La tecnolog¨ªa progresa, el pensamiento retrocede
El mundo parece incapaz de avanzar en otro dominio que no sea el cient¨ªfico-t¨¦cnico, que nos conduce a guerras mort¨ªferas y a la crisis ecol¨®gica
Medianoche en el siglo: cuando Victor Serge public¨® el libro con este t¨ªtulo, en 1939, el a?o del pacto germanosovi¨¦tico y del desmembramiento de Polonia, era efectivamente medianoche, y una noche irreversible iba a hacerse m¨¢s densa y a prolongarse durante cinco a?os.
?Acaso no es medianoche en nuestro siglo? Hay dos guerras activas. La de Ucrania ya ha movilizado la ayuda econ¨®mica y militar de una parte del mundo, y el conflicto se radicaliza y corre el riesgo de extenderse. Rusia no ha conseguido anexionarse el pa¨ªs, pero resiste en las regiones anteriormente separatistas y de habla rusa. El bloqueo la ha debilitado parcialmente, pero tambi¨¦n ha estimulado su desarrollo cient¨ªfico y t¨¦cnico, sobre todo en el ¨¢mbito militar. Esta guerra ya ha tenido consecuencias de gran alcance: la autonom¨ªa en diferentes grados del sur global respecto a Occidente y la consolidaci¨®n de un bloque Rusia-China.
Un nuevo foco de tensi¨®n se ha abierto en Oriente Pr¨®ximo tras la masacre perpetrada por Ham¨¢s el 7 de octubre de 2023, seguida de los mort¨ªferos bombardeos israel¨ªes sobre Gaza. Estas carnicer¨ªas, acompa?adas de persecuciones en Cisjordania y declaraciones anexionistas, han despertado la cuesti¨®n palestina latente. Han demostrado la urgencia, la necesidad y la imposibilidad de descolonizar lo que queda de la Palestina ¨¢rabe y de crear un Estado palestino.
Como no se est¨¢ ejerciendo, ni se ejercer¨¢, ninguna presi¨®n sobre Israel para llegar a una soluci¨®n de dos Estados, solo podemos prever una intensificaci¨®n, cuando no una ampliaci¨®n, de este terrible conflicto. Es una tr¨¢gica lecci¨®n de la historia: los descendientes de un pueblo perseguido durante siglos por el Occidente cristiano, y luego racista, pueden convertirse a la vez en perseguidores y en el basti¨®n avanzado de Occidente en el mundo ¨¢rabe.
El pensamiento se ha vuelto ciego
Estas guerras agravan la acumulaci¨®n de crisis que afectan a las naciones, alimentadas por el virulento antagonismo entre tres imperios: Estados Unidos, Rusia y China. Las crisis se refuerzan mutuamente en una especie de policrisis ecol¨®gica, econ¨®mica, pol¨ªtica, social y civilizatoria que va en aumento.
La degradaci¨®n ecol¨®gica afecta a las sociedades humanas a trav¨¦s de la contaminaci¨®n urbana y rural, empeorada por la agricultura industrial. La hegemon¨ªa del beneficio incontrolado (una de las principales causas de la crisis ecol¨®gica) est¨¢ incrementando las desigualdades en todos los pa¨ªses y en todo el planeta. Las cualidades de nuestra civilizaci¨®n se han deteriorado y sus defectos han aumentado, sobre todo por el desarrollo del ego¨ªsmo y la desaparici¨®n de la solidaridad tradicional.
Los descendientes de un pueblo perseguido pueden convertirse en perseguidores
La democracia est¨¢ en crisis en todos los continentes: est¨¢ siendo sustituida progresivamente por reg¨ªmenes autoritarios que, dotados de medios para controlar digitalmente a las poblaciones y a los individuos, tienden a crear sociedades de sumisi¨®n que podr¨ªan calificarse de neototalitarias. La globalizaci¨®n no ha creado solidaridad y las Naciones Unidas est¨¢n cada vez m¨¢s desunidas.
Esta situaci¨®n parad¨®jica se enmarca dentro de una paradoja global propia de la humanidad. El progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico, que se desarrolla de manera prodigiosa en todos los campos, es la causa de los peores retrocesos de nuestro siglo. Este progreso fue el que permiti¨® la organizaci¨®n cient¨ªfica del campo de exterminio de Auschwitz; el que permiti¨® el dise?o y la fabricaci¨®n de armas m¨¢s destructivas, hasta la primera bomba at¨®mica; es el que hace que las guerras sean cada vez m¨¢s mort¨ªferas; es el que, impulsado por el ansia de beneficios, ha creado la crisis ecol¨®gica del planeta.
