¡°Hay que preguntarse, ¡®?no estar¨¦ comprando demasiado?¡±
La geobi¨®loga estadounidense Hope Jahren, una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo seg¨²n la revista ¡®Time¡¯, enfatiza que el calentamiento global es la suma de nuestras acciones individuales
Que el cambio clim¨¢tico est¨¢ ocurriendo y agudiz¨¢ndose debido a nuestro modo de vida desde hace m¨¢s de 50 a?os es una evidencia. Lo que quiz¨¢s lo es menos es la voluntad de los ciudadanos y de las industrias en contener el deterioro del planeta antes de que sea demasiado tarde. Muchos no saben ni siquiera por d¨®nde empezar y otros creen que su propia acci¨®n no servir¨¢ de nada, ya que siempre habr¨¢ gente que seguir¨¢ viviendo igual. Pues bien, la cient¨ªfica Hope Jahren (Minnesota, 51 a?os), una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo seg¨²n la revista Time y ganadora de tres premios de geobiolog¨ªa Fulbright, piensa lo contrario. La experta hace honor a su nombre y se muestra esperanzada en su nueva obra, El af¨¢n sin l¨ªmite (Paid¨®s, 2020), en la cual explica c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª y c¨®mo salir de esta. Para ella, a pesar de la impotencia que siente la humanidad frente al exceso que sufre el mundo, todav¨ªa hay tiempo para actuar con iniciativas no m¨¢s ambiciosas que ducharse con agua fr¨ªa. La clave es compartir y consumir menos para alcanzar un equilibro. ¡°Puede que todo lo que te acabo de contar te parezca una tarea imposible, pero [...] la historia nos ense?a que todos esos retos quedaron m¨¢s que conquistados, [...] a pesar de que al principio se los considerara tan rid¨ªculos como imposibles¡±, escribe Jahren poco antes de poner su punto final. Ahora, nos toca empezar.
Pregunta. Pero, ?por d¨®nde?
Respuesta. Primero, por entender bien lo que es el cambio clim¨¢tico. No es algo que ya haya sucedido y punto. No es algo que hayan hecho las industrias o los gobiernos. Es algo que hemos creado nosotros. Es la suma de todas nuestras vidas en una misma ecuaci¨®n. Por eso creo que es importante empezar por ellas, por mirar en nuestra casa lo que ha cambiado y si de verdad nos gusta la manera en la que estamos viviendo. ?De verdad necesito todo esto? ?No estar¨¦ comprando demasiado? Ser¨ªa un buen comienzo. Hemos visto claramente que los grandes acuerdos [Kioto o Par¨ªs, por ejemplo] no funcionan, por eso hay que partir de nosotros mismos.
¡°El calentamiento global no es algo creado por industrias o gobiernos, lo hemos creado nosotros mismos¡±
P. Pero no todo el mundo tiene la voluntad de actuar o la oportunidad de informarse. ?C¨®mo hacer que esta gente sepa y act¨²e?
R. He escrito un libro sobre ello, por lo que creo que los libros pueden ayudar mucho. Pero tambi¨¦n pienso que la gente puede elegir lo que le importa y hacerse las preguntas adecuadas. Por ejemplo, para la gente es f¨¢cil comparar su vida de ahora con su infancia [c¨®mo hace ella en su obra]. Ver si en el supermercado de la esquina los alimentos est¨¢n al mismo precio que hace 30 a?os, si hay tantos como antes o m¨¢s, o si ya no hay hielo en ese lugar donde antes sol¨ªa haberlo.
P. ?A?adir el cambio clim¨¢tico en las clases de historia para los ni?os lo ve usted c¨®mo una soluci¨®n, dado que son ellos los que se enfrentar¨¢n a esto?
R. Por supuesto. Creo que es crucial ense?arles lo que es el cambio clim¨¢tico, pero hay que tener mucho cuidado. No hay que transmitirles ansiedad, porque hemos visto en la historia que las personas no act¨²an bien cuando tienen miedo. Tenemos que decirles que es su desaf¨ªo, el desaf¨ªo de su generaci¨®n al igual que las anteriores tuvieron otros combates. Hay que demostrarles que confiamos en ellos y que les damos las herramientas para superarlo. Es esencial darles una visi¨®n positiva y esperanzadora, insistir en que no est¨¢n solos y que, sobre todo, es posible cambiar las cosas.
P. Y para cambiar las cosas, ?de verdad piensa que nuestras peque?as acciones pueden influir en las industrias o autoridades que toman las grandes decisiones?
R. Claro. Funciona as¨ª. Si empezamos a consumir carne una vez por semana en nuestras casas y en nuestros colegios, los gobiernos locales empezar¨¢n a hacerse preguntas. Los comercios reaccionan ante la demanda y no son ellos los que te van a decir ¡°no consumas m¨¢s¡±, ¡°no cojas este vuelo¡± o cualquier otra cosa parecida, porque as¨ª no ganar¨ªan dinero. Por eso tenemos que empezar nosotros, desde nuestras peque?as vidas, y cambiar nuestros h¨¢bitos y nuestro estilo de vida para que ellos respondan y se adapten. En el otro sentido, ya vemos que no funciona.
