El efecto anti Ahmadineyad

El ambiente electoral se est¨¢ caldeando a medida que se aproxima del d¨ªa D, el 12 de junio. La campa?a empez¨® sosa el pasado 22 de mayo. Ninguno de los tres candidatos aprobados por el Consejo de Guardianes ten¨ªa el suficiente carisma para desbancar al presidente Mahmud Ahmadineyad, un populista que a pesar de su mala gesti¨®n econ¨®mica sigue contando con el respaldo de los ultraconservadores, la poblaci¨®n rural y quienes se han enriquecido gracias a relaciones estrechas con su Gobierno.

En el campo reformista se arrastraba un cierto des¨¢nimo desde la retirada de la candidatura de Mohamed Jatam¨ª, el ex presidente que ilusion¨® a los iran¨ªes en los comicios de 1997 y luego se vio atado de pies y manos para llevar a cabo las reformas que esperaban j¨®venes, mujeres e intelectuales, sus principales apoyos. Ni siquiera el lenguaraz Mehdi Karrubi, un cl¨¦rigo de 72 a?os que en 2005 denunci¨® tongo cuando no logr¨® pasar a la segunda vuelta de las elecciones, lograba aunar a los desencantados.

La est¨¦tica Ahmadineyad

Sin embargo, la perspectiva de otros cuatro a?os bajo la est¨¦tica Ahmadineyad est¨¢ sacando a la calle a los j¨®venes y movilizando a las redes de la sociedad civil que m¨¢s han notado el retroceso durante su mandato. No es s¨®lo su inefable cazadora de un gris indefinido, que se compra por cinco euros en cualquier tienda del centro de Teher¨¢n, sino la mentalidad que simboliza. Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, con medidas sibilinas, ese hombre menudo y de apariencia inofensiva ha ido silenciando la m¨ªnima disidencia.

En la universidad, los profesores m¨¢s cr¨ªticos o m¨¢s abiertos al exterior, en lugar de ser represaliados (y provocar una ola de protestas) han sido forzados a la jubilaci¨®n anticipada. Los estudiantes rebeldes han visto rechazadas sus solicitudes para cursar estudios de m¨¢ster o de especializaci¨®n. Las redacciones de los peri¨®dicos han recibido circulares con indicaciones sobre los temas que no deben abordar. Los intelectuales han sido conminados al silencio con un par de detenciones significativas. Lo mismo las mujeres, cuyas actividades pr¨¢cticamente han pasado a la clandestinidad.

Frente a eso, los m¨ªtines del moderado Mir-Hosein Musavi se llenan de simpatizantes. Muchos de quienes hace apenas un mes dec¨ªan que no pensaban votar, expresan ahora su deseo de acudir a las urnas y respaldar un nuevo intento de cambio. Su intervenci¨®n anoche en un debate televisivo frente Ahmadineyad ha reforzado su imagen. Y lo que es m¨¢s visible, grupos de j¨®venes est¨¢n saliendo por las noches a la calle para mostrar su apoyo al candidato que promete "Un Ir¨¢n progresista con ley, justicia y libertad". Para muchos, la atm¨®sfera de relativa libertad que siempre acompa?a las v¨ªsperas electorales, es una oportunidad de divertirse. A¨²n as¨ª, no deja de ser un mensaje.