Uruguayos y orientales: itinerario de una s¨ªntesis compleja
Los or¨ªgenes de la denominaci¨®n de la Rep¨²blica Oriental del Uruguay no son menos hist¨®ricamente complejos que aquellos de muchos otros pa¨ªses latinoamericanos, como lo revela el ensayo de Ana Frega, de la Universidad de la Rep¨²blica (Montevideo). La autora repasa la compleja geometr¨ªa de alianzas y oposiciones que marc¨® el proceso de edificaci¨®n del Estado en los decenios que siguieron a la independencia, con ¨¦nfasis en las distintas denominaciones iniciales de los ciudadanos del Estado/Rep¨²blica Oriental del Uruguay, y en la opci¨®n de 'Orientales' o 'uruguayos' que enfrentaron a pol¨ªticos e historiadores.
En 1830, tras dos d¨¦cadas de guerra contra Espa?a, Portugal, las Provincias Unidas del R¨ªo de la Plata y el Imperio de Brasil, el Estado Oriental del Uruguay inici¨® su etapa constitucional. Los territorios al este del r¨ªo Uruguay y al norte del R¨ªo de la Plata eran una frontera de tr¨¢nsito y de tr¨¢fico, un ¨¢mbito transcultural, cuyas denominaciones contemplaban un espacio geogr¨¢fico dispar y no siempre coincidente. Algunas alud¨ªan al nombre con que se conoc¨ªa alg¨²n grupo ¨¦tnico, "Banda de los Charr¨²as", por ejemplo. Otras, como "Banda Norte", "Banda Oriental" o, simplemente, la "otra Banda", ten¨ªan como punto de referencia el R¨ªo de la Plata y proven¨ªan del centro pol¨ªtico de Buenos Aires. Otras denominaciones como "Provincia del Uruguay" o "Doctrinas del Uruguay" aparec¨ªan en la cartograf¨ªa de la ¨¦poca y en informes, cartas y memorias de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Los jesuitas, en permanente tensi¨®n con las avanzadas lusitanas, fundaron a lo largo del siglo XVII pueblos misioneros en ambas riberas del alto Uruguay. Zona de conflicto entre las coronas ib¨¦ricas, la cartograf¨ªa y la literatura portuguesas tambi¨¦n registraron ese nombre. Ejemplo de ello es el poema de Jos¨¦ Basilio da Gama publicado en Lisboa en 1769 bajo el t¨ªtulo O Uraguai, sobre la expedici¨®n militar hispano-portuguesa que reprimi¨® la resistencia guaran¨ª a abandonar las Misiones Orientales, en el margen izquierdo del r¨ªo Uruguay.
Mencionado como 'Uruay' despu¨¦s de la expedici¨®n de Sebasti¨¢n Gaboto, a fines del siglo XVII se fue generalizando la denominaci¨®n Uruguay para el r¨ªo
Revoluci¨®n del R¨ªo de la Plata
Mencionado como "Uruay" despu¨¦s de la expedici¨®n de Sebasti¨¢n Gaboto, a fines del siglo XVII se fue generalizando la denominaci¨®n Uruguay para el r¨ªo. Los estudiosos no se han puesto de acuerdo acerca de la traducci¨®n de esa voz de origen guaran¨ª. Entre otros significados se mencionan "r¨ªo del pa¨ªs donde habita el p¨¢jaro ur¨²" (F¨¦lix de Azara), "r¨ªo de los caracoles" (Fray Antonio Ruiz de Montoya), "r¨ªo de los p¨¢jaros pintados", "cola del agua" o "cola del p¨¢jaro ur¨²".
