Los indignados turcos no tienen candidato
Los protagonistas de las protestas contra el Gobierno no se identifican con ninguno de los aspirantes a las presidenciales
Estos d¨ªas, los ¨¢rboles del peque?o parque de Gezi, en el centro de Estambul, ofrecen un respiro y permiten escapar del sol agobiante del verano. Un gran n¨²mero de parejas, grupos de amigos y familias aprovechan y pasean o descansan sentados en los bancos o en el c¨¦sped.
Erdogan ha salido intacto y todos los sondeos prev¨¦n su victoria en las urnas
La imagen era muy diferente hace poco m¨¢s de un a?o. Durante buena parte del mes de junio de 2013, la zona fue tomada por miles de personas que, tras enfrentarse con la polic¨ªa, levantaron barricadas y ocuparon el parque. Lleno de tiendas de campa?a, de m¨²sica, de libros y de charlas, Gezi se convirti¨® en un lugar festivo donde la gente expresaba su descontento con el Gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas turcas, islamista moderado).
¡°Nos dimos cuenta de que pod¨ªamos organizarnos. Esos d¨ªas naci¨® una nueva cultura en Turqu¨ªa, ahora la gente sale, viene a los parques, hablan unos con otros¡±, cuenta sentado en el c¨¦sped Yaman, un artista de 33 a?os que particip¨® entonces en las manifestaciones y que prefiere no dar su apellido por temor a represalias.
Los j¨®venes activistas de Gezi son reflejo de la clase media urbana
Las manifestaciones multitudinarias contra Erdogan se extendieron a otras ciudades, en buena parte protagonizadas por j¨®venes de clase media urbana. Un a?o despu¨¦s, con las protestas apaciguadas, no s¨®lo el primer ministro ha sobrevivido en gran parte intacto ¡ªsu partido gan¨® con una clara mayor¨ªa las municipales en marzo¡ª sino que todas las encuestas indican que en las elecciones del pr¨®ximo 10 de agosto se convertir¨¢ en el primer presidente elegido por votaci¨®n directa en Turqu¨ªa. Los otros dos candidatos son Ekmeleddin Ihsanoglu, conservador y de convicciones religiosas, apoyado por el principal partido en la oposici¨®n; y Selahattin Demirtas, del prokurdo y progresista Partido Democr¨¢tico de los Pueblos.
¡°Fue una decepci¨®n, nos dimos cuenta de que el juego es muy grande y de que nosotros somos muy peque?os¡±, resume Yaman, actualmente desempleado y para quien ninguno de los candidatos presidenciales puede representar a los indignados de Gezi.
¡°[Las protestas] ya ni siquiera son un buen recuerdo¡±, se lamenta en una l¨ªnea similar Engin Onder, de 23 a?os, un activista social que estuvo acampado en Gezi. ¡°Algo hab¨ªa cambiado en las cabezas de la gente de mi generaci¨®n: nos hab¨ªamos politizado, la gente se reun¨ªa para discutir de varios asuntos, pero los hechos del 17 y del 25 de diciembre nos desanimaron¡±.
El examen de Erdogan
Las protestas de Gezi en 2013 fueron calificadas como el mayor reto al que se hab¨ªa tenido que enfrentar el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco) de Erdogan, una formaci¨®n islamista y conservadora que desde que lleg¨® al poder en 2002 ha aumentado progresivamente su cuota de poder en el Parlamento. En esta d¨¦cada larga, la econom¨ªa turca ha crecido a un ritmo cercano al 5% anual y el AKP ha ampliado ciertas libertades. Pero los manifestantes acusaban a Erdogan de "autoritarismo" y denunciaban que estaba intentando imponer su particular agenda conservadora a todo el pa¨ªs.
El propio Erdogan mantuvo una ret¨®rica muy agresiva durante toda la crisis, y la ocupaci¨®n de Gezi acab¨® brutalmente en la noche del 15 de junio, cuando la polic¨ªa entr¨® por sorpresa y se emple¨® con gran violencia para desalojar el parque. Las manifestaciones y protestas callejeras continuaron intermitentemente en Estambul y en otros puntos del pa¨ªs, pero una masiva presencial policial ha impedido que vuelva a producirse un fen¨®meno similar a los d¨ªas de Gezi.
Esos dos d¨ªas sali¨® a la luz un enorme esc¨¢ndalo de presunta corrupci¨®n en el Gobierno en el que indicios de sobornos, pagos ilegales y tr¨¢fico de favores obligaron a cuatro ministros a dimitir y llegaron a salpicar al propio Erdogan y a uno de sus hijos.
El primer ministro culp¨® al movimiento del cl¨¦rigo islamista turco Fetul¨¢ G¨¹len, residente en Estados Unidos desde 1999 y antiguo aliado de Erdogan, de estar detr¨¢s del esc¨¢ndalo gracias a su presencia en los cuerpos de seguridad. El Gobierno lanz¨® una campa?a de purgas de polic¨ªas, jueces y fiscales, y consigui¨® contener el esc¨¢ndalo, de modo que las acusaciones de corrupci¨®n tampoco parecen haber afectado a Erdogan en relaci¨®n con las presidenciales. Onder cuenta que entonces constataron que los manifestantes de Gezi no eran un actor pol¨ªtico al nivel del AKP y de G¨¹len.
¡°Ninguno [de los candidatos] puede representar a la gente de Gezi. Bueno, Demirtas ser¨ªa el m¨¢s cercano pero tiene este trasfondo nacionalista kurdo¡±, a?ade Onder, para quien el candidato ideal ser¨ªa ¡°no nacionalista, muy liberal, abierto a nuevas pol¨ªticas y capaz de unir a la gente tan diferente [de Turqu¨ªa]¡±.
¡°Las protestas de Gezi fueron una oportunidad para nosotros, pero creo que ning¨²n pol¨ªtico opuesto a Erdogan supo aprovechar los vientos de cambio del esp¨ªritu de Gezi¡±, comenta Goksel Kurtulus, un administrativo de 31 a?os que tambi¨¦n se manifest¨® el a?o pasado y tampoco ve a Demirtas o Ihsanoglu capaces de representar su deseo de cambio frente a Erdogan. ¡°Necesitamos un l¨ªder socialista y fuerte, cuya prioridad sea defender los derechos de los diferentes grupos de gente que viven en Turqu¨ªa¡±.
Los entrevistados piensan que, si Erdogan consigue la presidencia, va a continuar tratando de imponer su visi¨®n particular de Turqu¨ªa a toda la sociedad. ¡°As¨ª que veremos m¨¢s protestas, pero esta vez no ser¨¢n tan inocentes como en Gezi¡±, concluye Kurtulus.
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