?Podemos aprender a controlar nuestros sue?os?
Varias investigaciones apuntan caminos para intentar influir en lo que so?amos y encuentran aplicaciones pr¨¢cticas
Elegir cada noche un argumento. Escribir el guion con arreglo a las leyes de la dramaturgia. Construir personajes m¨¢s o menos s¨®lidos. Entrar y salir de la trama a discreci¨®n. Y todo eso mientras dormimos, so?ando como si estuvi¨¦ramos despiertos. La utop¨ªa de controlar los sue?os nunca ha estado tan cerca.
Cuando durante un sue?o sabemos que estamos so?ando, estamos teniendo un sue?o lucido. La ciencia dice que la capacidad de tener sue?os que uno vive intensamente, pero sabe que est¨¢ so?ando, se puede inducir y hasta entrenar. En YouTube abundan los tutoriales para aprender, aseguran que en cuatro f¨¢ciles pasos, a so?ar de un modo consciente. La psic¨®loga Montse Fern¨¢ndez calcula que se necesitar¨ªan al menos seis meses de entrenamiento para alcanzar cierto grado de consciencia en los sue?os.
La primera referencia a los sue?os l¨²cidos se encuentra en Los tratados aristot¨¦licos sobre el sue?o. Hoy sabemos que casi todos, de un modo u otro, hemos so?ado as¨ª alguna vez. Las cifras var¨ªan en los diferentes estudios: el trabajo ¡°Is It a Good Idea to Cultivate Lucid Dreaming?¡± (?Es una buena idea cultivar sue?os l¨²cidos?), publicado en Frontiers in Psychology en 2019 apunta que a lo largo de la vida las personas tienen al menos un sue?o l¨²cido, un 11% de privilegiados experimenta uno o dos cada mes.
En 2017 un equipo de investigaci¨®n de las universidades de Mannheim y Heidelberg, ambas en Alemania, estim¨® que el 51% de la poblaci¨®n hab¨ªa tenido experiencias on¨ªricas muy v¨ªvidas, y un 20%, una vez al mes. El trabajo apuntaba que a partir de los tres o cuatro a?os de edad se experimentaban muchos sue?os l¨²cidos, en la adolescencia empezaban a declinar y a partir de los 25, casi desaparec¨ªan.
Pero, ?c¨®mo y cu¨¢ndo tenemos sue?os l¨²cidos? Un art¨ªculo de la revista Medical News Today reun¨ªa en marzo pasado varios testimonios. Un so?ador l¨²cido contaba que el episodio sol¨ªa ocurrirle cuando se estaba despertando o se intentaba dormir tras un breve despertar. Dec¨ªa estar tan entrenado que pod¨ªa elegir ¡°por capricho¡± el realismo e intensidad de sus enso?aciones, siempre que a¨²n estuviera en ese limbo entre el sue?o y la vigilia. Otras personas contaron que se despertaban inmediatamente cuando eran conscientes de estar so?ando, mientras que otros dijeron que ese era el momento de manipular la narrativa de sus sue?os, y cambiar tramas y personajes para mejorar el final. Como la mayor¨ªa de los sue?os, las experiencias l¨²cidas ocurren durante la fase REM, cuando se suceden r¨¢pidos movimientos oculares.
Determinar si estas personas estaban totalmente dormidas cuando experimentaban esos niveles de lucidez ha sido uno de los puntos m¨¢s pol¨¦micos de las investigaciones. En los a?os 70 el profesor Stephen LaBerge, psicofisi¨®logo de la Universidad de Stanford, era del bando esc¨¦ptico, pero a?os m¨¢s tarde encontr¨® a varios so?adores l¨²cidos dispuestos a dormir en su laboratorio con sensores pegados al cuerpo, incluidos los p¨¢rpados. El experimento, publicado en Nature Communications en 2018, demostr¨® que estas personas eran capaces de obedecer ¨®rdenes sencillas haciendo movimientos oculares sin despertarse. En la cama el cuerpo segu¨ªa dormido, pero en el territorio de los sue?os pasaban cosas: los ojos se mov¨ªan veloces para ejecutar las ¨®rdenes de los cient¨ªficos. En un estudio de 2021 realizado por Karen Konkoly, investigadora de la Universidad de Northwestern, los so?adores l¨²cidos fueron capaces de resolver una operaci¨®n matem¨¢tica sencilla mientras dorm¨ªan.
