Antoni Guti¨¦rrez-Rub¨ª: ¡°Isabel D¨ªaz Ayuso ha sabido componer una campa?a audaz¡±
El asesor de comunicaci¨®n, que publica un ensayo sobre arte y activismo, sostiene que la pol¨ªtica har¨¢ mal si renuncia a las emociones desde una superioridad moral
El zapato es un arma cargada de futuro. A finales de 2008, un periodista iraqu¨ª arroj¨® su zapato durante una rueda de prensa en Bagdad, en protesta por la invasi¨®n de Irak. En noviembre de 2019, un artista colg¨® 440 pares en las paredes de un edificio en Estambul, como homenaje a las v¨ªctimas de violencia machista. Un a?o antes se colocaron 4.500 zapatos frente a las instituciones europeas, en Bruselas, recordando a los palestinos asesinados por Israel. Antoni Guti¨¦rrez-Rub¨ª (Barcelona, 60 a?os) recoge centenares de historias de ese estilo en un ensayo, ARTivismo (Editorial UOC). Y de la an¨¦cdota a la categor¨ªa: ¡°La renovaci¨®n de los lenguajes pol¨ªticos, con el injerto art¨ªstico y la dimensi¨®n digital, puede refrescar no solo la comunicaci¨®n pol¨ªtica, sino la misma pr¨¢ctica pol¨ªtica¡±, dice en una conversaci¨®n en un c¨¦ntrico caf¨¦ de la capital. Tras los broncos debates electorales madrile?os ¡ªel ¨²ltimo, este viernes en la SER, acab¨® abruptamente cuando la candidata de Vox puso en duda la amenaza de muerte que ha recibido Pablo Iglesias¡ª, se hace dif¨ªcil ver arte en esa campa?a; se acuerda uno m¨¢s de Maquiavelo (¡°cuando el pueblo ya no conf¨ªa en nadie (¡) acaece necesariamente la ruina¡±). Pero este consultor pol¨ªtico reivindica el zapato y el artivismo como armas cargadas de futuro: ¡°Los lenguajes art¨ªsticos, por su capacidad evocadora, conmovedora y movilizadora, son una energ¨ªa que la pol¨ªtica no puede ignorar si quiere transformar los sue?os en mayor¨ªas¡±, dice.
PREGUNTA. ?D¨®nde est¨¢ el arte en la campa?a madrile?a?
RESPUESTA. La publicidad y el marketing electoral han sido los lenguajes habituales de la comunicaci¨®n pol¨ªtica. Pero el big data, la inteligencia artificial y la tecnolog¨ªa ofrecen grandes oportunidades: se puede hacer segmentaci¨®n electoral, elegir qu¨¦, c¨®mo y cu¨¢ndo comunicar con m¨¢s precisi¨®n. Hoy los electores son m¨¢s refractarios a la invasi¨®n de la publicidad y el marketing electoral: hay que persuadirlos, no bombardearlos. Sobre todo despu¨¦s de la crisis de confianza que avanza inexorable desde 2008, y que gener¨® una oleada de protestas de enorme plasticidad como el 15-M, que ejemplifica el caso espa?ol.
P. ?Qu¨¦ propici¨® el 15-M?
R. Sum¨® activismo, nuevas capacidades tecnol¨®gicas y el uso de lenguajes art¨ªsticos que se han colado en la comunicaci¨®n pol¨ªtica, como se ve en todas y cada una de las campa?as. Esa es la semilla del artivismo, de la que brotan cinco ejes. Uno: el espacio p¨²blico como p¨¢gina en blanco, las concentraciones como explosi¨®n de creatividad. Dos: el uso mordaz del humor, de la mofa pol¨ªtica, a lo Dario Fo. Tres: el elemento coral, con la evoluci¨®n desde las manifestaciones detr¨¢s de una pancarta a la multitud de pancartas. Cuatro: el off/on; protestas que nacen en el m¨®vil y se expresan en la calle para acabar teniendo una larga vida en redes sociales, o viceversa, el activismo que se expresa en la calle y que se viraliza cuando pasa a las pantallas. Y cinco: el toque festivo, participativo a pesar de las dificultades, el triunfo de las causas pol¨ªticas m¨¢s que de las casas, de las marcas pol¨ªticas.
