Las divisiones sobre la Constituci¨®n europea marcan el inicio de la cumbre de la UE

El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ha dejado claro en la apertura de la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe respetarse el reparto de votos en el Consejo Europeo acordado hace tres a?os en Niza porque es fruto del "consenso pol¨ªtico". Asimismo, ha retado a pa¨ªses como Francia y Alemania a que expliquen las "razones por las que quieren romper ese equilibrio institucional". Durante su intervenci¨®n en Roma, el presidente ha dicho que el acuerdo de Niza "es lo que est¨¢ en vigor" mientras que la Convenci¨®n que redact¨® el proyecto de Constituci¨®n europea "no ten¨ªa mandato" para modificar sus disposiciones.

De esta manera, el jefe del Ejecutivo espa?ol censuraba el borrador de Constituci¨®n, que elimina el voto ponderado para el Consejo previsto en Niza, y lo sustituye por una doble mayor¨ªa donde las decisiones se aprueban con el respaldo del 50% de los Estados, que representen el 60% de la poblaci¨®n europea. El cambio beneficia a los grandes, particularmente a Alemania, y perjudica a las potencias medianas que, como Espa?a, ver¨ªan mermada su capacidad de bloquear las decisiones comunitarias.

Por ello, el primer ministro polaco, Leszek Miller, ha seguido el mismo gui¨®n que Aznar. Durante su intervenci¨®n ha recordado que Niza es fruto de "un compromiso" de todos con tres a?os de duraci¨®n y que ya ha sido "ratificado". "Y de repente o¨ªmos que es una soluci¨®n err¨®nea", ha lamentado.

En lado de los pa¨ªses que defienden un nuevo sistema de reparto del poder, el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, ha liderado con su discurso la defensa del borrador de la Convenci¨®n. "Todo el mundo tiene motivo de insatisfacci¨®n (...), pero contestar este o este otro aspecto del compromiso, conduce inevitablemente a abrir la caja de Pandora y a arriesgarnos al fracaso", ha advertido ante sus colegas.

La posici¨®n hispano-polaca no contempla de momento una soluci¨®n intermedia que pase por variar los porcentajes de la doble mayor¨ªa, ni por mercadear con el reparto de esca?os del Parlamento Europeo, seg¨²n han asegurado fuentes diplom¨¢ticas. No obstante, Aznar y Miller han apostado por el acuerdo y se han declarado dispuestos al "di¨¢logo", aunque especificando que la pelota est¨¢ en el tejado contrario. "Lo vigente es Niza", coincidieron.

El peso de los nuevos socios en la comisi¨®n

Junto a los votos del Consejo, el otro gran problema sobre la mesa de la CIG es la estructura de la Comisi¨®n Europea. En la propuesta de la Convenci¨®n, el n¨²mero de comisarios con derecho a voto quedar¨ªa limitado a quince, a partir de 2009. 15 pa¨ªses de talla media y peque?a, entre ellos gran parte de los futuros socios, no transige con la reducci¨®n del n¨²mero de comisarios y reclama mantener al menos un miembro permanente en el Ejecutivo europeo.

Austria, Finlandia y gran parte de los candidatos han manifestado en la jornada de hoy su preocupaci¨®n por esta cuesti¨®n. El canciller austriaco, Wolfgang Sch¨¹ssel, ha reivindicado el "derecho de cada uno de plantear los puntos importantes relativos a sus intereses nacionales". El presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, con voz pero sin voto en la CIG, tambi¨¦n ha secundado esta petici¨®n. Prodi ha abogado adem¨¢s por incrementar el ¨¢mbito de decisiones por mayor¨ªa cualificada, as¨ª como por clarificar las competencias del Consejo.

M¨¢s ret¨®rico ha estado el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der. "El proceso de ampliaci¨®n y la Constituci¨®n son dos caras de la misma moneda", ha dicho. "El proceso de ampliaci¨®n supera las divisiones de Europa, el proceso constitucional permite hacer funcionar una Europa ampliada. Lo vemos en el proyecto que est¨¢ ante nosotros", ha argumentado.

En cualquier caso, la previsi¨®n es que la CIG culmine sus trabajos antes de las elecciones europeas de junio y la pretensi¨®n de Italia es que la firma de esa Constituci¨®n tenga lugar en Roma, escenario hace 56 a?os del embri¨®n de la UE. La Constituci¨®n de la UE debe ser aprobada por los 25 Gobiernos antes del 1 de mayo de 2004 -fecha de entrada de los diez nuevos socios- y, posteriormente, debe ser ratificada por v¨ªa parlamentaria o refer¨¦ndum en cada uno de los Estados miembros. La negativa de uno de ellos puede bloquear todo el proceso.