Gadafi contraataca para recuperar el control en las ciudades del oeste
Las fuerzas leales al dictador luchan intensamente con los opositores en las poblaciones de Zauiya y Sabratha.- El r¨¦gimen intenta blindar la capital, donde concentra a numerosos soldados y mercenarios
Muamar el Gadafi ha comenzado su contraataque. Sus fuerzas leales mantienen un f¨¦rreo control sobre Tr¨ªpoli tras perderlo en Bengasi, Tobruk y Musratha. Ante la fuerza de los opositores, que intentaron extender la revuelta al oeste del pa¨ªs, el mayor objetivo del l¨ªder libio en estos momentos se centra en mantener bajo su poder las ciudades de Zauiya y Sabratha, a menos de 80 kil¨®metros de la capital. La situaci¨®n sobre el terreno sigue siendo muy confusa, con informaciones que salen del pa¨ªs a cuentagotas, algo que Gadafi aprovecha para mantener un discurso en el que culpa de todos los males de Libia a Al Qaeda y a los extranjeros. Mientras, los tiroteos indiscriminados se viven hoy en el oeste, consciente ya el dictador de que en la zona oriental lleg¨® la calma cuando los "consejos populares" se hicieron con el control de manera gradual desde el pasado 17 de febrero. Arropado por los fieles al r¨¦gimen, la guardia presidencial, grupos bajo el mando de sus hijos y numerosos mercenarios, Gadafi ha comenzado su ofensiva estrat¨¦gica para liquidar a los opositores y mantenerse en el poder.
Las im¨¢genes de las poblaciones controladas por los opositores, que han empezado a distribuir agencias, muestran el armamento que dejan atr¨¢s los partidarios del dictador -veh¨ªculos blindados, artiller¨ªa, armamento ligero-. Un arsenal bastante anticuado que da a entender que el r¨¦gimen ha agrupado alrededor de la defensa de Tr¨ªpoli sus mejores recursos.
Desde la frontera entre Libia y Egipto -donde no existe control libio, excepto dos milicianos que saludan a los pocas personas que cruzan- hasta Tobruk, a 120 kil¨®metros, las banderas de la independencia ondean en los edificios oficiales y las comisar¨ªas est¨¢n vigiladas por civiles, algunos de ellos armados.
En mitad de esta guerra por mantener el control de las principales ciudades de Libia, el dictador se ha dirigido a sus ciudadanos -a trav¨¦s de una intervenci¨®n telef¨®nica aparentemente improvisada y en la l¨ªnea de su ¨²ltima intervenci¨®n- para advertir a sus opositores de que si contin¨²an las revueltas puede cerrarse el grifo del petr¨®leo .
Por lo pronto, lo que s¨ª est¨¢ ya bloqueado son los findos que el dictador y su familia podr¨ªan tener en el sistema bancario suizo, seg¨²n ha comunicado eL Gobierno helv¨¦tico. La decisi¨®n tiene efecto inmediato y tendr¨¢ una vigencia de tres a?os. Con esta medida se evitar¨¢ cualquier riesgo de desv¨ªo de fondos p¨²blicos libios que puedan encontrarse en territorio helv¨¦tico.
Los testimonios de personas que huyen de los choques y se refugian en T¨²nez han confirmado sin embargo que los opositores van sumando apoyos en el oeste. Zuara, la ciudad m¨¢s pr¨®xima a la frontera, ha sido liberada tras ser abandonada por el Ej¨¦rcito. Los opositores luchan ahora por conquistar otras dos grandes poblaciones en la ruta hacia Tr¨ªpoli y objetivos estrat¨¦gicos de Gadafi: Zauiya y Sabratha.
Zauiya y Sabratha, dura represi¨®n
La situaci¨®n en la vecina Zauiya, donde la poblaci¨®n hab¨ªa proclamado la victoria, no es tan clara a estas horas. La ciudad ha sido escenario de un ataque de fuerzas leales a Muamar el Gadafi que ha durado cinco horas y ha dejado al menos 100 muertos y cerca de 400 heridos, algunos muy graves, seg¨²n datos que ha facilitado un testigo a la cadena Al Yazira. ?ste, identificado solo por el nombre de Ali, ha contado que las tropas llegaron a primera hora de hoy en 35 veh¨ªculos militares, que llevaban cada uno diez efectivos, "y comenzaron a abrir fuego contra la gente" que se encontraba en esa ciudad. Los soldados utilizaron armas de gran calibre "como las que se usan para disparar contra tanques y aviones", y solo encontraron oposici¨®n de pobladores de Zauiya que estaban defendi¨¦ndose con armas cortas y escopetas de caza.