En 2023 hemos entrado en otra fase: ?podemos aprender a tener sue?os l¨²cidos? ?es posible entrenar para que sean m¨¢s frecuentes? ?conseguiremos controlar sus contenidos? Montse Fern¨¢ndez que dirige el Centro de Psicolog¨ªa AWEN de Barcelona, explica por tel¨¦fono que durante un sue?o l¨²cido se crea una disociaci¨®n: por un lado, la mente est¨¢ viviendo una experiencia, por otro el cuerpo sabe que est¨¢ seguro, en la cama. ¡°Hay conciencia de esa disociaci¨®n y uno dirige su pel¨ªcula. Digamos que hay dos niveles en esta t¨¦cnica, el primero es ser consciente durante los sue?os, el segundo, poder dirigir sus contenidos hacia unos objetivos, por ejemplo, curar una fobia o desbloquear un miedo¡±.
El mayor estudio sobre el asunto, The International Lucid Dream Induction Study (El estudio internacional sobre inducci¨®n al sue?o l¨²cido; sin edici¨®n en espa?ol), responde con un s¨ª m¨¢s o menos rotundo a alguna de estas preguntas. Su coordinador Denholm Aspy, un investigador de la Universidad de Adelaida (Australia), prueba la efectividad de cinco t¨¦cnicas de inducci¨®n de sue?os l¨²cidos. Es curioso que las m¨¢s efectivas coincidan en despertar al durmiente en la hora n¨²mero cinco del sue?o, y luego intentar que se vuelva a dormir.
La fascinaci¨®n por los sue?os l¨²cidos no es solo curiosidad intelectual, los investigadores les han encontrado aplicaciones pr¨¢cticas, como las que se demostraron en el estudio publicado en Journal of Sports Science en 2016 que aseguraba que las personas del experimento que durante un sue?o l¨²cido lanzaban dardos mejoraban su rendimiento cuando practicaban despiertos. En otra investigaci¨®n, una terapia de afrontamiento durante un episodio de sue?o l¨²cido demostr¨® ser eficaz para aliviar las pesadillas persistentes, aquellas que se repiten al menos una vez por semana. Un trastorno que afecta al 6% de los adultos.
Ahora el profesor LaBerge es un convencido de que so?ar sabiendo que estamos so?ando es una habilidad que se puede y se debe entrenar. Para controlar los sue?os propone tres t¨¦cnicas. La primera, actualizar un diario de sue?os donde, al despertar, se describa con detalle todo lo so?ado. ¡°Incluso si piensas que nunca sue?as, date tiempo. Eres un so?ador. Todos lo somos¡±, escribe el profesor por correo electr¨®nico. Su teor¨ªa es que recordar los sue?os es una competencia que mejora con la pr¨¢ctica diaria.
La segunda t¨¦cnica es fijarse y ser consciente de cu¨¢les son las tem¨¢ticas o las personas que aparecen en nuestras enso?aciones. Especialmente los que no responden a un razonamiento l¨®gico. Por ejemplo, el ni?o de tu clase de tercero al que nunca has vuelto a ver. Seg¨²n el profesor, son se?ales ¨²tiles para saber que est¨¢s so?ando porque no est¨¢n en tu vida cuando est¨¢s despierto. Por ¨²ltimo, LaBerge recomienda establecer una intenci¨®n, por ejemplo, decirse a uno mismo: esta noche cuando aparezca el chico de tercero sabr¨¦ que estoy so?ando.
En su macroestudio Denholm Aspy advierte de que la habilidad de entrar en un sue?o l¨²cido depende de factores tan dispares como el tiempo que pasemos durmiendo, la energ¨ªa que dediquemos a recordar lo so?ado (mejora con la pr¨¢ctica), y la dieta (en algunos estudios, los alimentos ricos en colina como los huevos, el salm¨®n, el bacalao, o las coles de Bruselas aumentaron la frecuencia de este tipo de sue?os).
En sus experimentos las personas con frecuentes sue?os l¨²cidos son tambi¨¦n aquellas que pueden recordar mejor lo que sue?an. La meditaci¨®n y el mindfulness parecen favorecer las enso?aciones l¨²cidas. La idea es que mientras m¨¢s atentos estemos durante el d¨ªa m¨¢s probable ser¨¢ que identifiquemos que estamos so?ando mientras dormimos. Montse Fern¨¢ndez a¨²n no ha tratado a ning¨²n paciente a trav¨¦s de un sue?o l¨²cido, pero s¨ª les hace anotar los sue?os. ¡°Es una herramienta potente para detectar patrones¡±, dice. Y a?ade: ¡°Cualquier ejercicio que permita estar m¨¢s presente es un buen entrenamiento para so?ar de un modo consciente¡±. La psic¨®loga anima a dejar 15 minutos el piloto autom¨¢tico y cita un mantra muy usado entre los so?adores s¨¦niors: para estar l¨²cido de noche hay que vivir l¨²cido de d¨ªa.
Si consideramos que pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo, y so?amos cada noche durante dos horas, no parece mala idea esforzarnos por saber qu¨¦ nos pasa durante todo ese tiempo.
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