Las opciones del presidente

Las coaliciones de gobierno no son selecciones de f¨²tbol donde los jugadores van a pasear juntos fuera del campo, pero s¨ª es imprescindible que sus miembros respeten una regla: ni se dan sorpresas unos a otros ni se exigen disculpas o dimisiones p¨²blicas. Cuando esa norma se rompe, los reproches proliferan y las votaciones parlamentarias son adem¨¢s una permanente tortura; de sobresalto en sobresalto, los ciudadanos empiezan a experimentar un cierto malestar, que se refleja en las encuestas, y los pol¨ªticos afectados, a plantearse cu¨¢les son las opciones y las herramientas de que disponen para afrontar esa situaci¨®n.

El cat¨¢logo no es muy amplio, pero ofrece como m¨ªnimo una alternativa. Cuando se produce un desgaste acusado del Ejecutivo o de la actividad parlamentaria, se puede anticipar las elecciones generales o plantear una cuesti¨®n de confianza que permita identificar un proyecto pol¨ªtico com¨²n y que obligue a cada socio a posicionarse frente a lo que quede de legislatura.

Quedarse quieto es tambi¨¦n una opci¨®n, pero posiblemente la m¨¢s arriesgada. En el actual escenario pol¨ªtico, exige tener mucha confianza en que apurar el plazo electoral permitir¨¢ a Yolanda D¨ªaz construir una alternativa plausible a Unidas Podemos y, sobre todo, que Pedro S¨¢nchez podr¨¢ recuperar confianza y autoridad, aprovechando su asistencia a la cumbre del G-20 en Nueva Delhi y la presidencia de turno de la Uni¨®n Eu?ropea, en julio de 2023. Y tambi¨¦n que el PSOE ser¨¢ capaz en esos meses de animar a un electorado socialista cuyo grado de movilizaci¨®n ser¨¢ posible calibrar en las inmediatas elecciones auton¨®micas andaluzas.

A la espera de esos datos, lo que las encuestas muestran es que existe malestar en el electorado de izquierda, provocado por factores muy distintos, pero que impiden que el Gobierno le haga llegar con claridad los beneficios que proporcionan decisiones como la reforma laboral (con una bajada notable de la precariedad), la recuperaci¨®n de un papel relevante en la UE o la mejora, pese a todo, del escenario pol¨ªtico catal¨¢n. Uno de los factores m¨¢s evidentes de esa escasa movilizaci¨®n socialista procede, sin duda, de la falta de percepci¨®n de un Gobierno unido, dispuesto a desarrollar sin vacilaci¨®n una hoja de ruta en el a?o y medio que queda de legislatura. Falta un marco pol¨ªtico com¨²n y sobra la percepci¨®n de que se cuenta solo con aliados de coyuntura, que mezclan problemas.

La dificultad para que los ciudadanos identifiquen un proyecto b¨¢sico, centrado en la necesaria modernizaci¨®n del pa¨ªs, se junta adem¨¢s, en demasiadas ocasiones, con una falta de explicaci¨®n racional de las decisiones pol¨ªticas (como sucedi¨® respecto al S¨¢hara Occidental). Tampoco ayudan a disipar el malestar las guerras culturales en las que cae el Gobierno, alejadas de los intereses reales de los ciudadanos y m¨¢s destinadas a provocar antagonismos que a generar consensos, como la batalla en torno al movimiento feminista, que ha quedado roto y perplejo frente a las exigencias del empuje queer, respaldado por La Moncloa. La facilidad con la que el Gobierno se deja enredar en inc¨®modas batallas en las que se termina expidiendo una especie de carn¨¦ de ¡°apto para votar izquierda¡± no ha ayudado a movilizar a su potencial electorado.

La alternativa a adelantar las elecciones generales ser¨ªa solicitar la cuesti¨®n de confianza, prevista en el art¨ªculo 112 de la Constituci¨®n: ¡°El presidente del Gobierno, previa deliberaci¨®n del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Dipu?tados la cuesti¨®n de confianza sobre su programa o sobre una declaraci¨®n de pol¨ªtica general¡±. La confianza se entender¨¢ otorgada cuando vote a favor la mayor¨ªa simple de los diputados, y si no se alcanzara, dar¨ªa lugar a la convocatoria de unas elecciones anticipadas. Pero habr¨ªa obligado antes a que todos los socios de investidura se pronunciaran con claridad sobre sus objetivos pol¨ªticos. ?Existe un proyecto com¨²n o no? ?Quieren que se complete la legislatura o no? Si se otorgara la confianza, el Gobierno y su presidente quedar¨ªan fortalecidos y se abrir¨ªa un espacio de 15 meses de intensa actividad pol¨ªtica en los que el nuevo liderazgo del Partido Popular no lo tendr¨ªa f¨¢cil. Pero incluso si no lo consigue, el presidente habr¨ªa reforzado su proyecto y obligado a cada uno a asumir su propia responsabilidad.

Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.