Ahmadineyad se reinventa a s¨ª mismo
La corresponsal de EL PA?S, en la quinta entrega de su diario de la campa?a, habla sobre el cambio de imagen del presidente iran¨ª cuando faltan 5 d¨ªas para las elecciones
Si todav¨ªa hay alguien que dude de las grandes posibilidades de repetir mandato de Mahmud Ahmadineyad, tiene que ver una grabaci¨®n del debate de anoche con Mehdi Karrubi. El presidente no solo logr¨® apabullar a su rival, sino que dio un giro radical a la imagen de pol¨ªtico rastrero que hab¨ªa proyectado durante su pulso con Mir-Hosein Musavi, apenas dos d¨ªas antes. Ahmadineyad centr¨® su intervenci¨®n en defender los logros econ¨®micos de su Gobierno y acab¨® con cualquier esperanza de Karrubi de conquistar a los indecisos ante las elecciones del pr¨®ximo viernes.
Desconozco si la puesta en escena fue cosa suya o de sus asesores. El caso es que Ahmadineyad aparc¨® por una vez esos trajes de color indefinido que son la imagen de marca de los revolucionarios iran¨ªes. Se present¨® con un sobrio traje de color oscuro, discretamente animado con un pin con la bandera de Ir¨¢n. Tambi¨¦n le hab¨ªan recortado el pelo y la barba. Pero sobre todo, cambi¨® su lenguaje corporal. En lugar de hablar con la mirada gacha (en signo de humildad), miraba directamente a la c¨¢mara transmitiendo confianza.
M¨¢s a¨²n, en un gesto muy profesional (y algunos dir¨ªan que "muy americano"), subray¨® sus palabras con un mont¨®n de gr¨¢ficos. Desde los supuestos descensos del paro y la inflaci¨®n hasta el aumento de capitalizaci¨®n en la Bolsa, todos los indicadores demostraban el ¨¦xito de sus pol¨ªticas econ¨®micas.
El ¨²nico cl¨¦rigo que aspira a la presidencia iran¨ª en las elecciones del pr¨®ximo viernes desaprovech¨® una ocasi¨®n de oro para exponer las debilidades y errores de la gesti¨®n de su rival durante los ¨²ltimos cuatro a?os. Apenas mencion¨® de pasada que las cifras que facilitaba el presidente (un 14% de inflaci¨®n, por ejemplo) contradec¨ªan los datos oficiales (el ¨²ltimo c¨¢lculo del Banco Central ronda el 25%). Apabullado por las estad¨ªsticas, Karrubi se perdi¨® en los meandros de la ret¨®rica y dej¨® que Ahmadineyad volviera a convertirse en el protagonista.
De nada sirvieron las advertencias lanzadas el jueves por el ayatol¨¢ Ali Jamenei. Alarmado por el cariz que la noche anterior hab¨ªa tomado el debate entre Ahmadineyad y Musavi, el l¨ªder supremo pidi¨® a los candidatos que "se mantuvieran dentro del marco religioso". La exhibici¨®n de trapos sucios a la que recurri¨® el presidente frente a su rival solo puede minar (a¨²n m¨¢s) la confianza de los iran¨ªes en la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Sin embargo, Karrubi no solo volvi¨® sobre algunas de las acusaciones contra figuras moderadas, sino que puso sobre la mesa algo a¨²n m¨¢s sagrado: las ense?anzas del ayatol¨¢ Jomeini.
"Tengo permiso especial del fallecido imam en algunos asuntos", le espet¨® a Ahmadineyad cuando este trat¨® de respaldar sus acciones con los preceptos de Jomeini. Llegados a ese punto, el presidente opt¨® por volver a los asuntos terrenales y acus¨® a Karrubi de haberse enriquecido con la pol¨ªtica. El ambiente caldeado se trasmiti¨® a la calle. Antes de que terminara el debate, los seguidores de uno y de otro llegaron a las manos en la plaza de Sarv, en el noroeste de Teher¨¢n. Varios coches acabaron en llamas.
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