Cabe se?alar ¡ªaunque es dif¨ªcil de concebir¡ª que el progreso del conocimiento, al multiplicarse y compartimentarse mediante barreras entre las distintas disciplinas, ha provocado un retroceso del pensamiento, que se ha vuelto ciego. Ligado al dominio del c¨¢lculo en un mundo cada vez m¨¢s tecnocr¨¢tico, el progreso del conocimiento es incapaz de concebir la complejidad de lo real, y especialmente de las realidades humanas. Esto conduce a un retorno al dogmatismo y al fanatismo, as¨ª como a una crisis de la moral por el auge del odio y la idolatr¨ªa.
La ausencia de esperanza
Nos encaminamos hacia posibles cat¨¢strofes. ?Es esto catastrofismo? Esta palabra exorciza el mal y da una serenidad ilusoria. La policrisis que vivimos en todo el planeta es una crisis antropol¨®gica: es la crisis de la humanidad incapaz de convertirse en Humanidad.
Hubo un tiempo ¡ªno hace tanto¡ª en el que pod¨ªamos contemplar un cambio de rumbo. Parece que es demasiado tarde. Por supuesto, puede ocurrir lo improbable y, sobre todo, lo imprevisto. No sabemos si la situaci¨®n mundial es solamente desesperante o verdaderamente desesperada. Esto significa que, con o sin esperanza, con o sin desesperaci¨®n, debemos pasar a la Resistencia. La palabra evoca irresistiblemente la Resistencia de los a?os de la Ocupaci¨®n (1940-1945), cuyos comienzos, por lo dem¨¢s muy modestos, se vieron dificultados por la ausencia de toda esperanza previsible tras la derrota de 1940.
Los avances cient¨ªficos y tecnol¨®gicos son la causa de los peores retrocesos de nuestro siglo
La ausencia de esperanza previsible es similar en nuestros d¨ªas, pero las condiciones son diferentes. Actualmente no estamos bajo una ocupaci¨®n militar enemiga: estamos dominados por potencias pol¨ªticas y econ¨®micas formidables, y amenazados por la instauraci¨®n de una sociedad de sumisi¨®n. Estamos condenados a sufrir la lucha entre dos gigantes imperialistas y la posible irrupci¨®n b¨¦lica de un tercero. Estamos siendo arrastrados a una carrera hacia el desastre.
Fraternidad, vida y amor
La resistencia primera y fundamental es la del esp¨ªritu. Significa resistir a la intimidaci¨®n de toda mentira blandida como verdad y al contagio de toda embriaguez colectiva. Significa no ceder jam¨¢s al delirio de la responsabilidad colectiva de un pueblo o de una etnia. Exige resistir al odio y al desprecio. Impone una preocupaci¨®n por comprender la complejidad de los problemas y los fen¨®menos en lugar de ceder a una visi¨®n parcial o unilateral. Requiere investigaci¨®n, verificaci¨®n de la informaci¨®n y aceptaci¨®n de las incertidumbres.
La resistencia implicar¨ªa tambi¨¦n la protecci¨®n o la creaci¨®n de comunidades dotadas de relativa autonom¨ªa (agroecol¨®gica) y redes de econom¨ªa social y solidaria. La resistencia entra?ar¨ªa tambi¨¦n la coordinaci¨®n de asociaciones dedicadas a la solidaridad y al rechazo del odio. La resistencia preparar¨ªa a las j¨®venes generaciones para pensar y actuar en favor de las fuerzas de uni¨®n, fraternidad, vida y amor que podemos concebir como Eros, frente a las fuerzas de dislocaci¨®n, desintegraci¨®n, conflicto y muerte que podemos concebir como P¨®lemo y T¨¢natos.
La uni¨®n, dentro de nuestro ser, de los poderes de Eros y los del esp¨ªritu despierto y responsable es lo que impulsar¨¢ nuestra resistencia frente a la esclavitud, la ignominia y la mentira. Los t¨²neles no son interminables, lo probable no es lo seguro, lo inesperado siempre es posible.
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