Malestar de la presidenta de Brasil con su ministro de Defensa
Fuentes en Brasilia aseguran que Dilma Rousseff pedir¨¢ la dimisi¨®n a Nelson Jobim por criticar a colegas del gabinete
Una serie de declaraciones pol¨¦micas de Nelson Jobim han creado un clima de tensi¨®n entre la presidenta Dilma Rousseff y su importante ministro de Defensa, hasta el punto de que una fuente asegur¨® a Reuters que la mandataria le pedir¨¢ su dimisi¨®n una vez este regrese de un viaje al Amazonas. Su separaci¨®n del cargo podr¨ªa producirse hoy o ma?ana, seg¨²n la fuente.
Rousseff hered¨® a Jobim del Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva, quien le pidi¨® expresamente a su sucesora que lo dejara en el delicado puesto de Defensa. Anteriormente, Jobim fue presidente del Supremo Tribunal Federal, lo que le ha dado una mayor libertad a la hora de opinar, pues no est¨¢ tan contaminado por la diplomacia del mundo pol¨ªtico. Hoy, Jobim milita en el Partido de Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), el mayor aliado del Gobierno, al que pertenece tambi¨¦n el vicepresidente de la Rep¨²blica, Michel Temer.
En una entrevista reciente, el ministro de la Defensa declar¨® que en las pasadas elecciones presidenciales, su candidato hab¨ªa sido el opositor socialdem¨®crata, Jos¨¦ Serra, no Rousseff, aunque a?adi¨® que ello no era obst¨¢culo para que hoy se encontrara a gusto en su Gobierno.
Lula sali¨® en su defensa. Aleg¨® que hay personas que no votaron por ¨¦l y hoy son sus aliados y al rev¨¦s, gente que lo hab¨ªa apoyado y hoy lo critican.
Jobim no se detuvo ah¨ª con sus comentarios. Tras hacer grandes elogios del expresidente Fernando Henrique Cardoso, antagonista de Lula, aludi¨® a su forma elegante de gobernar "sin dar pu?etazos sobre la mesa", lo que fue interpretado como una cr¨ªtica al car¨¢cter firme de la presidenta y a su forma de tratar con los ministros.
La tensi¨®n ha crecido hoy con unas declaraciones a la revista Piau¨ª, en las que traza un perfil nada elogioso de dos de las ministras m¨¢s importantes del Gobierno, escogidas personalmente por Rousseff: la de la Casa Civil (Presidencia), Gleisi Hoffmann, que sucedi¨® al ministro Antonio Palocci, acusado de corrupci¨®n, y la de Relaciones Institucionales, Ideli Salvatti. De esta ¨²ltima, Jobim confes¨® que es "flaca" y de Hoffmann que "ni siquiera conoce Brasilia".
En un comunicado oficial, Jobim aclar¨® que no calific¨® a Salvatti de "debilucha" y que todo hace parte de un "juego de intrigas". "Reconozco en Ideli una capacidad y tenacidad important¨ªsimas en la conducci¨®n de asuntos dentro del Congreso", a?adi¨®.
Jobimtuvo una conversaci¨®n con la presidenta y afirm¨® que ¨¦l se encuentra muy a gusto en el Gobierno. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores (PT), el partido de Rousseff, ya habla de su sustituci¨®n y hasta da el nombre de su posible sucesor.
Quien ha salido en defensa del ministro, seg¨²n algunos "poco elegante" y seg¨²n otros "un pol¨ªtico sincero", ha sido el presidente del Senado, Jos¨¦ Sarney, tambi¨¦n expresidente de la Rep¨²blica y del mismo partido del ministro. Seg¨²n Sarney, a Jobim lo que le gusta es bromear. En lo que se refiere a la opini¨®n sobre la delgadez de la ministra Salvati, Sarney coment¨®: "La verdad es que ella es m¨¢s bien rellenita".
Seg¨²n los analistas, Rousseff habr¨ªa preferido que Jobim hubiese puesto el cargo a su disposici¨®n, para tener la posibilidad de relevarlo sin tener que echarlo. Su papel no es f¨¢cil, pues se trata de un cargo delicado, que tiene la labor de mantener las dif¨ªciles relaciones con los militares, pero adem¨¢s por ocuparlo un amigo de Lula y porque ya bastante tiene la presidenta con la guerra abierta contra la corrupci¨®n en varios ministerios como para buscarse un engorro m¨¢s.
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