El PSOE y las mujeres cisQ+

Dice el PSOE que piensa quitar la Q del colectivo LGTBIQ+ y tambi¨¦n el plus, como si fuera un partido conservador a quien molestara el feminismo queer y en general cualquier identidad de g¨¦nero no normativa. ?Por qu¨¦ lo hacen? ?Hay alg¨²n retroceso respecto de la ley trans que estableci¨® la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero como otra de las grandes conquistas democr¨¢ticas de la izquierda de este pa¨ªs? Creo que no. Lo que pasa es que el PSOE intenta que la ley progresista que defendi¨® pueda convivir con la ideolog¨ªa de un pu?ado de mujeres cisg¨¦nero y transexcluyentes que tienen poder en el partido y que se arrogan el monopolio de la reivindicaci¨®n feminista. ?Y por qu¨¦ quieren borrar una letra? Pues para dejar claro que poseen el monopolio de la reivindicaci¨®n feminista en el partido y en la sociedad. No estamos ante una cuesti¨®n de g¨¦nero sino de poder.

Desde que la enmienda a la letra Q tuvo lugar he le¨ªdo aqu¨ª y all¨¢ que se trata de un debate que afecta a las minor¨ªas sexuales. Pero no es as¨ª. Como mujer cisg¨¦nero, la ley trans me afecta directamente porque desde que fue aprobada puedo decir que soy mujer porque me da la gana y no por ninguna determinaci¨®n biol¨®gica, igual que todas las mujeres que conozco, por cierto. De hecho, gracias a la lucha de las personas trans, sucede que ni el Estado ni ninguna otra instituci¨®n tienen el monopolio de las decisiones que los ciudadanos tomamos sobre nuestro cuerpo e identidad. De modo que esa Q es fundamental para las personas trans y tambi¨¦n para todas las dem¨¢s, pues representa una importante conquista democr¨¢tica: el derecho a vivir el g¨¦nero como una posibilidad y no como un destino. La pregunta es ?por qu¨¦ las mujeres trans resultan molestas para algunas mujeres cisg¨¦nero del entorno progresista? La respuesta es que estas mujeres transexcluyentes sienten amenazado su poder pol¨ªtico.

Sin embargo, aunque a unas pocas no les guste, resulta que las mujeres trans han ampliado de hecho (y por derecho) el sujeto pol¨ªtico del feminismo construyendo un ¡°nosotras¡± m¨¢s amplio y democr¨¢tico para todas. A pesar de ello, algunas aseguran sin pudor que poseen el monopolio de la palabra ¡°nosotras¡±. Mujeres-casta que se arrogan el poder de decidir qu¨¦ otra puede serlo y qu¨¦ otra no. En su discurso hablan de deporte y de ba?os p¨²blicos, pero lo que de verdad est¨¢n contando es que se niegan a compartir el espacio p¨²blico y el poder con las reci¨¦n llegadas. ?Y qu¨¦ argumentos utilizan para negarse a compartir espacios de poder con mujeres con sus mismos derechos solo que m¨¢s vulnerables? Pues los preferidos por el machismo de toda la vida: los pseudocient¨ªficos y pseudobiol¨®gicos. Se les dice a algunas mujeres que hay espacios que nunca ocupar¨¢n porque hay actividades que naturalmente no pueden acometer. Se les dice que su sexo biol¨®gico determina su condici¨®n social. Es de primero de feminismo, as¨ª que nadie hace ni caso.

Evidentemente, la lucha de este ¡°feminismo¡± trans?excluyente est¨¢ perdida. Con o sin Q en el PSOE, el g¨¦nero ha dejado de ser una cuesti¨®n binaria en nuestra sociedad y esa letra que pretenden borrar no habla de una minor¨ªa sexual sino de una minor¨ªa transexcluyente en el seno del PSOE. Deber¨ªan enmendar eso y dejar en paz a la letra Q.