?Qu¨¦ es la libertad? La palabra m¨¢s usada (y maltratada) en pol¨ªtica
La libertad no es solo la ausencia de barreras y prohibiciones, como considera una buena parte de la derecha, incluidos Donald Trump, Javier Milei o Isabel D¨ªaz Ayuso. Hace falta que se den las condiciones (y algunas nos las proporciona el Estado) para que podamos ejercer nuestras libertades
Conozco un pueblo en el sur de Ucrania en el que todas las casas han quedado destruidas por los proyectiles o las bombas. Incluso las ruinas est¨¢n llenas de agujeros de bala. Posad-Pokrovske, en la regi¨®n de Jers¨®n, sufri¨® la ocupaci¨®n de los rusos durante la mayor parte de 2022, hasta que el ej¨¦rcito ucranio los expuls¨®.
Hace un a?o estuve all¨ª y conoc¨ª a Mariia. Viv¨ªa en una caba?a de chapa ondulada detr¨¢s de los escombros en que se hab¨ªa convertido su casa, con sus pertenencias pulcramente ordenadas, las botellas de agua en fila y los cables del generador bien escondidos. Estaba orgullosa del Gobierno ucranio y lloraba de l¨¢stima por su presidente, Volod¨ªmir Zelenski. Le parec¨ªa muy joven. Mariia tiene 86 a?os.
Cuando hablamos, en ucranio, us¨® la palabra ¡°desocupaci¨®n¡± en vez de ¡°liberaci¨®n¡±, que era la que me esperaba. Yo ten¨ªa en la mochila el borrador de un libro sobre la libertad. Lo saqu¨¦ y lo apunt¨¦.
Nos gusta pensar que, cuando llega el ej¨¦rcito debido, la gente es libre: es una liberaci¨®n. Pero eliminar el mal no es suficiente. Mariia ser¨ªa menos libre sin su vivienda provisional, que le ha proporcionado una organizaci¨®n internacional. Y ser¨¢ m¨¢s libre cuando el camino abierto entre los escombros sea lo bastante ancho para que le quepa el andador y cuando los autobuses vuelvan a circular.
Los ucranios no esperan que les llevemos la libertad. Un soldado me pidi¨® que recordara a los estadounidenses que no necesitan que les enviemos soldados. Necesitan nuestras armas porque son una herramienta m¨¢s para mantener sus posibilidades de futuro. Nadie puede llevar la libertad a nadie. Pero la libertad puede surgir de la cooperaci¨®n.
Los ucranios tienen que seguir luchando porque saben lo que significa la ocupaci¨®n rusa. Tienen todos los motivos para pensar en la libertad como un concepto en negativo, la mera eliminaci¨®n de lo que est¨¢ mal. Pero en los cientos de conversaciones que he mantenido all¨ª sobre la libertad, incluidas las charlas del ¨²ltimo mes con soldados que est¨¢n en el frente, nunca se lo he o¨ªdo decir a nadie. La libertad tiene que ver con compromisos morales y la existencia de m¨²ltiples posibilidades. Los ucranios que van en una furgoneta al frente y reconstruyen casas tambi¨¦n asocian lo que hacen a la libertad.
Cuando la gente tiene la sanidad garantizada, est¨¢ menos preocupada por el futuro, y puede cambiar mejor de trabajo
Hace poco, en las ruinas de los suburbios de J¨¢rkov, y hace un a?o, en las de la regi¨®n de Jers¨®n, me acord¨¦ de una enfermera que lleg¨® a un campo de concentraci¨®n nazi en 1945, despu¨¦s de la ¡°liberaci¨®n¡±. Escribi¨® en su diario que esa no era la palabra apropiada: pensaba que no se pod¨ªa considerar libres a los prisioneros hasta que no hubieran recobrado la salud y no hubieran resuelto sus traumas.
Por supuesto que es importante el momento en el que se expulse a los rusos de Ucrania. Y por supuesto que fue importante cuando las SS huyeron de los campos. Nadie es libre encerrado detr¨¢s de una alambrada de espino o bajo un bombardeo, ni en el pasado ni hoy en d¨ªa, ni en Xinjiang, ni en Gaza ni en ning¨²n otro lugar.
Pero la libertad no es solo ausencia del mal. La libertad es la presencia del bien. Es el valor supremo, la condici¨®n en la que elegimos y combinamos las cosas buenas y las traemos al mundo y as¨ª dejamos nuestra huella ¨²nica y personal. Es una idea en positivo.
Mientras los estadounidenses imaginen la libertad como algo en negativo, como una mera cuesti¨®n de quitarse de encima al poder, no seremos una tierra de libertad. Tendremos que escucharnos entre nosotros sobre c¨®mo el poder puede crear las condiciones para la libertad. Como dicen los conservadores, la virtud es una cosa real. Como dicen los progresistas, hay muchas virtudes, que debemos estudiar y combinar. Y, como sostienen los socialdem¨®cratas, tenemos que trabajar juntos para crear unas estructuras que nos permitan hacer esa tarea.
