¡®Madame¡¯ la Secretaria General: en 80 a?os solo ha habido hombres al frente de Naciones Unidas
Un grupo de 70 altas funcionarias promueve la reforma de una ONU deteriorada por derrotas pol¨ªticas e infrarepresentaci¨®n femenina
La Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU) atraviesa una situaci¨®n especialmente comprometida. Cierto es que siempre ha sido el escenario de las tensiones entre Estados Unidos, Rusia y China, con sus respectivos aliados, pero cierto tambi¨¦n que, precisamente en ese escenario, la ONU ha facilitado el di¨¢logo y las conversaciones entre los protagonistas al tiempo que pon¨ªa orden en algunos lugares remotos donde su presencia permit¨ªa la reestructuraci¨®n b¨¢sica del Estado. Y eso es lo que est¨¢ fallando. No hay comunicaci¨®n entre esas potencias, o muy poca, la ONU ha perdido prestigio en esos pa¨ªses desestructurados (basta con ver lo que ocurre en Hait¨ª) y nadie sabe bien c¨®mo salir de esa situaci¨®n, aun siendo conscientes de que el deterioro de la ONU, como s¨ªmbolo y como organizaci¨®n, representa un peligro en unos momentos especialmente inciertos en diferentes puntos del globo y, por primera vez, en la propia Europa.
El deterioro del cuerpo central de la ONU ¡ªy conviene resaltar el fracaso de las llamadas misiones de paz, como la que est¨¢ a punto de cerrarse en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo¡ª viene acompa?ado por un deterioro paralelo de algunas de las organizaciones que nacieron a su amparo, por ejemplo, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) o la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). La OMS desempe?¨® un papel bastante limitado durante la crisis de la covid. La Uni¨®n Europea, aunque reaccion¨® algo tard¨ªamente, fue desde luego mucho m¨¢s eficaz. La OMC, por su parte, sufre una crisis existencial con la ca¨ªda de la globalizaci¨®n y la renacionalizaci¨®n de las pol¨ªticas comerciales. El deterioro, o incluso retroceso, es tambi¨¦n apreciable en todo lo relacionado con la Plataforma de Beijing, la iniciativa m¨¢s importante aprobada por la ONU para promover la igualdad de g¨¦nero en todo el mundo.
Para colmo, la figura del secretario general, desempe?ada por Ant¨®nio Guterres, ha perdido brillo en los ¨²ltimos a?os. Es verdad que el secretario general de la ONU no tiene poderes ejecutivos, pero tambi¨¦n que, precisamente por eso, es muy importante que se mantenga muy activo, con una pol¨ªtica de gestos que plantee a las potencias la necesidad de dar respuestas. Y eso es lo que no ha existido durante el mandato de Guterres. De hecho, durante la crisis de Ucrania, el secretario general de la ONU estuvo pr¨¢cticamente desaparecido (ni tan siquiera se hizo presente en Kiev o Mosc¨²). Solo ha recuperado una cierta presencia internacional en la crisis de Gaza, exigiendo el alto el fuego humanitario.
Frente a este deterioro, ha surgido un grupo de 70 mujeres que han ocupado cargos relevantes en el sistema de Naciones Unidas y que critican que los organismos internacionales en general tengan una infrarrepresentaci¨®n femenina. Seg¨²n uno de los estudios realizados por este grupo (llamado GWl Voices) desde 1945 hasta hoy, solo el 13% de los cargos electos en organizaciones internacionales ha sido ocupado por mujeres. En Naciones Unidas, por ejemplo, desde 1945 se han elegido 74 hombres y 4 mujeres para ocupar el puesto de presidente de la Asamblea General. Por eso, promueven que exista una rotaci¨®n por g¨¦nero, igual que existe actualmente por regiones geogr¨¢ficas, y proponen que el pr¨®ximo secretario general sea una mujer (por primera vez en 80 a?os). Madame, la secretaria general es el lema.
Entre sus principales promotoras se encuentran Helen Clark, que fue primera ministra de Nueva Zelanda y administradora del programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD); Susana Malcorra, exministra de Asuntos Exteriores de Argentina y jefa del gabinete del anterior secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; Irina Bokova, pol¨ªtica b¨²lgara que fue directora general de la Unesco, o Cristina Gallach, pol¨ªtica espa?ola que fue secretaria general adjunta de Naciones Unidas para la Comunicaci¨®n. Todas ellas, y sus 66 compa?eras, son buenas conocedoras del funcionamiento de Naciones Unidas, y todas ellas promueven la necesidad de revitalizar la organizaci¨®n con reformas que empujen el papel de la ONU como promotora de la paz, los derechos humanos, y como agente en los desaf¨ªos del cambio clim¨¢tico, nuevas tecnolog¨ªas, desarrollo sostenible y seguridad. Son fuertes y decididas y quieren luchar contra el deterioro de la ONU. Con Madame, la secretaria general al frente.
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