¡°Si empezamos a consumir carne una vez por semana, los gobiernos empezar¨¢n a hacerse preguntas¡±
P. ?Cu¨¢l es el mayor obst¨¢culo que nos impide tomar decisiones y cambiar nuestros estilos de vida?
R. El mayor problema es que queremos hacer todos lo mismo, seguir modas, y los mensajes como ¡°el poder del veganismo¡±, por ejemplo, van en ese sentido. Sin embargo, yo creo que hay muchas otras posibilidades entre dos extremos y cada uno puede elegir su convicci¨®n y desde d¨®nde quiere actuar. Para alguien que vive en una ciudad, como Madrid, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil dejar de usar el coche, mientras que para otra persona, quiz¨¢s ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil dejar de comer carne. Todo depende de tus necesidades y de lo que te importa.
P. Pero es complicado para el ciudadano aspirado por un mundo en constante progreso que no deja de proponerle mayor confort y cosas nuevas. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s f¨¢cil que le podemos pedir?
R. Que hable del tema con sus amigos y su familia para que tome conciencia del problema. Con mi libro no pretendo decirle a la gente lo que debe hacer, pero me gustar¨ªa que cada cual mirase lo que tiene, su actividad diaria, la energ¨ªa que consume, c¨®mo vive y que se diera cuenta de c¨®mo ha cambiado la vida en los ¨²ltimos a?os. Que pregunten a sus abuelos c¨®mo era entonces, c¨®mo fue cuando apareci¨® el primer tel¨¦fono, por ejemplo. Y poco a poco, con el di¨¢logo, ver¨¢n lo que es importante y que todos esos datos globales que doy en el libro son, en realidad, los n¨²meros de sus vidas, de su d¨ªa a d¨ªa.
¡°Hay que compartir, s¨ª, pero es mucho m¨¢s importante cambiar el modo en que gastamos y tiramos la comida¡±
P. Habla mucho en su libro de la importancia de compartir para equilibrar el planeta, ?cree que es realmente posible en un mundo regido por un af¨¢n sin l¨ªmite?
R. Es cierto que hablo de compartir, pero creo que es mucho m¨¢s importante cambiar el modo en que gastamos y tiramos la comida. Consumimos siempre m¨¢s y m¨¢s; tanto que, ahora, lo que producimos y compramos, es para malgastarlo. Insisto mucho en que la pobreza del mundo no existe porque somos demasiados o porque la Tierra tiene l¨ªmites, sino porque no compartimos. Si todo lo que tir¨¢semos lo guard¨¢semos, podr¨ªamos dar de comer a todas las personas que habitan hoy el planeta. Y eso tambi¨¦n hay que transmit¨ªrselo a la nueva generaci¨®n, decirle que es una ecuaci¨®n, como el dos m¨¢s dos son cuatro, y por eso podemos triunfar ante el cambio.
P. ?A qui¨¦n admira usted, o a quien considera un referente para esta transici¨®n?
R. No sonar¨¢ muy atractivo, pero son todos esos trabajadores del campo, esos agricultores que permiten que tengamos los datos, que toman la temperatura, que cuentan cu¨¢ntos pollos hay y cu¨¢ntos salen, qui¨¦n los compra y c¨®mo se env¨ªan, cu¨¢ntas mazorcas de ma¨ªz se han recogido este a?o en comparaci¨®n con el anterior, etc¨¦tera. Para m¨ª son ellos los h¨¦roes del cambio clim¨¢tico, porque sin ellos no podr¨ªamos entender lo que est¨¢ ocurriendo.
¡°La covid nos ha demostrado que podemos cambiar de modo de vida. El ser humano act¨²a cuando no tiene alternativa¡±
P. ?Y cree que la crisis por el nuevo coronavirus nos puede aportar algo para afrontarla?
R. Pues contestar¨¦ con una an¨¦cdota que creo ilustra mi respuesta. Me llamaron en enero para que fuese a una conferencia y como no me gusta volar les ped¨ª que lo hici¨¦semos por videollamada y fue bien. Pero ellos me preguntaron si de verdad pensaba que este m¨¦todo digital iba a sustituir lo presencial y si la gente iba a parar de coger aviones para asistir a las reuniones. Con esto quiero decir que la covid nos ha demostrado que podemos cambiar muy r¨¢pidamente de modo de vida y que nos podemos adaptar a las situaciones. El ser humano act¨²a cuando no tiene alternativa.
P. ?C¨®mo se imagina el mundo dentro 50 a?os?
R. No ser¨¢ el mundo perfecto, pero s¨ª creo que habremos mejorado. Creo que la globalizaci¨®n ayudar¨¢ a que todos y cada uno act¨²en en funci¨®n de los intereses de su pa¨ªs, pero con una visi¨®n colectiva.
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