Zauiya est¨¢ al oeste de Tr¨ªpoli, no lejos de la frontera con T¨²nez. Hasta hoy, los ataques m¨¢s graves contra los manifestantes de la oposici¨®n se han concentrado fundamentalmente en regiones del oriente del pa¨ªs. El testigo ha explicado, telef¨®nicamente, que despu¨¦s de que el tiroteo se prolongara por cinco horas, hubo un descanso de unos quince minutos, y tras ello las tropas comenzaron a rondar la ciudad amenazando con matar a los civiles. Ali ha asegurado, a mediod¨ªa, que los militares se hab¨ªan retirado a unos 20 kil¨®metros de la ciudad "para planear otro ataque de nuevo".
Y en la cercana Sabratha, a 80 kil¨®metros de Tr¨ªpoli, las tropas han irrumpido en la ciudad mientras se han escuchado disparos. Helic¨®pteros enviados por fuerzas leales a Gadafi han sobrevolado ambas ciudades y han efectuado disparos contra la poblaci¨®n.
Mientras, Seif el Islam, su hijo designado como sucesor, ha comparecido en la televisi¨®n estatal para rechazar que haya habido bombardeos contra los manifestantes y asesinatos de "centenares o miles de personas". Adem¨¢s, ha invitado a los periodistas que esperan en la frontera de T¨²nez a entrar en Libia. "Adelante, que entren, que crucen y pasen", ha dicho, desafiante. De hecho, Estados Unidos ha confirmado que Libia ha autorizado la entrada de algunos periodistas de CNN, BBC en ¨¢rabe y Al Arabiya, pero ha advertido que a partir de ahora Libia considerar¨¢ a los que han entrado "ilegalmente" colaboradores de Al Qaeda.
Tr¨ªpoli, ciudad fantasma
La autoridad de Gadafi parece haber quedado reducida al basti¨®n de Tr¨ªpoli, donde se ha atrincherado junto a las milicias de mercenarios africanos que siembran el p¨¢nico entre la poblaci¨®n. Los relatos de testigos hablan de que los guerrilleros leales al dictador patrullan las calles fuertemente armados, con el respaldo de tanques y veh¨ªculos blindados, para frenar cualquier conato de revuelta. A diferencia de muchos militares que han desertado y se han unido a la rebeli¨®n, ellos ejecutan sin contemplaciones la orden de disparar y matar a cualquiera que se interponga en su camino. Su despliegue ha convertido Tr¨ªpoli en una ciudad fantasma. El clima de terror no ha impedido que los opositores que a¨²n permanecen en la ciudad hayan convocado para este viernes una gran marcha inspirada en las que forzaron la ca¨ªda de Hosni Mubarak en Egipto.
Lo que s¨ª han conseguido los opositores es el control de las principales terminales petrol¨ªferas situadas al este de Tr¨ªpoli. Seg¨²n han informado residentes en la ciudad de Bengasi, en contacto con personas que habitan la zona, las plantas petrol¨ªferas ya est¨¢n en manos de rebeldes. Los residentes han contado a Reuters que las terminales de Ras Lanuf y Marsa El Brega est¨¢n siendo protegidas. Soliman Karim, un residente que ayuda en la administraci¨®n de la ciudad de Bengasi, ha indicado que las exportaciones, una fuente vital de beneficios para este pa¨ªs miembro de la OPEP, siguen su curso m¨¢s o menos natural, algo que contrasta con la opini¨®n de otro residente, que ha sugerido que la circulaci¨®n de petr¨®leo s¨ª que ha quedado afectada. Esta informaci¨®n no ha podido confirmarse con las empresas que operan las terminales.
Consciente de que se avecina la batalla final, el dictador ha realizado hoy un llamamiento a la desesperada para que los miles de mercenarios disgregados por el pa¨ªs se unan a la defensa de la capital. Adem¨¢s de contener el avance rebelde, el r¨¦gimen de Gadafi tiene que hacer frente a la p¨¦rdida creciente de apoyos. A las dimisiones de los ministros de Justicia y Emigraci¨®n, se sum¨® ayer , la del ministro del Interior y antiguo compa?ero de armas de Gadafi, el general Abdul¨¢ Yunis. No obstante, el r¨¦gimen de Gadafi intenta mantener a flote la moral de los suyos y ha lanzado un nuevo mensaje a trav¨¦s de la televisi¨®n estatal en el que exige a los rebeldes que entreguen las armas y ofrece dinero a aquellos que aporten datos que conduzcan a la captura de los l¨ªderes de la revuelta.