La libertad nos ayuda a saber gobernar. En mi opini¨®n, la libertad asume cinco formas, que conectan la filosof¨ªa con la pol¨ªtica. La primera, la soberan¨ªa, significa la capacidad de los ni?os para comprenderse a s¨ª mismos y comprender el mundo. Decimos que los Estados son soberanos, pero una pol¨ªtica que tenga la libertad como punto de partida requiere un gobierno que ayude a que las personas lo sean tambi¨¦n. La segunda, la imprevisibilidad, nos hace indisciplinados e inquietos. La tercera, la movilidad, es la multiplicidad de caminos que se abre ante nosotros en el espacio y el tiempo. La cuarta, la realidad, es lo que nos permite asirnos al mundo y cambiarlo. Y la quinta, la solidaridad, es la conciencia de que la libertad debe ser para todos.
La libertad es una tarea nacional. Se necesita la cooperaci¨®n de todos para crear personas libres
?Y qu¨¦ pasa con el hogar de los valientes? Creer que la libertad es solo negativa, solo una ausencia, es una cobard¨ªa. Cuando definimos as¨ª la libertad, dejamos sin responder un mont¨®n de preguntas dif¨ªciles: ?qui¨¦nes somos? ?Qu¨¦ nos importa? ?Por qu¨¦ estamos dispuestos a correr riesgos? Lo que estamos diciendo en realidad es que ese hueco lo va a llenar alguien o algo que nos resolver¨¢ las cosas. Un l¨ªder nos dir¨¢ lo que tenemos que pensar. Un mercado o una m¨¢quina pensar¨¢ por nosotros. O quiz¨¢ son los fundadores de la naci¨®n quienes pensaron por nosotros hace mucho tiempo.
Para poder ser libres, necesitamos que el gobierno resuelva ciertos problemas. Un gobierno es el ¨²nico capaz de parar a un invasor o acabar con un monopolio. Pero eso es solo el principio. Cuando la gente tiene la sanidad garantizada, est¨¢ menos preocupada por el futuro y tiene m¨¢s libertad para cambiar de trabajo. Cuando los ni?os pueden ir a la escuela, los adultos tienen m¨¢s libertad para organizarse la vida. Los ni?os que estudian pueden defenderse de las mentiras de los aspirantes a tiranos.
La libertad es una tarea nacional. Se necesita la cooperaci¨®n de todos para crear personas libres. Esa cooperaci¨®n se llama Gobierno. Y la libertad es una tarea generacional. Para que los ni?os crezcan libres, antes tiene que haber las instituciones y pol¨ªticas necesarias. Los ni?os no pueden crear las condiciones de su propia educaci¨®n. Ning¨²n joven puede construir las carreteras y las universidades necesarias para cumplir el sue?o americano. Siempre hay que mirar hacia adelante. Esa perspectiva, esa sensaci¨®n de que es posible un futuro mejor gracias a las decisiones del presente, es lo que hace que un pa¨ªs sea libre.
Cuando creemos que la libertad es negativa, pensamos que siempre tenemos raz¨®n. Nos separamos del mundo exterior y pensamos que eso es liberaci¨®n. Acabamos refugiados en un rinc¨®n, con otros ciudadanos que piensan igual que nosotros. Se supone que alguna fuerza exterior nos har¨¢ libres y, cuando eso no sucede, de todos modos, llamamos libertad a nuestra situaci¨®n. Tenemos una respuesta para todo: pase lo que pase, la culpa es del Gobierno. Y vivimos dentro de nuestra propia historia.
Una persona libre sabe que no hay una ¨²nica respuesta para todo ni una ¨²nica historia para todo el mundo. Cuando estaba terminando mi libro sobre la libertad, trat¨¦ de escuchar a personas que viv¨ªan en situaciones distintas de la m¨ªa. Una de ellas era Mariia, que me hizo pensar en la desocupaci¨®n, en c¨®mo pasar de lo negativo a lo positivo. Sonre¨ªa cuando me hablaba y me ofreci¨® como regalo el ¨²nico objeto hermoso que hab¨ªa rescatado de su casa en ruinas. Mir¨¦ su andador y pens¨¦ en qu¨¦ otras cosas necesitaba para ser libre.
Para ser libres tenemos que ver a otras personas y, sobre todo, ser capaces de vernos a nosotros mismos. Si entendemos la libertad como corresponde, si aprendemos las lecciones debidas de las situaciones extremas, podemos asociar la libertad al gobierno. Entonces nos esperar¨¢ ese futuro mejor: un hermoso abanico de posibilidades para personas impredecibles e indisciplinadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.