Criollos sin indios y republicanos sin mestizos.- Nacionalidad e historia en el nombre de Venezuela
A lo largo del periodo colonial y del siglo XIX se sostendr¨¢n las narrativas de lo que ser¨¢ Venezuela
La primera conquista imaginaria de lo que luego ser¨ªa denominado como Venezuela fue desde la palabra. A partir del momento en que la urgencia for¨¢nea por nombrar y definir se uni¨® a la religi¨®n y a la ley, el ignoto espacio de lo que ser¨ªa Venezuela comenz¨® a ser reconocido desde la mirada europea. Esta necesidad de domesticar lo desconocido y salvaje se instituy¨® como un acontecimiento primario que le dar¨ªa cuerpo a los posteriores discursos sobre la formaci¨®n de la nacionalidad.
La toponimia ind¨ªgena da evidencia de que el espacio que se conocer¨¢ como Venezuela ya estaba nombrado antes de la llegada de los europeos. Voces como Acarigua, Coro, Cuman¨¢, Guanare o Caracas, entre otras, fueron el producto de nombres dados por oleadas de poblaci¨®n de diferentes grupos ind¨ªgenas pertenecientes a las familias ling¨¹¨ªsticas arawak, chibcha y caribe, que habitaban zonas de la regi¨®n oriental, occidental y centro costera, respectivamente. Si bien estos espacios ya reconocidos y nombrados por los vern¨¢culos ser¨ªan los puntos de partida para que los reci¨¦n llegados comenzaran una nueva reconquista, sus nombres no aparecer¨¢n en el primer mapa donde se escribir¨¢, por primera vez, el nombre de Venezuela. Considerada la primera representaci¨®n cartogr¨¢fica de lo que constituir¨¢ el occidente costero del futuro territorio venezolano, su autor, Juan de la Cosa, 1500, se valdr¨ªa del relato de los ind¨ªgenas para representar lo visto por ¨¦l. Pero en su mapa destacar¨¢n s¨®lo las denominaciones hispanas. A partir del nombre reci¨¦n inaugurado, se instaurar¨¢ en el a?ejo espacio un nuevo sentido de pertenencia que influir¨¢ notablemente en la mentalidad de los primeros pobladores de la provincia orgullosos de su herencia hispana. Este comportamiento dominante se har¨¢ continuo y ser¨¢ el origen de una silente y despreciativa actitud hacia la herencia ind¨ªgena que no tendr¨¢ punto de comparaci¨®n con el privilegio que significaba tener en la sangre herencia hispana blanca y europea. Estas dicot¨®micas visiones se ver¨¢n reforzadas en las narrativas (provinciales y nacionales) siguientes y dando cuerpo a una idea selecta de nacionalidad.
Las primeras historias de Venezuela van a recoger una memoria colectiva patria y van a concentrarse en la justificaci¨®n de la guerra y del movimiento emancipador
Patricios sin mestizos ni negros
En el temprano siglo XIX venezolano, la relaci¨®n entre escritura y color fue estrecha. En 1810, Andr¨¦s Bello, a partir de su texto, Breve Resumen de la Historia de Venezuela, procuraba mostrar un equilibrio entre lo que hab¨ªa sido la historia de la entidad con su pasado colonial y la que, ahora, en 1810, era. Para la mayor¨ªa de estos letrados, la escritura de la empresa espa?ola en la Am¨¦rica no constituy¨® ¨²nicamente el conocimiento erudito del pasado colonial y sus antecedentes, sino la necesidad de explicar qu¨¦ lugar ocupaban como sujetos hist¨®ricos identificados por la pertenencia territorial. En relaci¨®n a Bello, y su Resumen, era imperioso explicar los antecedentes de su pasado y se?alar la diferencia entre un ellos y un nosotros.