La situaci¨®n de los partidarios de Gadafi es tan desesperada que 17 pilotos de la Fuerza A¨¦rea de Libia fueron ayer ejecutados en Tr¨ªpoli tras negarse a bombardear barrios en poder de los rebeldes de la ciudad de Zauia, a 44 kil¨®metros de la capital, seg¨²n fuentes libias relacionadas con el Ej¨¦rcito, informa Ignacio Cembrero. El diario Quryna -perteneciente a un grupo medi¨¢tico propiedad de un hijo de Gadafi- informa hoy de que un avi¨®n militar se estrell¨® ayer a las afueras de la ciudad, sin causar v¨ªctimas. El motivo: el piloto y el copiloto del aparato, un Sukoi 22, saltaron en paraca¨ªdas para evitar cumplir la orden de bombardear la ciudad.
Mercenarios encarcelados en Bengasi
En Bengasi, la segunda ciudad del pa¨ªs y epicentro de la protesta, los manifestantes ya han tomado por completo el poder, seg¨²n han podido comprobar reporteros de Reuters. Miles de personas ocupan las calles de esta localidad, situada a 1.200 kil¨®metros al este de la capital, Tr¨ªpoli, y festejan el fin del poder de Gadafi. Alrededor de una docena de "mercenarios" han sido encarcelados este jueves despu¨¦s de ser sometidos a juicio. "Han sido interrogados y ahora est¨¢n en un lugar seguro y bien alimentados", ha explicado Imam Bugaighis, un profesor libio de 50 a?os que colabora en la organizaci¨®n de los comit¨¦s para gestionar la ciudad.
Testigos y periodistas que han logrado entrar en el pa¨ªs por Egipto confirman que la ciudad fronteriza de Musaid est¨¢ tambi¨¦n en manos de los manifestantes. Lo mismo pasa, avanzando 150 kil¨®metros hacia el oeste, en Tobruk, un puerto estrat¨¦gico en el distrito m¨¢s pr¨®ximo a Egipto. Los militares decidieron apoyar all¨ª las protestas y este mi¨¦rcoles, por primera vez, se han podido ver im¨¢genes en directo de una manifestaci¨®n anti-Gadafi porque han entrado televisiones internacionales.
Trabajadores egipcios que han escapado de Zuara aseguran que los manifestantes antigubernamentales han tomado el control del enclave y, al igual que sus compatriotas del este, han constituido "comit¨¦s populares" para reestablecer el orden. "Las comisar¨ªas han sido quemadas y no queda rastro de polic¨ªas ni soldados", han explicado en declaraciones a Reuters. Eso no quiere decir que no pueda haber ataques de Gadafi en las pr¨®ximas horas.
"Gadafi morir¨¢ en Tr¨ªpoli"
El n¨²mero de muertos sigue siendo todav¨ªa una inc¨®gnita y oscila entre los 300 declarados por el r¨¦gimen, los 1.000 considerados veros¨ªmiles por el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, y los 10.000 que se?ala un miembro libio de la Corte Penal Internacional (CPI), Sayed al Shanuka, en la cadena Al Arabiya.
"Perder¨¢ y tendr¨¢ que irse o morir¨¢ en Tr¨ªpoli, pero nada podr¨¢ evitar que el pueblo acabe con ¨¦l", dice en el puesto fronterizo de Ras el Adjir un libio que se envuelve con la antigua bandera tricolor del reino de Libia (1951-1969) en lugar de la actual, de color verde, adoptada en 1977. Esa bandera todav¨ªa se divisa desde T¨²nez al final de la frontera, en la parte libia y todav¨ªa inaccesible. El puesto fronterizo es el punto de encuentro de periodistas, ONG y ciudadanos tunecinos que se acercan a ver la llegada de los refugiados, unos 10.000 en los dos ¨²ltimos d¨ªas, la mayor¨ªa tunecinos o de otras nacionalidades que trabajaban en Libia. A medida que iban pasando, cargados de maletas y bolsas de pl¨¢stico, los tunecinos les recib¨ªan con algunos gritos utilizados en las protestas que acabaron hace m¨¢s de un mes con la huida del dictador de T¨²nez, Ben Ali. "D¨¦gage, d¨¦gage... [l¨¢rgate]. Lo gritamos entonces contra ¨¦l y lo dijeron tambi¨¦n los egipcios con Mubarak. Es el momento de los libios", comenta un habitante de la ciudad tunecina de Ben Gardan, a 35 kil¨®metros de la frontera, que se hab¨ªa desplazado hasta la aduana para dar la bienvenida a los refugiados.
Algunos de ellos mostraban pruebas de las medidas que el r¨¦gimen est¨¢ aplicando a los extranjeros. Un joven se quit¨® la camiseta delante de los periodistas y ense?¨® la espalda llena de marcas de haber recibido palos hasta la extenuaci¨®n. "Soy tunecino y la polic¨ªa de all¨ª nos odia porque conseguimos lo que quer¨ªamos en T¨²nez, echar al dictador. Eso nos convierte en objetivo", explicaba.
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