El reto presupuestario en la nueva normalidad
Espa?a deber¨ªa subirse al tren de los recortes impositivos inmediatos, limit¨¢ndolos, al menos inicialmente, a 2020
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Especial: El nuevo contrato social
S¨®lo han pasado seis meses desde la irrupci¨®n de la crisis sanitaria de la covid-19. Sin embargo, sus severas consecuencias econ¨®micas son evidentes y se anticipan persistentes y duraderas. Las ayudas iniciales para fomentar la liquidez de familias y empresas, los bajos tipos de inter¨¦s y la firme actuaci¨®n de los bancos centrales permitieron contener adecuadamente las primeras embestidas econ¨®micas de la pandemia. Sin embargo, superados los estadios iniciales, las medidas anticrisis demandan la acci¨®n de un nuevo protagonista: la pol¨ªtica fiscal. Ahora son los pa¨ªses quienes, de manera individual, deben vigilar sus pol¨ªticas presupuestarias, racionalizar el gasto p¨²blico y recaudar impuestos sin da?ar al tejido productivo. Algunas de estas acciones presupuestarias tendr¨¢n que lidiar con los problemas inmediatos, otras, en cambio, deben dise?arse para asegurar la sostenibilidad en el largo plazo.
Las grandes econom¨ªas han entendido que el elevado deterioro econ¨®mico generado por esta crisis no aconseja subidas impositivas en el corto plazo, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Primar el crecimiento econ¨®mico se ha convertido en objetivo prioritario y explotar las funciones anti-c¨ªclicas del presupuesto en la t¨¢ctica para conseguirlo. Pa¨ªses con m¨¢rgenes fiscales tan desiguales como Alemania e Italia acaban de anunciar una segunda ronda de generosas reducciones impositivas. Espa?a, que registra la mayor ca¨ªda de PIB y empleo de toda la eurozona, deber¨ªa subirse al tren de recortes impositivos, que en cualquier caso deber¨ªan ser inmediatos y transitorios, limit¨¢ndolos, al menos inicialmente, a 2020. No obstante, a diferencia de Alemania e Italia, que centran sus recortes en el IVA, Espa?a, como ha hecho Francia, deber¨ªa focalizarlos en las figuras tributarias que m¨¢s inciden sobre el crecimiento: el Impuesto de Sociedades (IS) y el IRPF.
Estos recortes impositivos de corto plazo deben enmarcarse en un Plan de Consolidaci¨®n Fiscal (PCF) plurianual que, dada la intensidad de la crisis, comprometer¨¢ con toda seguridad varias legislaturas. Como recientemente hemos reconocido en FUNCAS en la publicaci¨®n Pol¨ªtica Presupuestaria y Nueva Normalidad, el PCF deber¨ªa centrarse inicialmente en el control del gasto p¨²blico, por ser la variable m¨¢s eficaz para contener los desequilibrios presupuestarios. Es decir, antes de plantear subidas impositivas debe evaluarse la oportunidad de los programas de gasto, sean corrientes o de inversi¨®n. Si despu¨¦s se requiriesen subidas impositivas, el PCF deber¨ªa elevar los impuestos que gravan el consumo, especialmente el IVA.
Hay varios motivos que justifican esta l¨ªnea de actuaci¨®n: a) el gasto fiscal generado por los tipos reducidos se aproxima anualmente a los 17.800 millones de euros, b) la recaudaci¨®n por IVA es una de las m¨¢s bajas de la UE, c) contrariamente a lo que se suele escuchar, la evidencia cient¨ªfica confirma que el IVA es un impuesto progresivo, y d) los impuestos sobre rentas y beneficios son mucho m¨¢s lesivos al crecimiento. En definitiva, la comprometida situaci¨®n relativa de Espa?a en esta crisis es el precio pagado por la laxitud presupuestaria pret¨¦rita. Dise?ar un PCF coherente y cre¨ªble para los pr¨®ximos a?os es la mejor forma de enmendar el futuro.
Jos¨¦ F¨¦lix Sanz es investigador del Observatorio Funcas de Econom¨ªa P¨²blica.
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