nosotros nos hemos olvidado un poco de ello, porque a lo largo de los a?os ha sido degradada por toda una legi¨®n de imitadores baratos, pero fue la m¨²sica de la Am¨¦rica urbana, creada por la ¨²ltima generaci¨®n de inmigrantes europeos que llegaron a nuestro pa¨ªs. R¨¢pidamente se convirti¨® tambi¨¦n en el sonido de una buena parte de Estados Unidos y luego en el de muchas otras partes del mundo. No era como Hank Williams ni fue como Bob Dylan, pero lleg¨® a ser al menos igual de importante¡±.
Para Hamill, Sinatra consigui¨® habitar en sus canciones de la misma manera que los grandes actores habitan en sus personajes. Se convirti¨®, siendo hijo ¨²nico y un f¨¦rreo defensor de su privacidad, en el poeta de la soledad. Una epidemia que, ya en su tiempo, comenzaba a acechar a millones de personas en todo el mundo. Al igual que Marlon Brandon ser¨¢ siempre Kowalski, su personaje en Un tranv¨ªa llamado deseo (1951), Sinatra ser¨¢ siempre ese tipo que est¨¢ solo en un bar a las dos de la ma?ana, contando las monedas de 25 centavos que tiene en el bolsillo y pregunt¨¢ndose si podr¨¢ encontrar un taxi a esas horas, con la lluvia que est¨¢ cayendo. Ese personaje es lo que Sinatra, sostiene Hamill, aport¨® a aquella m¨²sica.
La pol¨ªtica
Aunque Sinatra naci¨® en Estados Unidos en 1915, sus padres eran italianos y, en aquella ¨¦poca, el racismo hacia los inmigrantes de ese pa¨ªs estaba en pleno apogeo. Seg¨²n cuenta Hamill en el libro, el peque?o Sinatra se dio cuenta de ello cuando ten¨ªa cinco o seis a?os y sufri¨® los insultos y el racismo en sus propias carnes. El hecho de conservar su apellido se convirti¨® en un acto de resistencia frente a la xenofobia imperante. Cuando empez¨® su carrera, el cantante Harry James le sugiri¨® que se cambiara el nombre por algo menos amenazante para el establishment. ¡°Por qu¨¦ no te llamas Frank Satin?¡±, le plante¨®. La propuesta fue rechazada airadamente por Sinatra. ¡°?Te puedes imaginar si me lo hubiera cambiado?¡±, le dijo a Hamill en una ocasi¨®n, entre enfadado y divertido. ¡°Ahora mismo estar¨ªa cantando en un crucero¡±.
Precisamente, una de las facetas m¨¢s desconocidas de Sinatra, sobre todo a este lado del Atl¨¢ntico, fue su compromiso pol¨ªtico, derivado en parte de su ascendencia inmigrante. Puede sorprender, por ejemplo, que en su juventud simpatizara e incluso realizara donaciones a organizaciones como la National Association for the Advancement of Colored People (Asociaci¨®n Nacional para el Avance de la Gente de Color). ¡°No solo eran negros los que colgaban de esas jodidas sogas¡±, le dijo Sinatra a Hamill en una ocasi¨®n cuando ya ten¨ªa 60 a?os.
Algunos nunca le perdonar¨ªan simpat¨ªas como esas. Hamill sit¨²a el origen, por ejemplo, de los rumores de sus relaciones con la mafia precisamente ah¨ª. Sinatra siempre neg¨® que la organizaci¨®n criminal lo ayudara en su carrera, aunque no pod¨ªa negar que conoci¨® a muchos de sus miembros, especialmente durante su primera ¨¦poca. ¡°Por supuesto que conoc¨ªa a muchos mafiosos¡±, le reconoci¨® a Hamill. ¡°Trabajaban en los clubes en los que yo cantaba durante los a?os treinta y cuarenta. Eran antiguos traficantes de alcohol que hac¨ªan de forma legal lo que antes hac¨ªan ilegalmente. Yo los saludaba y ya est¨¢¡±.
El amor
Finalmente, no puede hablarse de Frank Sinatra sin mencionar su relaci¨®n con las mujeres. Casado desde los 24 a?os con Nancy Barbato, con la que tuvo a sus tres hijos, Hamill no tiene dudas de que el gran amor de su vida fue Ava Gardner. Con la actriz tuvo una relaci¨®n terrible, llena de esc¨¢ndalos y peleas, separaciones y reconciliaciones, y adem¨¢s coincidi¨® con uno de sus periodos m¨¢s bajos de popularidad. ¡°Eran como dos escorpiones dentro de una botella. Ninguno de los dos pod¨ªa escapar si no era comi¨¦ndose al otro¡±, escribe Hamill.
A pesar de que se separaron en 1957, Sinatra, que fue durante una buena parte de los a?os cincuenta poco m¨¢s que ¡°el marido de Ava Gardner¡±, nunca la olvid¨®. Gracias en buena medida a la int¨¦rprete, recuper¨® su papel de gran estrella a mediados de la d¨¦cada porque Gardner accedi¨® a hacer una pel¨ªcula gratis en el pico de su carrera, De aqu¨ª a la eternidad (1953), con la condici¨®n de que Sinatra interpretara el papel de Angelo Maggio, un trabajo que lo llev¨® a ganar el Oscar y el Globo de Oro al mejor actor secundario. Tras aquellos premios, lleg¨® el contrato con Capitol Records y algunos de sus mejores discos: In the Wee Small Hours (1955), Songs for Swingin¡¯ Lovers! (1956), Come Fly with Me (1958), Only the Lonely (1958), No One Cares (1959) o Nice ¡®n¡¯ Easy (1960).
En la entrevista con Charlie Rose, Hamill recuerda una an¨¦cdota que confirma el amor de Sinatra por Ava. ¡°La ¨²nica vez que me encontr¨¦ con Ava Gardner fue en Nueva York en los a?os setenta. Yo estaba acompa?ando a un amigo que la conoc¨ªa. Por entonces ella era una ruina imponente, como el Coliseo de Roma. Beb¨ªa mucho y, aunque hablaba mal de Sinatra, lo hac¨ªa de una forma extra?amente afectuosa. De hecho, viv¨ªa en el apartamento que ten¨ªa Sinatra en el Waldorf-Astoria y hac¨ªa m¨¢s de 15 a?os que se hab¨ªan divorciado. As¨ª que Sinatra nunca dej¨® de preocuparse por ella cuando nadie le daba trabajo debido a su adicci¨®n al alcohol¡±.
Como todos los grandes artistas, la figura de Frank Sinatra conten¨ªa tambi¨¦n sus rincones secretos y quiz¨¢ oscuros. Contradicciones, misterios y arrepentimientos. La biograf¨ªa de Peter Hamill no aspira a revelarlos todos, sino dar una imagen pr¨®xima del cantante gracias a los recuerdos del autor, quien, al final de la introducci¨®n, recuerda as¨ª sus conversaciones: ¡°De vez en cuando, se abr¨ªa un tel¨®n, se daba una epifan¨ªa instant¨¢nea y pod¨ªa observar en ¨¦l al viejo inseguro que quer¨ªa entender qu¨¦ significa todo, al hombre que dec¨ªa que morirse era una verdadera mierda, a pain in the ass. Me ca¨ªa muy bien ese hombre¡±.
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