P. No se ve mucho ambiente festivo en la campa?a.
R. Las campa?as ya no dependen de las candidaturas con los mejores y m¨¢s temidos spin doctors. Sigue siendo importante, pero lo decisivo es generar una din¨¢mica que vaya m¨¢s all¨¢ del candidato y de su partido. En Madrid estamos viendo una campa?a con una gran fidelidad a las estrategias electorales: por eso los electores sospechan que el resultado est¨¢ cantado. Las elecciones est¨¢n girando alrededor de D¨ªaz Ayuso, que ha sabido componer una campa?a audaz, con una idea libertaria que conecta con otros movimientos fuera de Espa?a. Las ideas de justicia e igualdad est¨¢n siendo desplazadas por la de libertad. Eso est¨¢ calando: cuando los electores tienen la sensaci¨®n de que la pol¨ªtica invade demasiado su vida en forma de regulaci¨®n, pero tambi¨¦n de lucha cultural, las ideas libertarias se abren paso.
P. ?No hay m¨¢s t¨¢ctica que estrategia por la efervescencia de figuras como Redondo o Rodr¨ªguez?
R. La pol¨ªtica espa?ola est¨¢ adquiriendo un punto demasiado dram¨¢tico. Se ha puesto en manos de hiperliderazgos. Y los entrenadores de esos hiperl¨ªderes, los spin doctors, han cobrado un protagonismo excesivo. Iv¨¢n Redondo calcula bien y destaca en el control de los tiempos. Miguel ?ngel Rodr¨ªguez no se amilana; su arrojo y energ¨ªa movilizan. Esas virtudes se convierten en defectos si se usan en exceso. Un punto de moderaci¨®n nos vendr¨ªa estupendamente.
P. ?Espa?a est¨¢ m¨¢s polarizada que otras democracias?
R. La polarizaci¨®n es general. Quiz¨¢ aqu¨ª el peor rasgo es una mala gesti¨®n de la diversidad: hay distintas maneras de ser espa?ol, y no hemos sido capaces de digerir bien la diversidad. Eso se traduce en la incapacidad de amplias capas de la poblaci¨®n para aceptar el hecho nacionalista. Espa?a ha respondido a los nacionalismos exacerbados sacando el nacionalismo espa?ol. Acci¨®n-reacci¨®n: ese nacionalismo espa?ol estaba ah¨ª y se ha despertado como contrapunto a los excesos de otros nacionalismos. Lo grave es que el nacionalismo suele ser rentable electoralmente, al menos a la corta. En otros pa¨ªses adopta distintas formas relacionadas con dificultades irresueltas.
P. David Runciman escribi¨® As¨ª termina la democracia. Levitsky y Ziblatt han publicado el influyente C¨®mo mueren las democracias. ?El tono f¨²nebre est¨¢ justificado?
R. Los anglosajones combinan y suman mejor: frente a la pol¨ªtica latina, que tiende a querer ganar por KO y genera sociedades crispadas, en EE UU cuando ganan los dem¨®cratas fichan a asesores republicanos, y viceversa. Esa tolerancia mutua era muy beneficiosa: la paradoja es que incluso en las democracias anglosajonas eso tiende a la extinci¨®n, como demuestran Trump y el Brexit. En Am¨¦rica Latina el problema es otro. La pandemia va a desclasar a 100 millones de personas. Vamos hacia sociedades muy fragmentadas y desiguales. Esa inestabilidad es peligrosa y chispeante: desde el punto de vista de la comunicaci¨®n pol¨ªtica, Latinoam¨¦rica es un enorme fresco en el que suceden cosas incre¨ªbles. Es un drama.
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