Por qu¨¦ las ideas de la fil¨®sofa Hannah Arendt nos sirven de br¨²jula en tiempos de coronavirus
Una salida a momentos de incertidumbre es sumergirse en la 'aventura p¨²blica¡¯, tal y como afirmaba la pensadora alemana. Es tiempo, como sujetos pol¨ªticos, de comprometerse con la colectividad
Desenga?¨¦monos. En la sala de m¨¢quinas que decide el camino al futuro no hay nadie. Al mando solo podemos estar nosotros. Todo es demasiado impredecible para andar cada uno a lo suyo. Ya no podemos andar preguntando en cada esquina, como el capit¨¢n Willard ¡ªinterpretado por el actor Martin Sheen¡ª en Apocalypse Now, ¡°?qui¨¦n est¨¢ al mando?¡°. En estos tiempos in¨¦ditos, cuando el mundo es ya otro, el d¨ªa de ma?ana es un espacio abierto donde todo est¨¢ por hacer.
¡°La realidad tiene la desconcertante costumbre de enfrentarnos a lo inesperado¡±, nos advirti¨® Hannah Arendt. Una salida a este atolladero es sumergirnos en la aventura p¨²blica, en expresi¨®n de la autora alemana. Esta ilusi¨®n es un pensamiento antiguo, heredado y, a la vez, flamante. Una llama en la oscuridad que tiembla pero no se apaga.
Que no nos cuenten milongas. Hay que liberarse de viejos descreimientos y cinismos. Los que est¨¢n de vuelta de todo son los que nunca han ido a ninguna parte, dec¨ªa Antonio Machado. A¨²n hay partido en la asombrosa partida del ser humano. En este nuevo espacio abierto ha asomado la realidad de la esfera com¨²n, tan precaria como persistente. En un mundo del yo y todo lo dem¨¢s, asistimos a la fr¨¢gil corporeidad del nosotros en el ¨¢mbito pol¨ªtico y p¨²blico.
En peque?as multirrealidades cotidianas, simult¨¢neas, son incontables las personas que, en un movimiento tan imperceptible como definitivo, han dado un paso adelante y han decidido ser sujetos pol¨ªticos comprometidos con la colectividad. En barrios, pueblos y ciudades han decidido unirse en una trama invisible que est¨¢ impulsando lo comunitario como espacio de cuidados, protecci¨®n, respeto y reconocimiento. Es una red que no salva a la humanidad, pero salva a los humanos. Entre la nada y el absoluto est¨¢ todo.
Es hora de reaprender a pensar ¡°sin barandillas¡±, como apuntaba Arendt. ¡°O estudio filosof¨ªa o me mato¡±, se dijo a s¨ª misma de adolescente. A reflexionar sobre el mundo y las personas dedic¨® su vida. Y advirti¨® que la sociedad padec¨ªa alg¨²n tipo ¡°de insolvencia de la imaginaci¨®n y de bancarrota de la comprensi¨®n¡±. Demasiado ocupadas en desarrollar sistemas abstractos alrededor de un elemento llamado hombre, se dio cuenta de que parte de las estructuras de pensamiento saltaban en pedazos ante el contacto con la realidad. Ella lo llamaba la ineptitud te¨®rica. ¡±Arendt abandon¨® la morada que hab¨ªan ocupado los grandes pensadores europeos para salir al ¨¢gora y v¨¦rselas con las necesidades pol¨ªticas y sociales de su particular tiempo de oscuridad¡±, subraya Andreu Jaume, editor de La pluralidad del mundo (Taurus), una antolog¨ªa de la obra de la pensadora.
Entonces, a estas alturas del siglo XXI, no nos enga?emos m¨¢s. Todos somos vulnerables, vivimos a la intemperie y las soluciones categ¨®ricas no existen. Dicho esto, abramos bien los ojos: est¨¢ la susodicha pluralidad del mundo ¡ªhabitado por personas de toda clase, sexo y condici¨®n en permanente interacci¨®n, sin rastro de ese ser inmanente catalogado como hombre¡ª, est¨¢ la multirrealidad, y est¨¢ la experiencia. Seg¨²n el diccionario, reparar significa darse cuenta y, tambi¨¦n, arreglar. Entonces hay que reparar, robustecer y renovar la esfera pol¨ªtica, p¨²blica y comunitaria. Hay que coger aire y sumergirnos en nuestras responsabilidades ante el presente y el futuro.