?Qui¨¦nes eran ese nosotros, se pregunta Carrera Damas al interrogar la Historia de la conquista y poblaci¨®n de la provincia de Venezuela, (Madrid, 1723) de Jos¨¦ de Oviedo y Ba?os, obra utilizada por Bello en la elaboraci¨®n de su Resumen de la Historia de Venezuela en 1810? En Oviedo y Ba?os y su obra, apunta Carrera Damas, no se dio esa correlaci¨®n entre acontecer hist¨®rico y conciencia hist¨®rica. Al igual que en Oviedo y Ba?os, nosotros eran, para Bello, los primitivos conquistadores y pobladores del territorio, -de lo cual diferenciaba a la resistencia ind¨ªgena al llamarlos "b¨¢rbaros y gandules"- con quienes la identificaci¨®n era un hecho; como buen criollo, Bello se identificaba con la metr¨®poli, sin inter¨¦s alguno por diferenciarse de ella. En su Resumen de la Historia de Venezuela hubo una clara diferenciaci¨®n entre un ellos y un nosotros; la intenci¨®n estaba en diferenciarse y en fortalecer la memoria dejada por los conquistadores y situarse como heredero de la misma. Antes del per¨ªodo que denomina de regeneraci¨®n civil de Venezuela a fines del siglo XVII, la explicaci¨®n de c¨®mo los espa?oles tuvieron que luchar contra las tribus b¨¢rbaras para lograr asentar su memoria, es un hecho a la larga de su discurso hist¨®rico. Para ¨¦l la obstinaci¨®n de estos ind¨ªgenas ind¨®mitos de 1572 que no se dejaban civilizar era la causa de los perjuicios que frenaron el progreso material y social a la poblaci¨®n constituida, exclusivamente, por esos espa?oles conquistadores y las familias que se hab¨ªan asentado en esa zona del territorio.
La Rep¨²blica justificada
Despu¨¦s de la independencia, las primeras historias de Venezuela van a recoger una memoria colectiva patria y van a concentrarse en la justificaci¨®n de la guerra y del movimiento emancipador. Estos elementos constituyeron el esp¨ªritu colectivo de los letrados, patricios y criollos que ya dominaban desde el saber y que ahora debat¨ªan qu¨¦ lugar tendr¨ªan en la nueva Venezuela como rep¨²blica. Ten¨ªan conciencia que por su naturaleza criolla estaban destinados a ser los nuevos patricios de la naci¨®n. As¨ª, en la escritura del per¨ªodo temprano de las contiendas b¨¦licas, estos letrados justificaron su transformaci¨®n convirti¨¦ndose en la cabeza de los poderes aut¨®nomos dentro de una nueva instituci¨®n de poder a la que ahora pertenec¨ªan como protagonistas. Desde su interpretaci¨®n de lo nacional se convirtieron en los constructores de un nuevo saber a partir de las nociones de patria y naci¨®n. En este per¨ªodo comenzar¨¢ la construcci¨®n del pasado nacional venezolano a partir de la herencia patria dejada por la gesta emancipadora y lo que era el territorio durante el per¨ªodo colonial, el de la rep¨²blica y, ahora, el de la nueva naci¨®n independiente de Colombia. Definir los estadios de la nacionalidad bajo la noci¨®n de patriotismo como religi¨®n de Estado fue la clave en este proceso ideol¨®gico para la escritura de la nueva historia nacional.
Como parte de la necesidad por recuperar memorias y generar modos de interpretaci¨®n, as¨ª nac¨ªa la idea patri¨®tica de una nacionalidad contenida en las primeras historias de lo que ser¨ªa la historia de Venezuela y la demarcaci¨®n de su territorio como parte de una identidad. Estas intenciones de estimular desde las narrativas del pasado la identidad y el nacionalismo para la recuperaci¨®n de la memoria colectiva, continuaron a lo largo del siglo XIX. A mediados de ese siglo, a la luz de las disputas territoriales entre la nueva rep¨²blica de Colombia y la nueva Rep¨²blica de Venezuela, unidas en 1819 y separadas violentamente en 1830, recrudeci¨® un nuevo debate a prop¨®sito de dividir la pertenencia espacial y la identidad de lo que deb¨ªa entenderse como nacional.
Dora D¨¢vila Mendoza pertenece al Instituto de Investigaciones Hist¨®ricas de la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello
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