"?Que pase el siguiente detenido!"
Los tribunales de Londres no dan abasto para juzgar a los m¨¢s de 1.100 arrestados en la revuelta
"?Que pase el siguiente!", clama un espont¨¢neo frente a los tribunales de Highbury donde desde el lunes se juzga a los m¨¢s de 1.100 detenidos por los disturbios que estallaron en Londres el pasado s¨¢bado. A raz¨®n de unos 10 detenidos a la hora, los jueces no dan abasto. Seg¨²n uno de los abogados, entre las 11.30 del lunes y el mediod¨ªa de hoy ya hab¨ªan desfilado por los juzgados un centenar de j¨®venes. La afluencia es tal que varios furgones de la polic¨ªa repletos de acusados hacen cola frente a los tribunales, que no disponen de espacio suficiente en los calabozos del edificio.
Entre los acusados hay desde profesores de primaria a estudiantes, pasando por exconvictos y traficantes de drogas. "Eso demuestra que los autores no son siempre los mismos", comenta Steve Wilson, un vecino del barrio de Islington de 45 a?os. "Muchos peri¨®dicos han publicado que los saqueadores son de clase baja, pero tambi¨¦n hay muchos que vienen de clases medias", a?ade visiblemente enojado.
No es el caso de Henry K., un joven desempleado acusado de desvalijar junto con otros j¨®venes un establecimiento de Hackney el lunes. Finalmente, ha sido puesto en libertad bajo fianza y tendr¨¢ que permanecer en su domicilio hasta el pr¨®ximo 19 de septiembre, fecha en que tendr¨¢ que volver a comparecer ante el tribunal. Tambi¨¦n lo har¨¢ Adam O., de 19 a?os y vecino de Hackney. A Adam la polic¨ªa le sorprendi¨® con una botella de whisky, un fajo de boletos de loter¨ªa y 90 libras en met¨¢lico. Los magistrados le han puesto en libertad bajo fianza.
Entretanto, a la salida de los tribunales la expectaci¨®n medi¨¢tica se mezcla con la indignaci¨®n de los transe¨²ntes y el constante ir y venir de furgones de polic¨ªa en direcci¨®n al noreste de Londres, principal foco de violencia desde que se estallaron los disturbios. Los que son puestos en libertad bajo fianza se muestran esquivos con los periodistas y ocultan su rostro con las ya famosas capuchas (a muchos de ellos se les conoce con el nombre despectivo de hoodies, como se llama a las sudaderas con capucha). Otros, en cambio, adoptan una postura amenazadora, uno de ellos incluso ha tenido tiempo de hacer una pintada en un establecimiento pr¨®ximo a los juzgados.
Las cuatro noches de disturbios en Londres y su propagaci¨®n a otras ciudades de Inglaterra como Birmingham, Manchester, Nottingham o Bristol est¨¢n llevando al limite de sus posibilidades a los tribunales brit¨¢nicos. Seg¨²n Nazir Azaf, fiscal jefe en el noroeste de Inglaterra, "se ha acordado incrementar la capacidad de las cortes para hacer frente a todos estos casos y se pedir¨¢ prisi¨®n preventiva siempre que sea apropiado".
Las palabras del fiscal jefe contrastan con las opiniones de algunos ciudadanos que se han congregado esta ma?ana frente a los tribunales. Es el caso de Gary Welch, vecino afrocaribe?o de Islington, que no duda en tachar de "in¨²til" el sistema legal de su pa¨ªs. "No funciona. Ya lo hemos visto otras veces. Dentro de poco vuelven a las calles y vuelven a delinquir. Es su forma de vida".
Entre los corrillos de espont¨¢neos los hay tambi¨¦n que consideran antiguo el sistema legal: "Hay que actualizar la ley; se ha demostrado que resulta ineficaz en estos casos. No es una soluci¨®n a largo plazo", comenta otro vecino de la zona. "Yo s¨ª que iba a solucionar el problema, les iba a dar su merecido", zanja el se?or McCarthy, veterano de la II Guerra Mundial, mientras zarandea su bast¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.