Para empezar, la amenaza global de la pandemia va m¨¢s all¨¢ de la crisis sanitaria. Est¨¢ poniendo a prueba la entereza de los sistemas democr¨¢ticos. Vigilemos la restricci¨®n de libertad a las personas y vigilemos tambi¨¦n la ampliaci¨®n de atribuciones a polic¨ªas y ej¨¦rcitos. Estos tiempos vienen definidos por la noci¨®n de emergencia, y la emergencia tiene la facultad de transformar a las personas. Reflexionemos y seamos sujetos activos ante esta transformaci¨®n, porque solo hay dos caminos: o la democracia sale reforzada de esta crisis o la narrativa de los mensajeros del miedo abre paso a nuevos tipos de autoritarismo. El estado de alarma puede transformarse en estado de excepci¨®n permanente, seg¨²n Andreu Jaume. ¡°La biopol¨ªtica, el control de datos, la vigilancia constante del ciudadano o la posible instauraci¨®n de un estado policial son asuntos de los que nos debemos ocupar con ambici¨®n¡±, advierte Jaume, qui¨¦n insta a vigilar el peligro de prerrogativas pol¨ªticas que, en nombre la ciencia, transformen a la pluralidad de la ciudadan¨ªa ¡°en un solo cuerpo, dado que los cuerpos son intercambiables y, por tanto, prescindibles¡±.
Para el fil¨®sofo Santiago Zabala, ¡°esta situaci¨®n de emergencia ¨Cque viene de emerger- nos ense?a que hay que escuchar a los que saben, a los que nos previnieron que esto podr¨ªa pasar. Hay que tomarse en serio los anuncios del futuro, y hay que lograr superar la ingenuidad de nuestra sociedad. Los hechos no funcionan solos, y la democracia no funciona sola¡±, subraya. Para Paloma Rom¨¢n Marug¨¢n, doctora en Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Complutense, esta crisis nos ense?a que ¡°viv¨ªamos en la burbuja de un mundo de certezas que no han sido tales¡±. La ¨²nica certidumbre que se sostiene, seg¨²n Rom¨¢n, es que ¡°solo saldremos adelante recuperando la conversaci¨®n en el ¨¢gora, a partir de lo colectivo, del foro p¨²blico".
No a la indiferencia
No podemos permanecer indiferentes. En el ¨¢gora cabemos todos. Hay que poner en valor la libertad de toda la ciudadan¨ªa ¡°para actuar y dar sentido a nuestras acciones con independencia de nuestra condici¨®n econ¨®mica o estatus social", seg¨²n escribe Fina Birul¨¦s, profesora de Filosof¨ªa de la Universidad de Barcelona, en Una herencia sin testamento: Hannah Arendt (Herder). Frente a las tesis m¨¢s apocal¨ªpticas, pensemos entre todos hacia d¨®nde queremos ir. Est¨¢n los medios, est¨¢n las ganas. Basta con echar un vistazo a la energ¨ªa y determinaci¨®n del movimiento feminista ¨Cun movimiento donde tiene cabida la pluralidad del mundo-, sin ir m¨¢s lejos.
Al estudiar el terror totalitario, Arendt subray¨® su car¨¢cter sin precedentes, y nos dej¨® en herencia un conocimiento fundamental: todo es posible. La imprevisibilidad es una caracter¨ªstica inherente a lo humano, y se aplica normalmente en sentido negativo. Pero si lo imprevisible existe, tambi¨¦n se puede dar en positivo.
Hay que aprender de la experiencia y cambiar las tornas de un mundo aborrecido por casi todos, basado en el terror al otro, la criminalizaci¨®n de la pobreza y el desprecio al futuro. Las personas, ¡°aunque han de morir, no han nacido para eso, si no para comenzar¡±, subraya Arendt. Prestemos atenci¨®n.
Hay una canci¨®n que resuena estos d¨ªas en casa: se llama The church of indifference, y es de una banda punk australiana de los 70 llamada The Saints. En estas semanas, en estos pr¨®ximos meses, vamos a ver en qu¨¦ templo comulgamos unos y otros: en la de la aventura p¨²blica o en el de la indiferencia. Nos va la vida en ello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.