Argentina no logra resolver sus misterios
La AMIA, Nisman, L¨®pez y ahora el ¨²ltimo desaparecido muestran una enorme dificultad para conocer la verdad
Una de las particularidades de Argentina consiste en que el debate p¨²blico parece casi siempre suspendido en el tiempo. Pocos pa¨ªses en el mundo viven tan pendientes de lo que sucedi¨® hace 50, 70 o incluso 140 a?os. La posici¨®n pol¨ªtica de millones de ciudadanos se explica por su opini¨®n sobre Per¨®n, fallecido en 1974, o su reivindicaci¨®n de la Argentina de 1880, cuando se empez¨® a construir el pa¨ªs moderno con la extensi¨®n de una educaci¨®n p¨²blica que fue un modelo para el mundo. Algunos historiadores como Felipe Pigna son aut¨¦nticas estrellas medi¨¢ticas. Argentina vive mirando al pasado. Y sin embargo, pese a ese an¨¢lisis constante de la historia, el pa¨ªs no consigue resolver los misterios m¨¢s importantes de su pasado reciente. Los grandes esc¨¢ndalos quedan en una nebulosa de dudas y conspiraciones que nunca terminan.
Las ¨²ltimas tres tragedias que conmocionaron al pa¨ªs siguen sin resolverse mucho tiempo despu¨¦s: el atentado de la AMIA en 1994, con 85 muertos, la desaparici¨®n en plena democracia, en 2006, de Julio L¨®pez, despu¨¦s de testificar contra Miguel Echecolatz, uno de los m¨¢s conocidos torturadores, y la muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015. Y ahora todo parece indicar que se sumar¨¢ tambi¨¦n a esta neblina de misterio el ¨²ltimo desaparecido, Santiago Maldonado. La polic¨ªa ha hecho un ¨²ltimo intento con m¨¢s de 400 agentes sobre el terreno para buscar su cuerpo o alguna pista. Pero no encontr¨® nada. El nuevo enigma argentino alimenta la leyenda de un pa¨ªs que va dejando heridas abiertas con cada tragedia.
En las ¨²ltimas dos semanas, todas estas tragedias recientes han confluido de una u otra manera en los medios argentinos, lo que demuestra que siguen vivas a?os despu¨¦s y sobre todo que se ha avanzado muy poco desde que sucedieron. La llegada a Buenos Aires de Benjam¨ªn Netanyahu, el primer ministro israel¨ª, devolvi¨® al primer plano el atentado de la AMIA, la m¨¢s importante asociaci¨®n jud¨ªa argentina. Tanto Netanyahu como Mauricio Macri hablaron de un atentado ocurrido hace 23 a?os como si fuera reciente. Y lo es porque de alguna manera a¨²n hoy el caso sigue abierto, no se sabe qui¨¦n lo hizo, la justicia no avanza y casi cada argentino tiene su versi¨®n, en la que los servicios secretos juegan un papel fundamental. Cristina Kirchner a¨²n sufre un importante coste pol¨ªtico en la comunidad jud¨ªa por haber pactado un memor¨¢ndum con Ir¨¢n en 2013. Ella insiste en que solo quer¨ªa intentar resolver el atentado 20 a?os despu¨¦s, pero lo cierto es que no lo logr¨® y el misterio sigue creciendo.
La muerte de Nisman tambi¨¦n ha vuelto al primer plano m¨¢s de dos a?os y medio despu¨¦s. Despu¨¦s del cambio de fiscal, de tribunal, de peritos, el caso vuelve a dar otro giro de 180 grados, el en¨¦simo, y las nuevas investigaciones apuntan que no se suicid¨®, como dec¨ªan los primeros informes oficiales, sino que dos personas lo asesinaron. Pero ha pasado tanto tiempo, la escena del crimen qued¨® tan contaminada en las primeras horas -las im¨¢genes de polic¨ªas pisando las huellas de sangre y limpiando la pistola marcaron el descr¨¦dito definitivo- que ya se ha convertido en un asunto puramente pol¨ªtico: los que apoyan a Mauricio Macri creen que lo mataron, y responsabilizan al Gobierno de los Kirchner directa o indirectamente ¨C"es un disparate que hayamos tenido algo que ver", dijo la expresidenta la semana pasada- y los kirchneristas est¨¢n convencidos de que se suicid¨® y los nuevos informes est¨¢n redactados por orden del Gobierno. No hay manera de convencer a los argentinos de la existencia de expertos independientes y cre¨ªbles que resuelvan un crimen as¨ª tanto tiempo despu¨¦s con una fiabilidad t¨¦cnica absoluta.
El caso de Julio L¨®pez, de cuya desaparici¨®n se han cumplido 11 a?os esta misma semana, tambi¨¦n gener¨® otra movilizaci¨®n, con centenares de personas reclamando que se sepa la verdad. Pero el cad¨¢ver no aparece y Miguel Echecolatz, que presuntamente desde prisi¨®n dio la orden para que lo ejecutaran en plena democracia, nunca confes¨® ni ofreci¨® ning¨²n dato y ahora est¨¢ cercano a la muerte en un hospital pr¨®ximo a la c¨¢rcel de Ezeiza donde cumple su pena. La justicia y la polic¨ªa tampoco fueron capaces de encontrarlo.
De hecho, Argentina ha sido un modelo para el mundo en su pol¨ªtica de derechos humanos y juicios contra los represores -a¨²n hoy hay m¨¢s de 500 en la c¨¢rcel- pero fall¨® en la parte de la investigaci¨®n sobre los cad¨¢veres. Los genocidas mantienen su pacto de silencio y ninguno ha contado d¨®nde escondieron los cuerpos que no tiraron al R¨ªo de la Plata, as¨ª que para muchas familias el misterio sobre el paradero de su desaparecido sigue muy presente.
El ¨²ltimo gran misterio argentino es el de Sergio Maldonado. Pese a todos los intentos, la polic¨ªa y la justicia est¨¢n fracasando de nuevo en resolverlo. El cad¨¢ver no aparece 50 d¨ªas despu¨¦s de que fuera visto huyendo de la Gendarmer¨ªa en un operativo contra un grupo mapuches que ocupan tierras de Benetton en la Patagonia. El caso ha mostrado una vez m¨¢s las enormes dificultades que tiene tanto la polic¨ªa como la justicia argentina para investigar tragedias. La b¨²squeda en serio, de forma masiva, solo se produjo el lunes, con m¨¢s de 400 polic¨ªas desplegados por toda la zona donde desapareci¨®. No encontraron ni una sola pista s¨®lida. Y el caso camina de nuevo por la misma senda que los dem¨¢s.
A falta de pruebas definitivas y sin cad¨¢ver, los mapuches, los kirchneristas y todos los que no creen la versi¨®n oficial seguir¨¢n por siempre convencidos de que la Gendarmer¨ªa lo detuvo, lo mat¨® y escondi¨® el cuerpo. Los que respaldan al Gobierno seguir¨¢n convencidos de que los mapuches tuvieron algo que ver en la desaparici¨®n o incluso que el hombre sigue vivo en alg¨²n lugar, como a¨²n sostienen algunas versiones pese a que no hay ninguna evidencia que las avale. Otros creer¨¢n teor¨ªas intermedias, como la del propio juez, Guido Otranto, que dice que lo m¨¢s probable es que se ahogara, a pesar de que los investigadores se?alaron que ese r¨ªo es muy poco profundo en esa zona y sin corriente y el cuerpo no aparece por mucho que lo buscan. Argentina sigue as¨ª acumulando misterios sin resolver que alimentan la divisi¨®n pol¨ªtica.
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