Fue durante la Revoluci¨®n del R¨ªo de la Plata que esa banda oriental se transform¨® en provincia. Jos¨¦ Artigas encabez¨® un movimiento en favor de la "soberan¨ªa particular de los pueblos" del antiguo Virreinato del R¨ªo de la Plata. Un Congreso celebrado en abril de 1813 resolvi¨® la constituci¨®n de "una provincia compuesta de pueblos libres" cuyo nombre ser¨ªa "Provincia Oriental", comprendiendo el territorio "que ocupan estos Pueblos desde la Costa oriental del Uruguay hasta la fortaleza de Santa Tereza". En la lucha revolucionaria, la invocaci¨®n al Oriente adquiri¨® fuerza simb¨®lica. De ser nombrado "Jefe de los Orientales", referencia militar y geogr¨¢fica de las tropas que comandaba, Artigas pas¨® a encabezar un movimiento que impulsaba ideas federales y de igualitarismo social en la regi¨®n platense, extendiendo su influencia a Entre R¨ªos, Corrientes, Santa Fe, C¨®rdoba y Misiones, en la actual Rep¨²blica Argentina. Orientales fue la denominaci¨®n de una corriente enfrentada al Directorio de las Provincias Unidas, con sede en Buenos Aires. Esas connotaciones pol¨ªticas de lo que originalmente pod¨ªa ser un gentilicio fueron afirmadas por sus opositores, quienes asociaron el "tiempo de los orientales" al "desorden" y la "anarqu¨ªa". Tras la derrota de Jos¨¦ Artigas en 1820, los nuevos grupos dirigentes procuraron borrar la memoria viva de la etapa anterior, ensayando nuevos nombres para la provincia. As¨ª, el Congreso reunido en Montevideo en 1821 resolvi¨® la incorporaci¨®n a Portugal como "Estado Cisplatino (alias Oriental)", o bien en 1828, la Convenci¨®n Preliminar de Paz que termin¨® la guerra entre las Provincias Unidas y el Imperio de Brasil declar¨® la independencia de la "Provincia de Montevideo (llamada hoy Cisplatina)". A pesar de los intentos por eliminar toda referencia a los orientales, en la Asamblea Constituyente en 1829 se alzaron severas voces de rechazo a integrar la "Naci¨®n Montevideana". Finalmente se acept¨® el nombre de "Estado Oriental del Uruguay", el que se mantuvo hasta la reforma constitucional de 1918, que impuso el actual de "Rep¨²blica Oriental del Uruguay".
Diversidad ¨¦tnica y cultural
En el proceso de conformaci¨®n de la identidad nacional iniciado a fines del siglo XIX, la discusi¨®n se traslad¨® a la denominaci¨®n de sus ciudadanos. Orientales fue la palabra escogida por aquellos que privilegiaban el papel de la tradici¨®n y el pasado hist¨®rico, identific¨¢ndose con el criollismo y el nativismo. Sus impulsores reaccionaban ante el crecimiento urbano, el avance centralizador del estado, la afluencia masiva de extranjeros y los efectos de la llamada "cuesti¨®n social", expresada en la movilizaci¨®n de los sectores populares urbanos y rurales. En contraposici¨®n, el reformismo encabezado por Jos¨¦ Batlle y Ord¨®?ez -Presidente de la Rep¨²blica en 1903-1907 y 1911-1915 , impuls¨® un modelo de desarrollo urbano-industrial sustentado en un nacionalismo cosmopolita capaz de integrar a los inmigrantes, apelando a una identidad sustentada en principios de validez "universal" bajo la denominaci¨®n de uruguayos. A pesar de que en un principio parecieron ser excluyentes, ambos patrones de integraci¨®n a la ciudadan¨ªa en el estado republicano pudieron conciliarse en el Centenario.
En los ¨²ltimos a?os se ha reabierto el debate sobre la identidad nacional, abordando el papel del pa¨ªs en la regi¨®n -la "Patria Grande", el latinoamericanismo-, as¨ª como el reconocimiento de la diversidad ¨¦tnica y cultural que hab¨ªa estado en la formaci¨®n misma del Uruguay. ?ltimamente las discusiones se han centrado m¨¢s en los contenidos que en las denominaciones, abri¨¦ndose paso la idea de que la expresi¨®n "uruguayos" debe contemplar la heterogeneidad de or¨ªgenes y contenidos culturales de quienes se perciben como tales dentro y fuera de fronteras.
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